¡Finalmente pude sacar esta idea de mi cabeza! No daré muchos detalles, solamente haré la aclaración de que la ortografía del título hace alusión a una canción con el mismo nombre.
¡Espero que les guste! Nos leemos abajito
MIKROKOSMOS
…
En cada persona hay una historia, en cada persona hay una estrella…
Brillemos tal cual somos esta noche…
Toda esa luz que yo vi en ti es idéntica a la que tú encontraste en mí…
…
CANCIONES NOCTURNAS
"Todos los seres que habitan en este universo tienen el resplandor de una estrella dentro de sus cuerpos…Cada uno tiene una estrella, como tú o como yo. El resplandor de la estrella depende mucho de la persona…. Y nunca imaginé encontrar a alguien más, con un brillo tan extraordinario como el tuyo…"
La luna llena brillaba con un delicado fulgor, como si fuese un ente viviente acompañándolo entre las calles. El astro nocturno y él siempre habían tenido una especial conexión, una que muchos humanos no podrían entender; sin embargo, esa noche, Eriol sabía que aquel vínculo estaba más latente; sentía correr la energía lunar por cada poro de su cuerpo, atravesaba su espina dorsal y cosquilleaba traviesamente en sus oídos haciéndole sonreír.
Ése era el encanto de la luna, regalaba sueños y sentimientos cálidos a quienes la contemplaban, teñía de magia la oscuridad e invadía de paz al universo con su brillo de esperanza. No importaba que tan negra fuera la noche o las fuerzas que habían tenido la osadía de querer apagar su luz; ella, siempre terminaba derribando con su gentileza aquellos muros de tinieblas… porque la luna es el sinónimo del amor en todas sus formas.
Y ahora el joven Hiraguizawa ayudaría a llevar ese mensaje hasta el otro extremo de la galaxia.
- Hemos llegado alteza – Anunció el mago sin tener a nadie alrededor, su único acompañante era la luna y la rosa carmesí que sostenía entre sus manos. – Ésta es la tienda de los deseos.
El paisaje suburbano se desvaneció cuál si fuera un espejismo, dejando en su lugar una pequeña casa que remontaba la época dorada japonesa; con su verja de altos tablones rodeando el perímetro, piletas al aire libre que albergaban un acuario de nenúfares y carpas koi, una terraza forrada en madera y puertas corredizas adornadas con papel estampado de arroz.
- Bienvenido señor – Lo recibieron un par de chicas, una de largas coletas azules y la otra de cabellera rosa.
- Buenas noches, Maru… Moro… – Saludó con una sonrisa educada mientras dejaba sus zapatos en la entrada
- La señora lo está esperando – Dijeron las dos al unísono.
La terraza trasera poseía una atmósfera mucho más íntima y misteriosa, allí, los recuerdos de una vida anterior se habían escrito para él. Era un sensación extraña que a pesar del tiempo no lograba digerir; con tan sólo poner un pie en aquel espacio detenido, su corazón parecía dividirse en dos: un latido le pertenecía a él, mientras que el otro, retumbaba con timbres lejanos hacia la existencia de un hombre… de Clow Reed.
- Qué inusual – Lo recibió la dama de mirada escarlata – no sueles visitarme en noches como ésta – Decía a apuntando hacia el firmamento.
La dueña de esa tienda, Yuuko Ichihara, era sin duda una mujer singular, del tipo de persona que llama la atención con todo su ser. Su larga cabellera caía cuál riachuelos de tinta más allá de su cintura, su piel pálida combinaba de forma perfecta con sus ojos y labios de rubí. Resultaba tan extravagante como sólo ella podía ser.
Ésa noche igual que muchas otras, llevaba ropa tradicional; preferencia que, albergaba el secreto de las muchas vidas que habían transcurrido en su cuerpo.
"Llevaba puesto ese kimono el día que nos despedimos" reconoció Eriol al evocar el pasado de su antecesor.
- Tan despampanante como siempre señorita Ichihara – Correspondía el chico con un beso en la mano de la mujer como todo buen inglés.
- Sabes bien que con esa apariencia, tus cariñitos no funcionan conmigo – Se burló.
