A partir de nueve

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9

Algo estaba mal. Sougo Okita abrió la puerta de su hogar esperando escuchar ese "Mejor ni te hubieras aparecido" como respuesta a su "Estoy en casa"; pero no había nada, solo la oscuridad de la sala de estar y un silencio sepulcral que le provocó una tensión en el cuerpo.

¿Dónde estaba esa chica china? Mejor dicho, esa mujer china alienígena de nombre Kagura. No, no, ya no era más "Kagura"; ahora su nombre, para satisfacción interna de Sougo, era Kagura Okita. Aunque a la chica le de rabia cada que la llaman así, fue su culpa por haber dado el "si" hace apenas 2 meses.

Entonces, mientras Sougo encendía la luz de la sala para asegurarse de que su "torpe esposa" no estuviese escondida pretendiendo asustarlo, lo escuchó. Escuchó un golpe sordo proviniendo del segundo piso de la casa, exactamente al fondo del pasillo en medio de las habitaciones a la derecha, en otras palabras, el baño. Sougo no necesito más de dos segundos para llegar a ese lugar. Apenas abrió la puerta se encontró con Kagura sentada en el piso del baño abrazando con más amor y cariño al retrete que a él.

-Mierda...-. Murmuró Kagura apenas lo vio.

Kagura tenía una blanca piel como la nieve... ¿Cómo era posible que se viera más blanca que eso? Sougo no dijo nada, solo salió del baño mientras sacaba su teléfono celular del bolsillo de su pantalón.

-Sí, aquí el capitán Okita, necesito que mandes ambulancia-. Comenzó a decir, Kagura escuchó aquellas palabras a la perfección y no le gustaron para nada.- ¿Donde? Si a mi casa, que sea rápido es una emergencia y no, no es por otra pelea-. Siguió diciendo.

-¡Hey que haces!-. Trató de gritar Kagura, pero no podía, le dolía la garganta de tanto devolver el estómago.

-Llamando una ambulancia, hoy no traje el auto así que no tengo medio de transporte y no pagare un taxi a esta hora para ir al hospital-. Respondió tranquilo para después sonreírle burlón a Kagura.- ¿Ves lo pasa cuando comes la mierda que preparas?-. Bromeó.

-No necesito ir al hospital-. Dijo sería Kagura haciendo caso omiso de la broma de Sougo.

-Te vas a morir-. Respondió Sougo, sabía que Kagura siempre acababa cediendo cuando escuchaba algo así.

-No cre...-. Estaba a punto de termina su respuesta cuando de la nada sintió como su estómago estaba a punto de devolver el desayuno de la semana pasada.

Sougo se inclinó a su altura sentándose a su lado, eso sí, dándole la espalda pues "No es bueno ver al enemigo en su debilidad" pero también colocó su mano sobre el hombro de ella recordando el voto "En la salud y en la enfermedad".

-¿Crees que no me di cuenta de que llevas días así?-. Comentó el, Kagura maldijo en su interior.-Eres muy estúpida ocultando cosas.

-No es nada...-. Reafirmó Kagura.

-Bueno aun así la ambulancia vendrá para que vayas a tratar tu nada-. Respondió el.

-Eres un maldito idiota-. Chasqueo Kagura.

-Gracias-. Respondió cínico.

Kagura se quedó en silencio, trato de sentarse bien en el suelo cruzándose de piernas y brazos a la vez que inflaba las mejillas y cerraba sus ojos. Esa era su pose de berrinche.

-Sádico mal nacido idiota...-. Habló de la nada Kagura.

-¿Qué?-. Cuestionó Sougo acomodados en el suelo para poder ver a su esposa.

-Hablé con Gin-chan...-. Comenzó a decir.-Y Gin-chan me envió con la jefa, entonces ella me explicó que tengo un retraso.

-Ya lo sé, siempre supe que eras estúpida-. Dijo Sougo desentendido.

-¡No idiota!-. Gritó Kagura enojada.

