Llegaba de camino a una nueva ciudad, mi padre había conseguido un grandioso empleo en ella así que mi madre y yo decidimos mudarnos para comprobar que de ese día en adelante todo iría cambiando para bien en nuestras vidas.
Poco a poco llegábamos avanzando por el asfalto, todo rodeado por árboles, una especie de bosque; podía notarse que habíamos llegado en pleno cambio de clima, pues, todo estaba nublado, sin mencionar el ambiente de humedad que nos rodeaba. Aun así, era muy bello. Sin quererlo, mi mirada se había perdido en el paisaje, perdiéndome de lo que mi padre llevaba diciendo hace tiempo, hasta que su ronca voz me sacudió, alejándome de mis pensamientos.
-¿Qué te parece hijo? –Me pregunto, esas palabras se habían repetido un par de veces, por lo que mi padre comenzaba a sonar desesperado-
-lo lamento padre –respondí volviendo mi vista hacia el asiento del conductor –no estaba atento a lo que decías, me perdí unos momentos –admití apenado-
-descuida hijo –dijo sonriente mi padre –seguro debes estar emocionado por hacer este nuevo cambio, además, el paisaje de esta ciudad es hermoso ¿no lo crees? –su mirada se posaba en el camino, a pesar que aun hablaba con migo-
-claro que si –por observarlo era que me había perdido de la conversación-
Continúo mi madre, tomando parte de la conversación, ella sonreía desde el asiento del copiloto. Giro ligeramente la cabeza, solo para poder observarme unos momentos.
-hijo, estoy más que segura que amaras estar aquí –sonrió dulcemente mi madre –sin mencionar tu nuevo colegio, me gustaría decir que es de muy buen prestigio –aseguro sonriente-
-está bien madre –sonreí alegremente para después continuar hablando –he padre ¿Cómo es nuestra nueva casa? –Pregunte entusiasmado –sé que tú y mi madre ya la han visto con anticipación, yo no, así que me gustaría que me lo dijeras –pedí sonriendo-
-pues si deseas saberlo tendrás que esperar hasta que lleguemos –respondió sonriendo mi padre-
Después de esa corta y nada reveladora charla, continúe recorriendo el paisaje con la mirada, perdiéndome de nuevo en aquel verdoso y bastante confortable pasaje. De algún modo, el bello paraje me hacía sentir bastante bien, como si ese lugar guardara algo grandioso y magnifico para mí.
Aun con media hora de recorrido, note como comenzábamos a acercarnos a lo que parecía ser una ciudad, era bastante hermosa, la mayoría de las casas eran de gran tamaño, con hermosos jardines poblados de césped entre otras plantas. Recorrí con mi mirada algunas de las moradas más bellas, parecía que la mayoría terminaba con una enorme cantidad de árboles en el jardín trasero, como si estuviesen camuflados con los arboles del bosque.
Aun con la mirada fija en el paisaje, vi como papá giraba su auto, dándonos entrada a una hermosa casa rodeada por arboles majestuosos y gigantescos. No podía haber pedido casa más linda, era color blanco por fuera, bastante grande, dos o tres pisos; el césped cubría firmemente el suelo que ahora estaría bajo mis pies cada mañana.
Sin esperar ni un segundo y, apenas papá estaciono el auto, baje de inmediato a recorrer el jardín con la mirada, todo era hermoso ante mi vista y, mi mirada sonriente, apreciaba con júbilo las bellas características de lo que, deduje, seria nuestro nuevo hogar.
-hijo, corre ayuda a tu padre –pidió mi madre sonriéndome al verme tan embobado con el paisaje-
-de acuerdo mamá –respondí sonriente-
Ahora mi verdosa mirada viajaba por la estructura de mi nuevo hogar, recorriendo cada rincón de esta, viendo punto por punto, sin perder detalle alguno. En ese paraje, el viento soplaba delicadamente, sacudiendo con cautelo mi azulada cabellera.
-he papá ¿deseas que te ayude en algo? –pregunté al verle coger una maleta enorme-
-¿Por qué mejor no recorres la casa? Quizá encuentres una habitación que sea de tu agrado por que si tu madre entra primero, no te dejara elegir –afirmo sonriendo mi padre-
-¡claro que sí! –sonreí contento para después echarme a correr-
Entré a la casa muy dispuesto a vigilar las habitaciones, de la nada y por una corazonada, decidí caminar escaleras arriba, dejando tras mío, el recibidor, el living, entre otras cosas a las que no preste atención; camine curioso, subiendo escalones, a la entrada, había una habitación del lado izquierdo, nada de mi agrado, si, era grande pero no era lo mío. Continúe con mi recorrido cuando vi una puerta entreabierta, la curiosidad se apodero de mi, impulsándome a empujar lo que restaba y así poder divisar su interior.
Me encontré con algo que me agrado mucho, un enorme ventanal que permitía ver la luz del sol, justo frente a este, lo que sería una saliente, en forma de semi-cama, cualquiera se sentaría allí a disfrutar de la preciosa vista que, regresando con la alabanza al ventanal, este aportaba; el precioso patio trasero, justo lo que yo deseaba, en realidad permitía la vista a uno de los lados laterales de la casa pero era la habitación que se encontraba más cerca al patio trasero, si sacaba mi cabeza por la ventana podría apreciarlo con tan solo girarla un poco.
Sin dudarlo, baje rápidamente al primer piso, tome mi maleta primordial y la subí a mi habitación o a lo que yo había elegido como mi habitación.
Al verme correr así, mi madre me detuvo, sonriente como siempre, pero aun así, podía apreciarse su mirada de reproche. No le gustaba que corriera por las escaleras.
