Nota de la autora: Antes que todo, la siguiente historia que no se narra en hechos continuos, es escrita en tercera persona pero desde la perspectiva de Sasuke sobre sus sentimientos por Sakura, terminada la guerra ninja. Básicamente intentaré dar respuesta a todo lo que Kishimoto no nos ha presentado en algún manga. Se toma de la mano también de las novelas de Sasuke Shinden y Sakura Hiden.
Muchas gracias por leer, espero sus comentarios. Cariños!
I Capitulo: De oscuridades y Calores
"Perdón, Sakura"
"¿Por qué?
"Por todo"
Repetía una y otra vez la mismas palabras en su mente. El rostro de esa chica, sus lágrimas. El daño que había causado, una y otra maldita vez en su cabeza. No podía parar de pensar, era lo único que le permitía hacer esa celda, pensar.
Sasuke tenía los ojos sellados con jutsu que no le permitiera usar sus poderes oculares, los brazos atados. Pese a eso jamás había estado en un lugar más luminoso que ese, siempre en la oscuridad, y ahora pese a la paradoja de aquella cárcel oscura podía ver con más claridad las cosas, sin embargo la culpa una y otra vez...
Oyó algo, una voces a lo lejos, una conversación. Voces de hombres y luego, la voz de una mujer. Se estremeció, era Sakura.
-No puedes hablarle.- dijo la voz del hombre que cuidaba de Sasuke, lo reconocía, era el hombre que acostumbraba a insultarlo por todas las atrocidades que había cometido en el pasado. ¿Cómo no reconocerlo? No obstante, no podía evitar sentir un cosquilleo en el estómago. Era la primera vez que uno de sus dos compañeros le visitaba.
-Está bien.- oyo decir a su compañera, acto seguido, escuchó el sonido de los barrotes abrirse y unos pasos aproximarse a su ubicación.
Silencio. No pudo pensar más, era como si todo el bullicio de su cabeza hubiera cesado, como si de pronto los sonidos de su mundo interior, los demonios dentro se hubieran calmado. Estaba expectante. ¿Qué estaría pensando Sakura? Pero, sintió el tacto de la muchacha desatarlo de los brazos y desabotonarle la camisa de fuerza. Un dedo roso el torso del Uchiha y la piel de gallina apareció instantáneamente. ¿Qué hacía? Pero su pregunta fue respondida de inmediato, un cálido calor se posó en la herida de su brazo que había quedado después de la batalla con Naruto. Solía doler a menudo, más ahora, ese cálido calor fluía por la herida, fluía por su cuerpo. Era el jutsu medico de su compañera.
Que extraño, pensó, Karin le había curado en algunas ocasiones y nunca había sentido algo similar.
-Sakura...-susurró el chico.
-No se puede hablar.- oyo la voz severa de su cuidador.
No se podía hablar, tampoco sabía que más decir, no podía insinuar otra palabra que no fuera el nombre de su compañera. Sakura, una y otra vez, en sus sueños, el perdón, el por qué, el por todo, una y otra vez.
La mano de su compañera inspeccionó la herida. Dios, las manos de la chica le quemaban la piel, pero no era molesto, era más bien una sensación placentera y molesta, de esas molestias que solía conocer bastante bien. Esas de ganas de tocar, de poder hacer algo y no poder hacerlo. Se sintió un niño de 14 años de nuevo, cerca de esa compañera que le clamaba profundo amor, hundido en la miseria.
Antes era la venganza la que no le permitía hacer lazos, ahora era la culpa.
Habrán pasado algunos minutos y sintió que la chica volvía a abotonar la camisa, volvía atarle. No tenía intenciones de dañar a nadie, ni de huir, además, con un solo brazo qué podía hacer. Después reflexionó en esto último, el brazo.
-Permiso para darle información médica a Sasuke- escuchó que decía Sakura.
-Concedida.
Sasuke
Sasuke
¿Dónde estaba el kun?
-Estamos trabajando con Tsunade Sama en un brazo artificial con células de Hashirama, pronto estará listo. Lo intentaremos primero en Naruto, de resultar...
-No lo quiero- respondió el Uchiha, mordiendose la lengua en el acto.-No lo quiero, Sakura.
No hubo respuesta, y a cambio sólo oyó los pasos de la chica alejarse de la celda, y a ésta misma cerrarse.
No quería un brazo de repuesto. Había intentado matarla en al menos tres ocasiones. No quería un brazo de regreso. Había decidido que ese sería siempre su recordatorio, la quería a ella de regreso.
