Notas: Nuevas actualizaciones de la historia, ya no tengo catorce años y obtuve una mejor escritura, nuevas ideas, es tiempo de un gran cambio.

Este Fic se lo dedico a todos los fans de sailor moon.

Título: Las vueltas que da la vida.

Autora: well, yo. xd

Pairing: Serena Tsukino / ¿? [que me dicen, ¿Alguna sugerencia?]

Disclaimer: Ninguno de los personajes de Sailor Moon me pertenecen.

Advertencias: Violencia, discriminación, relaciones Yuri/femslash.


CAPITULO 1 "un mutuo sentimiento de nostalgia; ¿nos conocemos?"

Era un excelente día por la mañana en Uminari, el sol estaba escondido entre las nubes pero se podía apreciar algunos rayos de luz bañando sobre los edificios más altos de la ciudad. Cerca de uno de los bosques se encontraba una mansión de paredes blancas y azules, estaba todo en absoluto silencio y es debido a que nuestra hermosa protagonista; una chica de cabellos dorados como el oro fundido, piel blanca y sedosa se levantaba perezosamente de su cómoda cama, tiene catorce años y su nombre es Serena Tsukino, la rubia extranjera al ver con sus hermosos ojos azules la hora corre a darse una ducha rápidamente, podría decirse que era una costumbre para ella ser impuntual.

Salió de su habitación y bajó corriendo las escaleras, tropezando torpemente por la sala de estar donde amablemente alguien había colocado su mochila, entonces notó que su hermana y su mejor amiga ya se habían ido, por supuesto ellas nunca la despertaban, se despidió de las personas que cuidaban del lugar en su ausencia y salió apresurada.

Caminaba por la calle sumamente embelesada por las cosas nuevas que visitaban sus ojos, miraba a la gente y su alrededor examinando cada detalle, era una ciudad bastante bonita. En medio de todo el caos visual encontró a su mejor amiga Molly Osaka, la pelirroja la miraba casi reprobatoriamente, pero nadie podía mantenerse enojado con Serena durante varios segundos por lo que sólo le sonrió y caminaron juntas.

Al llegar al instituto ambas soltaron un profundo suspiro seguido de una pequeña risa y armándose de valor entraron. Cuando caminaban por algunos de los pasillos que dirigía hacia la oficina del director había alumnos que las miraban con una cantidad considerable de sorpresa, tenían toda la pinta de extranjeras. Al llegar a la dirección distinguieron a la "hermana" de Serena, ella era un poco más alta que la comunidad estudiantil femenina pues medía cerca de los 5'8, su cabello es tan rubio como el de su hermana y sus ojos son casi idénticos a excepción de algunas motas verdes y plateadas en sus orbes azules, su aspecto es poco femenino ya que viste el uniforme varonil de la institución y un suéter de cuero negro. Llegó media hora antes que ellas pues es una persona madrugadora.

Su primer día en la nueva secundaria y ya parecían un desastre, el director trataba de ignorar el hecho de que mientras uno de ellos era puntual las otras dos no tanto, sacando algunos folletos que contenían las reglas de la institución les dedicó una breve sonrisa de bienvenida y las guió a su nuevo salón, desafortunadamente interrumpiendo la clase de matemáticas, todos incluido el director conocían el carácter del hombre calvo.


POV. Serena

Mientras el director nos guiaba por los interminables pasillos de la nueva institución pensé en todo lo que había ocurrido en estados unidos, a decir verdad me encuentro muy confundida, desde que nos fuimos mi hermana ha estado muy deprimida, se comporta bastante extraño, no soy tonta y sé que nos oculta cosas pero le hemos querido dar su tiempo y espacio. Es algo de lo que Molly y yo hemos hablado durante las noches, tratamos de hacer suposiciones pero no hay nada que nos convenza y no queremos pensar que algo realmente malo pudo haberle pasado, será el tiempo el que nos diga todo. Ahora nos dirigimos a nuestro nuevo salón, es gracioso pues interrumpimos la clase de matemáticas y el maestro se encuentra realmente furioso, solo espero que este año nos vaya relativamente bien, mi hermana parece una enciclopedia andante así que no me preocuparé por sus calificaciones.

El director abre la puerta y me siento más nerviosa que de costumbre, como realmente hiperactiva, nos invita a pasar y cuando lo hacemos puedo escuchar varios susurros, abucheos, e incluso algunas burlas.