Yuuko disfrutaba sacarlo de quicio en cada ocasión bajo la excusa de esa apariencia adolescente que él poseía. Esta vez sin embargo, Eriol permaneció en un sereno silencio y tomó asiento a su lado.
- Vienes por algo en especial ¿no es así? – Dijo la bruja dimensional luego de ese pacífico intercambio falto de palabras.
El inglés asintió.
- Estás en lo correcto, vengo a pedir un deseo – Confesó con aire misterioso en su mirada zafiro, mientras le extendía la rosa roja que traía consigo.
Ichihara enarcó ligeramente una ceja ¿acaso ese chiquillo le estaba gastando una broma? No obstante, algo en la rosa frente a sí llamó su atención, aquella no era una rosa ordinaria. Las pequeñas gotas de resplandor que la adornaban, no eran los vestigios del rocío sino la muestra milenaria de un gran poder místico.
Una energía y resplandor idéntico al que regalaba la luna esa noche y también había algo más… eran las pequeñas chispas del brillo de una estrella fugaz. Tal combinación de esencias repletas de sentimientos, convertían a esa simple rosa en un objeto de gran valor en el universo.
- ¿De…de dónde la has sacado? – Pronunció ella con dificultad, incapaz de atreverse si quiera a tocar un solo pétalo de la flor.
- Será el pago – Informó el mago. – Su Alteza Serenity espera que sea suficiente – Aclaró haciendo una reverencia al nombrar a la reina del Tokio de Cristal.
Yuuko estaba sin habla ¿cómo había logrado esa pequeña imitación de Clow Reed ponerse en contacto con la mismísima Neo reina del siglo XXX? Eriol entre tanto, sonreía ligeramente (el rostro sorprendido de la señorita Ichihara no era algo que se veía todos los días ) en ese breve lapso de silencio entre ambos hechiceros, Hiraguizawa le afirmó con un leve gesto que aquello en verdad estaba sucediendo; que la persona con más poder entre las dimensiones, la misma que tenía a su disposición todo un séquito de valientes guerreras planetarias a su disposición, la misma que había vencido innumerables veces al mal con tan sólo la pureza de su corazón… estaba recurriendo a ellos en busca de ayuda.
- Será todo un honor servir a su Alteza – Respondió la dueña de la tienda con total pleitesía.
Junto a sus palabras, la Luna desprendió un rayo luminoso que descendió en el centro de aquella terraza; dibujando entre su luz a una bella joven de larga cabellera platinada, esbelta figura y unos ojos tan azules como el mar. En su fino rostro se podía leer la inocencia de un corazón libre de maldad pero también poseía una gran madurez y sabiduría que la ayudaba a velar por el bienestar del sistema solar.
La chica que por mucho tiempo se hizo llamar Serena Tsukino, les sonrió tranquilamente una vez que tuvo a ambos hechiceros en frente.
- Te lo agradezco mucho Ichihara-san – Pronunció la dueña del cristal de plata – Este deseo es muy especial. – Continuó mientras miró brevemente a Eriol, quién asintió casi de manera imperceptible.
Pero nada se escaba a los obres rubíes de Yuuko.
- Le escucho – Indicó.
- Un encuentro – Respondió ella – Un encuentro entre dos estrellas.
El vaivén de las ramas del cerezo sagrado se encargó de cubrir el silencio que invadió la conversación.
- ¿Acaso me está pidiendo forzar al destino su Majestad? – La voz de la bruja no pudo esconder su desconcierto, aquella petición iba en contra de sus normas personales.
Ella estaba convencida de que el destino era el creador de los lazos entre las personas y una vez formado el vínculo no podía detenerse. No importaba que tan breve era el encuentro entre dos personas; al conocerse, se afectaban el uno al otro y ése encuentro cambiaba sus vidas, formando así el comienzo de los acontecimientos inevitables.
- No creo que forzar sea la palabra adecuada – Habló de nuevo Serenity – Solo lo guiaremos para que inicie el camino. Un encuentro basta ¿no es lo que tú crees? - Cuestionó la joven con una ceja enarcada y media sonrisa.