-Sonic –llamo mi madre seria -¿Cuántas veces tengo que decir que no corras? –Pregunto llena de seriedad-
-lo lamento madre –respondí apenado –es solo que he encontrado el sitio perfecto para mi habitación y bueno –sonreí retomando mi camino-
-mucho cuidado cariño, podrías caerte y no queremos eso –aseguro sonriéndome de nuevo-
-claro mamá, lo tendré –sonreí corriendo de nuevo-
-jóvenes –negó sonriente mi madre-
De nuevo, entre a mi nueva habitación mientras ponía en orden mis cosas. No lo hice sin ayuda, mi padre ayudo con todo lo pesado y mi madre con los detalles; después de eso, mi padre y mi madre se dedicaron a dar vida al resto de la casa, claro, con mi ayuda. Terminamos más o menos un par de horas después así que para cuando todo se encontraba en orden ya era de noche.
Nos reunimos para la cena, como cada noche, mi padre y madre conversaban conmigo de algunas cosas.
-¿quieres decir que comenzare de inmediato? –Pregunte incrédulo-
-eso me han dicho hijo, el director de la escuela ha visto tus calificaciones y no dudo ni por un momento en inscribirte a esa escuela, además es de un excelente prestigio –afirmo sonriente mi madre, ella tomaba en ocasiones bocados de comida-
-ya sabes hijo que la escuela te ha elegido por ser muy inteligente –sonrió mi padre, orgulloso de mi-
-todo se lo debo a mis padres –les mire alegremente mientras hacia una breve pausa –vosotros me habéis ayudado con esto, no solo orientándome, también ayudándome y comprendiendo cuando tengo que estudiar –asegure viéndole-
-ese es el trabajo de un padre hijo –menciono mi padre-
-bueno ¿Qué tengo que llevar? –pregunte curioso-
-ya está todo listo hijo, coge tus libros mañana, nos han dado ya el listado de los cuadernillos, libros y materiales que utilizaras y tu padre y yo decidimos comprarlos para ti con anticipación –dijo confiada mi madre-
-no se diga más, solo me dedico a esperar que llegue el día siguiente –sonreí tomando un bocado de mi cena-
La noche ya había tocado a nuestra puerta, por tanto, mi madre se dirigió a mi habitación para arroparme como cada noche desde que era pequeño; de cierto modo no era muy cómodo ser arropado por tu madre a esta edad pero si eso la hace sentir bien a ella no tengo porque negarme.
-que duermas bien cariño –susurro mi madre, depositando sobre mi frente un beso-
-igual madre –sonreí viéndole –hasta mañana
Sin decir más, salió de mi nueva habitación, no sin antes, dedicarme una sonrisa llena de todo el amor y cariño maternal que yo podía desear. Me quede recostado por unos momentos en mi cama, pensando; el gran espacio que tenía en mi cama me permitía girar cuanto quisiera, esa noche me gire hacia el lado del ventanal, apreciando el brillante firmamento; me deshice de mi mullida manta celeste para sentir la brisa cálida en mi pelaje azulado, momentos después, cerré los ojos lentamente.
A la mañana siguiente, no fue si no, un brillante rayo solar el que me saco de mis sueños, impactando en mis ojos cerrados. El brillante amanecer se colaba por el ventanal frente al que se encontraba mi mirada.
Con un poco de desgano, desperté notando que se hacía tarde así que sin más, salte, literalmente de mi cama y corrí a por mi ropa, lave si rostro y dientes para después bajar y encontrarme con mi madre, que, cocinaba el desayuno como cada mañana.
-mamá ya es un poco tarde ¿no crees que deberíamos partir? –Pregunte entusiasmado, mas, no por eso la preocupación abandonaba mi voz-
-hijo no es tarde aun, tu entrada es a las siete y media y aun son las seis y media –me explico sonriente –será mejor que tomes tu desayuno, anda –pidió mientras ponía sobre la mesa jugo de naranja-
-gracias mamá, no sabes el alivio que me proporcionas al decir eso –afirme sonriente-
Comencé con mi desayuno tan rápido como me fue posible, claro, no al punto de atragantarme, pero trataba de desayunar rápido he irme. Por otro lado. Mi madre aún se dedicaba a terminar de cocinar el desayuno. Momentos más tarde mi padre bajo, tomando un poco de jugo mientras sostenía algunos documentos.
-tengo que irme, se hace tarde –presuroso, bebió su jugo para despedirse –nos vemos en la cena
-¿Qué no te quedas a desayudar? –Pregunto mi madre-
-no mi amor, se hace tarde pero prometo que mañana si –afirmo sonriéndole a mi madre para después besar su mejilla –nos vemos campeón –sonrió acariciando mi cabeza mientras revolvía mis púas-
-nos vemos papá –respondí sonriendo-
-nos vemos cariño, no tardes mucho –pidió con una hermosa sonrisa mi madre-
-claro que no mi amor, hasta tarde –sonrió mi padre-
Salió de nuestra casa, con su portafolio en manos y una carpeta repleta de documentos. Momentos después mi madre y yo salimos ya que ella me llevaría por hoy al colegio. Durante el trayecto en el auto de mamá, no pude evitar notar lo hermosa que lucía la plaza, decoraciones de piedras en la calle, solo para circular un tipo de glorieta, muy bella.
Mientras avanzábamos, yo observaba con detalle la cuidad. Estando frente al colegio, note que era muy grande, sofisticado y bastante bonito, con arboledas por doquier, el piso nos daba una perspectiva hermosa con sus suelos rebosantes de pasto verdoso que en cierto modo llegaba a emitir un brillo especial por los rayos solares, en fin, todo muy hermoso.
-muy bien hijo, hablaras con el director del colegio hoy, él te dará las indicaciones que has de seguir –explico mi madre con su típica sonrisa –adiós cariño, nos vemos en casa
-adiós mamá –sonreí mientras bajaba del auto-
Me dirigí hacia donde estaba lo oficina del director, obviamente, siendo nuevo no sabía ni un pavo donde quedaba cada cosa, así es, me había perdido, pero gracias al señor, de un modo amable se me acerco una maestra quien me indico hacia donde debía ir, muy agradecido con la dichosa y amable mujer, me retire solo para ser recibido por un hombre de notable edad ;la experiencia se delineaba en su rostro, un hombre de notables canas blanquecinas y expresión serena pero al mismo tiempo fuerte.
