Hola!!! Soy yo MXM's Holic aquí con una serie se Songfics en honor a Mihael Keehl y Mail Jeevas por el día se San Valentín. La primera canción que voy a utiliza ahora será "Flightless bird, American mouth" de Iron and Wine. Espero que les agrade, sólo hay una parte de la canción ya que no toda la letra representaba lo que yo quería expresar en el fic. háganme saber si no entienden la letras de las canciones que voy a utilizar de ahora en adelante por favor y yo publicaré la traducción en mi profile. Son muy importantes en el desarrollo de la historia.

Advertencia: No ze.... -

Disclimer: No son míos.

Ahí les va...

Our Song Book

First prelude: Flightless bird, American mouth

Así fue como llegué a este orfanato, los mayores decían que yo era muy inteligente, pero no estoy seguro de eso... a mí sólo me atraía la electrónica.

Era un día lluvioso y oscuramente nublado, bajé de la limusina lujosa que me conducía a mi nuevo hogar. Un hombre vestido de negro, anciano y de cabellos grises me acercó un paraguas, con el motivo de que no me mojara al salir del auto, lo abrió y lo colocó encima de los dos.

No me importaba nada, sólo caminaba por inercia hacia mi cuarto... Mi nuevo cuarto, a conocer a mi nuevo compañero... aquél con quien lo compartiría. Me contaron que tenía mal carácter, decidí pasarlo por alto... no me importa nada, ya lo dije.

Me vale un bledo que me regañen, que me critiquen, que me discriminen... pero si hay algo que odio es que me golpeen. Eso no quiere decir que responda a los golpes que me dan... sólo los recibo, pero el sentimiento de odio no abandona mi cuerpo. La razón por la que no golpeo a nadie, es por que supone un gasto innecesario de energía, y yo carezco que ella la mayoría de las veces... ¿Comenté ya que nada me importa?

Mi nombre es Mail Jeevas... me agrada que me llamen Matt... no tengo en claro por qué aún. Mi cabello es rojo... extraño, lo sé... pero si me interesara lo que las personas piensan de ello, ya me lo hubiera teñido de un color menos llamativo. Tengo ojos verdes, debo admitir que me gusta el color de mis ojos... siempre fueron de mi agrado los ojos claros en las personas... para mí denotan transparencia y sinceridad... aunque en mi caso no lo considero así. Por mas que me gusten mis ojos, siempre los oculto bajo unos googles naranjas que siempre llevo... tengo algo parecido a la fotofobia, intolerancia a la luz... posiblemente por que me la paso jugando video juegos. Recuerdo que el primero con el que jugué, lo obtuve robándolo de un niño... siempre lo llevaba conmigo, pero ahora el anciano del que hablé, me regaló una increíble PSP... ¿Motivo? Regalo de bienvenida al orfanato nuevo... raro ¿No?

Mi piel es clara... más bien pálidamente blanca, y estoy orgulloso de comentar que no tengo ni una sola peca. Eso me hace ver mejor... debo aceptarlo... o al menos eso oí. Último dato sobre mí, tengo diez años.

Conocí finalmente a mi compañero... su nombre es Mihael Keehl, pero lo llaman Mello.

Lo único que hizo en cuanto me vio, fue dirigirme una mirada cargada de... odio quizá, y sin pronunciar una sola palabra la regresó al enorme libro que leía. Yo, luego de un "Hola" continué jugando con mi asombrosa PSP nueva. Quise aparentar que no me importaba, pero algo extraño sucedió... le presté atención... le presté atención a sus ojos azules y cristalinos, a sus cabellos rubios cortados prolijamente hasta medio cuello, a su perfecto fleco que cubría sus cejas... presté atención a su pijama negra... a su delgadez... hasta al libro que leía "Criminalística avanzada".

Sé que mencioné que los ojos claros me denotaban sinceridad y transparencia, pero esos ojos eran oscuramente claros, ocultaban algo... lo ocultaban todo... no había transparencia... no me permitían entrar, la serenidad no existía, parecía estar sumido en turbación... perecía un violento remolino.

Esa tarde ambos permanecimos en silencio, cada uno sentado... él continuaba leyendo... yo jugando con la PSP.

Pasó algo de tiempo, podría comentar que este lugar me agrada, y mi nuevo amigo también... a fin de cuentas, eso terminamos siendo... amigos. A él le gusta que le obedezcan... a mí no me importa obedecer... además, sigo intentando descubrir qué me ocultaron sus ojos el primer día que lo conocí...

