Amor por la justicia.

Disclaimer: Ni Dragon Ball o sus personajes me pertenecen.


Videl se había convertido en la justiciera de Ciudad Satan gracias a sus increíbles hazañas. Sabía luchar, defenderse, ayudaba a cientos de personas, arriesgaba su vida de forma casi inconsciente, no se daba por vencida sino que continuaba peleando sintiendo la adrenalina correr por sus venas mientras en sus ojos aparecía un brillo singular. Era inigualable, increíble.

Era una joven adolescente, más eso no significaba que fuese delicada y débil, al contrario era valiente, audaz y perspicaz. Ella no necesitaba ayuda, pero él aún así quiere ayudarla, protegerla, apoyarla y defenderla, siempre como el buen compañero que era: el Gran Saiyaman.

¿Cómo logró que ella se fijara en él?

Ahora, después de muchos intentos, luchaba junto a ella. Creía que no habría nada mejor que poder ayudarla a combatir el crimen. ¡Jamás pensó que sería ella quien lo ayudara! Ambos, disfrazados del Gran Saiyaman 1 y 2, se convirtieron en una pareja de súper héroes que luchaban por el amor y la justicia.

Él, entretanto, ama verla luchar, ama a su Gran Saiyaman 2, a la justiciera nada débil. La ama porque pelea por su ciudad, por los que quiere.

—¡Gohan, si no te espabilas pronto se nos escaparan! —Exclamó la chica bajo aquel casco, señalando un automóvil que conducía a altas velocidades.

Sí, amaba tanto esa faceta de justiciera.

Fin.