CAP1


3 años después del matrimonio entre Misao y aoshi.

Kaoru y Misao se miraban sorprendidas por lo que veían y acababan de escuchar, shogo se encontraba parado frente a ellas con una carta de petición, para conformar un grupo élite dentro de la fuerza armada nipona ellas y sus respectivos esposos conformarían el grupo el cual sería enviado a Inglaterra a su entrenamiento y capacitación.

Tras 5 años de arduo entrenamientoMisao se encontraba en su primera misión sola, sin ningún tipo de apoyo, más que el de su hermana que le había animado a tomar aquélla tarea, pero lo que en verdad preocupaba a Misao era lo que diría su esposo cuando se enterara de lo que estaba por hacer. Su cuerpo se había vuelto firme después de todos los entrenamientos tras entrar a la academia de policía, y esto hiso que shogo, quien en aquel momento era su superior al mando, le calificara para la tarea que tenía que llevar a cabo a continuación. Un hombre de cabellera blanca y ojos oscuros, ocultos tras lentes del mismo color contemplaba a su "pollita", como solía llamar a la amante de turno que había conseguido noches a trás después de verla en el burdel que solía frecuentar. Y ahora estaba allí frente a él, vestida perfectamente para él, una blusa que realzaba sus generosos pechos y una pequeña falda que le permitía admirar los modelados muslos de la mujer sentada en el sofá, movía impaciente uno de sus pies, sus ojos viajaron hacia él,Enishi disfruto mientras los ojos esmeraldas de la hermosa mujer recorrieron su cuerpo. Quitándose los lentes dejó apreciar a Misao su mirada, al contemplar cada espacio de su cuerpo. Él tomó de improviso una de sus manos, depositando un galante beso sobre el dorso de su mano e inhalo con fuerza el dulce aroma que embriagaba a Aoshi cuando este se disponía a explorar el cuerpo femenino, cada noche, a si no terminaran haciendo el amor, simplemente aquel hombre de hermosos ojos azules se satisfacía con explorar a su mujer con la mirada y las manos, si ella bien se lo permitía.

Aoshi contemplaba con molestia como aquel sujeto pretendía llevar a su mujer a la cama, y esa era una idea que no le agradaba para nada, hasta hace poco Kaoru le había comentado la misión que Amakusa había encomendado a la más joven de los miembros del equipo bajo su mando.

Aoshi contemplo el leve sonrojo que brotaba en las mejillas de su esposa, ese mismo sonrojo que le hacía avergonzarse a él si se encontraba bajo el escrutinio de su mujer, ¿cuántas veces le había dicho que le amaba?, ya había perdido la cuenta, pero en su mente permanecía la imagen de aquella sonrisa burlona que su esposa le regalaba como una forma de darle aprobación a sus palabras, pero para ella era la prueba fehaciente de que mantenía a su esposo bajo su poder. Ella lo amaba tanto como él le demostraba en cada palabra, en aquellas mejillas pintadas por la sangre al observarle, que estaba locamente enamorado de ella, pero más que enamorado, estaba segura que para él era aquella hermosa realidad que le alejaba del frio de la soledad , desde que le conoció, desde la primera vez que sus bocas se unieron, y un choque eléctrico les abatió e hizo brotar en el corazón de cada quién, una confusión, y ansiedad que no lograron identificar y finalmente se convirtió en aquel sentimiento que les envolvía cuando se unían en cuerpo y espíritu, para confirmar en cada acto , que se pertenecían mutuamente. Aoshi se colocó alerta al verlos colocarse en pie, bien sospechaba el siguiente paso y ello, no le dejaba en paz.

Enishi se colocó en pie, tomando a Misao de la mano, y abrigándola bajo el fino lino de su traje que le hacía lucir desconcertantemente atractivo. Misao desvió la mirada del portento de hombre que le guiaba junto a él, tan fácilmente que se sentía como si flotara a su lado. Aoshi no pudo despegar sus ojos de la imagen a pesar del dolor que le causaba, aun teniendo conocimiento de que solo era trabajo, lo que estaba llevando a cabo su esposa. Les siguió hasta "un discreto" motel donde aparte de hablar de negocios de una forma cómoda, algunas parejas se encontraban de forma clandestina. Se deslizo en el interior del lugar, llamando la atención de algunas damas que bien preferirían cambiar a su acompañante por aquel hermoso hombre que irrumpía en el hall del afamado motel. La mano del hombre que pretendía explora a su esposa, se deslizó muy sugestivamente por la espalda y cintura de Misao quien a cambio regalaba a los ojos del sujeto una sonrisa capas de no permitirle esperar a llegar a la habitación, para derribarla bajo su cuerpo y conocer de primera mano lo hermoso del cuerpo femenino a su lado.