Eriol soltó una risita, ésa dama era sin duda la emperatriz de la Luna. Sólo ella tenía las agallas e ingenio para convencer a Yuuko de cumplir aquello.
La bruja le lanzó una mirada desaprobatoria para hacerlo callar.
Al no tener argumentos ante esas palabras, suspiró para luego asentir en silencio.
- Lo haré pero será un encuentro breve – Cedió – Lo que pase después será responsabilidad de esas estrellas.
Los labios de la reina se curvaron de manera inocente, probablemente un gesto que ayudaba a contener su emoción.
- No me atrevería a pedir más – Dijo conforme.
- ¿Trae algo de ellos con usted? – Solicitó en el tono que siempre solía usar cuando se refería a su campo de trabajo.
La monarca lunar señaló a la rosa que Eriol aún sostenía.
- En esa rosa, están sus sentimientos – Aclaró ella con la voz llena de nostalgia.
Por deber y también por curiosidad, Yuuko se atrevió al fin a tomar la flor.
En efecto, desde los pétalos hasta las espinas, aquella rosa estaba impregnada de intensas emociones, era como estar sosteniendo un corazón. Los recuerdos encerrados en ella, fueron liberados cual riachuelo por la mente de la bruja dimensional, descubriendo entonces la identidad de aquella estrella que le importaba tanto a la ex guerrera de la luna...
A veces era un joven de largo cabello azabache y brillante mirada nocturna, mientras que en otras se transformaba en una tenaz guerrera de un planeta distante…
Seiya Kou y Sailor Fighter
En cualquiera de sus existencias, había entregado su corazón a la guerrera de la luna y a Serena Tsukino, sin importar que estos sentimientos fuesen imposibles.
Ahora Ichihara podía comprender la insistencia de la reina ante tal deseo.
Para Serenity también fue inevitable evocar aquella tarde lluviosa en la azotea de su antiguo colegio…
Él había llegado justo a tiempo para ayudarla como en muchas otras ocasiones y había utilizado ésa misma rosa en un veloz intento para protegerla.
Nunca creyó que una sola rosa, le causaría tanta confusión y desconcierto.
¡Recordé a Darien al ver esa rosa roja!
Se escuchaba a ella misma entre lágrimas desde algún sitio de su memoria, mientras desahogaba el diluvio que llevaba asfixiando su alma en ese entonces…
Lo mucho que se avergonzaba por ser una glotona e inconstante en los estudios, lo mucho que lamentaba no ser fuerte, lo mucho que le dolía estar sola… y lo mucho que extrañaba a su amado…
Fue en ese momento que el joven Seiya Kou la miró con decisión antes de que su voz le rogara con gentileza…
Déjame reemplazarlo…
A ella le fallaron sus cuerdas vocales al intentar brindarle una respuesta. ¿Cómo rechazarlo sabiendo de su noble corazón? Pero tuvo que hacerlo; lo quería mucho, sí, pero no lo suficiente como él se merecía.
Además, el amor de Serena ya tenía dueño desde tiempos remotos y no podía concebir un presente o un futuro sin el rey Endymion; ambos tendrían el deber y la dicha de forjar un futuro juntos, logrando con su unión una era de paz entre la tierra y la luna…
Fue así, que los sentimientos del cantante Seiya Kou quedaron sin corresponder.
Aún ahora… Serenity se sentía culpable; aunque su querida estrella fugaz se marchó con una sonrisa, ella sabía que lo había herido y era posible que ese dolor viviera todavía a pesar de la distancia; podía sentirlo, él todavía estaba sufriendo.
Por esa misma razón había decidido pedir ese deseo.
- Soy yo la que debe ser reemplazada de su corazón – Confesó la peli-plata con un nudo en la garganta al usar aquellas palabras de esa manera.
Tanto Yuuko como Eriol guardaron silencio, ambos sabían que era lo correcto. Ésa estrella debía encontrar otro motivo que hiciera a su corazón brillar.
- ¿Quién es la otra estrella con la que quieres reunirlo? – Se atrevió a cuestionar la bruja casi a media voz como una señal de respeto ante la fragilidad emocional por la que atravesaba la reina de Cristal.