-bueno días -salude cortésmente mientras entraba a su oficina –Mi nombre es Sonic, soy el nuevo estudiante –mencione de modo formal o, al menos, trataba de hacerlo-
-sí, joven, ya le esperaba con su horario del día, sus clases, grupo, sección y aula, por favor tome asiento –pidió amablemente –toma –pidió acercando hacia mí una folder con una hoja dentro de el –este tiene el horario de tus clases, cuando y cual toca cada día, también posee el grupo en el que estarás y el aula en que te tocara presentar cada una de las asignaturas –termino con voz solemne-
-gracias profesor –agradecí tomando entre mis manos el documento-
-puedes comenzar con tus clases, más tarde le pediré a alguno de tus compañeros que te muestre las instalaciones para que así te sitúes mejor –aseguro seriamente-
-gracias, con permiso –pedí mientras me ponía de pie-
Salí de su oficina en dirección a donde me tocaría la primera clase, historia, bueno, sería cuestión de encontrar en aula "A" o eso creo, vaya, todo era tan confuso que mi perdida mente no comprendía con exactitud que aula me correspondía. Para mi suerte, me encontré con un profesor, de inmediato me acerque a preguntar, por fortuna, él era exactamente el profesor que impartiría mi primera clase.
-bueno días joven –saludo cordialmente-
-buenos días, he, me preguntaba a donde debo dirigirme para tomar clase de historia, primer grado –pregunte viéndole-
El profesor se acomodó su saco color café mientras sostenía con una sola mano su portafolio. El profesor era un cocodrilo de tonos verdosos, con ojos dorados, casi en tono naranja pero escasamente; su rostro reflejaba a un hombre maduro, de edad media, y su voz permitía apreciarle como una persona seria.
-tienes suerte –atestiguo viéndome –mi nombre es Vector, soy el profesor de historia y ahora mismo me dirijo hacia el aula que me corresponde –terminó diciendo-
-es un placer conocerle –asegure respetuosamente-
-el placer es mío –respondió –por lo que veo eres el nuevo estudiante que el director comunico que llegaría –dijo viéndome –supongo que es mi deber presentarte ante la clase
El profesor entro en el aula, seguido por mí, estando dentro, no pude evitar revisar a todos y cada uno de mis nuevos compañeros, no es que yo sea de las personas que juzgan con tan solo observar a un individuo, no, simplemente me detuve a observarles ya que así será más sencillo adivinar quienes estarían interesados en alguien nuevo.
Dejándome de miradas hacia las personas, mi vista se posó sobre algunos asientos vacíos, para coincidencia, estos se ubicaban en la primera y segunda fila de pupitres después de la puerta, todos en secuencia; la gruesa voz del profesor me devolvió del pequeño y nada profundo transe en el que me encontraba.
-alumnos, debo informaros que ha llegado un nuevo integrante a vuestro grupo, pasara a formar parte de las clases desde hoy en día –dijo viéndoles a todos, serio-
Después de eso el profesor realizo un ademan con su cabeza, dejando en claro que era mi turno de formar parte de tal momento de presentación y perpetrar la parte que me correspondía; me acerque a él, frente a las miradas de mis nuevos compañeros de clase y comencé a presentarme ante ellos y sus miradas fijas.
-Buenos días, mi nombre es Sonic, Sonic The Hedgehog y es un placer conoceros –sonreí viendo a los presentes, trataba de sonar lo más seguro posible –espero poder conoceros mejor
-Buenos días –respondían algunos-
Solté un suspiro de alivio al ver que la hora de presentación había terminado, no me disgustaba realizarla o tener que pasar por ella, simplemente no me resultaba muy cómodo tener que presentarme ante mis nuevos compañeros de clase de ese modo, así, no se conocía a nadie, en realidad solo ellos se enterarían de mi nombre ¿y yo? Ni enterado estaría de cómo se llaman.
El profesor me indico que podía tomar asiento en alguno de los pupitres vacíos. Por mi parte, asentí acercándome hacia la segunda fila de butacas, me senté en el tercer pupitre, ya que el primero y el segundo ya tenían ocupantes; me había sentado al lado de un erizo plateado que ahora me veía.
Su mirada se tornaba desconcertada, algo un poco incómodo para mí; sin prestarle más atención al tal hecho, coloque mi mochila y tome asiento al lado de ese erizo. Momentos después tome parte de la explicación del maestro, quien comenzaba a dar algunas definiciones de lo que se estaba viendo en esos momentos y lo que procedería a dictar.
Algo me dificultaba la concentración en la clase, no era nada más que la mirada de algunos curiosas y curiosos que no dejaban de verme, algunas murmuraban, otras sonreían al verme, unos cuantos chicos solo me veían escasamente para después devolver su atención al profesor; trate de ignorarles y seguí viendo la pizarra hasta que note que el chico a mi lado también me veía.
-¿Qué pasa? –Pregunte al verle así de atento en mí-
-no es nada, perdona –respondió alejando su mirada. Tomo aire por la boca mientras la abría tenuemente para después comenzar a hablar –mucho gusto, mi nombre es Silver –dijo viéndome de nuevo-
-es un pacer Silver, como ya sabes yo soy Sonic –sonreí viéndole-
-he ¿sabes de quien es el pupitre donde te has sentado? –Me pregunto con preocupación en el rostro-
-no, supongo que de alguien que hoy no vendrá –deduje serio-
-o que probablemente llegara tarde de nuevo –dio en opción a mi dilema –ese pupitre que ahora ocupas es de Shadow, casi nunca llega temprano –prepuso seguro-
-oh –respondí simplemente-
Para mí aquella conversación no tenía sentido ya que si él llegaba tarde debería tomar otro lugar pero el erizo a mi lado insistía en seguir con esa conversación, motivo por el cual, sus labios se vieron activos de nuevo, pronunciando algunas palabras.