Buen día alumnos, espero que no le estén dando problemas al profesor, sólo he venido con el fin de presentar a tres estudiantes nuevos, ellos son extranjeros así que espero que los traten bien, como también espero un poco de paciencia por parte de usted con respecto a la enseñanza, profesor. El joven Eos Tsukino, la señorita Serena Tsukino y la señorita Molly Osaka… No los quiero interrumpir por más tiempo de lo debido así que me retiro. — Nos miró unos segundos y con una mueca parecida a una sonrisa se fue con un — les deseo suerte.

— Buenos días. —Después de un largo silencio incómodo el profesor lo rompió con su voz dura y desdeñosa "si las miradas pudiesen matar hace rato que ya hubiese muerto" tragué saliva en seco, el profesor dirigió su frívola mirada a los demás alumnos. — ¿hay algún asiento disponible?

¡aquí! — Gritó histérica una pequeña rubia de ojos azules, la diferencia entre su rubio y el mío era que el de ella estaba un pcoco mas amarillo que dorado, no era más alta que yo y usaba un moño rojo en el cabello. Lo más extraño sin embargo era que en cuanto nuestros ojos chocaron un sentimiento de nostalgia me invadió "me parece conocida" fue lo primero que pensé, trataba de ubicar su rostro en alguna parte porque era obvio que también era una extranjera, pero a pesar de eso no podía poner las piezas en su lugar. No soportaba la curiosidad de saber quién era, de saber porqué me miraba con tanta insistencia, con la misma mirada que yo le dirigía a ella... así que me acerqué y me senté junto ella.

Hola, mucho gusto, mi nombre es Mina Aino y tengo catorce años — se presentó extendiendo su mano hacia a mí, automáticamente y sin pensarlo dos veces le correspondí.

Mucho gusto, señorita Aino…

Llámame Mina — Me sugirió.

Entonces mucho gusto, Mina — Le respondí con una de mis mejores sonrisas.

"Nueva vida… aquí voy".


POV. Amy

Llegué temprano al colegio como de costumbre, era un día aparentemente normal como todos los demás, no había nada nuevo a excepción de los rumores que se extendían al rededor de los inmensos pasillos, realmente no estaba prestándole atención a los murmullos. Al entrar al salón me di cuenta que aún no había nadie así que preferí sentarme a leer uno de mis libros de otras materias en lo que llegaba el profesor. Siempre había sido una chica muy estudiosa, o por lo que recuerdo siempre me interesó aplicarme en todos los ámbitos estudiantiles.

Finalmente llegó el profesor de matemáticas y comenzó con la clase, fue mi sorpresa que tan solo unos minutos después vi entrar al director, no le di tanta importancia pues el a veces daba rondas por los salones para ver que todo marchara en orden. No me di cuenta de la entrada de los nuevos alumnos sino hasta que el profesor preguntó:

¿Hay algún asiento disponible? — En ese momento miré al frente para encontrarme con el aspecto de dos chicas y un chico, al parecer la rubia y el rubio son gemelos, solo es una suposición porque realmente se parecen demasiado en contraste con la pelirroja a su lado. Es extraño, me sentí totalmente rara, algo nostálgica y sentir cosas era algo nuevo para mi, no estoy exactamente relacionada con las emociones, por un momento llegué a pensar "¿los conozco?".

La rubia se sentó al lado de Aino, la chica más desinteresada en los estudios que he conocido, me di cuenta que en los dos meses en esta escuela nunca nadie se ha sentado junto a mí, no es algo que me preocupe pero algunas veces uno se pregunta si es feo o hay rumores sobre mi teniendo una enfermedad contagiosa. Después escuché al joven Kelvin, el más estudioso de la clase, no rebasaba mi indice de coeficiente intelectual pero sí era mejor que el promedio normal.

Señorita Molly, aquí hay un lugar vacío — La chica se sentó junto a él dándole un abrazo "sin duda… se conocen" pensé.

Finalmente el joven, sin opciones, se sentó en la esquina, en la última fila de pupitres, innegablemente sentí algo de tristeza por él, no entendía porqué y me estaba volviendo angustiosa, parece que es muy solitario "igual que yo", quizá por eso tengo este sentimiento en mi pecho. Con una ceja enarcada vi que el joven sacaba un libro de Cálculo integral, por lo general esos temas nos los enseñan en los primeros semestres de la universidad, comenzó a leer, "vaya, parece que encontré a alguien con el mismo nivel de capacidad mental que yo, puede ser algo bueno ya que habrá más competencia". No pude dejar de mirarlo hasta que el maestro dijo que mañana teníamos examen, claramente todos escucharon a Serena y Mina quejarse.

