¡Hola :D! Hacia mucho que no escribía nada, estoy muy MUY oxidada :'v pero ahora estoy de regreso con esta nueva historia la cual espero llegue a ser de su agrado. Cualquier duda, queja o sugerencia pueden hacermela saber mediante un lindo review 3 los cuales son gratis -guiño-
De antemano pido disculpas si encuentran alguna falta de ortografía.
Advertencia: Puede que haya un poco de OoC en el transcurso de la historia (No este capítulo... o eso creo)
Disclaimer: InuYasha y compañía no son de mi propiedad, pertenecen a Rumiko Takahashi y hago esto sin fines de lucro.
Disfruten.
—¡Kagome! ¡Hija! ¡Se hace tarde! –
Suspiro con pesadez, no tenía ánimos de levantarse. Se levantó y desperezo con parsimonia. En ese momento la puerta de su habitación se abrió dándole paso a su progenitora.
—Hija, deberías empezar a cambiarte o se te hará tarde para llegar a la academia -
Miró a su madre y sonrió, solo por ella haría el esfuerzo de presentarse en aquella dichosa academia.
—Bajo en un momento mamá – Naomi correspondió la sonrisa de su hija y asintió con la cabeza al tiempo que salía de la habitación.
Cinco minutos después bajaba con rumbo al comedor, donde tomo un pan tostado y un jugo, miro el reloj, cuarto para las ocho ¡Ya era tarde!
Salió a toda prisa de su casa, agradecía que la academia estuviera cerca. Diez minutos después jadeaba buscando un poco del aire que había perdido en su apresurada carrera. Al menos, se decía, había valido la pena. Sabía que la academia, a la que iba a asistir a partir de aquel día, era demasiado especial, aunque a su pesar, no le agradaba el hecho de haber sido escogida para estar ahí.
—Es una escuela hermosa ¿No crees? –
Su mirada se fijo en la chica que iba llegando a su lado. Era delgada pero curvilínea, de cabellera larga y castaña, sus ojos alegres del mismo tono de su cabello. Asintió. En ese momento se escucho una voz a través de los altavoces.
"Estudiantes de nuevo ingreso, diríjanse en orden al gimnasio" "Estudiantes de nuevo ingreso, diríjanse en orden al gimnasio"
—¿Vamos? –
—Te sigo –
Ambas se encaminaron al gimnasio. En el camino hicieron las debidas presentaciones.
—Por cierto… Mi nombre es Higurashi Kagome –
—Un gusto, el mío es Akamori Sango –
Sonrió para la chica, no tenía más de diez minutos de conocerla y ya le caía bien.
—¿Puedo llamarte solo Sango? –
—Claro, siempre y cuando yo pueda llamarte solo Kagome –
—Es un trato justo –
Ambas rieron en complicidad. Frente a ellas se erguía el edificio que albergaba lo que era el gimnasio estudiantil, al cual iban entrando, poco a poco los nuevos alumnos.
A su alrededor podían apreciar lo que eran pequeños jardines y jardineras, además de senderos que llevaban a lo que eran el resto de edificios que conformaban la academia. Al entrar al gimnasio, pudieron notar que los asientos estaban separados en dos partes. Frente a ellos se encontraba un podio de madera, justo detrás de este, se encontraban unas sillas, en las cuales suponían, estarían sentados los profesores. De nuevo pudieron escuchar los altavoces.
"Del lado derecho favor de colocarse los alumnos humanos, del lado izquierdo los alumnos youkai o semi youkai"
A los pocos segundos de que se había acomodado en el lugar, una mujer de no más de 30 años vestida con un traje sastre de color negro se colocó detrás del podio y aclaro su voz, las sillas detrás de ella se fueron llenando poco a poco con distintos personajes.
—Sean bienvenidos a la Academia Shikon, la escuela de mayor importancia para la preparación de jóvenes especiales – los ojos de la mujer recorrieron a cada uno de los alumnos ahí reunidos – deben saber que pertenecer a esta Institución es un gran privilegio, ya que aquí serán instruidos en el uso y desarrollo de sus habilidades, las cuales les serán de gran utilidad en el mundo exterior – detuvo un momento su discurso cuando sus ojos chocaron contra los azulinos de Kagome – y más aún, si llegan a ser parte de los elegidos – le sonrió a la chica con la mirada y continuo con su discurso – Así que pedimos que pongan su mayor esfuerzo, demuestren con orgullo que son dignos de pertenecer a esta Academia – Los profesores detrás de ella se levantaron y miraron con solemnidad a los nuevos integrantes. — Pueden retirarse a sus salones de clase – dio media vuelta y de la forma que llego, se fue junto a los profesores.
Sango y Kagome se miraron antes de salir del gimnasio y buscar el que sería su salón de clase, el cual, mientras escuchaban a medias el discurso, descubrieron que era el mismo. Caminaban entre el mar de estudiantes, evadiendo a uno que otro distraído.
—Entonces ¿Cuál es tu habilidad Sango? – la castaña miro a su amiga, ya había transcurrido gran parte del día escolar y hasta el momento no había nada de extraordinario en las clases a excepción del hecho de que eran mixtas. Tenían compañeros humanos como youkai, eso era parte de lo que hacia especial a la Academia.
—Pues el manejo de armas y batalla cuerpo a cuerpo ¿El tuyo? –
Kagome coloco su dedo índice en su barbilla, como si estuviera pensándolo.
—Provengo de una familia de monjes y sacerdotisas, así que supongo que es eso – jugaba desinteresadamente con un mechón negro azulado de su cabello
El timbre sonó, anunciando el final del día, la mayoría de los alumnos ya había huido fuera del salón. Ellas fueron las ultimas en salir.
Caminaban por el pasillo que dirigía a la salida del recinto, de repente la pelinegra sintió como su parte trasera chocaba contra el suelo. Se levanto apresurada dispuesta a exigir una disculpa a la descuidada persona que la había empujado. Sacudió su falda y fijo su vista en quien estaba frente a ella más las palabras se atoraron en su garganta al topar sus ojos en los contrarios, que eran de un intenso dorado.
¿Qué les pareció?
Se que es corto y termina algo abrupto pero necesito saber su opinión para continuarlo o pulirlo uwu
Me despido :3 besitos para tod s