-¿sabes que se molestara verdad? –Pregunto con aires de preocupación-
-no tienes por qué ¿o sí? Y en todo caso ¿Quién es Shadow? –curioso, pregunte-
-…he… -no respondió, en su lugar soltó un suspiro de duda-
Note como su mirada se fijaba ahora en la puerta, misma que había sido abierta con brutalidad, emitiendo un sonido que causo la interrupción de la clase. Al igual que todos, el profesor Vector observaba la puerta, no con intriga como el resto de nosotros, no, él la veía con cierta furia en la mirada.
-ese es Shadow –susurro Silver al contemplar la puerta abriéndose-
De inmediato mi mirada intrigada comenzó a recorrer la entrada del aula en busca del susodicho, para mi sorpresa, no era solo uno quien llegaba, ¡para nada!, cuando divise bien las siluetas estas me permitían ver a: un armadillo, un camaleón morado; frente a ellos, tres erizos, el primero que note (por su extravagante color) fue un erizo verde, el que se encontraba a su lado era un erizo de tonos grises, casi negro, con ojos verdes, bastantes desconcertantes, pero sin duda, el que más llamó mi atención fue el que se encontraba frente a todos ellos. Le vi entrar frente a todos, sus púas negras como la noche con betas rojas cual carmín, realmente algo que llamaba mi atención, sin embargo, hubo algo que seguro me dejo perplejo, esa fue su mirada, una mirada tan dominante y penetrante, así como frágil y tentadora, sin mencionar su color, era un rojo tan brillante como los que posee un rubí.
Sin duda verles entrar de ese modo tan agresivo fue algo que le disgusto por completo al profesor, sin dudarlo, y bastante molesto se acercó a ellos con mirada de reproche y aires de enfado y molestia.
-¿de nuevo tarde? –Pregunto molesto el profesor, viendo a los alumnos con reproche-
-llegamos ¿o no? –Dijo irónicamente el erizo de ojos verdosos y sin expresión-
-¿Qué? ¿Deseáis otro reporte por mala conducta? –el profesor se acercó a ellos retadoramente-
-los que hagan falta –afirmo burlonamente el camaleón-
-no pienso seguir tolerando esto, hablare con el director –molesto, se acercó a la puerta para salir a charlar y conseguirles un reporte-
-que le aproveche –susurro burlonamente el erizo de ojos rubíes-
Para su suerte solo la clase le había escuchado, entre ellos yo. Observe como todos y cada uno de ellos se dirigía a sus pupitres con mera picardía, todos sonriendo cual niñatos felices por alguna travesura.
Me percate de como el erizo oscuro se acercaba hacia a mí, algo que realmente me desconcertó, demasiado, verle tan cerca mío me ponía en cierto grado nervioso, no sabía la razón pero el ver su mirada, me dejaba en claro que era una persona que debía tenerse de aliado y no de enemigo.
-¿Quién eres tú? –me pregunto seriamente-
Hablo con voz resonante y profunda, bastante masculina y gruesa, no a tal punto de ser pesada o fastidiosa, para nada, todo lo contrario, resultaba bastante cómoda.
Le mire perplejo por unos instantes ¿por qué se dirigía a mí? ¿Acaso le interesaba el chico nuevo?, preguntándome eso, no había deducido que en realidad deseaba tomar asiento pero un intruso en su pupitre se lo impedía.
-Soy Sonic, Sonic The Hedgehog, Mucho gusto –me puse de pie sonriéndole mientras tendía mi mano en forma de saludo hacia el-
Me vio seriamente, la expresión de picardía con la que había entrado hacia unos momentos a formar parte de la clase, había sido remplazada por completo por una severa, misma que ahora se posaba sobre mí; observo mi mano extendida, ignorando por completo mi saludo así que simplemente aleje mi mano.
-¿nuevo he? –Dedujo serio –bueno, ¿podrías explicarme que haces en mi pupitre? –Pregunto con seriedad-
-ha…bueno yo realmente no sabía que este era tu pupitre –sonreí apenado –pero no te preocupes, puedo buscar una vacío –sonreí de nuevo-
Tome mi mochila en manos, dispuesto a cederle su lugar, pero, algo ocurrió mucho antes de que me alejara; sorprendentemente el chico frente a mí me había detenido viéndome a los ojos.
-consérvalo –susurro con profunda voz-
Hice lo que me sugería y tome de nuevo asiento, colocando mi mochila de nuevo en su lugar. Observe como el tío de franjas rojas ocupaba el único pupitre vacío, que se ubicaba justo a mi lado derecho.
No retire mi mirada sino hasta que este me pillo observándole, en ese momento desvié mi vista mientras fingía haber estado contemplando el pizarrón todo el tiempo.
-hey amigo, creo que eso salió bien…para ser Shadow –me susurro sonriendo el erizo a mi lado izquierdo-
-supongo que si –respondí con una sonrisa desconcertada-
Voltee de nuevo a mi lado derecho solo para encontrarme de nuevo con esa roja mirada, unos rubíes vivientes que me observaban desde antes que yo volviera mi vista y que apenas se vieron contemplados por mis esmeraldas, se retiraron velozmente.
La clase del profesor tenía que comenzar, era imposible si antes no se encontraba el profesor. Pensando en eso, logre percatarme de una voz masculina, era el profesor de historia que ahora llamaba sin mucho preámbulo a los chicos que hace unos momentos habían tomado parte de la clase.
-el director les espera de nuevo –asevero el profesor con cierto aire de molestia-
-como diga –respondió un erizo verde de ojos azulados-
-vaya, que novedad –dijo burlonamente el camaleón-
-ya me canse de que seáis tan mal portados y que lleguéis tarde a mi clase así que ya no arreglarais los problemas con migo, será con el director –menciono seriamente el profesor, viéndoles-
-vale –dijo sin prestarle mucha importancia a su comentario el erizo de ojos rubíes-
Yo les vi por unos momentos, hasta que el grupo de alumnos se retiró de sus pupitres para caminar en dirección a la salida, dispuestos a abandonar el aula en compañía del profesor.
