TEARS OF SUN
Desclaimer: los personajes de Digimon que aparecen en este fic no me pertenecen sino a sus respectivos creadores y productores.
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5 de Mayo del 2008 – Odaiba Japón
Estaba atardeciendo, en sus manos sostenía un balón de futbol y su mirada achocolatada observaba a través de la ventana de aquel salón de clase a su amiga de la infancia declarándose a su mejor amigo.
Dolor, tristeza, vacío. Su corazón se congelaba a medida que su amor se iba tomada de la mano de su mejor amigo.
Por un minuto deseo volver a ser el niño egoísta que era antes. Deseó devolver el tiempo y evitar eso que acababa de suceder frente a sus narices.
¿Qué estoy diciendo? se pregunto consternado. Él había sido el de la idea ¡él le había dicho que se confesara! Pero ¿por qué lo había hecho?
Su felicidad.
Su mano derecha se pegó al vidrio. Es cierto, él lo había hecho por la felicidad de ella aun cuando en el fondo él deseara ser ese que recibiera sus sentimientos. Ella nunca lo vería como algo más que su hermano y porque lo entendía, había decidido apartarse, hacerse a un lado.
Sin poder evitarlo lágrimas de impotencia salieron de sus ojos, soltó el balón y con ambas manos cerradas en puños pegó su frente al vidrio.
-Sora. . .-
17 de Septiembre del 2009 - Odaiba, Japón
Lo había hecho, se lo había confesado. Finalmente había confesado sus sentimientos, aquellos que había guardado desde la secundaria. Su corazón palpitaba, sus ojos clavados en el suelo y un brillante rojo en sus mejillas.
Silencio.
Las piernas y la voluntad de aquella chica de quince años comenzaron a flanquear ante el espectral silencio que mantenía un chico de quince años frente a ella.
Cerró fuertemente sus párpados aún inclinada hacia abajo como en una reverencia, con los brazos firmes pegados a los costados. Por favor di algo suplicaba internamente apretando los puños, deseando desesperada una respuesta.
Los segundos pasaban y ella no se decidía si mirarlo o huir de allí. Se le estaba paralizando poco a poco el corazón, porque presentía que él estaba buscando las palabras correctas y buscar las palabras sucede cuando no comparten tus sentimientos.
-Kari- llamó el chico con voz pausada.
Ella instantáneamente se había enderezado y sus ojos de un color chocolate miraban ansiosos las dos lagunas azules que tenían al frente. Aquellas lagunas que la miraban con pena.
Lo había entendido, ya sabía la respuesta. Sólo una mirada bastaba, siempre había sido así entre ellos dos.
-sólo puedo verte como una amiga- dijo al fin aquel chico de ojos azules –lo siento-
No supo cómo, no supo cuándo. Después de esa frase, esa horrible frase, las lágrimas fluyeron de sus ojos y salió huyendo de allí mientras escuchaba por dentro el sonido de su corazón rompiéndose en millones de pedazos.
15 de Enero del 2010 - Nueva York, Estados Unidos
-no quiero-
-pero mi amor, entiende que es por el trabajo de tu papá- explicaba la madre a su hija de forma amable pero con una mirada suplicante en los ojos.
-no quiero- repitió la chica cruzada de brazos.
-estarás con Yolei- agregó la madre deseando que aquello convenciera a su testaruda hija de diecisiete años.
-no me importa- refutó la chica y miró a su madre con tristeza –no quiero dejar Nueva York, es mi hogar-
La madre se enderezó en aquel sofá color crema y volteó a ver al hombre a su lado con preocupación.
-Keisuke dile algo- susurro la mujer a su marido invitándole a que la ayudase a convencer a su hija.
-princesa, el trabajo que debía realizar aquí a terminado por lo tanto debemos volver a Odaiba, sé que no quieres dejar a tus amigos y lo entiendo- dijo el padre con voz serena captando toda la atención de la chica –pero ¿acaso quieres que me quede sin trabajo?-
La mirada castaña de la chica bajó del rostro de su padre a su regazo. Por supuesto que no quería que su padre no tuviera empleo pero toda su vida estaba en Nueva York, Michael, Valerie, su casa, todo. Se mordió el labio inferior, una costumbre que siempre hacía al estar en una encrucijada.
-esto es importante, no es que no los vayas a volver a ver- intervino la madre
-pero. . .- comenzó diciendo la hija pero no pudo continuar porque ya las lágrimas bajaban por sus mejillas.