Eriol entregó la respuesta, una que fácilmente se explicó por medio de un listón azul. Nuevamente, los ojos rubí se abrieron cuál platos en cuanto el mago depositó la cinta en la mano que Yuuko tenía libre.
Él pudo leer en los ojos de su compañera las miles de preguntas que quizás se moría por formular pero esperaba calmar sus dudas cuando le negó con una sonrisa, indicándole que no era el momento para hablar sobre el tema.
Eriol ya había tomado su decisión también.
- ¿Están seguros que ése será su deseo? – Quiso reiterarlo.
- Sí – Contestaron Serenity y Eriol al unísono.
- Bien, que las líneas del destino se crucen entonces y que un encuentro se escriba a través del universo – Enunció al atar el listón a la rosa.
Cuando ambos objetos estuvieron unidos, la insignia de la magia de Yuuko apareció absorbiendo la esencia que se resguardaba en ambos objetos… y, de aquella energía, se formó una esfera que Mokona Larg transportaría más tarde a la bodega.
En cuanto la transferencia mágica hubo terminado, Yuuko tomó los pétalos de la rosa en un puño para luego soplar sobre ellos en un suspiro chispeante que logró deshacerlos hasta convertirlos en polvo cósmico, que después la brisa nocturna se encargó de transformar en estrella fugaz. Una que navegó más allá del tiempo y dando saltos entre las dimensiones.
- Su deseo ya está en marcha – Anunció la mujer hacia Serenity.
- Muchas gracias Ichihara-san, eres una persona extraordinaria - Elogió la Real mujer.
Yuuko apreció el halago con una sutil sonrisa y una ligera inclinación de cabeza.
- Puede estar tranquila, yo me encargaré desde aquí Alteza – Aseguró el inglés en gesto solemne y con una rodilla en el suelo.
La joven reina sonrió de manera dulce mientras se acuclilló frente a él para poder mirarlo en cuanto puso una mano en su hombro.
- Nunca olvidaré lo que has hecho por mí esta noche – Le dijo. – Te prometo que tu corazón estará tranquilo también.
Las gemas zafiro de Eriol se tornaron líquidas ante el consuelo que le daba escuchar esas palabras y para Serenity fue imposible mantener por más tiempo ése protocolo; abrazó al chico con toda la ternura que era capaz de expresar, solo así sentía que podía transmitirle toda su gratitud.
- Te lo agradeceré por siempre Eriol Hiraguizawa – Hizo evidente su sentir también a través de sus palabras.
El aludido no fue capaz de decir nada, aquel contacto era tan maravillosamente abrumador que cualquier sonido de su boca parecía totalmente innecesario; solamente atinó a corresponder esa dulce cercanía.
Segundos, minutos; uno es incapaz de llevar la cuenta cuando es envuelto por los brazos de la misma encarnación de la Luna. No obstante, fue lo suficiente para asegurarle a Eriol de que así debía de ser… que ése deseo debía y merecía ser cumplido…
Poco después, un rayo de luz descendió nuevamente para disipar con él a la monarca del futuro Tokio.
Ambos magos quedaron prendados con la vista en el firmamento por donde la Neo reina se había ido, ésa era quizás la primera y última vez que ella se presentaría ante los dos.
El listón azul todavía seguía atado al tallo de la flor, con él, aquel deseo terminaría por completarse.
- ¿En verdad estás seguro de esto? – Cuestionó Yuuko con un ligero reproche – Aunque la Neo Reina lo haya pedido, éste deseo es…
- Es lo correcto – Cortó el chico.
- Sabes que la señorita Daidouji tiene sentimientos por ti – Alegó con firmeza.
- Y también sabes que no puedo corresponderle – Se defendió con tintes de exasperación.
Eriol tomó aire y continuó luego de sentarse a los pies del cerezo.
- No es sólo por Kaho; mi vida es…demasiado complicada…lo sabes mejor que nadie. – Le dijo con seriedad en la mirada. – Además, ellos serían perfectamente compatibles, la reina y yo lo hemos visto – Aseguró.