-ahora ya sabes quién es Shadow –dijo el erizo a mi lado-
-eso creo –respondí –bueno y ¿Quiénes son los que le acompañaban? –pregunte curioso he intrigado-
-em…ellos son: Mighty, es el armadillo, Espio, el Camaleón, Scourge, el erizo verde…, el erizo color oscuro se llama Mephiles y bueno…ya conoces a Shadow –dio como respuesta el erizo plateado-
-ya veo –respondí –vaya, tal parece que tengo nombres que aprender –sonreí viéndole-
-eso parece amigo –sonrió viéndome-
-dime Silver ¿siempre llegan tarde? ¿Oh solo es Shadow? –Pregunte curioso, sin saber porque, ese erizo había llamado mi atención-
-no solo el, todos, si Shadow llega temprano ellos también, si llega tarde, ellos también. Es como si llegaran juntos –respondió serio-
-entiendo –susurre-
-¿Por qué la pregunta? –me vio desconcertado-
-ha, no es nada, curiosidad, solo eso –di en respuesta-
-bueno –susurro serio-
El profesor llego de nuevo, con los alumnos a su lado, todos con una hoja de papel rojizo en sus manos, probablemente el reporte otorgado por el director de la institución. Continuamos con la clase del profesor, por mi parte me encontraba poco interesado, todo aquello era innecesario puesto que seguro yo había entendido a la primera.
Seguimos prestando atención, unos más que otros, por mi parte, no dejaba de pensar en que probablemente el erizo negro me había cedido su lugar solamente por mero fastidio.
Las clases transcurrieron de modo normal y un poco lento, para nada interesante. El momento más esperado para todos los alumnos había llegado, la hora de salir al receso, apenas se escuchó el sonido de la campana y todos salieron corriendo, algunos impactando ligeramente con otros en a salida; no negare que yo también deseaba salir pero espere un poco a que toda esa carambola que se había armado se aligerara.
Al igual que yo, el oscuro erizo con franjas rojas y todos sus acompañantes, decidieron esperar un poco, después, al ver que la mayoría había dejado el paso libre, caminaron frente a mí, saliendo antes que yo. Notaba como al pasar en frente mío, el erizo negro dirigía su roja mirada hacia mí y después desaparecía de mi vista junto a sus acompañantes.
Camine hacia la cafetería escolar y tome mi almuerzo para después dirigirme tranquilamente a la única mesa vacía que encontré. Al lado de la mía se encontraba el chico plateado que se sentaba junto a mí en clase y junto a él todos sus amigos, deduje que eran sus amigos por las risas.
Comencé mi almuerzo lentamente, sin percatarme que me había sentado en territorio prohibido; el erizo negro con el que me había topado hoy, se dirigía con sus amigos al mismo sitio donde yo me encontraba.
Levante la mirada y lo primero que encontré fue una mirada rojiza, bastante seria, que me veía fijamente, después como Silver se acercaba, tomaba mi bandeja en manos y caminaba lejos de allí, con migo tras el: coloco mi bandeja sobre la mesa donde él y sus amigos se encontraban sentados y después comenzó a preguntarme de modo un tanto exagerado para mí.
-¿Qué hacías en su mesa? –preocupado, me vio reprobatoriamente-
-no te enojes –respondí –solo quería almorzar
No llevaba ni un día conociéndoles y ya me regañaban como si fuéramos conocidos desde hace mucho tiempo. Gire mi cabeza hacia el resto de sus amigos y note a una erizo rosada, un equidna rojo y un simpático zorro de dos colas.
-no me molesto, yo no pero ellos, ellos lo aran –dijo seguro de sus palabras –creo que tienes mala suerte, con ellos no se juega –levanto la mirada hacia donde ellos para después verme de nuevo –solo quédate lejos de ellos tío y todo estará bien
-vale –respondí simplemente –pero y bueno ¿Qué con ellos? –prepuse cándidamente-
-¡¿Qué con ellos?! Hay tío, te falta mucho por aprender pero vale, te lo cuento, primero que nada: nadie se junta con ellos, solo ellos es obvio, son malhumorados, burlones, Scourge es un fanfarrón, Espio una persona con características que dejan ver que le gusta molestar por placer, Mighty, al igual que él, le gusta los problemas y eso, Mephiles es siniestro, sin dejar de lado agresivo y bueno, Shadow, el alma de su fiesta, él es todo eso y más, problemático y al parecer lo hace a propósito, un poco de todo solo que es más reservado, serio, frio, callado, cuando no está con sus amigos haciendo bulla. Por esa razón déjales ¿vale? –Pregunto viéndome como un padre a su hijo al advertir peligro-
-claro tío pero…no le veo el porqué, después de todo ¿qué problema puede resultar? –Inquirí sin darle suma importancia al asunto-
-como gustes –tomo asiento, comenzando su almuerzo-
-¿no presentas a tus amigos? –Pregunté con afán de cambiar de tema-
-oh claro que sí, bueno estos son mis amigos, ellos son, Amy –señalo a la erizo rosa que yo había visto antes-
-Un placer –sonrió la erizo-
-el placer es mío –sonreí amablemente-
-él es Knuckles –remarco con su mano al equidna rojo de ojos purpura-
-mucho gusto –saludo viéndome-
-es mutuo –sonreí de nuevo, amablemente-
-y Tails –señalo por último al zorrito de dos colas que le acompañaba-
-mi nombre es Mails Power pero dime "Tails" –sonrió el zorrito-
-mucho gusto Tails, ya todos estáis enterados de mi nombre –deduje sonrientemente-
Tratábamos de iniciar nuestro almuerzo, por mi parte, al ver a todos tan concentrados en su alimento, vire mi cabeza hacia donde mi instinto dictaba, de nuevo en donde se encontraba el erizo negro. Su mirada rojiza se encontró de nuevo con la mía, esto me sugería que pensaba algo similar a lo que cruzaba por mi mente segundos antes de verme envuelto en el impulso de voltear hacia él; ambas miradas se apartaron al contacto con la otra, sin saber por qué razón, quizá solo sean reflejos entrenados, sin más, seguí comiendo.
