Importante: Severos spoilers del final de los arcos Stardust Crusaders y por sobretodo Stone Ocean. Si desea entender lo escrito a continuación, le aconsejo seriamente leer este manga hasta aquel punto.

Sin nada más que mencionar.


Siluetas

Cinco segundos.

Siempre había sentido tanta libertad en esos cortos cinco segundos. Omnipotencia, como quizás DIO lo hubiese descrito tiempo atrás.

Pero en esta ocasión fue todo tan distinto: Por una vez sintió terror. Pese a que el tiempo seguía detenido, Jotaro Kujo no planeo nada; Cuando noto la sonrisa en el rostro de Enrico Pucci y se volteo a ver a su hija, solo actuó de forma instintiva, acelerado, sumamente intranquilo.

No había siquiera un intento de plan entremedio, no pensó en el después ni en su propia supervivencia, no pensó en nada más que en ella -Quizás así me perdone el tiempo de ausencia- alcanzo a meditar cuando el efecto de Star Platinum mostro señales de desaparecer.

Medio sonriendo, notó lo claro del agua a sus pies. Al menos, si moría en aquel instante, permanecería cerca de su amado mar.

'Si moría…'

Ya le había dado la espalda a Pucci, las cartas ya estaban jugadas. Estuvo tentado a reír cuando sintió aquel estruendoso golpe.

Fue rápido, no sentía más dolor. Distinguió algo de luz y el vasto océano frente a él.

-Te estuve esperando… pero no esperaba que llegaras de esta forma. No es propio de ti.

Se tomo un momento para reconocer la voz a sus espaldas. Aprensiva, preocupada, familiar.

Al tomar cierta conciencia de los hechos, se esforzó en preguntar titubeando – ¿Y-ya no hay vuelta atrás?

-Me temo que no- Respondió su joven acompañante - ¿Te arrepientes de algo?

Fue demasiado repentino quizás, estaba alterado -¡No quiero dejarla sola! ¡N-! – Jotaro no alcanzo a completar la frase cuando sintió un débil abrazo formarse a su alrededor.

-Ahora somos observadores, Jotaro. Pero hiciste bien, me atrevería a afirmar que la joven Jolyne heredo tu fuerza, todo estará bien.- Sentencio.

Jotaro solo suspiro agobiado, al borde de las lágrimas, conocía la situación a la perfección. Sabía a quién o a que se enfrentaba lo que quedaba de su grupo. Sabía que las palabras de aliento de Kakyoin solo eran dulces mentiras, que aun negándolo, eran las palabras que Jotaro anhelaba escuchar en ese momento.

Jotaro alzo la mirada, sentía rabia, muchísima. Alcanzo a distinguir un par de figuras a lo lejos, unos tantos delfines distanciándose.

-Me hiciste falta.- Sorprendido, Kakyoin solo esbozo una sonrisa en respuesta. Siempre estuvo ahí, siendo un triste observador, una brisa en la playa, una sombra sigilosa de aquel 'Joestar' reservado. Noriaki Kakyoin también comprendía que aquella batalla no acabaría bien. Pero por experiencia, él más que nadie estaba al tanto del dolor de solo esperar en silencio el transcurso natural de los hechos.

Jotaro solo sostuvo la mano de Kakyoin con fuerza. Preveía que su fiel sombrero no sería capaz de esconder las lágrimas que se aproximaban, pues distinguió una nueva silueta acercarse a lo lejos.

Hubiese deseado que su habilidad hubiese durado más de cinco segundos.

'Hubiese deseado'.


Notas del autor: Relato corto como me es costumbre.

No es sorpresa para nadie que el final de Stone Ocean dejo mal a la mayoría. Quise escribir algo breve en conmemoración. De paso se lo dedico a mi musa. Ojala que el tiempo me acompañe como hasta ahora, para seguir escribiendo de este estupendo manga.

Muchas gracias por leer.