Hola chicas, aquí les traigo algo super cortito que escribí en el metro camino a mi casa luego de ver BD y que hasta hoy es que pude subirla... Por cierto, ¿Ya uds la vieron?, ¿qué les pareció?... A mí me encantó Jajaja!
En fin, espero les guste!
Ahí estaba otra vez, como cada día desde hace dos semanas, la mujer más hermosa que he visto en mis veintidós años de vida. Como siempre, estaba sentada en el mismo sitio, con sus ojos cerrados y escuchando música. Hoy llevaba un jean negro, una chaqueta de cuero del mismo color y bajo ella, una remera blanca que por lo que podía notar, se ajustaba perfectamente a su hermoso cuerpo y además, las que al parecer son sus inseparables converse.
Y yo, como todos los días desde hace dos semanas, me siento frente a ella y saco mi libreta para dibujarla. Si, quizás parezca un poco acosador, pero dibujar es mi pasión y más aún cuando dibujo algo hermoso, además, mientras ella no se entere que cada día la dibujo, no pensará que soy un acosador, ¿cierto?.
Yo no acostumbro a dibujar a las personas a escondidas, pero no pude evitarlo desde el primer día que la vi, cuando me monté en el vagón y la vi, de inmediato me dirigí al asiento frente a ella y sin darme cuenta ya estaba sacando mi libreta y la empecé a dibujar.
Siempre era lo mismo, yo me subía, me sentada frente a ella, la dibujaba, llegaba a mi destino y esperaba el día siguiente para volver a verla. No sabía su nombre ni que hacía, de hecho, ni le he visto el color de sus ojos, ella siempre está dormida –lo que me facilita la tarea de dibujarla sin que se entere- A veces me pregunto de que color serán y me permito fantasear por un segundo que me atrevo a hablarle e invitarla a salir, y puedo dejar de ser un simple dibujante-acosador.
Estaba terminando los últimos detalles del dibujo cuando llegamos a mi estación, terminaría el dibujo en mi casa –Me conozco su rostro de memoria como para dibujarlo sin necesidad de verla-. Cuando me iba a levantar de mi asiento pasó lo que jamás pensé que pasaría, ella abrió sus ojos y pude ver un par de pozos color chocolate que me atraían inmensamente, unos ojos llamativos y tan expresivos, los más hermosos que he visto. Ella fijó su vista en mí lo que me hizo ponerme nervioso como un adolescente, luego giró el rostro para ver en que estación estábamos y yo aproveché ese momento para levantarme de mi puesto. Pero en ese momento pasó otra cosa que tampoco pensé que pasaría, ¡Ella se iba a bajar en esta estación!, caminamos uno al lado del otro con nuestros hombros rozándose, y ese simple toque sentía que enviaban millones de chispas por todo mi cuerpo, demonios, jamás había sentido algo igual.
No se porque ese simple hecho me hizo poner tan nervioso como un niño inexperto, salimos justo antes de que cerraran las puertas, y podría jurar que la escuché hablar, pero obviamente, debió ser mi imaginación. Por un momento pensé en girarme, armarme de valor y hablarle, pero no pude –Eres un Cobarde Cullen- si lo sé, soy un cobarde, prefiero quedarme como un simple dibujante-acosador anónimo.
Estaba caminando cuando alguien me tomó por el brazo y sentí las mismas chispas que surgieron cuando ella iba a mi lado. Cuando me giré, definitivamente no estaba preparado para verla a ella parada frente a mí y viéndome fijamente con sus hermosos ojos chocolate.
-"Disculpa pero, ¿soy yo la del dibujo?"- preguntó con una hermosa voz señalando la libreta que llevaba en la mano, haciéndome dar cuenta que había olvidado cerrarla y que ahí, a la vista de todos estaba mi dibujo. Yo simplemente me quedé callado alternando mi vista nerviosamente entre mi libreta y su rostro, y supongo que mi cara debía de ser muy graciosa porque ella soltó una risita que a mi parecer, sonaba como un coro de ángeles, hubiese disfrutado más su risa si no estuviera tremendamente nervioso por que descubrió mi dibujo.
-"Si soy yo, ¿Cierto?"- me dio una tímida sonrisa y se sonrojo levemente. Ya no valía la pena negarlo.
-"Si, eres tu"- respondí bajando la vista y esperando sus gritos llamándome acosador.
-"¿Lo puedo ver?"- me sorprendió su pedido, estaba preparado para sus gritos pero no para esto, por lo que me quedé paralizado por unos segundos pero finalmente le extendí la libreta para que la tomara.
-"Eres muy bueno"- me elogió sonriéndome.
-"Es que la modelo es hermosa"- le sonreí torcidamente logrando que ella se sonrojara furiosamente.
-"¿Podría quedármelo?"- dijo tímidamente mordiéndose el labio inferior, haciéndola ver aún más sexy, ¿Cómo negarle algo?, estaba por decirle que sí cuando se me ocurrió algo mejor. –Eso Cullen, aprovecha tu oportunidad-.
-"Podrías, pero con dos condiciones"- ella elevó una ceja y yo le ofrecí mi mejor sonrisa.
-"¿Cuáles serían esas condiciones?"- preguntó con cautela.
-"La primera, que me digas tu nombre"- sonrió mientras le hablaba y yo respiré profundamente para decir mi próxima condición. –"Y la segunda… Que aceptes tomarte un café conmigo"- finalicé más nervioso que jamás en mi vida, ella me veía directamente a los ojos hasta que me respondió.
-"Isabella, pero dime Bella"- extendió su mano para presentarse, cuando la tomé las chispas se multiplicaron por mil, ambos nos quedamos estáticos por un segundo viendo fijamente nuestras manos unidas, hasta que ella se aclaró la garganta y habló nuevamente. –"Y me encantaría tomarme un café contigo"- me dijo con una sonrisa haciéndome el hombre más feliz.
Definitivamente, me alegro ya no ser únicamente un dibujante-acosador anónimo.
Espero que les haya gustado :D ¿Críticas, Sugerencias? Sean bienvenidas!
¡Besos para todas!
