Advertencia:
· ¡AU! – Universo Alterno, es decir, que los sucesos (y/o lugares) no van a ser iguales como en el Manga y/o Anime.
· One-shot – Significa que será de un capítulo solamente.
Disclaimer: Ningún personaje de Naruto o Naruto Shippuden me pertenece.
Naruto Uzumaki era un niño de seis años, quien era cuidado por Hiruzen Sarutobi, mejor conocido como el Tercer Hokage, porque nadie quería cuidar del pequeño niño, ni siquiera el pequeño orfanato, en donde estaba Sasuke Uchiha. Sarutobi era mayor de edad y nada joven como para cuidar a un infante, pero era mucho peor porque debía de cuidar y proteger a los demás de la Villa Oculta de la Hoja, encargarse de asuntos de los demás Kages y otras cosas importantes.
Eran aproximadamente las diez de la mañana, el anciano estaba en su propia oficina junto a un pequeño niño que estaba dando muchas vueltas en circulos para poder distraerse. Por suerte estaba muy tranquilo haciendo eso, ya que usualmente tiraba muchas cosas en la oficina.
Después de tantas hojas que había leído el Tercer Hokage, casi llegaba la hora de dormir de Naruto y muy pronto lo llevaría personalmente a su casa (en donde vivía solo), pero desgraciadamente el niño tenía otro plan en mente.
—¡Hiruzen-Ojichan! —dijo un niño que estaba un poco mareado de tantas vueltas que había dado.
—¿Qué pasa Naruto? —preguntó el anciano quien estaba arreglando unos cuantos papeles de su escritorio.
—¡Estoy aburrido! —gritó el niño que llevaba puesta una camiseta negra con el símbolo de su clan y unos shorts color crema—. ¡Quiero salir! ¡Dattebayo!
—Ya te dije que no puedes —insistió Hiruzen mirándolo fijamente—. ¿Qué pasa si alguien de la aldea te dice cosas?
—¡Eso no pasará! ¡Porque les demostraré a todos que voy a ser un Hokage como tú y mejor que los demás Hokages! —dijo Naruto alzando sus brazos como si hubiera ganado algo.
Hiruzen suspiró porque sabía que tendría que decirle lo mismo de siempre sólo que con distintas palabras.
Se levantó de su escritorio, se acercó al niño pequeño y se puso de cuclillas.
—Naruto, falta mucho para eso —dijo él sacudiendo el cabello alborotado del niño—. Y si vas afuera te van a decir cosas.
Por más que le diga a los aldeanos que no lo hagan...
—¡Siempre lo hacen! —dijo el niño desesperado—. ¡De todas formas quiero salir! ¡Quiero ir al parque! ¡Quiero hablar con otros niños!
—Está bien, pero yo voy contigo —dijo el anciano levantándose.
—¡Yo voy solo! —gritó el niño.
—Espera Naruto.
Cuando terminó de hablar Hiruzen, Naruto salió de la oficina azotando la puerta. Lo único que pudo hacer él fue dar un gran suspiro.
Creo que tendré que hablarle a Iruka para que lo vigile.
No duro ni un minuto y Naruto ya había salido de la Torre del Hokage. Los ninjas adultos y adultos comunes que pasaban por fuera del lugar, le lanzaron miradas enojadas y con odio, pero no le importaba del todo, ya se había impuesto a ello. Además se había propuesto a que todos los de la aldea muy pronto lo mirarían como alguien grandioso y no lo mirarían de esa manera... Lo peor de todo es que el pobre niño ni siquiera sabía por qué lo odiaban...
Naruto continuó corriendo hasta llegar a su lugar preferido de Konoha, el pequeño parque. Desgraciadamente no había nadie y su objetivo era conocer a alguien nuevo. ¿Ahora cómo le haría el niño?
—... Hola
El niño al escuchar eso, dio un pequeño brinco del susto y dio media vuelta para ver quien se había atrevido a haberle. Era una pequeña niña aparentemente de su edad, con cabello de color rosa que cubría su frente y tenía unos ojos verdes brillantes.
—¡Hola! —dijo Naruto alegremente y un poco sorprendido—. ¿Por qué me hablas?
—Para hablarte y jugar un rato—dijo la niña como si para Naruto fuera lo más obvio del mundo.
—¡Qué raro!, eres la primera que lo hace —dijo el niño con unas extrañas marcas en sus mejillas—. Todos han sido muy malos conmigo...
—¡No te preocupes! —dijo la niña sonriendo levemente—. ¡Luego sabrán que eres bueno con todos!
—¡Lo sé! —dijo Naruto mostrando por completo sus dientes—. ¡Yo seré el nuevo Hokage!
—¡¿Enserio?! —dijo la pequeña niña emocionada.
—¡Sí! ¡Y todos me van a respetar! ¡Dattebayo!
—¡Eso es genial! —dijo ella imaginando a el niño con su edad actual con un gran sombrero como el que usa el Hokage.
—¿Y cómo te llamas? —preguntó Naruto cambiando de tema drásticamente.