Toque un poco la comida de la cafetería escolar con mi cubierto, no porque no deseara comerlo, me encontraba enfrascado en mis pensamientos, pensamientos que me privaban de algún modo de la realidad y lo que sucedía en ella, para salvarme de mi abismo de concentración, se encontraba Tails, que hacia un llamado hacia mí.
-tío ¿entonces qué opinas? –pregunto como si me hubiese está llamando hacía tiempo-
-¿Qué? Disculpa, no te escuché –sin mucho interés levante mi vista del almuerzo y mire directo al zorro-
-te decía que si después de esto te pasamos las notas de algunos trabajo que nos pedirán mañana –repitió con tranquilidad-
-oh, claro, si me gustaría –sonreí viéndole, después de todo solo deseaba ayudar y por encontrarme perdido no lo había escuchado-
-en ese caso podríamos quedar para que te enteres de todo –ofreció amablemente-
Sin dudarlo asentí y continúe con mi almuerzo. Poco había pasado cuando habíamos terminado, por mi parte, me puse de pie comenzando a caminar en cualquier dirección, realmente no conocía la institución así que aprovecharía para saber más de todo esto. Mis nuevos amigos se retiraron indicándome que estarían tomando un helado.
Por un momento me encontraba caminando tranquilamente por las arboledas que había dentro de la escuela, al parecer todo era muy natural por allí, había gigantescos árboles, bastante era la flora; decidí correr por esa parte del colegio, corría sin precaución ni cuidado, sin prestar mucha atención en lo que hacía y sin poder frenar por la velocidad a la que corría, impacte con alguien, ambos caímos a lados opuestos.
Trate de ponerme de pie y como pude ayude a incorporarse a la persona a la cual desgraciadamente había derribado; para mi sorpresa era el mismo erizo negro con el cual me había visto envuelto en un dilema por el pupitre.
-lo lamento –me disculpe, tomando su mano para ayudarle a incorporarse –realmente no deseaba hacerte caer, no vi por donde corría –justifique apenado-
De nuevo su gruesa e imponente voz realizo presencia sobre mis oídos, comunicándome que no le era muy agradable que le derribaran de la nada y mucho menos alguien nuevo como yo.
-si ya lo veo ¿Qué pasa contigo tío? ¿Acaso no ves por dónde vas? –Cuestiono notablemente molesto –ya te permití mi pupitre y ahora me derribas
Era más que evidente su disgusto, realmente y aunque trataba de contener su molestia yo lograba percibirle enojado; pase mi mano por mi nuca, en son de apenamiento mientras buscaba las palabras correctas para justificar todo ese embrollo.
-ya te dije que lo lamento, además, no sabía que ese era tu pupitre y lo de ahora, bueno, solo ha sido un accidente, perdona. En todo caso no he preguntado si te encuentras bien –cambie rápidamente de tema para aliviar la mala forma en que nos habíamos presentado-
-si estoy bien –respondió más calmado, quitando un poco del barro que había quedado sobre su uniforme académico-
Seguramente la noche anterior había lloviznado por aquí, la tierra se encontraba húmeda al igual que la madera de los fuertes árboles y el pasto verdoso de la academia. Me apenaba que ahora mantuviera su uniforme manchado por no haber prestado atención al camino que recorría, por suerte solo era el saco, una de las mangas se había teñido de un color oscuro por el barro.
-enserio perdona –pedí de nuevo-
-olvídalo –sugirió calmadamente-
Su manera de hablar no hacía más que hacerme sentir culpable, su tono de voz, las expresiones que usaba y el hecho de estar tranquilo causaba un notable remordimiento en mí.
El veía sin solución su problema por lo cual le vi despojarse del saco del uniforme, simplemente lo retiro, dejando ver una blanca camisa que trasparentaba un poco; la tela diáfana de la camisa dejaba apreciar que, al igual que se rostro, su torso se encontraba cubierto por ese brillante pelaje negro, quizá solo se podía apreciar porque esa tela no era suficiente para cubrir el tono oscuro de su piel. Mi precavida mirada comenzó a recorrer su torso, subiendo hasta llegar a su pecho, en donde el color negro se difuminaba uniformemente cambiándose por un blanco que se confundía con el color de la camisa. Supuse que se trataba de pelaje blanco. Poco falto par que me pillara, para mi suerte, yo le había estado viendo con curiosidad mientras el quitaba su saco por ese motivo no había notado nada.
-tengo que irme –chasqueo la lengua para después decir todo aquello mientras me veía-
-oh, claro –di en respuesta con evidente nerviosismo-
El director escolar paseaba frente a nosotros y al vernos juntos dedujo que había hecho un amigo y que ese era Shadow. Se acercó a nosotros con su expresiva mirada sabia y autoritaria, sonrió un poco, arreglando su traje gris comenzó a hablar. Ni Shadow ni yo nos habíamos movido del lugar por respeto a él, seguramente querría hablar con nosotros.
-veo que ha hecho un amigo, joven Sonic –espeto viendo a al erizo a mi lado con seriedad –me alegra que haga amigos pero solo recuerde no eliminar el buen comportamiento que me ha dictado su carta de conducta –me vio con seriedad en el rostro –ya que sois amigos supongo que le mostrara la institución ¿verdad? –Pregunto viendo seriamente a Shadow-
-como diga –dijo en respuesta, sin tomarle mera importancia-
-si me disculpáis, tengo asuntos que tratar, el joven le mostrara la institución –afirmo viéndonos a ambos-
Comenzó a retirarse, dejándonos de nuevo solos. Fije mi mirada en el erizo que me acompañaba y percibí que rodaba los ojos con monotonía, era evidente que le disgustaba tener que mostrarme todo aquello por lo que, sin dudarlo, me apresure a hablar.