Algo era seguro, no podía quitármelo de la cabeza... todo lo que hacía, lo hacía para conformarlo... para mantenerlo calmado, pero cuando cometía un error, o a veces sin razón aparente, me golpeaba... y golpeaba duro... pero lo increíble, era que no me importaba, siempre y cuando el remitente de los golpes fuera él...

Eso es por que cuando los niños más grandes me molestaban, allí estaba él para propinarles una paliza... jamás dejé de agradecerle eso... pero... ¿Por qué lo hacía?

Lo descubrí... lo que intentaba ocultar... yo le agrado.

I was a quick wet boy,

diving too deep for coins

all of your street light eyes

were on my plastic toys.

Pasaron tres años, éramos demasiado unidos, ambos teníamos trece años y éramos las ovejas negras de todo el orfanato, nos castigaban muy seguido, mas bien lo castigaban a él, pero yo en un intento de continuar a su lado, hacia algo estúpido y lo acompañaba en el castigo.

Otro día lluvioso... otra vez encerrados en nuestro cuarto sin nada que hacer luego de largas clases. La tarde parecía no acabar... oscurecía lentamente a medida que los rayos azotaban la tierra.

Recuerdo que me comentó que le agradaba el chocolate, mejor dicho lo ama, es como una droga para él, cuando éste escasea, yo pago las consecuencias soportando su mal humor... y esos golpes. Al parecer lo conozco mejor que nadie... es competitivo, en especial con un enano blanco llamado Near... no lo conozco del todo bien, pero sólo sé que no me agrada... siempre tan monótono... hasta parece que Mello le presta mucha más atención a él que a mí... todo por intentar superarlo...

Volviendo a Mello, además de competitivo, es impulsivo, mandón, violento, completamente impredecible, terco, cortante, fuerte, malhablado, no desaprovecha oportunidades para mandar al demonio a las personas o menospreciarlas a base de insultos que demuelen la autoestima, odia que lo ignoren, que le mientan, que traten de extorsionarlo, ya que aquí el manipulador es él, le disgusta que no lo tomen en serio, no tener chocolate, que lo regañen, que lo castiguen, o que se le queden mirando más de lo debido. Le gusta vestirse de negro, golpear a la gente... en especial a mí... es sincero y un muy buen amigo a pesar de todo, pero sólo yo conozco esa parte suya.

-Llueve Matt... - dijo Mello rompiendo el silencio.

-Lo sé... - respondí intentando rearmarlo.

-No es eso, imbésil... estoy muriendo de aburrimiento y me falta chocolate.-

-Roger salió... tenemos la llave de su oficina... de seguro hay chocolate allí.-

-Me agrada tu idea, cachorro.-

Y así terminamos dentro de la oficina de Roger robando chocolate. En el momento en que llegamos corriendo a la habitación, nos dimos cuenta de que era hora de cenar, por lo que ocultamos la mercancía, y nos dirigimos al comedor. En el momento en que íbamos a tomar asiento, Roger llamó a Mello para platicar y me quedé sólo por un instante.

No hace mucho lo descubrí... la razón por la que no puedo quitarlo de mi mente... en realidad, ése era el momento menos oportuno para pensar en eso... pero allí me encontraba, en la mesa del comedor, con la mirada perdida, pensando otra vez en el motivo de mi comportamiento, auto analizándome psicológicamente... me gustaba... y mucho... adoraba su forma de ser, su forma de tratarme, sus ojos, su voz, ahora un poco más grave...

Algo me sacó de mi ensoñación... alguien tomó el lugar desocupado a mi lado... era el enano albino, y valla que oportuno... Mello llegó y una mueca de intenso odio abarcaba su rostro, pero yo no le dije a la pelusa que se siente a mi lado... él sólo se sentó y ya...

- Sal de ahí mocoso.- escupió con veneno.

- Tu nombre no se encuentra escrito aquí.- respondió serenamente Near.

- ¡Que te quites de mi lugar enano mugroso!- gritó golpeando la mesa y sobresaltando a todos menos al albino.

- Cálmate Mello... puedes tomar otro asiento... - interrumpió el anciano que acababa de hablar con Mello. Él sólo me miró con furia, quizá por que yo sólo lo observaba y no decía ni hacía nada... quizá eso lo exasperó aún más. De pronto dio media vuelta y abandonó el comedor... últimamente estaba extraño... no le gustaba al parecer que yo interactuara con otra persona que no fuera él, en especial con Near, "Pero yo no le pedí que tomara ese asiento... demonios... debo ir a buscarlo... ¿Por qué se encontrará tan enfadado? ¿Será que está... no, no puedo pensar en eso... es simplemente ridículo... ¿Él? ¿Celoso? Eso es imposible, quiero decir... es posesivo, pero... yo no valgo sus celos... no soy lo suficiente..."