Y era cierto, solamente el alma de Tomoyo Daidouji poseía la bondad, la luz y una pureza semejante a la de Serenity
- Ya es tiempo de que ambos sean amados como se merecen - Enunció finalmente con una agridulce mirada.
"Tonto" pensó la pelinegra hechicera ante las palabras del joven.
- ¿Así que decidieron utilizarme como un sustituto de cupido? – Entonó en son desinteresado.
Eres la única cupido con autorización para atravesar dimensiones tan lejanas entre sí – Concordó él.
La dama de ojos escarlata bufó sin remedio porque Eriol tenía razón. A pesar de que el poder de la reina era enorme, ella tenía sus limitaciones y no debía usarlo para resolver asuntos personales como ése.
"Menudo melodrama al que me han metido" reprochó la hechicera para sí
- Qué así sea – Asintió dando por finalizada aquella conversación.
Desató entonces el listón de la rosa; el mismo que había adornado el paquete en donde Eriol recibió una hermosa capa negra hecha a mano, el último libro de su autor japonés favorito y una carta escrita por un corazón amatista.
Tomoyo nunca se había atrevido a cruzar la línea de amistad que había entre ambos pero Hiraguizawa no era tonto. Sabía de sobra que la amabilidad de ella era lo bastante grande como para conformarse con su felicidad a pesar de que no fuese a su lado.
¿Cómo no preocuparse por alguien así? ¿Cómo no hacerlo si ella había sido un pilar importante para él y sus amigos durante todas sus aventuras mágicas? Un simple gracias nunca podría cubrir la deuda que Eriol sentía con la joven Daidouji.
Hasta que apareció ésta oportunidad, la posibilidad de ayudarla a encontrar a la persona que tenía todo el potencial para hacerla feliz y… Seiya Kou, incluso su otra identidad: Star Fighter, poseían cualidades que Tomoyo seguramente amaría de una forma u otra. Hiraguizawa no habría permitido aquel deseo si llegase a sospechar algo peligroso en esa lejana estrella fugaz.
Era lo correcto, finalmente podría pagar el empeño y cariño de su amiga durante todos esos años.
Yuuko procedió a chasquear sus dedos, provocando que el listón se deshiciera en un solo hilo: delicado, brillante y hermoso, como si fuera una hebra de luz. Al momento de lanzarlo hacia el aire, éste despegó con la fuerza de un cohete partiendo hacia su destino… Kinmoku el planeta de fuego…
….
Más allá de nuestro sistema solar, atravesando un mar de nebulosas y asteroides, el hilo iridiscente entró a la atmósfera del planeta dorado-carmín; el paisaje era simplemente idílico, con un firmamento teñido de colores cálidos y praderas verdes repletas de flores que recordaban el plumaje de un fénix.
Era casi imposible creer que ese planeta había sido destruido alguna vez.
El Palacio se alzaba orgulloso al pie de una escalinata que lo conectaba rápidamente con el pueblo. En ese atardecer, había más actividad de la acostumbrada debido a la celebración que se haría en honor a tres valientes estrellas fugaces.
Salior Star Healer, una chica menuda, de intensa mirada verde neón y larga cabellera ceniza, ayudaba a unos cuantos niños a poner las decoraciones a lo largo de la terraza; mientras que Sailor Star Maker, una joven de mirada purpúrea, cabellera castaña y de expresión madura y tranquila, revisaba la lista de invitados al tiempo de hacer anotaciones sobre los últimos detalles por terminar.
Solamente queda colocar unas cuantas farolas en el fondo y comprobar que el número de asientos del salón principal concuerde con la lista – Decía palmeando el papel entre sus manos.
- Son las tareas de Fighter- Indicó la guerrera oji-verde sin molestarse en disimular su ceño fruncido.
- ¿Y bien, en dónde está? – Preguntó Maker buscando con la mirada a su compañera guerrera.
Healer sólo puso sus ojos en blanco, seguramente se había escapado de nuevo para mirar la luna desde alguna de las torres del Castillo...
….