La angustiada expresión en el rostro de Aoshi llamo la atención de uno de los domésticos del motel que bien, como el hombre que acompañaba a la señorita, o señora según veía, había quedado anonadado con la esbelta e incorpórea silueta de la mujercita que recién había abordado el elevador con su acompañante.

-Le puedo ayudar en algo señor?- cuestiono muy gentilmente el muchacho, se notaba aún un chico pero en su trabajo, ya había podido apreciar esa expresión que sostenía Aoshi en ese momento en su rostro, no era la de un padre angustiado por las andanzas de su hija, nó ,el hombre frente a él había observado a la chica como un hombre que cuida lo que es de su propiedad, muy probablemente su esposo, pero al mostrarle su identificación y comentarle un poco de la situación el muchacho se apartó y le guio personalmente a la habitación donde estaría la pareja.

Misao aterrizó bruscamente en la cama, a pesar de que Enishi no pretendía brindarle tal trato a la hermosa damita, su impulso sexual, le solicitaba con urgencia el contacto directo con la nívea piel de su acompañante.

_Deseas algo de tomar? Cuestiono nerviosa Misao después de colocarse en pie fuera de la cama, porque estaba casi segura que si no movía su cuerpo de tan indefensa posición, aquel hombre le saltaría encima. Le llegó a la mente como su esposo en noches pasadas, le había asaltado de igual forma, claro que en esa ocasión se complacía en observar y notar en los ojos del hombre que le contemplaba más que deseo, amor.

-No te preocupes hermosa, creo que eh tomado un poco más de lo debido- dijo burlonamente el hombre con la voz un poco deformada por su ebriedad.- mejor ven y consiénteme- dice atrayendo a Misao de la cintura tan pronto pudo hacerla su presa.

Aoshi se había comunicado con Kaoru y kenshin quienes estaban esperando alguna alerta por parte de su compañero que les indicara, tuvieran que dejar de revisar y escudriñar entre las cosas del hombre que en ese momento sostenía firmemente a Misao de las manos, mientras su boca, maltrataba con un furioso beso, la voluminosa y suave boca femenina.

Aunque lastimada por el peso y las violentas caricias que le otorgaba el hombre sobre ella, logro empujarle y dejar libre su boca de la del apuesto hombre de cabello palido.

-Perdóname- susurro Enishi avergonzado por su actuar con la linda mujer frente a él. La puerta sonó en medo del incomodo silencio que se creó cuando Misao logro apartarlo de ella. Aoshi escucho tras la puerta la voz fatigada del hombre que, en ese momento querría tener en frente y golpearlo si es que había osado en mancillar a su mujer.

-Señor el gerente le envía un obsequio para que lo disfrute en compañía de la señorita- dijo Aoshi, aprovechando que conocía el buen trato entre el gerente del motel y Enishi que solía dejarle miles de yenes tras ocupar alguna habitación del edificio. Misao se había encerrado en el baño con la excusa de colocarse más cómoda para estar en compañía del apuesto hombre.

Aoshi empujo con toda su fuerza la puerta derribando a Enishi con esta y rompiendo su nariz, el estruendo fue opacado por el sonido del agua golpeando los mosaicos del piso de la ducha, donde Misao, se refrescaba. Aoshi, se deshizo del hombre y se dispuso a disfrutar de su esposa tan pronto esta se lo permitiera, se acercó a la puerta del baño y dijo a Misao que se vendara los ojos tan pronto saliera, que él le estaría esperando, Misao nerviosa, le hiso caso, aunque la voz de su "victima" sonaba un poco diferente, pero no le coloco mayor atención, sus nervios le hacían alucinar, se le pareció tanto a la voz de su esposo, pero era algo imposible, él aún se encontraría ocupado en su última misión.

En medio de una nebulosa sus ojos se fueron aclarando y de inmediato, pudo identificar a aquel sujeto que esperaba a la linda agente, que supo de inmediato era su esposa, muchos días atrás había podido apreciar a la pareja de detectives celebrando su boda, su primer impulso fue huir de allí, pero, no quería partir sin haber disfrutado un poco de la linda mujer que muy bien lo había enredado en su hilo de educción, como si se tratase de una araña que juega con su presa, envolviéndolo en su red, para luego aprisionarlo entre sus fauces. Se colocó en pie y salió de allí, dirigiéndose hacia su apartamento. Aoshi alcanzó a notificar de la perdida de Enishi tan pronto se dio cuenta de que no se encontraba donde se suponía había quedado inconsciente tras su violenta entrada a la habitación.