-Estas diciendo puras estupideces china, debe ser que ya estás muy enferma y te vas a morir-. Comentó el poniéndose de pie.-Estaré esperando a que llegué la ambulancia...

-Estoy embarazada-. Dijo Kagura entre dientes.

5... 4... 3...

-Oh... ¿Enserio?-. Preguntó Sougo estoico.

-Si... Y es que... ¡No he parado de vomitar desde hace días y no puedo comer sukonbu entonces fui con Gin-chan para que fuera conmigo al doctor y le dije como me sentía entonces el me mando con la jefa y ella me hizo orinar en un aparato extraño para después decirme que esas estúpidas rayas significan que tengo un bebé dentro que crece como un bicho en el trasero!-. Gritó Kagura, era claro que necesitaba desahogarse.

-Oh... ¿En serio?-. Repitió Sougo.

-¡¿No puedes decir otra cosa?!-. Gritó Kagura.

-No, todo bien-. Dijo el con una expresión que Kagura nunca había visto.-Llamaré para decir que ya no necesitas la ambulancia, que ya sabes que tienes-. Agregó dándose la vuelta para dirigirse a la salida.

Eso, hasta que se estrelló contra la pared.

8

-Puedes hacerlo Kagura, puedes hacerlo-. Se decía Kagura mientras terminaba de vestirse.

Se observó un poco en el espejo dándose cuenta de que su vientre ya se veía un poco más abultado. Después de varios minutos, la joven aspiró profundo y completamente decida salió de la habitación, bajo las escaleras y llego hasta la sala caminando directo y sin escalas al teléfono.

-Sólo es una llamada, puedes hacerlo Kagura-. Se dijo a sí misma.

Se dio cuenta de que estaba temblando y sudando a pesar de que recién se bañaba. Era más que claro que estaba nerviosa y ¿cómo no estarlo? Si estaba a punto de darle cierta "noticia" a su poderoso padre.

Kagura lentamente dirigió su mano al teléfono, descolgó este sintiendo que había dado un gran paso y después prosiguió a marcar el primer número del teléfono de su padre que tenía cobertura en todo el universo. Una vez marcado el primero, Kagura sintió que el resto ya no era tan difícil por lo que prosiguió a marcar el segundo hasta que... Una feroz mano oprimía el botón para cancelar la llamada.

-No tienes que hacerlo tan temprano, a todos nos molesta despertar temprano-. Dijo Sougo con fingida monotonía. Kagura empezó a reírse olvidándose de sus nervios.

-Le tienes miedo a papi-. Adivinó.

-Jamás le temería a un hombre tan calvo-. Aclaró Sougo.

-Entonces lo llamo-. Dijo Kagura.

-Nunca lo llamas, ¿por qué ahora tanto interés? ¿Que ya se va a morir?-. Se excusó Sougo.

-Hay que decirle...-. Dijo Kagura, aunque ella aún no se lo creyera, aquello era más que una realidad.-... Que va a ser abuelo.

-Tienes un punto-. Dijo Sougo.- ¿Qué tal si le mandas una carta?

Papi no tiene una dirección fija... ¿A dónde debería llegar la carta? Pensó Kagura.

-Bien, tienes un punto-. Dijo Kagura luego de haber pensado el hecho.-Las cartas siempre son mejores.

-Si mejores-. Repitió Sougo a la vez que Kagura volvía a poner e teléfono en su lugar.

Y como si el teléfono tuviese vida comenzó a sonar, dejando a una Kagura aterrada pensando que eran fantasmas y a un Sougo pensando en algo mucho peor.

-Contesta-. Dijo Kagura.

-Hazlo tú, es para ti-. Respondió Sougo.

Kagura no supo por qué, pero accedió a responder la llamada, más bien, quería demostrar que no estaba aterrada.

-¿Hola?-. Preguntó internamente nerviosa.

-Pon al ladrón de inocencia al teléfono-. Dijo la robótica y estoica voz... De su padre.