Cuando contemplaba la luna le gustaba hacerlo bajo la piel del cantante Seiya Kou, de esa forma le era mucho más fácil recordar con claridad todos los momentos que vivió en el planeta tierra, especialmente los momentos compartidos con la joven "Serena bombón" ¿Cómo era posible que estando en su hogar, anhelara tanto ese planeta azul? ¿Cómo era posible que se sintiera más cómodo bajo esa falsa apariencia? A veces creía que había enloquecido. Se sentía un traidor hacia los suyos, al reconocer que su corazón ya no estaba en Kinmoku.
Por eso se escondía en ese lugar y más en una ocasión cómo aquella; le parecía una hipocresía presentarse como una de las guerreras que defendió su planeta contra Galaxia, cuando ahora…. lo que más deseaba era salir de ahí para ir en busca de la Sailor Lunar…
Y lo peor era saber que tal deseo era un caso perdido.
Suspiró con gesto derrotado.
- Soy un idiota – Se reprochó sin despegar la vista de la luna que empezaba a alzarse en su planeta. No era tan brillante como la que había en la tierra pero era lo más cercano que podía tener de su bombón.
Entre tanto, el largo viaje de aquél trocito de listón finalizó justo en uno de los barandales que adornaban la torre sur. Al tocar la superficie, la hilera brillante hizo aparecer un paquete similar al que había adornado alguna vez, pero en lugar de listón, ésta hilera sostenía una tarjeta en un extremo, en ella se leía Seiya Kou con elegante letra cursiva…
El tíntineo que se escuchó una vez terminada la entrega del paquete, llamó la atención de la estrella fugaz con apariencia de chico.
- ¿Qué es esto? – Preguntó en voz alta al tomar el obsequio caído del cielo.
- ¿Sailor Fighter? – Lo llamaba a su vez la princesa de fuego, al momento de llegar a la cima de la torre, sabiendo de antemano que la encontraría ahí.
- Alteza no tenía porqué molestarse, ésta celebración es más que suficiente – Comentó mientras recobraba la figura de la Sailor Star Guerrera.
Los bellos ojos llameantes de Kakyuu parpadearon con sorpresa pero tras identificar el brillo que se desprendía de la tarjeta, ella sonrió tranquilamente.
- Te equivocas Sailor Fighter, ese paquete no viene de mí – Dijo con la vista puesta en la luna.
Tras las palabras de su princesa, los ojos de Fighter se agrandaron con asombro, más cuando su voz se dignó a salir en busca de una explicación, Kakyuu ya se había marchado.
Sus dedos empezaron a cosquillearle al estar en contacto con la envoltura del obsequio, ¿cómo no había reconocido esa cálida energía antes? Vio el nombre en la tarjeta y al segundo siguiente ya era de nuevo el joven Seiya Kou.
Solamente unos cuantos seres humanos recordaban ése nombre, luego de la pelea con Galaxia.
- Bombón… - Susurró mientras descubría lo que había dentro del empaque. Su corazón palpitaba de emoción.
Finalmente pudo encontrar un pequeño joyero de plata que tenía grabado una luna creciente adornada con flores de ciruelo en la tapa y al abrirlo, una bella melodía inició para armonizar aquel ambiente. Cada nota era suave, dulce… como si fuera una nana dedicada al pequeño llavero de oso que descansaba dentro.
- Éste es… – Musitó el joven con voz entrecortada. Se trataba del mismo osito rosa que él le había obsequiado al final de su cita en el parque de diversiones.
¿Se lo estaba devolviendo? ¿Acaso eso era señal de que lo estaba rechazando por segunda vez? ¿ De que ella deseaba sacar incluso los recuerdos de Seiya Kou de su vida? ¿No era eso demasiado cruel? El chico no entendía nada, su bombón nunca haría algo así, no se atrevería ¿cierto? Las dudas comenzaron a carcomerle el pecho.
- Bombón ¿qué es lo que quieres de mi? – Enunció perdido hacia la luna, mientras esa Canción de la Noche se esforzaba en consolar el corazón acongojado del muchacho…
Hubo algo en la melodía que lo hizo sonreír a pesar de las dudas, algo en esa música le transmitía esperanza ¿acaso sería ése el mensaje que su bombón le enviaba? ¿Podría ser que hubiese una posibilidad para que sus caminos se volviesen encontrar? Su razonamiento le gritaba que aquello era imposible, ella ya tenía un futuro y a alguien con quien compartirlo pero… su corazón deseaba con todas sus fuerzas poder amar a una chica como Serena Tsukino...