Ambos padres se miraron mutuamente unos instantes antes de que el hombre se cruzara de brazos y se pusiera serio con su adorada hija, porque a ninguno de los dos les gustaba que el amor de sus vidas estuviese triste.
-me arrepentiré de esto en un futuro pero. . .- comenzó hablando el hombre soltando un breve suspiro y miró fijamente a su hija –Mimi Tachikawa, hagamos un trato-
La joven al escuchar su nombre levantó la vista y se encontró con los ojos de su padre.
-si cuando estemos en Odaiba tus notas son inmaculadas, cuando cumplas los dieciocho podrás regresar - terminó de decir el señor Tachikawa con un profundo pesar en su corazón.
Lo que siguió fue la mirada horrorizada de su esposa y la viva sorpresa en los ojos húmedos de su hija, ahora sólo debía esperar una respuesta.
Capítulo 1
Cuando Lágrimas Caen. . . La Historia Comienza
1 de Abril del 2010 – Odaiba, Japón
7:25AM
Colocó su bolso encima del escritorio de la derecha justo a un lado de la ventana.
El salón se encontraba vacío por lo que para matar el tiempo sacó del bolsillo del pantalón su ipod, se coloco los audífonos y le dio "play" a la canción que había estado escuchando la noche anterior mientras sus ojos azules observaban por la ventana las canchas deportivas del instituto.
Por ser el primer día de instituto era obvio que la mayoría de los estudiantes llegarían faltando quince minutos para el inicio de clases aun perezosos por la costumbre de levantarse tarde durante las vacaciones.
Previniéndose del atolladero que se haría en los pasillos y para escoger un buen puesto este año, había colocado su alarma media hora antes de lo que acostumbraba para así simplemente relajarse y esperar a que sus compañeros llegasen.
Este era el inicio de su último año de instituto pero por muy importante que sonase él no le veía la mayor relevancia, sólo era un año más de estudio con exámenes y profesores que solo te dan la lata durante once largos meses.
Su mirada se clavó en el cielo. Otro año estresante y aburrido.
Absorto en su música no se daba cuenta de cómo poco a poco el salón de clases se llenaba de gente, al igual que las canchas, los pasillos. El instituto entero se estaba llenando del sonido de las conversaciones del verano de cada estudiante.
-¡Matt!- grito un chico de alborotado cabello castaño desde el umbral de la puerta al haber divisado a su amigo que no volteó.
Con una sonrisa se fue acercando, mientras saludaba a todos los presentes dentro del salón con su bolso deportivo al hombro y una vez al lado del chico de ojos azules, su mirada brillo como la de un niño que tiene una idea para una travesura.
-¡Oye Matt!- dijo y con fuerza halo los audífonos del susodicho –hombre, te vas a volver sordo un día de estos-
-maldición Tai- soltó Matt con una mano en una de sus orejas por encima de su rubio cabello –no era necesario que hicieras eso-
Tai sólo amplio aun más su sonrisa y dejo su bolso sobre el pupitre al lado de Matt.
-no me dejaste otra opción- contestó el castaño aun divertido por la cara que había puesto su amigo quien ya le fulminaba con la mirada –dejando eso a un lado, ¿no notas algo diferente?-
-¿en qué?- contestó Matt de mal talante mientras enrollaba los audífonos alrededor del ipod que ya se encontraba apagado.
-¡en mí!- se quejó Tai ante la aparente ceguera de de su amigo -¿no me ves nada nuevo?-
-¿eres más irritante? ¡No! Ya sé- preguntó Matt burlón con una media sonrisa -¿ahora eres más idiota?-
-ja, ja, ja, que gracioso pero no-
A veces Matt podía ser exasperante con su actitud. Dios, lo de los audífonos sólo había sido un pequeño juego. Qué rencoroso.
-¿te cortaste el pelo?- preguntó una voz femenina uniéndose a la conversación.
Ambos jóvenes dejaron de verse y notaron a una chica de corto cabello pelirrojo que les sonreía tiernamente con un bolso verde manzana colgando de su hombro.
-¡hola Sora!- saludó Tai con una gran sonrisa a su mejor amiga, casi hermana.
-¿Cómo estás?- preguntó Matt dándole una pequeña sonrisa a su novia.
-bien ahora que volviste, te extrañe mucho- confeso Sora colocando su bolso en el respaldo de la silla frente al puesto de Matt y tomando asiento en ella -¿cómo te fue en Tokyo?-
-fue entretenido pero me hiciste falta- admitió Matt dándole un beso.