-¡Oh hola papi!-. Exclamó Kagura ignorando lo que había dicho, tal vez era un intento de señal para que Sougo huyera del país.

-Ponlo al teléfono-. Repitió en forma de una aterradora orden.

Kagura no dijo nada, solo cubrió el teléfono con su mano para que no se escuchara y miro a Sougo que no se había movido de su lugar.

-Si te mueres... El Shinsengumi me dará manutención ¿cierto?-. Preguntó Kagura.

Sougo le arrebató el teléfono y se lo pego al oído.

-Okita Sougo lo diré solo una vez-. Comenzó a hablar, ¿cómo diablos había adivinado que Sougo ya estaba ahí?-Más vale que te hagas cargo de la criatura y seas un buen padre, debes proteger a Kagura y a ese bebé que viene desde hoy, Kagura se encariña muy rápido así que si quieres huir hazlo ahora que cuando te encuentre usare tu piel para vestir al bebé.

-No pretendo huir-. Respondió completamente serio.

-Buena respuesta por ahora-. Agregó su suegro.

-Ahora... ¿Cómo lo supo?-. Preguntó Sougo, Kagura pegó su oído al teléfono pues ella quería saber quién había sido el traidor.

-Gintoki-san-. Respondió.- ¡Ah! me pidió que dijera "no me arrepiento de nada".

7

-Felicidades capitán Okita-. Repitió por décima vez uno de los hombre su división completamente ebrio.

-Gra... Gracias-. Respondió Sougo tratando de soltarse del abrazó del hombre.

-¿De verdad es necesaria una fiesta para felicitar a Sougo?-. Preguntó el subcomandante Hijikata Toushiro ya fastidiado, cualquiera lo estaría a las 2 la madrugada.

-¡Claro que si Toshi!-. Exclamó el comandante Kondo Isao que estaba completamente desnudo bailando una maceta.- ¡Estamos hablando de paternidad! ¡Nuestro Sougo será padre!

-¡Así es!-. Exclamó Sougo. Había estado un buen rato tratando de ocultarlo, pero después de la doceava botella, era claro que también estaba ebrio.

Una hora después, las cosas se pusieron peor. Una joven bajo de un taxi, se cubrió su vientre un poco más abultado con la chaqueta que llevaba para el frio nocturno; ella dio un vistazo al edificio que aun tenia las luces encendidas antes de adentrarse a él.

-Hey idiota, ¿te estas divirtiendo?-. Le preguntó Hijikata a Sougo quien estaba sentado a escasos metros de él.

-Es una buena fiesta-. Admitió.

-Joder, estas ebrio-. Murmuró Hijikata esbozando una sonrisa.

-¿Ebrio?, claro que no-. Aclaró Sougo con torpes movimientos.-Sólo he bebido un poco...

-Sí, claro-. Respondió con ironía.-Pero Kondo-san tiene razón en algo, una vez que seas padre vendrán muchas debilidades.

-¡Cállate Hijikata te matare!-. Gritó Sougo.-Ya lo sé... Pero ¿qué tal si no soy tan buen padre? No creo que pueda cuidar de alguien como lo hizo mi hermana.

-No voy a reconfortante-. Dijo Hijikata.

-No necesito que lo hagas, solo lo dije... Estoy consciente de que alguien como yo no es muy capaz de cuidar un frágil bebé-. Agregó Sougo.-Tengo sed-. Murmuró girando en la cabeza a toda dirección buscando otra botella, hasta que en el suelo a varios metros lejos de él vio a cierto morocho recostado en el suelo.- ¡Como llegaste ahí Hijikata!

Gritó sorprendido y después volvió a mirar a su lado. Donde se suponía que debía estar Hijikata, estaba otra persona, una chica que él conocía muy bien.

-Tú no eres Hijikata-. Dijo él.

-Nop-. Respondió Kagura tratando de contener la risa.-Nos llamaste hace media hora.