Ay no, odio los exámenes — "Se van a llevar muy bien ellas dos" pensé al mirarlas brevemente, finalmente se fue el profesor y llegó el siguiente, geometría.


POV. Eos

Al llegar admiré a los pocos alumnos presentes en el salón, los que parecían haber llegado antes que nosotras, sabia que había mas gente responsable y eso me daba la esperanza de no ser la única al llegar sola los próximos días. Realmente no di segundas miradas al enjambre de estudiantes hormonales que inundaba el aula por lo que inmediatamente después de que encontrara un lugar apartado del tumulto estudiantil fui a sentarme en el viejo y desgastado pupitre. No es que me guste la soledad, sin embargo agradezco la privacidad que me brinda mi alejamiento social auto impuesto.

Comencé a leer luego de un tiempo hasta que una mujer delgada y con los labios regordetes pintados de carmín entró al salón, gracias a mi hoja de horario supuse que era la profesora de geometría y observé a una niña sacar un libro de geometría número tres, "al parecer tendré competencia" pasaron unos minutos en que la maestra solicitó nuestra atención, sólo para seguir con la clase.

No pude ser… que aburridas son las clases habiendo cursado ya este periodo. — Susurré algo enojada y aburrida.

Nuevamente entró el director y pensé "¿siempre interrumpe así las clases?", dos chicas entraron pisándole los talones, la primera era de estatura alta, con el cabello de color marrón y rizado, sus ojos eran verdes y tenía la apariencia de una mujer violenta, podría decirlo por su postura defensiva. La segunda era pelinegra, extrañamente tenía los ojos violetas hipnotizantes, estatura normal y de aspecto serio. Después de mi breve interés en ellas volví a concentrarme en mi actual lectura.

Pasaron horas largas, aburridas y tediosas hasta que llegó el anhelante receso. Me dirigía a la biblioteca cuando un chico desgarbado, de ojos marrones y piel bronceada se puso frente a mí con un cuchillo, enarqué agudamente una de mis cejas ante su postura agresiva, lo cual no combinaba con la indecisión de sus facciones "y ahora que pretende este joven tonto", no pasó mucho tiempo antes de que, seguramente sus pequeños sucios secuaces, se pararan a cada lado de él con navajas relucientes, presumible-mente nuevas.

Bueno, ciertamente esta es una visita inesperada, ¿se les ofrece algo? — Traté de mantener la gravedad de mi voz en conjunto con la frialdad característica de mi tono.

En realidad creo que podrías ser de utilidad. Estamos seguros de que eres quien vino con la hermosa extranjera, presentanos a ella. — Exigió tan cínicamente que casi me sentí amordazar de lo repulsivo que eso sonaba.

Esta fuera de tus límites, una joven tan hermosa como ella no se fijaría en ti, e independientemente de eso ¿a cuál de las dos te refieres? — Puse las manos tras a espalda para entrelazar los dedos y relajando visualmente mi postura. Mientras los jóvenes se miraron entre ellos con una leve confusión hasta que el supuesto líder me señaló con su daga.

¡No hagas rodeos¡ dinos el nombre de las dos. — Simplemente genial, ahora su tono era de fastidio.

¿D verdad piensas que lo haré? Para qué, ¿para que puedas lastimarla? — Pregunté fríamente mientras me acercaba al joven, quien ahora se veía severamente confundido, sus esbirros parecieron más inteligentes y se alejaron dos pasos. — ¿Qué hace un alumno de secundaria amenazando por ahí con cuchillo en mano? Esto me parece que es una banda delincuentes a los que puedo acusar con el director... y demandarlos a la policía. — Terminé mi perorata dura y sarcástica a un niño iracundo, otro temeroso y el ultimo pensativo.

¿crees que puedes amenazarme de esa manera? Eres un idiota al enfrentar a tres personas con arma en mano, podría desgarrarte el estomago para luego sacarte los órganos y lanzarte a un rio o darle de comer a los lobos tu cuerpo en el bosque cerca de aquí. — Admito que sus comentarios estaban bien elaborados y que si fuera una persona normal ahora mismo estaría orinandome del miedo pero... No soy normal y soy bastante insensible.

¿Ya acabaste, niño bonito? — Eso sólo pareció enfurecerlo más y balanceó su daga peligrosamente cerca de mi estómago...

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