….
Bajo el cielo estrellado de la ciudad de Tomoeda un piano sonaba al compás de las partituras en una balada llamada: Yoru no Uta, una de las canciones que a Tomoyo más le gustaba practicar. Se la sabía de memoria y dominaba perfectamente con su voz cada uno los tonos, como si ésa canción hubiera sido escrita exclusivamente para ella. Aquella melodía que hacia resplandecer su cantar a tal grado, que incluso una carta Clow quiso imitarle alguna vez en el pasado…
En la noche oscura veo brillar
A las estrellas doradas
Y me envuelve el eco de una canción
Y el perfume de una hermosa flor
A la luz de la luna
Flotan canciones nocturnas
Que se van volando en soledad
Flotando en el viento de mi cantar
En el cielo oscuro veo brillar, la hermosa Luna de plata
Como aquella rosa que floreció en la calidez de un corazón
En la gentil noche oscura, sola le canto a la Luna
Melodía que despierta el amor
Brotando en las alas de mis sueños…
Su profesora de canto le aplaudió en reconocimiento a su talento mientras ella le sonreía agradecida. Las labores de su club habían finalizado, permitiendo que Tomoyo regresara a casa.
La escoltaron sus guardias hacia su limosna, a pesar de ya estar en preparatoria, su madre insistía en conservar ese tipo de cuidados. A la amatista no le molestaba, aquella situación ya era parte de su rutina y lejos de verlo como una invasión a su privacidad ella lo consideraba un gesto amable por parte de Sonomi para que no se sintiera sola o desprotegida.
- Lamento haberlas hecho esperar – Se dispensó ella ante su séquito de seguridad.
Las mujeres en traje sastre le dedicaron una reverencia al momento en que ella subía al auto. Sus empleadas de negro no acostumbraban hablar mucho, así que la joven optaba por admirar el paisaje y escuchar la radio desde su móvil.
La empresa Piffle Princess se había expandido su fabricación de juguetes y tecnología hacia el mundo del entretenimiento, todo gracias al indudable talento para las artes que su heredera poseía. Ya sea en el diseño de vestuario, dirección audiovisual e incluso acompañamiento musical, Tomoyo procuraba participar regularmente en los distintos proyectos que su madre le proponía.
Con toda esta nueva gama de responsabilidades, la joven estaba mucho más atenta a posibles fuentes de inspiración que pudiesen desatar su espíritu creativo… y la música siempre facilitaba tal labor.
Por lo tanto, había tomado la costumbre de sintonizar aquella estación a la misma hora; se trataba de un programa dedicado a la nostalgia musical. Solían poner toda una serie de canciones y melodías que alguna vez acumularon millones de ventas y primeros puestos en los rankings de popularidad. Para ella era como un viaje al pasado, uno que sólo era posible por la magia de la música y el corazón.
Fue entonces que vio a una estrella atravesar el firmamento nocturno, transportando a su paso las partículas luminosas de una canción…
Search for your Love, Search for your Love…
Dulce sonrisa que brilla en la eternidad
Bello lucero que, siempre me hace feliz
Eres mi más grande tesoro…
Eterna luz de estrella
Search for your Love, Search for your Love…
Cristal del universo, ya no llores más…
Que mi voz un día te alcance…
Dime… ¿en dónde estás amor?
Contéstame, hazlo por mi
Contéstame suavemente
Search for your Love, Search for your Love…
Vengo buscándote cruzando el anochecer
Estoy pidiéndole a una estrella fugaz que me permita volver a verte
Lleva mi mensaje , oh luz de estrella
Contéstame, hazlo por mi
Contéstame suavemente
Ya había experimentado con anterioridad los efectos hermosos que tenía la música sobre ella, pero nada parecía comparable a lo que Tomoyo estaba sintiendo en esos momentos. Era como si el mismo universo estuviera hablándole, susurrándole aquella plegaria… dejándole en el corazón un debate emocional entre la paz y la tristeza.
