El Momento Más Difícil

Saori y Seiya vieron a Koga partir para recorrer el mundo pero a pesar de que sabían que el muchacho era muy fuerte y tenaz eso no quitaba el hecho de que fuera necio, terco, testarudo y muy impulsivo y que eso podría ocasionara varios problemas pero eso no era lo que causaba la opresión en el pecho de ambos.

Lo que causaba la opresión era el hecho de saber que aquel chico al que habían criado desde que era pequeño saldría a conocer el vasto mundo que recién había salvado solo por pensar que no tenía a nadie en el mundo pero eso no era cierto, el tenia a su maestra shaina la cual lo entreno mejor que cualquier otro caballero lo hubiera deseado, tenía a los caballeros dorados los cuales habían mostrado su respeto por un simple caballero de bronce cosa que pocos en la historia de los caballeros de Atenea han hecho, tenía a sus amigos aquellos que a pesar de pesar de haber pasado menos tiempo con el que ellos lo querían por igual, pero lo más importante de todo el los tenía a ellos a aquellas personas que lo habían apoyado durante todos los años que llevaba vivo y todos los que viviera e incluso después de muertos seguirían ahí para el sin importar lo que pasara porque aunque no fuera por lazos sanguíneos de una u otra manera él era lo más cercano a una familia que tenido.

Por un lado Seiya no podía estar más orgulloso de ver que aquel chico al que le enseño el camino que tenía que seguir un caballero se aventurara para conocer el mundo que él había protegido con toda su fuerza y su determinación porque después de todo se lo merecía.

Pero por el otro lado no estaba del todo seguro que irse así como así estuviera bien, es decir el chico solo tiene 13 años, que tal si se perdiera o si no supiera adonde ir o si simplemente se aburriera y decidiera volver con una perspectiva de total desilusión sobre el mundo.

Saori a diferencia de sentía se sentía totalmente preocupada por su pequeño, al principio quería negarse rotundamente a dejar que Koga viajara a través del mundo e incluso iba a castigarlo, encerrarlo en un cuarto por varias semanas o cualquier cosa que fuera necesaria con tal de no dejar que se fuera.

Pero lamentablemente Koga ya se había ido dejándolos solos sin ninguna otra compañía más que la que los dos se podían brindar, pero a pesar de todo muy en el fondo los dos se sentían felices y tristes, felices por saber que aquel niño que habían recogido en medio de la guerra se estaba volviendo un hombre independiente y tristes porque sabían que muy pronto ese niño ya no los iba a necesitar, pero incluso si él no los necesitaba ellos siempre lo iban a apoyar.

-Supongo que esta es la parte más difícil en la vida de un padre- dijo Seiya mientras ponía un brazo alrededor de los hombros de Saori y la atraía hacia él.

Y en efecto Seiya tenía razón porque desde el inicio de los tiempos el momento más difícil en la vida de los padres era ver partir a su hijo.