-por favor no empiecen con las cursilerías- se quejo Tai sentándose sobre la mesa de su pupitre –ya tuve suficiente con Yolei y Ken durante todo el verano, además sólo te fuiste una semana-
Los otros rieron y decidieron nada más tomarse de las manos encima del pupitre del rubio, ambos con las espaldas pegadas a la ventana.
-y ¿qué es eso que tienes distinto?- preguntó Sora curiosa a Tai.
A este sus ojos color chocolate le brillaron un instante antes de contestar.
-que bien que lo preguntas Sora- comenzó alardeando –estas viendo al nuevo capitán del equipo de fútbol-
-felicita. . .- exclamó Sora
-aun no termino- le corto Tai a su amiga –como decía, soy el nuevo capitán y por eso mis padres me compraron ¡estos!-
Tai levantó su pie izquierdo a la altura de los ojos de la pareja mostrándoles un par de zapatos de tacos color verde fluorescente.
-¿por qué no te compraste unos más chillones?- preguntó Matt con sarcasmo.
-¡son los Nike Mercurial Vapor IV!- explicó Tai emocionado ignorando el comentario del ojiazul que no entendía tanta felicidad por un par de zapatos.
-¿y te dejaron entrar con ellos?- pregunto Sora sin poder apartar su vista de aquellos zapatos, específicamente el color de los zapatos.
-¡cómo crees! Me cambie los negros por estos en el baño- explicó Tai como si fuera lo más obvio del mundo.
-bueno pues lo lograste, ahora no te perderemos- le dijo Matt riendo con burla.
Tai fingió que le iba a dar una patada al rubio mientras se reía también del comentario. En cambio Sora no lograba conseguir algo que se le comparase a aquel tono de verde.
¿En qué rayos pensaban sus padres?
-¡hola Kari!-
Levanto su vista de las páginas del libro y sus ojos marrones se enfocaron en una chica de gafas redondas que colgaba un bolso de distintos parches de tela en el puesto de enfrente.
-hola Yolei- saludo Kari cerrando el libro con la página donde había quedado marcada –está lindo tu bolso-
-¡gracias! lo hice el sábado, me quedó bastante bien- dijo muy orgullosa Yolei mientras tomaba asiento –aunque me pinche con la aguja un millón de veces-
Kari rio cuando vio como su amiga le mostraba sus dedos con curitas de varios colores.
-¿de qué va esta vez?- preguntó Yolei tomando el libro de Kari.
Era típico ver a Kari con un libro en sus manos, era como si se complementarán. Yolei no comprendía tal fascinación sobretodo con aquellos que eran tan gordos como la Biblia. Nada más pensar en leer tantas páginas le ponía los pelos de punta, no, lo de ella eran las revistas de moda, más imágenes que letras.
-me lo prestó mi mamá, se llama "Orgullo y Prejuicio"- contestó Kari con ilusión –es muy romántico y también le sacaron una película-
-y si hay una película, ¿para qué lo lees?- preguntó Yolei pasando las paginas amarillentas.
-¡no es lo mismo! El libro no tiene barreras, es mucho mejor- contestó Kari ofendida –además yo ya te lo había dicho, ¿recuerdas? Cuando leía Twillight-
-si lo recuerdo, lo que pasa es que no entiendo por qué teniendo a los bombones de Robert Pattinson y Taylor Lautner en la pantalla del cine, prefieres leer un libro- aclaró Yolei poniendo los ojos al cielo.
Kari sonrió divertida pues recordaba muy bien como ella, Yolei y Sora se la habían pasado gritando en el cine cada tanto que aparecía alguno de esos actores sin camisa.
-es más, deberían de poner esas películas en 3D- dijo Yolei seriamente dejando el libro sobre la mesa de Kari –tu sabes, para tener una mejor perspectiva-
Sin poder contenerse Kari había comenzado a reírse ante las ocurrencias que decía Yolei.
-¿perspectiva de qué?- preguntó curioso un chico de cabellos azules que se había acercado a las chicas.
-¡Ken!- gritó Yolei al tiempo que se abalanzaba hacia el chico tirando su silla contra el suelo.
Las mejillas de Ken se enrojecieron mientras Yolei las llenaba de besos con los brazos alrededor del cuello de su novio.
-hola Ken, ¿cómo estás?- saludo Kari observando la escena.
Y ella no era la única, los demás estudiantes que se encontraban dentro del salón voltearon a ver de dónde había salido el estrepito que hizo la silla de Yolei al caer. Los alumnos viejos no le dieron importancia pues ya les eran familiares los escándalos de la pareja más cursi de todo el instituto.