¿"Nos"? Cierto, la china había agarrado la manía de hablar en plural. Entonces Sougo recordó lo que le había dicho a "Hijikata", ¡Mierda!, eso no se le dice al enemigo.

-Oye... Lo que dije...-. Trató de decir.

-No me acuerdo-. Respondió Kagura.

-No te hablo a ti tonta-. Respondió Sougo inclinándose a la altura del vientre de Kagura.-Tratare de hacer las cosas bien como mi hermana... Ya sabes, no puedo confiarle tus cuidados a la estúpida china-. Dijo Sougo dando ligeras caricias al vientre.

-¡Hey Gorila! ¡Si mato al sádico me darán manutención! ¡¿Cierto?!-. Gritó Kagura completamente furiosa.

6

Kagura salió de su hogar con un perfecto humor. El sol brillaba, los pájaros cantaban y ella estaba estrenando un nuevo vestido (especial para embarazadas). Su vientre ya era bastante notorio, incluso más de lo normal según sus conocidos.

-¡Kagura-chan!-. Gritó desde varios metros de distancia, su mejor amiga Soyo Tokugawa.

Quien era la razón por la que Kagura había salido de tan buen humor, después de todo, llevaba demasiado tiempo sin verla por lo que una llamada de ella diciéndole que la visitaría fue suficiente, además de que Soyo estaba deseosa de hablar con su mejor amiga y felicitarla por su estado.

-¡Soyo-chan!-. Gritó Kagura elevando sus brazos lista para abrazar a su mejor amiga.

-¡Kagura-chan!-. Gritó Soyo de igual manera, esta vez corriendo hasta ella.

-¡Soyo-chan!-. Gritó Kagura corriendo de igual manera.

-¡Kagu...!-. Soyo no pudo concluir, estaba a punto de abrazar a su amiga cuando cierto "bulto" impidió aquello. En su lugar Soyo comenzó a reír enternecida por el "gran" impedimento que ponía distancia entre las amigas.-Puso una gran distancia...-. Dijo entre risas

-Gran-. Murmuró Kagura. Gran, gran, gran, últimamente escuchaba mucho esa palabra.

-¿Te pasa algo Kagura-chan?-. Preguntó Soyo confundida.

-Un segundo...-. Murmuró Kagura sacando su teléfono para hacer una llamada.

Dos segundos después, la llamada fue contestada.

-Sádico... ¿Estoy gorda?-. Preguntó Kagura sin decir "Hola" siquiera.

A ver, una poderosa Yato que está experimentando cambios de humor... Sera todo lo que quiera, pero tampoco es tan idiota como para meterse a la boca del dragón así nada más.

-El número que usted marco se encuentra fuera del área de servicio-. Respondió Sougo con una fingida voz robótica.

5

-Es tan impresionante… ¿Esto sería técnicamente la primera foto del bebe?-. Preguntó Shinpachi Shimura, amigo y "compañero de trabajo" de Kagura observando atentamente la fotografía de un ultrasonido.

-No creo, no le veo la forma a eso-. Comentó Gintoki Sakata, jefe y casi padre de Kagura, observando también aquella fotografía mientras metía un dedo en su nariz.-Además, la primera foto de un bebe debe ser vergonzosa donde este casi desnudo.

-Jefe estoy de acuerdo con usted, pero el doctor nos dio esto-. Respondió Sougo arrebatándole de las manos a Shinpachi la fotografía para mirarla atentamente.-Goku se ve bien…-. Comentó.

-¿Goku?-. Preguntaron ambos al unísono sentándose rectos en el sofá.

-Así se llamara una vez que nazca-. Dijo Sougo tranquilamente.

-No creo que sea un buen nombre-. Comentó Shinpachi.

-Estoy de acuerdo Souichiro, harás llorar a ese bebe-. Agregó Gintoki.

-¡Te dije idiota!-. Gritó Kagura bajando las escaleras a toda prisa.

