Aves del paraíso
La luz de las velas amenazaba con acabarse de un momento a otro. El silencio de la noche era roto por unos pequeños gemidos femeninos, tan bajos que sólo un oído prodigioso podría escucharlos desde el otro lado de la vieja puerta de madera.
—Le…Levi— Susurró una mujer sentada en una silla mientras detrás de ella un hombre besaba con pasión y gran insistencia su cuello.
—Cuatro ojos ¿quieres cerrar la boca y dejarme disfrutar el momento?— Le dijo estirando de forma brusca su cabello. Bajó la vista y observó como cascadas de castaños mechones se escurrían entre sus pálidos dedos. Recordó los ríos de sangre que emanaban de todos los cuerpos. Recordó la grave herida que les había arrebatado a su comandante, su amigo Erwin.
Hanji se percató del ensimismamiento de Levi cuando éste no continuo molestándola. Preocupada volvió la vista para encontrarse al hombre con la vista perdida en sus cabellos. Sintió un leve tirón que rápidamente se convirtió en un ligero ardor que pasó a un punzante dolor.
— ¡Levi!
Gritó con voz chillona y ya varias lágrimas en los ojos. Al no ver ningún tipo de reacción de él tomó el abre cartas de su escritorio, con bastante dificultad comenzó a cortar su cabello, fue una tarea difícil pues el instrumento no contaba con la el filo necesario para la tarea, pero hasta que sintió los últimos cabellos desprenderse del agarré, con rapidez se puso de pie arrojando la silla hacia un lado. Con ternura le envolvió en sus brazos obligándole a bajar al piso.
El movimiento de Hanji hizo que Levi volviera un poco en sí. Sintió una leve molestia en la mano, extrañado subió la mano encontrando en esta los cabellos perdidos por la comandante. Un poco avergonzado quiso escudarse pero Hanji se lo impidió besando levemente sus labios.
—Shhh… — Susurró, y al acto besó su frente sin dejarlo de abrazar— Necesitas dormir un poco.
—Casi te pierdo…— Sentenció viéndola a los ojos.
—Pero aquí estoy Levi, estoy contigo— Acarició su mejilla, el contacto cálido de Hanji lo reconfortaba tanto. Sin percatarse de lo incomodo que pudiera ser observo atentamente el parche en el ojo derecho.
Hanji sintió la pesada mirada a la cual no se sintió lista de encarar. Bajó la vista tratando de alejarse de él.
—No, no tengas vergüenza— La voz fría de Levi retumbó en los oídos de ella. No era muy bueno para consolar a los demás.
Hanji soltó una pequeña risilla.
—Ya no soy perfecta para ti— Una mueca mal disfrazada de sonrisa se dibujo en su rostro.
—Yo— Tomó con sus manos frías el aflijo rostro— Soy el que nunca será digno de ti. Maldita cuatro ojos.
Ambos juntaron sus frentes sin decir más. No hacían falta las palabras, estaban agradecidos de aún estar con vida y juntos.
Muchas gracias por leer, sé que es una historia bastante corta, pero tenía que sacarla de mi mente antes de que se perdiera, como tantas más en el camino. La historia antes de ser publicada aquí fue publicada en la página de Facebook LeviHan Latino, así que no se alarmen por plagio (a menos que la vean en otro lugar que no mencione antes)
