Emotion Health

El día parecía haber seguido el guión previsto, y habitual, cuando se trataba de impedir uno de los nuevos planes de Drakken y, como sucedía la mayor parte de las veces, este logró huir en su primer enfrentamiento. Sobre todo gracias a la presencia de Shego. Pero una vez a solas, de vuelta a la casa de Kim, Ron descubre que esta se encuentra de lo más alterable emocionalmente. Y no tiene la menor idea de cuál puede ser el motivo.

Mientras tanto Drakken se encontraba con sus propios problemas, y que no tenían nada que ver con su último plan, por lo menos con lo que habían ido a robar, ya que Shego, al ir a darse una ducha luego de la lucha con Kim, se encontró con el chip del "Humorlador" en la nuca. Por supuesto que no se la podía culpar al echarle las culpas a Drakken, lo malo de haberla tenido sometida con un chip de control mental en el pasado. Y, tal como le había prometido de intentar algo por el estilo, sería él quien acabase con el chip puesto.

Si no fuera porque resultó de lo más perturbador habría sido muy divertido. Sobre todo por lo que le había podido sacar a Drakken antes de que este cayera bajo el influjo del "Humorlador".

Siempre hay un mínimo de dos chips.

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Vale, podía decirse que Ron se había asustado hasta llegar a la histeria con todos aquellos cambios de humor por parte de Kim y que el que más temió había sido, por encima de Kim-triste, a Kim-enfadada hasta que surgió la más inesperada de todas las versiones de Kim.

¡Kim-enamorada!

Claro que lo que más le sorprendió fue de quien estaba enamorada su amiga de toda la vida.

—¿Lo dices en serio, KP?— tal vez había escuchado mal porque ya se sabe que no es de los que presta mucha atención, a pesar de estar prestando atención.

—¿Shego?— repitió Rufus tan incrédulo como lo estaba Ron.

Y no era solamente que estuviera enamorada si no que se veía enamorada sin ser correspondida por la persona a la que había entregado su corazón.

—Ya viste como pasó de mí— se lamentaba Kim—. Se fue ignorándome completamente sin despedirse. Ni un Pumpkin o un Princess por su parte. Ni siquiera un simple Kimmie— añadió con lágrimas en los ojos.

—Bueno, es que Drakken ya se había ido y no podía perder más tiempo…

Kim, que había empezado a sollozar cubriéndose el rostro con sus manos, alzó el rostro para mirar a Ron con un gesto de profunda incredulidad y sorpresa evidente. Un par de segundos más tarde Kim empezó a llorar directamente sin más reservas y autocontrol.

—¡Soy una pérdida de tiempo para Shego!— logró farfullar entre sus sollozos y lamentos—. ¿Y por qué no lo iba a pensar? Mírame. Como voy a lograr que se fije en mí con estas pintas— le dijo a Ron y este no pudo evitar poner mala cara al ver como se encontraba el rostro de Kim luego de tanto llanto. Sus ojos enrojecidos, su nariz algo húmeda y las marcas de lágrimas marcadas sobre sus mejillas. Aquel labio inferior que normalmente era una peligrosa arma de convencimiento ahora temblaba sin dicho efecto—. ¡Ves como doy pena!

Vale, tal vez debería haber hecho un esfuerzo para que no se notase que, en estos momentos, Kim no pasaba por su mejor momento pero es que todo esto le había cogido por sorpresa porque, ¿desde cuándo hacía que Kim, su mejor amiga de siempre, Kim Possible, estaba enamorada de Shego?

Una cosa es que pueda hacer todo pero esto creo que es ir demasiado lejos.

—Creo que lo mejor es que nos centremos en encontrar el kimmunicador porque ¿no es eso lo que siempre dicen? Centrarse en otras cuestiones para aligerar las que nos estén preocupando en estos momentos.

Viendo el esfuerzo de Kim para controlar su llanto, nunca antes había visto temblar tanto el rostro de su amiga, no le extrañaría que volviera a ponerse a llorar en cualquier momento totalmente de improviso.

—Sí, tienes razón— y estas eran unas palabras que nadie había pensado que pudieran llegar a decirse para referirse a Ron Stoppable—. Mejor dedicarme a ayudar a los demás porque lo mío no tiene solución.

En esos momentos alguien llamó a la puerta de la cocina y Ron se puso en pie para ir a ver de quién se trataba pero Kim le detuvo.

—No te preocupes, Ron. Mi casa, mi deber. Por lo menos puedo ser útil y contestar la puerta sin que pueda perder algo o que se me pueda ignorar. ¿Cómo lo harán si soy yo quien responde a la puerta?

Todo esto estaba haciendo pensar de más a Ron y le empezaba a sentar muy mal por la falta de costumbre. Sobre todo porque empezó a rememorar los encuentros de Kim con Shego para comprobar si se le había pasado alguna insinuación que pudiera dar a entender los sentimientos, de índole romántico, que Kim estaba mostrando por su principal rival y enemiga.

