El millonario no iba a dejarla escapar tan fácilmente…

Al ver las cautivadoras curvas de Sam Puckett bajo un precioso vestido de seda, Freddie Benson decidió vivir una noche de pasión con la joven Estadounidense. Por su cama ya había pasado una larga lista de bellas herederas, ¿qué más daba una más o menos? Pero Sam no era una chica de la alta sociedad, sino una joven estudiante extranjera que estaba cuidando un apartamento de lujo en el centro de Roma cuando se dejó llevar por la tentación de probarse uno de los elegantes vestidos de la propietaria. No había sitio para ella en la vida de Fredward y cuando descubrió que estaba embarazada decidió salir huyendo.