Soltándose del abrazo de Yolei, le dio un beso en los labios y sólo se tomaron de las manos.
-hola Kari, estoy bien- dijo Ken un poco avergonzado -¿y qué era eso de la perspectiva?-
-nada cariño, cosas de chicas- contestó Yolei restándole importancia –¿viste el bolso que hice?-
Kari se disponía a guardar su libro dentro de su mochila cuando alguien le tapo los ojos.
-adivina quién soy- dijo la voz de un chico tras ella.
Una sonrisa se dibujo en sus labios pues sabía exactamente quien era, después de todo, esa era siempre su forma de saludarla a cualquier hora del día.
-hola Davis- dijo Kari tratando de quitarse las manos de su novio de la cara –Davis, suelta-
Davis comenzó a reírse ante el inútil esfuerzo que realizaba su novia.
-ya basta- se quejaba Kari pero sin poder dejar de sonreír.
-las palabras mágicas- dijo el chico de piel morena entre risas.
-¿por favor?- preguntó Kari con los brazos cruzados.
-correcto-
Davis quitó sus manos y le dio un sonoro beso en la oreja izquierda, logrando un fruncimiento de cejas y unas mejillas coloradas en el rostro de Kari.
-no hagas eso- se quejo la chica acariciándose las orejas al tiempo que Davis recogía la silla de Yolei para sentarse en ella.
-me encanta tu cara cuando parece tomate- confeso Davis con ojos de enamorado.
El rojo de Kari pareció encenderse aún más por la vergüenza. A veces su novio decía unas cosas, pero no podía hacer nada porque así era como ella le quería.
No era muy atractivo pero tampoco feo, era un poco celoso, tierno, despistado, inquieto y cada día sentía que le quería más por sus defectos que sus virtudes.
-Davis no digas esas cosas o harás que a Kari le dé un paro respiratorio un día de estos- le advirtió Yolei con tono de superioridad.
-no te pedí consejo, lunática- dijo Davis enfadado por el tonito de Yolei.
Detrás del vidrio de las gafas los ojos de la chica de pelo púrpura parecieron dos llamas ardiendo y sus cejas se unieron en un fruncido.
-¡¿cómo me llamaste idiota?- gritó Yolei completamente enojada.
-¡Lunática, eso es lo que eres!- contestó Davis y así comenzaron a pelear gritándose el uno al otro.
Kari y Ken soltaron un suspiro al unísono.
Desde la secundaria, Davis y Yolei nunca se llevaron bien por lo que cada tanto que sus miradas se encontraban terminaban gritándose el uno al otro en constantes peleas que realizaban todos los días pero al darse cuenta de que el otro era el amigo de su pareja los gritos entre ellos disminuyeron un poco.
-Davis no le digas así a Yolei- dijo una voz masculina interviniendo en la discusión –ella no es ninguna lunática-
Los cuatro chicos giraron sus rostros en busca de aquel que había silenciado la pelea.
Los ojos de Kari se abrieron desmesuradamente y sintió como su corazón se encogía dentro de su pecho. Los recuerdos del pasado le asaltaron la memoria.
Esa voz, esa sonrisa y esos ojos tan azules como el cielo. No podía creer que los tuviera frente a ella después de un año de ausencia.
-¡TK!- exclamaron Yolei y Davis en conjunto cortando el breve silencio que para la de cabellos castaños había durado una eternidad.
-hola Davis, Yolei, Ken- saludo el chico posando su vista en cada uno hasta detenerse en unos ojos marrones –hola Kari-
Trago saliva nerviosa, sentía un nudo en la garganta y temía que en cualquier momento sus pulmones dejasen de funcionar por lo que voluntariamente apartó sus ojos del recién llegado. Nadie notaba la tensión que parecía rodearlos a ambos.
-¿Cómo estás? ¿Qué tal Tokyo?- pregunto Ken logrando captar la atención de TK.
-bien, Tokyo es muy divertido pero extrañaba Odaiba- dijo TK pasándose una mano por sus rubios cabellos con una sonrisa.
-¿cuándo llegaste?- preguntó Yolei ya más contenta sentándose en la superficie de su escritorio.
-Matt estuvo contigo, ¿no?- dijo Davis a su mejor amigo feliz de que este hubiera vuelto.