Corría tan rápido que nadie pensaría que está embarazada. Los tres hombres miraron en su dirección hasta que la joven llego hasta la sala de su propio hogar cruzándose de brazos y con una sonrisa triunfal dibujada en su rostro.

-El nombre que escogiste es estúpido, insecto-. Dijo Kagura.-Por eso se llamara Vegeta.

-Kagura-chan…-. Trato de decir Shinpachi.

-Eso es estúpido china, todavía que considero que vienes de una raza guerrera decido ponerle al bebe el nombre del sayayin más poderoso-. Intervino Sougo.-De verdad que eres desconsiderada.

-¡No estas considerando nada!-. Gritó Kagura.- ¡Yo soy de la realeza de mi clan! ¿Qué nombre no es más digno para él bebe que el del mismísimo príncipe de los sayayin?

-Ustedes son un par de imbéciles-. Suspiró Gintoki.-Aunque bueno, tampoco me hubiera sorprendido que Kagura quisiera ponerle "Sadaharu 2000" o algo así.

-Eso es tonto Gin-chan-. Dijo Kagura.

Gintoki se echó a reír ante el berrinche de Kagura, Sougo hizo lo mismo.

-Bueno, aunque en realidad a mí me sorprende que Kagura-chan y Okita-san estén peleando por el nombre y no por el sexo del bebe-. Comento Shinpachi entre risas.

-Eso es tonto-. Dijo la pareja al unísono.-Más cuando sabemos la respuesta sin que el doctor nos diga…

-¿Así?-. Cuestionó Shinpachi.

-Claro-. Dijo Kagura.-Es obvio que él bebe va a ser…-. Agregó Sougo.

-Un niño-. Dijo Kagura

-Una niña-. Dijo Sougo.

Gintoki se rio con tanta fuerza que la leche de fresa se le subió por la nariz al grado de que casi se atragantaba. Por su parte, Kagura miro a Sougo como si este la hubiese amenazado de muerte. Sougo la miro de igual manera.

-¿Qué dijiste tonta?-. Reclamó Sougo.-Es obvio que será una niña, ¿Dónde está tu instinto maternal?

-En mi cerebro bastardo, tu seguro lo tienes en el culo, ¿Cómo no te das cuenta que será un poderoso guerrero?-. Respondió Kagura.

-Es obvio que no sabes nada-. Dijo Sougo.

-¿Qué? ¿Acaso quieres pelear? ¡Nosotros no te tenemos miedo!-. Reto Kagura.

-Así se hace Shinpachi, acabas de activar la bomba Zar-. Dijo Gintoki dándole unas palmadas en la espalda al culpable de la próxima pelea.

4

-¿Ya viste?-. Preguntó una mujer mirando atentamente.

-¿Ese no es el capitán Okita Sougo?

-Sí y ella es Kagura de la Yorozuya…

-¿Qué hacen por aquí?

Se preguntaban entre varias personas, todos mirando a la misma dirección donde la pareja parecía estar discutiendo más que hablando.

-¡Estamos comprando cosas para él bebe no para ti estúpida!-. Gritó Sougo completamente harto de la insistencia de Kagura por llevar espinacas, ella paso demasiado tiempo diciendo que no le gustaban pero ahora estaba en esos "antojos" traicioneros.

-¡Te digo que no es para mí! Bueno en parte, ambos lo queremos-. Respondió Kagura tratando de negociar.

-Bien, adelante, pero otro antojo más y te meteré otra cosa por la boca-. Comentó Sougo comenzando a caminar.

Entre sus manos llevaba al menos 10 bolsas en las que había desde accesorios y juguetes hasta ropa y pañales, efectivamente, Kagura estaba gastándose el sueldo de todo un año de Sougo.

-Oye sádico, queremos otro juguete-. Comento Kagura mirando atentamente a una de las tiendas.

-Deja de hablar en plural, apuesto a que eres tú la que jugara con todo esto-. Dijo Sougo.