Kaoru se apoyaba en su esposo que le sostenía tras haberse lastimado recientemente en una de sus misiones, pero era tan testaruda esta mujer que se encontraba ahora allí colocándolos en dificultades para huir de allí, Kenshin solo rogaba por que el hombre de cabellera albina, no apareciese por allí durante un buen tiempo.

-hermosa tendré que cargarte- susurro Kenshin, tomándola y de un solo envión, colocarla en su espalda.-Kaoru, no se pudo molestar por ello, porque tan pronto se sintió apoyada y resguardada en la espalda de su esposo, su calidez le envolvió, rápidamente en un letargo que ella simplemente se dedicó a disfrutar de aquella contrariedad.

-sabes que te amo?- susurro juguetonamente la oficial al oído de su esposo, asiéndole estremecer, por el ligero contacto entre los femeninos labios y el lóbulo de su oído. Kenshin suspiro y viéndose lo suficientemente lejos del lugar donde pudieran ser relacionados con el desorden en que había quedado el apartamento del sospechoso, apoyó a Kaoru sobre una banqueta del pequeño parque al que habían llegado, le acarició el rostro y casi con una sonrisa burlona se aproximó a ella para besarle, pero tan pronto Kaoru creía estar lo suficientemente cerca de la boca masculina, como para atraparlo con la suya en un furtivo pero apasionado beso, el alejó su rostro dejándole con las ganas de saborear su boca.

Misao no tuvo ni el más mínimo tiempo para arrepentirse de estar sintiendo lo que sentía, su cuerpo disfrutaba tanto del cálido aliento que calentaba su piel en cada beso, que simplemente se imaginó que la persona que le acariciaba de tal manera, tan cálida, amable y estremecedora, era su esposo, un suspiro salió sonoro de su boca cuando el hombre sobre ella, abandono su boca.-y no te preocupa lo que pueda pensar tu esposo?- le hablo Aoshi en realidad curioso por lo que le pudiera responder Misao que se mantenía quieta tras oír a su interlocutor, Aoshi le observo con detalle, lastimosamente hace meses que no se había tomado el placer de observar a su esposa con detalle, un cuerpo pequeño, comparado con el suyo, pero que se acoplaba perfectamente al suyo cuando hacían el amor, una nívea piel, con uno que otro morete, tal vez ocasionados por los estrictos entrenamientos a los que Amakusa los sometía, pero aún así, una hermosa y cremosa piel donde su lengua se perdía, con o sin autorización de su portadora. No pudo negarse nunca, ni mucho menos ahora que la tenía a su merced, e inclinándose sobre ella recorrió su cuerpo acariciándole con su boca.

Esperaría su oportunidad y sacaría del país a esa linda policía que a su ver le debía una noche de pasión. Enishi tras investigar a la chica, enterarse que era una policía que había sido asignada para distraerle y consiguiéndolo a través de su seducción, allanar su apartamento para involucrarlo con una de sus asignaciones.

Aoshi había permanecido al lado de Misao en lo posible, deleitándose con el calor de su esposa, hace tanto que no lo experimentaba que se sorprendió al notar cómo su cuerpo al simple rose con la chica a su lado, se descontrolaba, su mente se tornaba turbia con las miles de formas en que se imaginaba besándola, acariciándola, haciéndole el amor , tras mucho tiempo de separación, abandonarla tras una noche de pasión no era la idea que tenía pero shogo le solicitaba para que le brindara un reporte de su pasada asignación..

Enishi observo con ansias a que el policía de alto porte y fuerte contextura abandonara el edificio del motel, su cuerpo dio un brinco de satisfacción al imaginarse la linda oficial completamente a su merced, subió con ágil paso a la habitación, donde evidentemente el hombre que había observado y le había agredido, dispuso del cuerpo de la hermosa mujer que ahora dormitaba sobre las sabanas húmedas, prueba indiscutible de su gozo al entregarse mutuamente sus cuerpos.,

Misao apenas y alcanzó a identificar el rostro de su agresor, antes que el humedecido pañuelo, le dejara inconsciente. Enishi, tomo a la chica, aún desnuda, y con su cuerpo marcado por la entrega de voraces besos dejando su piel coloreada de rosas y moretes a lo largo de su cuerpo, la abrigo en una sábana y la transporto con él fuera del edificio sin levantar sospecha de ningún tipo.

Espero les guste el primer cap. de la segunda parte. Opiniones, jalones de orejas y lo que deseen comunicarme con respeto será bienvenido. Hasta pronto, mis queridos lectores.

Eorin

17 de enero de 2012

Cap 1