n/a: Lo que este escrito en cursivas lo narra el narrador :v, lo que este en normal lo narra Sougo, contiene pequeño lemon y un poco de mención al arco de "Adiós al Shinsengumi"
El Shinsengumi que desapareció de Edo como por arte de magia, estaba de regreso, diez años después de su partida, no tenían ni un mes de haber regresado y seguían cumpliendo sus deberes del Shinsengumi, observando y siendo héroes desde las sombras, protegiendo a los habitantes, sin ninguna retribución, seguían manteniendo las mismas reglas, costumbres y grados; solo que se quedaban para ellos en la noche, a la luz del día todo se quedaba en el olvido.
Era el día libre del trio más inusual que se pudo haber formado en el Shinsengumi, un capitán sádico de primera, un investigador con obsesión de Anpan y un hombre con los ojos más tiernos que cualquier mujer en la vida de la serie.
Okita-san había decidido pasar el día durmiendo en cualquier esquina, ya que con sus 28 años llamaba la atención de cualquier mujer y eso a él no le agradaba mucho, tenían poco de haber vuelto y las mujeres ya se le abalanzaban. El otro par se le pego pensando en que podrían consolar a las mujeres que Sougo rechazará.
-"Yamazaki-san ¿dónde será un buen lugar para pasar nuestra primera noche de descanso?"- pregunte con cierto desgano en mi voz iba más a fuerza que de ganas.
-"Me enteré de un cabaret con temática china, llamado 赤兔 (Chai tú), es muy popular por aquí, la líder es una mujer muy hermosa con cabello bermellón"-exclamaba Yamazaki con su típica voz de informante.
-"Anpan-man solo pedí un lugar, no todos los detalles como si se tratara de un grupo terrorista"-le respondí algo molesto, ya que la palabra china y cabellos rojos no iban muy bien juntas, me recordaban a cierta niña molesta con la que solía pelear, y todo el tiempo que estuve fuera siempre estuvo presente en mi mente, ella no pondría un establecimiento de ese tipo.
-"Lo siento Capitán Okita, es la costumbre"-se disculpaba Yamazaki rascándose la cabeza.
-"Vamos"- la curiosidad me carcomía
-"Vamos"-respondió el par de tontos muy animado.
Caminamos hasta el lugar, este parecía estar en donde hace 10 años atrás trabajaba la hermana del gafas.
Solo compartía la ubicación, porque la construcción estaba totalmente cambiada, era muy elegante. En la parte de arriba tenia 赤兔 escrito con kanjis dorados, una hermosa puerta negra con unos detalles en dorado, acompañada con dos pilares (uno en cada lado de la misma) color rojo con unos hermosos grabados de colores dorados y negro; y, enfrente de cada uno de los pilares había una estatua de conejo saltando con una pelota que simulaba ser la luna en sus patas delanteras.
Quede maravillado con la construcción y al parecer los tontos también.
Entraron. Yamazaki y Sasaki quedaron embobados por la belleza del lugar, y bueno no solo de eso, las mujeres también eran muy hermosas, con vestidos típicos de China, que resaltaban la silueta de cada una.
Simplemente me limite a observar y me quede un rato en la entrada contemplando el lugar, dentro de este pareciera que el rojo no puede faltar, en cualquier lado que pusiera la vista había rojo, en las mesas, en los manteles, en las paredes; excepto en un lugar había rojo, y era en los vestidos de las señoritas que estaban ahí, los vestidos de ellas eran rosas, morados, verdes, amarillos, pero nunca vi que vistiesen ese color.
Sasaki y Yamazaki que habían sido los primeros en entrar ya habían sido dirigidos a un sofá con una mesa enfrente y dos bellas mujeres, una para cada uno, llegue junto con ellos, y varias mujeres cautivadas por mi belleza quisieron atenderme, pero simplemente las rechace, no vine buscando la compañía de estas mujeres y, me senté junto a mis acompañantes, ellos solo me vieron, y pedí una botella de Don Perigon.