-Es enserio, queremos ese de ahí-. Señalo Kagura un enorme oso polar de peluche que estaba en en exhibición afuera del local.

Sougo no dijo nada, observo en silencio a Kagura, la joven llevaba una enorme chamarra debido al frio que ya se comenzaba a sentir durante esos tiempos. Poco después el suspiro.

-No le comprare un oso tan feo al bebe-. Dijo Sougo, Kagura inflo la mejillas mirándolo molesta.-Sera solo para ti-. Concluyo acercándose junto con la Kagura al interior del local.

Un par de minutos después ambos salieron, esta vez Kagura cargaba aquel oso con una alegre sonrisa.

-Oye sádico… ¿no dijiste que no comprarías nada para mí?-. Cuestionó Kagura.

-Lo dije, pero… hoy es tu cumpleaños-. Respondió Sougo. Se acordó… Pensó Kagura.

-Bien, gracias-. Murmuro Kagura sonrojada.-Por cierto… ya que mencionas que es mi cumpleaños tengo algo que decirte…

-¿Qué?-. Preguntó Sougo.

-Papi y Kamui vendrán a celebrar conmigo… y ya sabes, Kamui quería preguntarte cosas sobre él bebe-. Dijo Kagura.-Pero bueno eso es lo de menos, lo que yo quiero saber o preguntar es… ¿En dónde puedo cobrar tu seguro de vida? ¿De cuánto es la manutención que me da el Shinsengumi?

3

Sougo no podía creer lo que sus ojos veían, frente a él, su esposa Kagura Okita quien antes fue su enemiga y rival a muerte estaba llorando cual niña pequeña, algo que jamás en su vida pensó que vería pese a que estuvieran casados y esperando un bebe. ¿La razón por la que Kagura lloraba? Era porque accidentalmente cuando él bebe pateo Kagura reacciono sacudiéndose provocando que se cayeran sus hotcakes recién preparados.

-China…-. La llamó, pero ella seguía sollozando.-China-. Volvió a hacerlo.- ¡China!-. Gritó

-¡¿Qué?!-. Gritó Kagura entre sollozos.

-Cálmate-. Le dijo, en realidad no sabía que decir exactamente.

-¿Cómo voy a calmarme? Yo sé que da fuertes patadas pero por mi culpa se cayó nuestra comida-. Dijo ella tratando de secar sus lágrimas, impresionante como aquello pudo poner a Sougo tan tenso.

-Solo cálmate, te hare más-. Dijo el, por un lado se sintió derrotado, pero que más le quedaba si ya había accedió una vez a la ridícula petición de hacerle hotcakes… a las tres de la mañana.

-Es que no solo es eso… ¿no te das cuenta de que estoy llorando?-. Cuestiono Kagura, pregunta de doble filo, tal vez ella tenía problemas sobre él bebe.

-¿Te preocupa algo del bebe?-. Pregunto atento. Kagura negó con la cabeza.- ¿Entonces?

-Es que… ¡Quiero uno de los flanes que Gin-chan escondía detrás del refrigerador!-. Grito.

-¡De eso no hay!-. Le gritó molesto.

-¡Pero quiero!-. Comenzó a sollozar de nuevo.

Un viaje de ida y regreso a cualquier local que estuviese abierto después, Sougo regreso con Kagura. No hubo éxito en la misión por lo que Kagura comenzó a llorar de nuevo. Así que… solo quedaba el plan B, pese a que sean las 3:30 de la mañana.

-¿Hola?-. Preguntó una voz completamente atolondrada al otro lado del teléfono.

-Hola jefe…-. Dijo Sougo.

-¿Souichiro? ¿Paso algo con Kagura?-. Cuestionó Gintoki.

-Aun no la mato si pregunta eso-. Respondió.-Pero están en una situación de vida o muerte así que tengo que preguntarle algo muy importante…

-Considerando la hora, más te vale que sea importante-. Cedió Gintoki.