-quizá tu tengas cosas más importantes que hacer, puedo recorrer la institución yo solo –recite con fin de comunicarle que podía retirarse si lo deseaba-
-te perderás niño –afirmo viéndome –anda comencemos
Finalmente comenzamos con el paseo, yo me encontraba desconcertado por dentro, no sabía por qué motivo había decidido acompañarme si hace unos momentos se mostraba fastidiado, quizá esa no era la razón ¿o sí?, en fin, me deje confundido, lo cual trate de ignorar para seguir con nuestro camino.
-gracias por mostrarme el colegio Shadow –sonreí amablemente, girándome hacia su rostro-
-ni lo menciones –del mismo modo, volteo a verme-
-Tienen un gimnasio ¿verdad? –Comencé a preguntar, mi único propósito era iniciar una conversación-
-sí, más tarde pasaremos por allí ¿Por qué lo preguntas? ¿Te gusta practicar deportes? –cuestiono viéndome-
Justo lo que yo deseaba, iniciar una conversación para aliviar la incómoda situación en que nos encontrábamos momentos antes, al menos yo.
-sí, me gusta mucho ¿tu practicas alguno? –Continúe con la mirada perdida en el paisaje-
-podría decirse que me gusta –realizo un ademan con su hombro, moviéndolo ligeramente hacia adelante-
-en lo personal me inclino por todo lo que tenga que ver con correr –sonreí –me considero bueno en eso –afirme seguro de mis palabras-
-oh, guay, no prefiero nada pero si me gusta practicarlos –respondió girando su cabeza a los lados laterales-
Aun su mirada se mantenía buscando, por así decirlo, en los costados. Yo mantenía mi mirada fija en él, revisando todas y cada una de sus acciones, sin perder detalle alguno. De un momento a otro él se detuvo, señalándome hacia adelante con su mano, yo gire mi cabeza hacia donde él señalaba, percatándome de lo que deseaba mostrarme.
-ese de ahí es el gimnasio –señalo la estructura-
-es bastante grande –añadí notando su mano-
Continuamos el recorrido lentamente. La institución era bastante grande y nada carente de lujos, bastante compleja y bien estructurada.
El me mostraba todo lo que debía conocer y en ocasiones también lo que no, solo porque mi curiosidad me ganaba y hacia preguntas acerca de ello, por tal motivo se veía obligado a responderme. Por ejemplo: caminábamos cerca de un pastizal rodeado por árboles, era imposible pasarla desapercibida así que mi mirada se posiciono sobre ella y al notar unas cuantas cosas allí comencé a preguntarle.
-¿Qué es ese lugar? –Quise saber de modo curioso – ¿Por qué hay tantas plantas aquí si es un lugar para descansar? ¿No es ilógico que se encuentren cubiertas las bancas? –Tras cada pregunta una sonrisa en su rostro se alargaba un poco más-
Sin saber porque sonreía continúe viendo aquel sitio. Todo se encontraba cubierto por pastizales y arbustos grandes, a pesar que solo eran un par de bancas lo que había allí pero me parecía curioso, quizá solo se encontraban abandonadas y en desuso.
-tienes razón, es ilógico que se mantenga oculto ya que es un sitio de descanso pero al mismo tiempo no es nada ilógico. Verás…em…Sonic, ese es el lugar donde los enamorados vienen a "relajarse" durante las clases pesadas –cruzo los brazos viendo atentamente mi reacción. Su mirada parecía estar centrada en que lo que había dicho me afectaría-
Nada más cierto, al principio la noticia me causo impresión y más aun del modo tan pícaro en que él lo decía. Mis ojos quedaron atónitos, le veía fijamente hasta que pude continuar.
-ha…ya veo –respondí titubeantemente-
Ese sencillo acto de mi parte había sido suficiente para causarle a él una sonrisa, no amigable, se estaba burlando de mi justo frente a mis narices; Verle así no me disgustaba ya que su sonrisa combinaba de un modo extraño con su mirada seria pero que se burlara de mi reacción era demasiado.
-no estoy sorprendido –justifique inmediatamente, negando con la cabeza-
-si claro. A simple vista me doy cuenta que no estás acostumbrado a que te digan esto pero por dios tío, ya no estamos en preescolar –su picardía continuaba hasta que más tarde respondí-
-lo sé pero ¿no deberíamos esperar? Digo, somos jóvenes aun –trataba de justificar mi reacción al escuchar tal noticia-
-ha ya entiendo, le tienes miedo a esto –afirmo con seguridad al mismo tiempo que su burlona sonrisa continuaba –está bien, no te preocupes no se lo diré a nadie, vamos que se hace tarde-
Yo caminabas tras él, esa conversación no me había dejado en nada satisfecho, es más, siquiera me había gustado. Ya sé que tal vez era solamente porque me lo dijo a mí pero se equivoca, no le temo a eso, ni a eso ni a nada y en todo caso ¿Quién es el para cuestionarme esto? Hace apenas nos conocimos. Disidí dejar eso por la paz y continúe con mi recorrido al lado del erizo negro.
No me dignaba a hablar y estaba seguro que él no lo aria así que solo le seguía con ímpetu y seriedad, todo fue así hasta que más tarde él se dirigió hacia mí para mostrarme algo que de nuevo me dejaría pensativo.
-esta de aquí es la piscina para natación, como veraz es muy grande así que aquí practicamos las carreras de natación –menciono con seriedad-
Dirigí mi mirada hacia aquella enorme piscina, era bastante grande, calcule que tenía entre seis y siete metros de profundidad, nada cómodo para mí. Realicé un gesto de disgusto, acompañado de un resoplo, mismo que mi acompañante noto.