El grito de Kim logró tirar al suelo a Ron antes de ponerse en pie de un salto y en posición de ataque para ver como Kim salió corriendo de la cocina y se escuchó como subió a su cuarto mientras iba repitiendo todo el rato lo que podría haberse tomado como un mantra: "Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. Oh, Dios mío…"

—¿Kim?— esto no parecía que iba a mejorar en un futuro cercano, ¿verdad?—. ¿Qué es lo que sucede? ¿Quién llamó a la puerta?

—Supongo que esa es mi línea de entrada, bufón.

Ron conocía aquella voz. Ron temía aquella voz. Y ahora mismo se encontraba a solas en la cocina de la casa de Kim con la dueña de aquella voz.

—Rufus, por favor, dime si ahí se encuentra Shego o es que debo pedir cita al otorri-… y todo lo que sigue a continuación.

—¿-nolaringólogo?

Una amplia sonrisa se formó en el rostro de Ron.

—Eso mismo. Gracias…— pero al volverse hacia aquella ayuda se encontró con la realidad de la identidad de la persona que le había ayudado—. ¡SHEGO!

Esta no pudo evitar rodar los ojos ante las reacciones de Ron porque, con el paso del tiempo, llegaban a tornarse de lo más cansinas. Sobre todo por la poca originalidad de sus gritos y temores.

—Sé como me llamo, bufón.

—Pero está claro que no sabes como se llaman los demás— dijo todo molesto por el hecho de que Shego, ni Drakken, parecían ser capaces de recordar su nombre—. Me llamo…

—Molestia— le interrumpió Shego entrando en la cocina—. He venido a ver a la princesa y no me iré hasta que la vea.

Por supuesto que Ron iba a decir un gran discurso sobre su defensa de Kim y que no permitiría a Shego acercarse a su mejor amiga para ser interrumpido, incluso antes de dar comienzo dicho discurso, por la propia Kim.

—¿Shego?— un tono de voz incierto, y de lo más fuera de sí viniendo por parte de Kim, se dirigió hacia la propietaria de dicho nombre.

En el umbral de la cocina se encontraba Kim vestida con un vestido clásico color marfil que descansaba unas manos por encima de su rodilla, unas botas de cuero, más bien podrían pasar por botines al superar cuatro dedos por encima de sus tobillos y terminaba con una cazadora de cuero negro por encima de su vestido.

¿Había sido capaz de ducharse y cambiarse de ropa tan rápido? Realmente todo es posible para un Possible. Sobre todo para Kim Possible.

—Hola, ¿qué puedo hacer por ti?

La dulce inocencia de Kim no hizo sino poner una sonrisa en el rostro de Shego.

—Me gustaría tener unas palabras contigo— empezó a decirle mientras reducía la distancia entre las dos— y esperaba si podíamos ir a un lugar más… privado.

Tanto a Ron como a Rufus se les desencajó la mandíbula al ver la aproximación por parte de Shego a Kim como el rubor que a esta empezó a cubrirle sus mejillas.

—Claro. Me gustaría mucho— dijo con cierta timidez costándole mucho el hacer contacto visual con Shego, a pesar de lo mucho que le gustaría hacerlo.

—Después de ti, princess.

Por supuesto que Kim tuvo que sentir el cálido rubor en sus mejillas ante tan caballerosa actitud por parte de Shego pero al ir por delante de ella tampoco es que pudiera verlo… más de lo que ya la había visto ruborizada.

—¿Es qué piensas irte con Shego?— Ron no podía más que sorprenderse por como se estaba desarrollando la situación. ¿Podía dejarla irse así por las buenas y con Shego de todas las personas?—. ¿Y qué pasa con el kimmunicador?

—Puedes encargarte de su busca, Ron. No pasa nada— le aseguró Kim saliendo por la puerta de la cocina y mirando para Shego con lo que únicamente podía definirse como una mirada cargada de amor—. Yo estaré con Shego.

Pues eso mismo es lo que me preocupa, no pudo evitar pensar Ron.

—Shego— repitió Rufus viendo como Kim y la susodicha mercenaria cerraron la puerta al salir de la casa.

—¿Y ahora qué hacemos, amiguito?

—¿Kimmunicador?— propuso Rufus.

Ron soltó un quejido de protesta por tener que trabajar en la búsqueda del kimmunicador aunque no debería ser muy difícil porque, lo más probable, era que estuviera en el lugar en donde lo había confundido con…

En la mesa no había ningún videojuego. ¿Cómo era que en la mesa no había ningún videojuego?

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Continuará
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Disclaimers: Los personajes, lugares y referencias de Kim Possible pertenecen a sus creadores Mark McCorkle y Bob Schooley y, supongo, que a Disney.

REVIEWS.
REVIEWS.

Nos leemos.^^