Then when the cops close the fear

I cut my long baby hair,

stole me a dog-earned-map

and called for you everywhere.

Recorrí todo el orfanato, no lo hallé en ningún lugar... y justo cuando decidí esperar a que regresara, recordé que no había llegado a revisar el baño en desuso del pasillo... sé que era ridículo que se encuentre allí, pero... él es simplemente impredecible.

En el momento en que entré, observé a un muchacho rubio sentado con la espalda pegada a la pared y abrazando sus rodillas. Notó mi presencia, sólo levantó la vista para asegurase que era yo, y al hacerlo la desvió inmediatamente.

- No te acerques a mí si te acercaste al maldito algodón ese... - recriminó con dureza.

- Mello... yo... yo no me acerqué a él... el enano sólo se sentó a mi lado... - que gran excusa para arreglar las cosas.

- Y tú no hiciste nada por sacarlo de allí... - escrutó con mayor enojo.

- ¿Qué te sucede Mello? ¿Acaso estas... -

- ¡No estoy celoso!- gritó fieramente.

- Yo jamás lo mencioné... -

- ¡Que no lo estoy, maldita sea!-

- Mello... estás celoso... - dije sonriendo a medida que me acercaba a él.

Have I found you, flightless bird

jealous, weeping

or lost you, American mouth

big pill looming.

De pronto estaba frente a él, arrodillado, levantando su barbilla con mis dedos y mirándolo a los ojos...

- ¿Qué... es lo que sientes, Mello?- inquirí algo nervioso. Él sólo intentó desviar la mirada, sin embargo yo me encontraba seguro de querer continuar, ya que lo había descubierto... al parecer yo también le gustaba.- ¿Sabes?... tú... tú me... gustas... - pronuncié nervioso a medida que sus hermosos ojos azules se abrían de par en par. Acerqué mi rostro hasta quedar a milímetros del suyo... impulsivo... Mello era impulsivo... En el momento menos esperado, sus manos tomaron mi rostro y lo acercaron aún más, yo sólo pude observar cómo sus ojos se cerraban lentamente y sus labios se abrían para acariciar los míos con un beso. No lo pude resistir, tampoco lo pude comprender... jamás pensé que quien iniciaría todo esto fuera él... impulsividad... mis labios se abrieron también, y Mello intentó adentrar su lengua en mi boca con lentos toques... inmediatamente, le permití el ingreso y que rozara cada rincón de ella. Mello me aprisionaba con sus brazos, ahora rodeando mi cuello y abriendo ligeramente sus piernas para que yo pudiera inclinarme aún más, hasta que su espalda chocó con la pared nuevamente, a lo que yo sostenía mi peso con mis manos posadas en ella también.

Hormonas... nunca entendí muy bien cómo es que te controlan en el momento exacto... una de mis manos comenzó a acariciar el torso de Mello, escurriéndose por debajo de su camiseta negra, mientras él imitaba mi acto bajo mi camiseta a rayas. En su boca hallé sabor a chocolate... una suave y delirante dulzura, su lengua se movía en mi boca mientras la mía sólo le abría el paso.

El oxígeno escaseó, nos separamos por unos segundos, nuestras respiraciones estaban agitadas, noté cómo su pecho subía y bajaba violentamente con cada inspiración y espiración, al igual que el mío.

- Matt... yo... -

- No importa... regresemos al cuarto... -

A partir de esa noche, comenzamos a dormir juntos, algunas veces él se metía en mi cama y luego de unos besos, me abrazaba y se quedaba dormido, debo mencionar que amaba verlo dormido... su expresión cambiaba tanto, haciéndolo parecer sereno y tranquilo. Otras veces, yo me metía en su cama y abrazaba su cintura por atrás, él volteaba, me besaba y esperaba que sus ojos se cierren mientras observaba fijamente los míos. Todas las noches sucedía, dormíamos abrazados, sólo buscando el calor de cada uno.

El tiempo sin embargo continuaba pasando. L, el detective que estábamos entrenados para suceder, había muerto intentando resolver el caso de un asesino en masa, nosotros teníamos quince años.

La tarde en que se dio la noticia... Mello huyó del orfanato... me dejó...

¿Qué les parecío? Como soy buena voy a subir todos los capítulos de una vez, espero que sigan leyendo, ya saben... el botoncito a ala derecha de los títulos...

Kisses...