-¿no te gusta? –quiso saber viéndome-
-no es eso, es muy…grande –sonreí forzosamente –mejor continuemos con otra cosa –sugerí viéndole por primera vez con seriedad-
-de acuerdo. Oh puedo mostrarte la pista de carreras, no está muy lejos de aquí –su mirada se fijaba a la izquierda, donde seguramente se encontraba-
-no podrías darme mejor noticia –sonreí con más animo-
Avanzamos hasta toparnos con la pista de carreras, era bastante grande y muy bien parecida, me gustaba sin duda. Comencé a recorrer todo aquello con una mirada de sorpresa y gusto, que no pasaba desapercibida ante los ojos del erizo negro quien no dudo en comentar algo con respecto a ello.
-por lo que veo esta si te gusta –menciono con seriedad y firmeza-
-no te equivocas –sonreí –verdaderamente y como ya te lo había dicho, me gusta más todo lo relacionado con correr –le vi una vez más-
Para nuestra mala suerte habían timbrado y era hora de regresar a las actividades escolares, dispuestos a marcharnos emprendimos viaje hacia la respectiva aula, la cual nos tocaba de nuevo juntos y por suerte también Tails y Knuckles estarían allí.
-tengo que irme –menciono tratando de darse la vuelta-
-nos vemos –dije sonriente, despidiéndome de él-
Momentos más tarde le vi perderse de vista, supuse caminaba hacia sus amigos por que antes de no poder verle más vi como Mephiles y Scourge salían de un pasillo, vigilando que nadie les viera para después llamar a Shadow junto a ellos, por último, todos salieron corriendo en dirección opuesta a la mía para perderse de mi vista.
Las clases continuaron una tras otra, por mi parte todas pasaron sin mucho que contar, a excepción que no veía de nuevo a todo el grupito que se sentaba detrás y a un lado mío. Shadow no había aparecido más que en un par de clases, siempre seguido por sus amigos.
La hora de salida había llegado, por tanto todos los alumnos comenzaban a hacer una cuenta regresiva mental, lo note por sus constantes miradas al reloj que se posaba sobre la pared frente a nosotros, sin mencionar que algunos dejaban sus apuntes de lado para guardar sus cuadernos, algo que me causaba un poco de gracia; cuando por fin se dio el timbre de salida todos se dirigieron con apresuro hacia la puerta del aula, todos excepto Shadow, sus amigos y yo, yo no lo hacía no porque no deseara salir sino porque había perdido mi lápiz.
Mi distracción me había llevado a buscar ahora un simple lápiz, podría simplemente comprar otro pero decidí no hacerlo, tenía tiempo de sobra además, sentía que algo además del lápiz me retenía en el aula de clases. Parado frente a mí, se encontraba Silver, poniendo frente a mi rostro lo que yo había estado buscando haca un buen rato.
-¿buscabas esto? –Sonriente, coloco el lápiz en mis manos-
-Gracias –sonreí, tomando el objeto entre mis manos –creí que ya te habías ido –afirme viéndole-
-No, aun no. Pero creo que ya se está haciendo tarde, podría pasar de largo el autobús ¿vienes? –pregunto realizando un ademan con la cabeza-
De inmediato sentí, dejando tras mío a los erizos y el armadillo que seguramente se mantenían aun realizando alguna actividad, después note que Shadow salió detrás de Silver y yo, cosa que no me sorprendió, seguramente ya deseaba marcharse.
Durante el recorrido me senté junto a Silver en el autobús, él no decía nada mientras y yo solo me dedicaba a pensar en todo mi día. Estando en casa me encontré a mi madre cocinando, por el olor deduje que eran galletas.
La cocina se veía inundada en un delicioso aroma dulce, sin decir nada, camine hacia ella, sonriéndole, de inmediato se giró hacia mí con una hermosa sonrisa de cariño como las que solo da una madre, después de eso comenzó su interrogatorio.
-que bien que hayas regresado cielo ¿cómo te fue en tu primer día de clases? –cuestiono dulcemente-
-muy bien madre, hice unos amigos –afirmé con una sonrisa-
Acerque mi rostro hacia el horno de la estufa, notando que las galletas se encontraban casi listas para ser comidas, sonreí, mostrando mi alegría, por consecuente mi madre sonrió de nuevo, acariciándome la cabeza con delicadeza y ternura.
-espera hijo, no seas desesperado, ya estarán pero bueno, cuéntame ¿Cómo se llaman tus amigos? –Pregunto con una gran sonrisa, tomando lugar frente a la estufa, en donde se encontraba una silla-
-son Tails, es muy simpático, Knuckles, bastante amable Silver, comprensible y en cierto modo divertido y una chica llamada Amy, ella es simpatica –mencione sonriéndole a mi madre-
-uh y ella es linda –pregunto pícaramente-
-madre por favor, bueno. No…digo, es linda pero como mi amiga –aclare viéndola con seriedad-
-ha ya encontraras a alguien –chasqueo la lengua mientras me sonreía-
-eso veremos mamá. Mejor me voy a hacer la tarea –sonreí tomando mi mochila en manos-
Me dirigí a mi habitación, arroje mi mochila a un costado de la puerta, recostando mi cuerpo sobre la cama mientras mi mirada se perdía en el techo de la habitación. En realidad no deseaba hacer la tarea, lo único que quería era que mi madre dejara ese tema, supongo que le extraña un poco que no tenga novia después de todo el tiempo que ha pasado pero no puede mandarse sobre el corazón, el amor llegara cuando tenga que hacerlo.
Comencé a rememorar todo lo que había sucedido, sin querer me dedique a pensar en lo que un erizo negro pudo haber estado haciendo para salir a ocultarse de ese modo del profesor o lo que planeaba hacer. Sin más, me quede dormido.
-de nuevo yo, con más Fanfics. Pues nada, espero que lo disfrutéis. Si te ha gustado, ya sabes, comenta je, je. Bueno esta sería el fic que llego para poner en estado pospuesto a mi antiguo fic y bueno, nada espero que os guste y aquí lo tenéis.
-hola, seguro y pensaran que hago yo aquí de nuevo –Nery por si no saben –pues nada que me gusta participar en los diálogos que aparecen y si me lo permite esta amiga pues mejor XD nada. He nos vemos y dale a los comentarios XD no ya.