-si, mi hermano estuvo una semana allá- contestó TK con tranquilidad –llegamos el sábado en la noche-
-nos hubieses avisado, el domingo pudimos ir a algún lado- dijo Yolei consternada.
Kari observaba de reojo en absoluto silencio.
-es que quería que fuera sorpresa- dijo TK y sus ojos azules volvieron a encontrarse con los de Kari, la cual dio un respingo logrando una sonrisa extraña en él.
No le había olvidado.
-bueno, lo lograste- dijo Ken con una suave sonrisa.
TK no pudo evitar reírse un poco.
-y ¿Qué ha pasado?- preguntó TK curioso –mi hermano no ha querido decirme nada-
-TK, de lo que te has perdido- comenzó Yolei recordando divertida –Joe se emborracho en su fiesta por sus excelentes notas, sabes que está estudiando medicina-
-Izzy se encontró a Sora y a Matt en ropa interior dentro del baño del bar del hermano de Joe, ese día teníamos una reunión y eso- dijo Davis sonriendo.
-Tai se fracturó el dedo gordo del pie durante una clase de deporte, Matt fue el que lo vio y nos contó que fue pateando una pelota de fútbol sin los zapatos- contó Yolei entre risas –tenías que ver como lloraba en el hospital-
TK no paraba de reír ante cada anécdota divertida que le contaban Yolei y Davis quienes adicional hacían mímicas e imitaban las voces de los demás, como para mejorar el relato.
-también ganamos el torneo de fútbol del año pasado gracias a que Ken ingreso en el equipo- dijo Davis orgulloso –juega demasiado bien-
-¿en serio?- preguntó TK
-no exageres Davis- agregó Ken –recuerdo que Tai nos llenó a todos de gaseosa de limón-
-no seas tan modesto cariño- dijo Yolei amorosamente a Ken
-y los más importante que te has perdido. . .- dijo Davis tomando la mano de Kari que reposaba sobre su escritorio.
Al sentir el contacto de los dedos del moreno, la chica sintió como el pasado se esfumaba y era de vuelta a la realidad. Sonrió con ternura cuando al alzar su vista encontró la felicidad pura en las facciones de su novio. El pasado ya no importaba con él a su lado.
Aquella mirada no pasó desapercibida por TK.
-Kari y yo somos novios- terminó Davis con cara de enamorado.
Nadie notó como dos azulejos se opacaban.
-vaya- dijo el rubio sin ninguna emoción y nuevamente nadie percibió nada.
-si, ¿cuánto tiempo llevamos?- preguntó Davis a su novia
-exactamente 7 meses- contestó Kari con las mejillas sonrojadas
-pero como se tardaron para serlo- dijo Yolei –tuve que darles un empujoncito-
Davis la miró de mala manera mientras Ken y Kari rieron un poco. Los dedos de TK se tensaron.
-bueno. . .- dijo TK sonriendo mecánicamente –los felicito-
-gracias- dijo Davis y justo en ese momento la campana que indicaba el inicio de clases repicó.
-ya nos tenemos que ir- anunció Ken dándole un beso a Yolei en la mejilla –nos vemos al recreo-
La chica asintió con una sonrisa y se bajo de su mesa. Este año para su mala suerte no les había tocado juntos.
-adiós Kari- se despidió Davis parándose de la silla –vendré por ti apenas salga-
-ok- dijo Kari contenta
Ambos chicos se despidieron rápidamente de TK y corrieron en dirección a su clase pues por la puerta entraba el profesor de inglés con una taza de café y un maletín de cuero.
TK en absoluto silencio se ubicó en el cuarto puesto de la fila del centro, justo en diagonal con Kari quién ya sacaba sus cosas lista para copiar el plan de evaluación. En cambio, Yolei sólo se limitó a sentarse y desear que ya se acabase la clase para poder estar con Ken.
-bienvenidos a este nuevo año- dijo el profesor amablemente
Los ojos de todos los alumnos se concentraron en el profesor que dejaba su taza de café en la mesa, todos excepto un par de zafiros que clavaban su mirada en la chica de dulces ojos marrones.
¿No me amabas a mí?
Sus manos descansaban a ambos lados de su cuerpo mientras esperaba que el hombre sentado frente a ella terminara de leer los papeles que su padre no había podido llevar el día anterior.
La frente del hombre se encontraba arrugada y de sus cabellos negros salían algunas hebras grises, vestía un traje formal y su dedo anular estaba rodeado por un anillo de oro. Se encontraba sentado detrás de un largo escritorio de madera con un pequeño cartelito blanco que decía "Director" en letras negras.