—Me llamo Sakura Haruno —dijo ella con una sonrisa en su rostro—. ¿Y tú?
A Naruto se le hacía extraño que esa niña no lo conociera, ya que (según él) TODOS en Konoha sabían de su existencia, pero por ser un "Monstruo", como todo ellos decían a sus espaldas y frente a él.
—Oye, ¿qué te pasa? —dijo Sakura riéndose un poco por la expresión del niño.
—¡Ah! ¡Nada, nada! ¡Dattebayo!
—Y... ¿cómo te llamas? —preguntó la niña de ojos verdes.
—¡Me llamo Naruto Uzumaki! —dijo el chico con mucho orgullo—. ¡Vamos a jugar! —dijo Naruto inconscientemente.
—¡Vamos! —dijo ella y fue corriendo hacia unos columpios que estaban casi al fondo del diminuto parque.
Inmediatamente Naruto siguió a la niña sonriendo demasiado por la felicidad que sentía en ese momento. Por fin el niño podía saber que se sentía ser aceptado por alguna persona que no fuera el Tercer Hokage ni Iruka, y lo mejor de todo es que era una persona de la misma edad que él.
Los dos continuaron jugando por un buen rato, daban vueltas, gritaban, corrían, reían, en fin, simplemente se la pasaban bien. Inclusive llegaban niños y niñas con sus padres, pero ellos no les prestaban atención, ni decían nada, ni siquiera una mirada para Naruto. Era como un sueño hecho realidad para el Jinchuriki. Él staba jugando con alguien y nadie decía nada, se sentía como un niño especial... se sentía como un niño querido...
—Me la he pasado muy bien Naruto —dijo Sakura quien ahora estaba sentada en una caja de arena junto a él.
—¡Yo también Sakura-chan! —dijo el último Uzumaki muy feliz.
—Oye... —dijo ella viendo la arena fijamente.
¿Habré hecho algo malo?
—¿Piensas que tengo una frentesota?
El rubio casi hacia un gesto de confusión muy exagerada. No tenía sentido que una niña tan bonita para él dijera algo como eso. Podía entender que la mayoría de las mujeres se preocuparan por su aspecto, pero esas tenían una razón y hasta parecía no tener una solución, como la vez que a una niña le cayó pintura verde en el cabello cuando él estaba pintando las calles de Konoha por diversión.
—No tienes frente ancha porque tienes un flequillo —dijo Naruto de inmediato, no muy seguro de que fuese la respuesta correcta.
—Dices que si no tuviera el flequillo me vería con la frente ancha —dijo la niña sorprendida y sintiéndose peor de lo que ella quisiera.
—¡No! No es eso.
—¿A sí? —dijo Sakura con un tono retador.
Sakura sacó un listón rojo de su bolsillo y se la colocó en su cabello de tal manera que su frente estaba totalmente expuesta.
—¿Ahora que piensas? —dijo ella un poco enojada.
Naruto miró fijamente a la chica y sus ojos se abrieron más de lo normal. Su boca se abrió lentamente y sus ojos se iluminaron gracias a esos ojos verdes que ahora se podían apreciar mejor. Ese flequillo era la razón de que el verdadero encanto de Sakura Haruno no luciera bien. Unos ojos que contrastaban a la perfección con su delicado rostro, pero para Naruto, lo que la hacía especial era su frente...
Los ojos de Sakura comenzaron a humedecerse.
¡¿Acaso es necesario sorprenderse tanto por mi horrible frente?!
—¿Qué pasa? —preguntó el que quería ser Hokage.
—¡Te has burlado de mí! —dijo la niña soltando unas cuantas lágrimas.
—Yo no me he burlado de ti, ¡dattebayo! —dijo Naruto preocupado y más alterado de lo normal—. ¡No llores! ¡Tú no tienes una frentesota!
—¡Pero si tú te has quedo boquiabierto por mi frente! —dijo ella levantándose para poder irse de una vez y lloró un poco más.
—¡Es mentira! —dijo Naruto levantándose también—. ¡E-es que...!
—¡¿Qué?!
—¡Es que te miras más linda! ¡Dattebayo! —dijo Naruto apenándose un poco.
La chica lo miró sorprendida. Era la primera vez que alguien le decía algo como eso y no sabía como reaccionar. Parecía algo que se imaginaba que algun día le diría el chico genial de Konoha, Sasuke Uchiha, pero... tal vez... se equivocó de persona...
—¿Enserio? —susuró Sakura intentando parar de llorar.
—¡Sí! ¡Dattebayo! ¡E-e-eres mucho más linda así! —dijo el niño aún apenado por su declaración—. ¡Y-y no importa lo que digan los demás! ¡Tú te miras bonita!
Sakura sonrió y secó los restos de lágrimas que le quedaban en la cara, pero intentando no llorar de nuevo, esta vez de alegría.
—Una amiga me dijo que si enseñaba mi frente, los demás pararían de burlarse, pero solo lo hago cuando estoy con ella porque no la quiero decepcionar —dijo ella mirándolo fijamente—. Y tengo miedo que cuando ella no este los demás se burlen.
