CAPÍTULO 01
Observaba con claridad una hermosa luna llena que alumbraba las calles, la verdad es que no había ni una sola persona pasando por allí y mucho que digamos no me importaba. Continuaba mi camino con un poco de nervios por el solo hecho que al dar la vuelta en la esquina puede sentir que no estaba completamente sola, decidí apresurar mi paso, debo admitir que mis pies no querían moverse por algún motivo, mi mente me decía "Vamos Meredith, muévete." Me resultaba relativamente imposible y no comprendía la razón, pero aún así no pude mover aún más rápido mis pies.
Cerré mis ojos solo por un par de segundos al oír aún más cerca unos pasos que comenzaron a retumbar por mi cabeza, traté de controlar mi respiración que se encontraba agitada en este preciso momento, solo Dios sabe lo feo que se sentía esa sensación de estar siendo perseguido por alguien o algo, nunca se sabe que es lo que está detrás de ti hasta que lo tienes frente a frente y puedes observar sus ojos y la maldad que estos llevan.
Me sentía realmente asustada porque aún no sabía que era lo que estaba detrás de mí, esperaba que no sea nada malo, pero no podía ver, en realidad no quería abrir mis ojos, era bastante extraña la sensación que tenía dentro de mi interior. No sabía mucho de las actitudes humanas y por eso no sabía como debía reaccionar ante lo que estaba sucediendo.
Sentí una mano sobre mi hombro, abrí mis ojos con cuidado no quería asustarme, ni asustar a la persona con mi mirada. Lo primero que puede reconocer fue el rostro de un joven demasiado extraño, su piel era realmente pálida y su cabello era blanco, tan blanco como aquella luna. Sus ojos azules como el mar se posaron sobre los míos que eran exactamente iguales a los suyos. Frunci el ceño al ver una cosa metálica extraña en su labio inferior, "¿Qué es eso?" Me pregunté a mi misma, la verdad es que no entendía porque su mano seguía aquí, sobre mi hombro.
—¿Hola? —Pregunté en voz alta, dejando de lado mis pensamientos.
El joven no dejó de hacer contacto con mis ojos y simplemente sonrió en forma de saludo, en realidad eso era lo que yo pensaba. "¿Una sonrisa es un saludo?", Imitó su acción y le devuelvo la sonrisa de la misma manera posible.
—¿Cómo estás?, Ten cuidado... Este lugar no es para todos— Eso fue lo que me contestó así de la nada, su tono de voz era grueso y suave.
—Estoy bien, lo tendré... ¿No has visto a otra persona por aquí? —Pregunté esperando que simplemente me dijera que si y así fue, en realidad no me dijo nada, simplemente asintió. —¿Dónde está? —No lo sé, yo quería oír y saber que me encontraba a salvo ahora.
—Se fue directamente hacia el parque, tranquila...
Al ver que no termina la oración frunci el ceño sin saber que era lo que estaba esperando aquel sujeto y luego de unos segundos puede comprender que no sabía mi nombre y era eso lo que estaba esperando.
—Meredith...
Él al oír mi nombre simplemente sonrió y tendió su mano esperando que yo la acepté, debo admitir que jamás había saludado de esta manera, pero esta bien. Estiré mi mano con un poco de nervios y esperé que se presentará.
—Un gusto Meredith, mi nombre es Alan.
Soltó mi mano y yo igual, miré su cosa metálica y alcé una sola ceja esperando que se de cuenta que no comprendía que era y esperaba tener una respuesta exacta de esta.
—¿Te gusta? —Pregunto.
—Mmm... No, ¿Qué es eso?, ¿Duele? —Pregunté.
—Es un piercing, al principio sí... Pero luego te acostumbras a la sensación, no es para tanto —Dijo él.
—Okay...
No se dijo ni una sola palabra más, me dió a comprender que no había tiempo o quizás no había un tema de conversación. Vi como Alan se fue lentamente caminando así que imité su acción.