En otro lado del establecimiento estaba la única mujer que podía vestir el rojo, su vestido era pegado de la parte de arriba, con unas pequeñas mangas y una abertura en la pierna derecha, usaba unas botas con tacón algo alto hasta la rodilla y, unos guantes morados hasta el codo. Todos los hombres que iban a ese lugar querían pedir sus servicios de compañía, pero ella siempre los rechazaba, pues solo era quien dirigía el lugar.
Mientras observaba detrás de la barra pude oír una plática entre dos de mis chicas.
-"Amiga, pero ese sujeto me rechazó a mí, a mí, que soy la única que puede competir con la jefa en belleza y me rechazo"-se quejaba muy afligida la mujer a su amiga.
-"Tranquila Shun, ya llegaran otros hombres con los que puedas trabajar"- decía una de las chicas con una voz muy amable.
-"Pero amiga él es un bombón, tiene un cabello castaño lacio, hermoso, y esos ojos carmesí que te queman con la mirada"-exclamaba la mujer con cierto toque meloso en su voz.
Rápido pensé que se podría tratarse de la única persona que podía hacerme frente y salir vivo, aparte que desde su partida, siempre estuve pensando en cuando volvería, y después de cinco años, perdí la esperanza de volverlo a ver y para distraerme de ese pensar, abrí este establecimiento. Pero pensar que ese sádico estaba en mi establecimiento, ¿será él?, quiero confirmarlo y ver en el supuesto "bombón" que se había convertido como decía mi empleada.
-"¿Quién es el cliente que te rechazo?"¿Pidió algo? – le pregunte, tratando de ocultar mi emoción.
-"Jefa, está en la mesa 5, con dos acompañantes varones y ellos si tienen los servicios de nuestras chicas"-respondía la joven.
-"Pero él, ¿Pidió algo? Porque si no está consumiendo es mejor correrlo"
-"Si, pidió una botella de Don Perigon"-decía la mujer mientras ponía la botella en una charola y unas cinco copas.
-"Ok, yo se lo llevo-le respondi, mientras agarraba la charola y caminaba en dirección a la mesa correspondiente, para confirmar si ese cliente, era quien me quitaba el sueño.
En la mesa donde estaban dos hombres de pelo negro divirtiéndose con unas mujeres y un castaño con un antifaz para dormir rojo, llegó una mujer con exuberante belleza, vestida de color rojo.
-"¡¿Jefa?!" - Gritaron las dos chicas al unísono -"¿Qué hace aquí?"
-"Vine a tratar con un cliente molesto, que si no viene a divertirse, no creo que sea recomendable que siga aquí"- respondió la mujer.
Yamazaki supo enseguida de quien se trataba esa mujer, por el bermellón de sus cabellos y el índigo de sus ojos, su fuerte carácter también ayudo un poco.
-"Capitán Okita, creo que lo buscan" - murmuraba Yamazaki enterrándole el codo a Sougo.
Este respondió con un quejido y solo se alzó un poco el antifaz. Lo primero que vi fue un vestido rojo, que en la forma que era, me hacía recordar a la chica de mis sueños. Ver ese vestido rojo me dio a la curiosidad de porque ella era la única que podía vestir ese exuberante color, ya que las demás chicas no lo hacían, aparte de que la acaban de gritar "Jefa", me quite por completo el antifaz y alce la vista y me encontré con unos hermosos ojos celestes y un cabello escarlata y piel tan pálida como la nieve, solo pude imaginar que era ella.
Por su parte ella se quedó ida en esos manantiales de fuego, que tenía por ojos.
Yamazaki entendió eso, se trataba de un encuentro de amantes que tenían tantos sentimientos encontrados, él le hizo una señal a Sasaki de irse; ya se iban a levantar cuando la mujer empezó a hablar
-"Señor cliente si no le gustan las mujeres del establecimiento se puede retirar, o es que tiene un interés en una mujer en particular, si es así sígame"- decía la mujer de forma coqueta.
-"Yamazaki, Sasaki, no me esperen, regresen sin mi"- les di una orden a los tontos que me acompañaban, y rápido me levante, me inundaba la curiosidad de averiguar si se trataba de la mujer que yo pensaba.