—Hazle caso a tu amiga —dijo Naruto sonriendo con inmensa amabilidad—. Demuéstrale a todos que eres fuerte y que no te importe lo que los demás digan... Antes me preocupaba por lo que los demás me decían, pero ahora no me importa y hago todo para que no me digan cosas.
La niña de cabello rosa no sabía qué clase de cosas le decían a ese niño que estaba delante de ella. No quería preguntar para no incomodarlo y para no enojarse con nadie, así que mejor dejó el asunto así.
—Gracias... —fue lo único que pudo decir acompañado de una leve sonrisa.
—¿Y si seguimos juga...?
Naruto fue interrumpido por un abrazo por parte de Sakura. El chico se sorprendió demasiado porque nunca antes una niña le había dado un abrazo, y con un poco de incomodidad (por no saber que hacer) y nevios le devolvió el gesto a esa niña que consideraba muy linda.
—Eres como el mejor regalo de cumpleaños —dijo Sakura mientras se separaba de él y luego lo miró fijamente con otra gran sonrisa y Naruto se sonrojó de nuevo.
¿A qué se refiere con regalo de cumpleaños? ¿De verdad hoy cumple años?
—¡Sakura-chan!
Los dos niños voltearon y vieron a una mujer rubia de cabello corto que sonreía, a lado de un hombre con un extraño peinado con cinco "picos", como si fuera una flor, que por cierto también estaba sonriendo.
—Naruto, ya me tengo que ir —dijo Sakura triste mientras dirigía su mirada a sus padres, a punto de dar un paso para dirigirse con ellos.
—No, espera —dijo el chico sujetándole de la mano—. ¿Nos volveremos a ver?
—¡Claro que sí! ¡Somos amigos! —respondió ella casi riéndose por lo que podía llegar a decir—. Eres un poco raro preguntando cosas así.
El chico sonrió levemente.
—¡Adiós, Naruto! —dijo ella y le dio un beso en la mejilla, provocando que se sonrojara de nuevo el niño.
—¡Adiós, Sakura-chan! —dijo él viendo como ella se reunía con su familia.
Luego miró que el hombre y su nueva amiga se iban alegremente, pero la mujer caminaba directamente hacia él. Él se asustó un poco porque pensó que la mujer desconocida le diría algo malo por convivir con Sakura, pero estaba completamente equivocado. En lugar de eso, la mujer le sonrió ampliamente.
—Gracias por alegrarle el día a mi hija después de haber sufrido por su frente —dijo ella sonriendo.
¡Y después de haberse salido de la casa sola!... Ya verá cuando llegue a la casa...
—Los estábamos vigilando por un tiempo, porque no la iba a dejar que se fuera sola al parque —continuó la madre de Sakura—. Y vi que de verdad eras un buen chico.
—A-a-ah gracias —dijo Naruto sorprendido.
—No hay nada que agradecer —dijo ella volteándose para irse—. Espero que puedas convertirte en Hokage...
—Al igual que tu padre —susurró la mujer con una leve sonrisa. Por desgracia eso fue inaudible para Naruto.
Después de eso, la mujer se retiró del lugar dejando al chico muy sorprendido y muy feliz, porque ahora además de tener a una amiga, una mujer le había hecho un cumplido y no uno cualquiera, si no uno que le deseaba suerte para poder ser un Hokage.
—Naruto...
—¡Iruka-sensei! —dijo Naruto dando un brinco del susto, volteó detrás y ahí se encontraba el que le había enseñado todas esas cosas básicas como escribir, hablar, caminar y algunas cosas sobre los ninjas—. ¿Qué haces aquí? —dijo con rudesa.
—El Tercer Hokage me pidió que te vigilara —contestó Iruka ignorando el mal tono por parte de Naruto.
Además tuve una tranquila conversación con los Haruno mientras los vigilábamos.
—¡Hiruzen-Ojichan! —dijo Naruto enojado—. ¡Odio que haga eso!
—Olvida eso Naruto —dijo el maestro de la Academia—. ¿Quieres ir a Ichiraku Ramen?
—¡Sí! ¡Ramen! —dijo Naruto brincando de la alegría y yendo hacia el adulto para dirigirse al lugar.
—Cuéntame sobre esa amiguita tuya —dijo el amigo de Naruto, que era como si fuera su hermano mayor—. ¿Te gusta?
—¡No digas esas cosas Iruka-sensei!
—¡Es obvio Naruto! —dijo él riéndose.
—Ok, es verdad —susurró Naruto apenándose levemente y con una leve sonrisa por el recuerdo de esa niña de cabello rosa.
Al Hokage-sama le encantará escuchar sobre esto.
—Y después de comer iremos a la casa de Sandaime-sama —añadió Iruka y lo único que hizo Naruto fue quejarse.
Hecho por: HikariNoAnkoku aka GakkouKazeTenshi
Fecha de inicio: desconocido.
Fanfic. terminado: Miércoles 01 de mayo de 2013.
Espero que les haya gustado mi primer One-shot :)
Gracias a todos por leer :'D