Las letras que se deslizaban cálidamente por sus auriculares le hicieron recordar a su propio amor no correspondido. Lo había sobrellevado durante años y con una madurez que a veces lograba sorprenderla.
Estaba convencida de que el amor era un sentimiento maravilloso – casi mágico – capaz de adoptar formas y colores de lo más diversos; incluso un amor unilateral como el de ella, tenía un valor propio que lo hacía especial.
Esa experiencia la ayudó a darse cuenta de que, el primer acercamiento al amor verdadero era igual a una estrella; incluso si aquella persona especial estaba lejos, incluso si tomaba un camino diferente al suyo… Al final, la luz que ése amor dejó en su corazón, resultó ser lo suficientemente brillante como para despejar su propia oscuridad de inseguridades.
Sonrío ante tal evocación de recuerdos, al mismo tiempo que la canción finalizaba.
"Three Lights"
Reveló el locutor el nombre de la agrupación, un trío de chicos que logró catapultarse casi de inmediato a la fama, gracias a ése sencillo.
Tomoyo tecleó rápidamente aquel nombre en el buscador, arrojándole diferentes tipos de artículos relacionados con la fugaz carrera que habían logrado forjar esas tres estrellas; una gira de conciertos por Japón, una película de super héroes, varias apariciones en la televisión y la radio.
Pero… había algo extraño…todos aquellos datos carecían de fechas y también la información personal de cada miembro era casi nula ¿cómo era eso posible?
Seiya, Taiki y Yaten Kou… tres hermanos de dieciséis años, de nacionalidad y antecedentes desconocidos, salvo la fecha de sus cumpleaños. En la época de su lanzamiento fueron la sensación así como el misterio del momento, incluso los verdaderos motivos de su retiro se resguardaron en secreto.
"Quizás eso fuera parte de su encanto" tuvo que reconocer la nívea al encontrarse con una galería de fotografías. Y es que, había algo en ellos… una chispa especial. Lo tenían escrito en la mirada, en sus creaciones y presentaciones. Algo que lograba cautivar a la audiencia más allá de sus atractivas apariencias.
- Poseen la luz de las estrellas – Se atrevió a afirmar Tomoyo con una nueva sonrisa.
Una luz similar a la que Sakura y el resto de sus amigos poseían.
Incluso Seiya Kou compartía ése mágico color en los ojos. Un profundo azul nocturno… casi alcanzado al zafiro. La misma gema que había logrado cautivar su corazón años atrás.
- Espero que hayas recibido una respuesta – Confesó tiernamente a la fotografía del joven idol…
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Tal vez el universo no sea tan grande como crees, pues esa noche, sólo bastó un deseo y música para que esas dos estrellas: zafiro y amatista, lograran encontrarse…
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Como leyeron, la narración estuvo inspirada y construida gracias a tres canciones distintas: MIKROKOSMOS de BTS , YORU NO UTA o en español CANCIÓN DE LA NOCHE interpretada por nuestra querida Tomoyo dentro de la serie y finalmente el tema SEARCH FOR YOUR LOVE cantada por los Three Lights de la temporada Sailor Stars en Sailor Moon. Parte de las letras están traducidas de forma literal, mientras que otras estrofas son sacadas de adaptaciones al español; así que créditos para los autores.
¿Qué piensan de Seiya y Tomoyo como protagonistas? Personalmente amo a ambos! así que quise experimentar creando esta historia. A pesar de lo que Eriol y Serena piensan, ¿creen que podría haber algo entre ellos si se llegasen a encontrar?
Ahora bien ¿cómo debo catalogar esta entrega? ¿como un oneshot largo? o ¿el inicio de una nueva historia? Dejaré la posibilidad de continuar la historia por el momento. ¡Compartan su opinión en los comentarios!
También recalco que usé los nombres que conocimos en latinoamérica para los personajes de Sailor Moon, espero que esto no haya sido un inconveniente.
¡Muchas gracias por el apoyo! ¡Nos leemos pronto!