La mujer de cabellos escarlatas, guio a Sougo a una habitación muy al fondo del establecimiento, hizo que él entrara primero y ella entro después cerrando la puerta con seguro y prendió la luz. En el interior de esta habitación había dos sofás, una mesa de centro, un escritorio y una silla, parecía tener la misma distribución que en la Yorozuya.
-"Are china, si querías tener tiempo de caridad conmigo me lo hubieras dicho" – le dije para confirmar si era ella.
Pero al parecer me confundí de persona, ya que la que estaba delante de mí se voltio y me abrazo muy tiernamente, poniendo sus brazos alrededor de mi cuello; además de que una bestia como la que era ella jamás podría haber dado un abrazo tan cálido como este.
Correspondí su abrazo, rodeado lo alto de su espalda con mis brazos, ya que parecía que no me iba a soltar. Ella coloco su cabeza junto a la mía y al poco tiempo después volteo su cara haciendo que nuestros labios se encontraran, le fue fácil, ya que con los tacones que traía puestos, parecía que tuviéramos la misma altura. Fue un beso muy apasionado, sentí ganas de nunca separarme de esos dulces labios, que aunque trabajaba en este tipo de lugar, pareciera que eran muy inocentes.
Fui cautivado por una belleza china una vez más.
Devolví el beso que ella había comenzado, mordí sus labios, puede escuchar un leve quejido por parte de ella, fui bajando mis manos de su espalda a su cintura, pude sentir lo bien definido que estaban sus curvas, mientras en la parte de arriba con mis labios fui jugueteando con los de ella, jalándolos, tiempo después metí mi lengua, al parecer eso le gusto porque me acerco más mi cabeza a la suya. Saque mi lengua y me fui separando lentamente, quería un poco de aire, pero parece que eso no le basto y quería más, porque me jalo de nuevo y ahora fue ella quien metió su lengua, pude sentirla, tocando mi paladar y jugueteando con mi lengua yo la mordía un poco. Ella saco su lengua de mi boca, y me lamio la comisura del labio y se dirigió a mi cuello, yo con eso perdí todo el autocontrol que tenía.
Mientras ella me besaba el cuello yo la iba empujando a la pared, ella simplemente cedía, pues estaba más interesada en mordisquear y besar mi cuello, se sentía muy agradable, hacía que me erizara la piel. Yo mientras con mis manos masajeaba su espalda.
Ya en la pared ella dejo mi cuello, e inmediatamente me pegue yo como un vampiro al de ella y la aprisionaba más contra la pared y mi cuerpo, pude sentir a ella retorcerse un poco por lo que la hacía sentir con mi lengua en su cuello, empecé a morder un poco entre el cuello su hombro, pero estorbaba un poco la ropa, me pude dar cuenta que eso era como un tipo bolerito y mientras yo estaba ocupado mordisqueando su hombro mi mano izquierda desabrochaba el único botón de prenda, ella estaba ida por las mordidas que le daba que ni se inmuto de que le había despojado de su torero, sin esa prenda puedo marcar con más facilidad su piel y la parte de arriba de su vestido queda al descubierto, era un estraple en forma de corazón, que daba invitación a querer estar en esos pechos voluptuosos. Pero yo seguía mordisqueando el hombro y cuello su lado izquierdo, ella tenía las manos en mi espalda enterrándome sus uñas, que si no fuera por esos guantes y mi ropa, apuesto que me dejarían una gran marca. Mientras mi mano derecha estaba jugueteando con la espalda de ella peñizcándola.
Ella me hizo la indicación de que tengo libre acceso a sus pechos, ya que agarro mi mano izquierda que estaba por delante y la llevo a sus pechos, yo apreté uno, y pude escuchar un leve quejido de su parte, pidiéndome más. Yo me separe de su cuello y la observe, a esa luz tenue que una lámpara de piso nos brindaba, y pude ver a una chica sonrojada y muy nerviosa, que ni pareciera trabajar en un cabaret. Le sonreí y ella me correspondió la sonrisa, fui a su oreja y le mordí
-"¿Estas segura que quieres hacer esto?" - le pregunte, no es que no fuera fan de los encuentros casuales, pero esta chica me hacía dudar de seguir mis instintos, es como si estuviera profanado algo.
