Este fic es un regalito para el topic Kenyako del foro proyecto 1-8 de Digimon.
Felicidades por el aniversario, chicas :3
Datos del fic:
Título: Juegos de esperanza.
Pareja: Kenyako.
Ranking: M.
Género: Romance/ humor.
Advertencia: OOC.
Disclaimer: Digimon no me pertenece.
ºJuegos de esperanzaº
..
Ken frunció los labios para contener la carcajada que le tironeaba de las comisuras. Miyako estaba tan seria pese a todo, recostada sobre él, con sus cuerpos desnudos tras una sesión gratificante y sexual. Sus manos enlazadas y sus senos presionando contra su torso.
Sin gafas, había pegado su nariz a la de él y le miraba con tal intensidad que apenas podía mantenerle la mirada por más tiempo.
—Jo. Ken. De verdad. Sé más serio con esto.
—Lo estoy intentando —respondió lamiéndose los labios —. Pero no le veo sentido. ¿Por qué diablos estamos jugando una batalla de miradas, desnudos?
—Porque la última vez que jugué contigo al strip poker ganaste y estoy completamente segura de que esta vez, yo ganaré y será mi turno de elegir postura.
Ken rodó los ojos y suspiro. Cuando a Miyako se le metía algo en la cabeza…
Últimamente había sacado una tonta regla dado que estaba costando quedarse embarazada del que sería su primer hijo. Llevaban intentándolo por meses y según ella, era porque las posturas sexuales eran aburridas y necesitaban novedad.
De ahí que llegara un día a casa con un libro bajo el brazo y casi se lo metiera por la nariz. Ken se había quedado a cuadros al ver qué era, pero ella, con las mejillas azoradas y la decisión pintada en su rostro, empezó a proponer los juegos.
El premio era que cada vez que uno ganara, escogería una postura del libro. A Miyako le gustaban las más difíciles y más de una vez, siendo sinceros, Ken había temido por perder su mejor amigo para toda la vida. Pero al final había resultado totalmente gratificante sexualmente hablando, pero un fraude a la hora de la concepción.
Aún así, continuaban intentándolo y, quizás para consolarla o posiblemente porque también le gustaba el sexo con su mujer, dejó que continuara con el juego.
—Venga, concéntrate.
A él realmente le encantaría. Desde luego que sí. Pero Miyako contaba con ciertos atributos bastante capaces de distraerle. Especialmente, si se removía para acomodar la postura o simplemente, respiraba.
Miyako agrandó los ojos al notar algo contra su vientre. Miró hacia abajo, luego a él. Ken desvió la mirada.
—Oye, vale que te concentres, pero no tan abajo —bromeó.
Ken se cubrió el rostro con una mano, hasta que una idea le cruzó la mente. Pasó una mano por su espalda, bajando hasta su trasero y subiendo nuevamente a sus caderas. Movió las suyas propias contra ella y con más facilidad de la que esperaba, se hundió en ella.
Miyako soltó una palabrota al recibirle.
—E-ey, eso es trampa.
—Has estado haciendo trampa hasta ahora —señaló.
Miyako chasqueó la lengua.
—Eres amable hasta que estallas. ¿Eh?
El chico canturreó una sonrisita hasta que la besó.
Ambos se olvidaron del juego, tan solo del movimiento suave y lento de sus caderas hasta que estalló dentro de ella. Se besaron con ternura y Miyako apoyó la frente sobre su barbilla hasta caer dormida sobre su pecho.
Ken esbozó una tierna sonrisa, jugando con sus cabellos y observándola dormir.
Días más tarde, Miyako lo estrechó con fuerza entre sus brazos mientras goterones de lágrimas caían por sus mejillas y sacudía un predicto entre sus dedos.
—Te dije que no necesitabas esforzarte, solo disfrutarlo.
Ella asintió entre lágrimas.
Él besó su vientre.
La esperanza nació nueve meses después bajo la forma de una niña saludable.
FIN
18 de junio del 2016.
