Bella POV

Nos empezamos a besar, casi con desesperación.

Sus manos subían y bajaban por mis costados, transmitiendo descargas electricas allí donde pasaban.

Nunca había sentido nada igual.

Metió sus manos debajo de mi camiseta y empezó a masajear mis pechos, mientras yo le acariciaba la espalda; en un movimiento, mi mano estaba en su paquete. Me sorprendí cuando noté su excitación.

-Bella, ¿estás segura?-preguntó con voz ronca

-Sí.

-Ok.

Entonces me quitó la camiseta, y así entre roces y caricias fueron desapareciendo el resto de nuestras ropas.

Cuando estaba en ropa interior, él estaba encime mío con boxers.

-Bella, quítamelos.

-¿que?

-Quitamelos, vamos, no tengas verguenza.

-Ok.-pasé mis manos por sus costados, llegué a la goma y entonces los bajé.

En ese momento, me cogió por la cintura y nos giró para estar él debajo.

Me quitó la ropa interior y otra vez estuve debajo. Empezó a chupar mi pezón, mientras con una mano masajeaba el otro pecho y la otra la tenía entre mis piernas. Yo solo podía jadear.

Entonces me puse encima. Empecé poniendo las manos en su pecho y luego fui bajando hasta llegar a su pene; entonces lo comencé a masajear, y cuando vi que se mordía el labio, solo pude acercarme a besarlo.

Otra vez debajo.

Él se colocó encima mío y metió su mano entre mis piernas mientras me besaba; su dedo rozó mi clitoris. Solté un gemido, y entonces introdujo un dedo.

-Mmmm..-era lo unico que podía decir.

Introdujo otro dedo, y entonces los movió más rápido.

Cuando estaba a punto de llegar al clímax, se colocó entre mis piernas y me penetró poco a poco, primero con cuidado y luego más rápido.

Al principio dolió, pero luego el dolor se convirtió en placer y comencé a moverme yo con él. Fue la mejor experiencia de mi vida.

Hubo un momento en que bajó el ritmo, entonces empecé a sentir como un nudo en el estomago; y tuve la sensación de que duraría poco.

-Edward...

-Bella...

Entonces se corrió dentro de mí, al mismo tiempo que yo llegaba al clímax.

-Oh..

-Sí-contestó él.

Después de eso salió de mí; me giré y pensé en darme una ducha. Salí de la cama, entonces él se giró y preguntó:

-¿Adonde vas?

-A la ducha.

-Ok.

Me duché con agua caliente y tomé ropa de Edward, pero cuando me la iba a poner, pensé que no hacía falta, no tenía frío, y además Edward ya me había visto.

Me metí en la cama y me giré dandole la espalda a Edward. Él rodó y se colocó pegado a mi por detras, y susurró en mi oido:

-Te quiero.

Me quedé dormida después de eso.