-"Si"
Fue su única respuesta, lo dijo con un hermoso tono de voz y una confianza muy fuerte, esto hizo que mi autocontrol se doblegara y como una bestia salvaje que había estado en hambruna desde hace mucho tiempo, me zambullí en sus pechos, esas hermosas montañas donde no me importaría perderme un mes, ese escote ayudaba mucho, ella solo apretaba más mi cabeza contra sus pechos, pareciera hubiera querido asfixiar contra ellos o tal vez era muy torpe en estos rumbos, seguía dudado de que si en realidad trabajaba aquí, puesto que trae un vestido rojo, y en el establecimiento nunca vi a una chica con un vestido de tal color, pero la llamaron jefa, si era así ha de ser porque tiene una gran experiencia o solo era porque dirigía este lugar, mis pensamientos me hacían dudar pero ese cuerpo me hacían volverme loco por sus gran definidas curvas, definitivamente era el arma secreta de este establecimiento.
Yo estaba algo sofocado por estar mucho tiempo mi cara entre ellos, pero mejor me separe mi cabeza y empecé a masajearlos con mis manos, estaba tentado a bajar ese escote, cuando ella lo hizo por voluntad propia. Yo me encargue de contemplar ese hermoso sostén de encaje negro, tenía unos pechos tan magnos no que tenía la necesidad de envidiarle a otra chica, le quite el brassier y seguí contemplándolos, eran hermosamente blancos y en su cima unas pequeñas salientes rosas que me pedían a gritos ser comidas, jugueteé con esos puntos rosas con mis dedos como si de botón de algún control de videojuego de tratase, ella seguía contra la pared, era hermosa la imagen de ella, pareciera que el colorante de su cabello se traspasó a la piel de su cara, pero ella seguía firme en su decisión de hace rato, y mi intención era seguirla. Iba a comenzar a chupar esos delicados puntos rosas cuando escuche alguien tocando la puerta
-"Kagura-san tus chicas te están esperando para cerrar el lugar, puedes dejar de holgazanear por un momento y salir a atender tu negocio"- decía una voz de un hombre que rápido pude identificar como el gafotas. Quede algo confundido, pues a final de cuentas la chica que tenía en mis brazos si será quien en verdad creía.
-"Shinpachi deja de meterte en mis asuntos ahorita salgo, dame unos diez minutos" – gritaba la mujer que se encontraba en mis brazos, ese tono tan hermoso que hace un momento había utilizado, había desaparecido, y un aru al final de esa frase pude lograr escuchar.
-"Bueno Kagura-san pero no tardes tus chicas ya se quieren ir"-decía con un tono de miedo
-"Si, si lo que tú digas"- le respondió con un tono arrogante.
Ya cuando escuche al hombre irse pude ver a la china acomodándose sus ropas, se vistió rápido para mi gusto.
-"Are china, ¿tanto me deseabas?, como para traerme a tu habitación – pregunte con mi típico tono de voz.
-"Oh ¿te conozco?"
-"Oh, ahora resulta que traes a tu habitación a cualquier castaño que entre a tu establecimiento"
-"Solo intente cambiar de parecer a un cliente molesto, pero pensar que eras tú te hubiera aventado patitas a la calle, y que me dices de ti, quedaste cautivado con mi belleza que querías apoderarte de toda ella, ¿querías arder en el volcán del Chai tú?"
-"¿Volcan? ¿Tú? ¿Por qué?"
Ella simplemente ignoro esa pregunta y corrió hacia mí, ahora si su abrazo parecía uno que diera ella, el de una bestia con una gran fuerza.
-"Que bueno que ya regresaste, bienvenido a casa"- me decía intentando contener las lagrimas
-"Gracias, ahora me tendrás por aquí molestándote"- dije yo intentando también contener las lágrimas.
-"Bueno"- y me dio un golpe en la boca de mi estómago que me saco el aire, mientras se retiraba de la habitación con una sonrisa triunfal. "China para la próxima no te me escapas tan fácil", se lo dije al aire, porque ella ya no estaba.
n/a: perdón por matar el momento de la acción, pero es mi primer lemon o intento de eso, así que espero les guste .n.