Sus ojos observaron el reloj circular que colgaba detrás de la pared y no pudo evitar morderse el labio inferior, gesto que hacía cuando se encontraba nerviosa. Las agujas indicaban que eran ya pasadas las ocho, por lo tanto todos los estudiantes se encontraban dentro de sus salones de clase y ahora ella llamaría demasiado la atención.
-todo parece estar en orden- dijo el director colocando los papeles sobre su escritorio y quitándose las gafas de lectura.
La chica no pudo evitar dar un respingo al escuchar la voz del director.
-no haré que se retrase más- dijo el director mostrando sus perfectos dientes blancos –puede irse, la Srta. Kanawa le guiará a su salón de clases-
Como contestación la chica le dio una sonrisa y se dio la vuelta para irse.
-¡ah!- dijo el director logrando que ella volteara un poco el rostro teniendo una mano en el pomo de la puerta -¡bienvenida al Instituto Superior de Odaiba!-
-muchas gracias- dijo la chica y salió de la oficina.
Fuera una mujer de unos veintiocho años la esperaba con una sonrisa en sus labios carmesí. Con un gesto la mujer le indicó que le siguiera.
La chica a medida que caminaba sentía mayor nerviosismo siendo acompañada por el tintineo de los cascabeles que colgaban en su pulsera. Cruzaron varios pasillos hasta dar con una puerta que tenía el número tres junto con la letra "B" grabadas en ella.
Desde fuera podía escuchar la voz de la profesora, de seguro dando todas las formalidades del primer día de clases a todos los alumnos. Un nudo se formó en su estomago y lamentó seriamente haber comido de más aquel día.
La Srta. Kanawa tocó dos veces la puerta con los nudillos.
-ahora copien- dijo la voz de dentro y unos segundos después la puerta era deslizada -¿qué ocurre?-
Por la abertura el rostro serio de una mujer apareció.
-Prof. Nigai, siento interrumpirla pero he traído a una estudiante nueva- comenzó a explicar la Srta. Kanawa amablemente –el director la tenía retenía revisando unos papeles-
Los pequeños ojos negros de la profesora Nigai la estudiaron de forma estricta. Su boca era una fina línea recta en su rostro y su cabello negro estaba recogido en un moño alto. De inmediato la chica supo que no sería su profesora favorita.
-bueno, lo dejaré pasar- sentencio la prof. Nigai –pero sepa señorita que no me gustan los retrasos ¿entendido?-
La chica asintió con la cabeza.
-que tenga un buen día- se despidió la Srta. Kanawa y se marchó pues tenía un montón de cosas que hacer.
-entre para que se presente con la clase- dijo la mujer y abrió completamente la puerta entrando dentro del salón –escuchen todos denle la bienvenida a la nueva alumna-
Inhalando un poco de aire, entró con determinación en el salón. Poco a poco todas las miradas se concentraron en su ondulado cabello castaño, sus uñas rosadas que hacían juego con su bolso, el tintineo de sus cascabeles, el lazo fucsia que sujetaba un lado de su cabello y la sonrisa en su rostro.
Se detuvo justo en el centro.
-soy Mimi Tachikawa acabo de llegar de Estados Unidos- se presentó con una voz cantarina y brillantes ojos castaños –espero que nos llevemos bien-
Un murmullo en general se hizo entre todos los alumnos. Los hombres no paraban de mirar las curvas que presentaba el cuerpo de la nueva, las mujeres fijaban su atención en los accesorios que llevaba encima.
La mirada de Mimi recorrió cada parte del salón hasta encontrarse con un par de ojos azules tan fríos como el hielo, fue justo en ese instante en que una extraña sensación brotó en ambos.
Como si sus cuerpos les advirtieran de un peligro inminente.
N/A: bueno he aquí mi primer fic Mimato y también el primero narrado en tercera persona. Hace algunos meses que empecé a leer fics de esta increíble pareja y me encantaron (casi tanto como el Sasuhina en Naruto) debido a que ambos personajes me gustaron mucho durante la serie.
Esta idea se me ocurrió cuando miraba el techo de mi habitación a oscuras con la canción de t.A.T.u – Loves Me Not (les recomiendo escuchar la versión rusa ;D) a todo volumen en mis audífonos.
Confieso que soy nueva en Digimon, tuve que buscar ayuda de Wikipedia para poder recordar algunas características de los personajes pero espero que les guste y que me dejen reviews con su opinión!
Bye Bye
Kirumi