-Gracias, lo que quiero preguntarle es… ¿aún tiene uno de esos flanes que esconde detrás del refrigerador?-. Pregunto.

-¿Antojos nocturnos?-. Dijo Gintoki con ironía tratando de contener la risa.

2

-Este es Gin-chan, viví en su casa y trabaje para él, es un idiota y mala influencia pero te caerá bien…-. Decía Kagura acariciando su abultado vientre.

Estaba sentada en el suelo, con cientos de fotos regadas a su alrededor y también unos cuantos bocadillos. Luego de meterse otra fritura a la boca, Kagura tomo entre sus manos otra fotografía.

-Estos aquí son Shinpachi y Sadaharu, Sadaharu es el perro, son mis mejores amigos ¡Oye patea más despacio jovencito! ¡Llega a doler!-. Decía Kagura.

-¿Puedo saber qué demonios haces?-. Preguntó Sougo quien apenas llegaba a su hogar encontrándose con esa tan extraña escena.

-Le estoy presentando a todos…-. Respondió Kagura.

-Aun no nace-. Aclaro Sougo.

-Ese no es problema, patea, eso significa que me escucha-. Dijo Kagura completamente segura. Sougo no le quedo más que resignarse y sentarse junto a ella.

-¿A quiénes ha conocido hasta ahora?-. Pregunto.

-Apenas voy empezando-. Dijo Kagura mientras buscaba entre todas las fotos.- ¡Ah mira esta es Soyo-chan! Es una princesa y mi mejor amiga, aunque ahora está de "viaje"-. Dijo entusiasmada, luego Kagura miro a Sougo.-Oye sádico, preséntales al gorila y al adicto a la mayonesa también…

-¿Por qué haría eso?-. Dijo él.

-Por que también debe conocer a gente detestable-. Dijo Kagura.

-Bien-. Respondió Sougo buscando entre todas las fotos.-Mira aquí están todos, el que parece gorila es Kondo-san, es un buen tipo, el que te tiene cara de imbécil es Hijikata, no te acerques a el… y ella… es mi hermana mayor Mistuba, no creo que vayas a poder verla pero… debes saber que ella es la mejor.

-¡Al bebe le agrada mucho ella!-. Gritó Kagura.

-¿Qué dices?-. Pregunto confundido.

-¡Mira!-. Exclamo Kagura tomando de la cara a Sougo para pegarla a su vientre, dentro de ella, Sougo sintió como aquella pequeña criatura se movía… era algo.

-Impresionante….-. Murmuró.

-Mira, el idiota que está pegado a mi es el sádico idiota, Sougo Okita-. Empezó a hablar Kagura, el sonrió pues ella casi nunca lo llamaba por su nombre.-Sé que te caerá bien.

-Gracias china-. Dijo Sougo.

-¿Por qué?-. Pregunto ella.

-Por todo.

¡1!

-Es tan lindo-. Dijo Tae Shimura enternecida.

-Deberíamos hacer un Otae-san-. Dijo Kondo.

-No puedo creer que sea un Yato-. Murmuro Hijikata.-Pero se parece a Sougo.

-¡Si pero tiene los ojos de Kagura!-. Protesto Gintoki.

-Gin-san por favor no peles, ¿Qué tal si despierta?-. Dijo Shinpachi.

-No creo que oiga algo a través de esta ventana-. Dijo Umibozu.-Pero estoy de acuerdo con Gintoki-san, tiene los ojos de Kagura.

-¡Dejen eso él bebe es tan lindo así!-. Exclamo Soyo.

-Se ve que será fuerte-. Comentó Kamui.

-¿Por cierto? ¿Dónde está Souichiro?-. Cuestiono Gintoki.

-No se ha despegado de la chinita-. Respondió Hijikata.

Todos los presentes volvieron a mirar en dirección a los cuneros, donde el pequeño y recién nacido Kaoru Okita, dormía.