"Un trabajo para odiar" (Capítulo 1)
"El Gotei 13" es un eficaz y complejo sistema policial utilizado en el país de Japón... dicho sistema está formado por un sinfín de escuadrones policiales ubicados estratégicamente a lo largo y ancho de todo el país, encontrándose sus 13 cabeceras siendo comandadas por la "base madre" o mejor conocido "El escuadrón 1" en la bella y tranquila ciudad de Karakura...
En una elegante oficina del mencionado escuadrón podía observarse la pequeña reunión que mantenían 3 importantes figuras públicas, sobre un delicado e importante tema que con urgencia debían de tratar.
— Así que dentro de 3 días se cumplirá los 2 años de condena de la hermana de Kuchiki, ya veo— mencionaba un hombre de cabello blanco y cara de pocos amigos.
— Si... y como ya saben al cumplir ese lapso de tiempo ella será inmediatamente liberada, lo cual resultara un problema ya que los habitantes de la ciudad no se sentirán seguros y se desatara el pánico— explicaba el hombre de mayor edad entre los presentes. Su nombre es Yamamoto Genryūsai, conocido por ser el fundador de "El gotei 13" y capitán de la base donde en esos momentos se localizaban.
— ¡Tks!, yo no veo el problema... si esa chiquilla vuelve a protagonizar una escena como la de hace 2 años, simplemente la volvemos a capturar y la regresamos a ese infierno— respondía despreocupadamente un musculoso y temido hombre, reconocido fácilmente por su llamativo parche y su brutal actitud.
— Hmmp... aun no entiendo cómo es que alguien tan calculador e inteligente como usted, escogió como capitán de él escuadrón 11 y como alcaide de "El Rukongai" a alguien sin sentido común como Zaraki— hablaba el peliblanco enfocando su mirada en el imponente anciano.
— ¿Eh?, pero que mierda dices capullo; no te creas la gran cosa por ser el capitán del noveno escuadrón... ¿o lo que buscas es una pelea?— preguntaba el temible hombre con una desquiciada sonrisa, ocasionando un notorio "tic" en el ojo izquierdo del otro capitán.
— ¡Silencio!... si los convoque fue para analizar debidamente la situación, no para lidiar con las molestas riñas de unos niñatos como ustedes. Kempachi, ¿has notado alguna indebida actitud por parte de Rukia Kuchiki?
— No actúa ni hace nada fuera de lo normal... apartando las palizas que a veces le brinda a los demás reclusos— decía lo último carcajeándose sonoramente y con una demencia sin igual.
— Lo sabía... ella es peligrosa, mucho menos es de fiar. ¡Kensei!, tu escuadrón se destaca por la cantidad y variedad de jóvenes talentosos bajo tu mando... quiero que elijas a uno para que sea el encargado de vigilar a Rukia una vez que sea liberada... definitivamente no podemos dejarla en plena libertad.
— Ahh, como ordene... si no tiene nada más que decirme me retiro— comentaba mientras se ponía de pie— le enviare a alguien mañana al medio día... con su permiso...— y luego de finalizar esas palabras se retiró de la oficina cerrando la puerta tras de sí.
— Yo también me iré ya; el bueno para nada de Muguruma se encargara del asunto, así que no seguiré perdiendo mi tiempo— luego de terminar su oración repitió la acción del peliblanco.
Yamamoto mientras tanto se quedó sentado y con sus manos entrelazadas sobre su fino escritorio, decidió enfocar su vista en el bello y esplendido cielo que era bañado por el ocaso a la vez que seguía pensando en su recién discusión— "solo espero que Kensei escoja a alguien lo suficiente competente para esta tarea"— y después de su fugaz pensamiento decidió servirse una taza humeante de té y así relajarse y desestresarse un poco...
"El infierno"... un término formado por 2 palabras pero tan difíciles y complejas de explicar... la gran mayoría lo consideraba como aquel sitio después de la muerte al que iban a parar las personas que cometían malas y horrorosas acciones en vida, sin embargo eso podía no ser del todo cierto, uno podía vivir un infierno en vida; o esa era la manera de pensar de Rukia Kuchiki, después de todo cualquier persona que haya puesto un pie dentro de la prisión donde ella se encontraba podía dar crédito a sus pensamientos.
"El Rukongai", conocida por ser la prisión más segura y temible del país se encontraba situada en la misma ciudad que las cabeceras y la "base madre" del gotei 13; en Karakura. Dicha infraestructura constaba de un domo gigante donde no penetraba la luz del sol, equipada con la más alta tecnología de seguridad, ocasionando que la probabilidad de escape fuera del 0%; los guardias y policías de dicho lugar eran en su mayoría pertenecientes al onceavo escuadrón, caracterizados por su brutalidad y sanguinario comportamiento. La mencionada prisión se dividía en niveles, siendo la distribución la siguiente: el nivel 1 era conformado por el patio y el comedor, el nivel 2 era la sala de visitas; de ahí en adelante se ubicaban las celdas de los prisioneros y cada piso tenía su sobrenombre, entre más avanzaban los niveles peor era el lugar; el nivel 3 era conocido como "Mariposa enjaulada", el nivel 4 "Lobo mugriento", el nivel 5 "Gusano aplastado", nivel 6 "Venado ultrajado", nivel 7 "Murciélago muerto", nivel 8 "Perro colgado", nivel 9 "Pantera descuartizada", y por último se encontraba el nivel 10 conocido como "El piso de los lamentos" siendo este utilizado como cuarto de castigos y torturas. El temible lugar albergaba aproximadamente unos 15 mil prisioneros, teniendo tanto hombres como mujeres; la famosa prisión también es llamada "El infierno negro"... y valla que el nombre le quedaba como anillo al dedo...
La protagonista de estos pensamientos se encontraba dentro de su oscura y pequeña celda que no media más de 2 metros cuadrados, era un espacio completamente cerrado sin ninguna rejilla o un pequeño espacio que le permitiera ver el exterior, solo tenía cabida para una pequeña cama de metal, en la que en esos momentos se encontraba sentada, en verdad era un sitio miserable... pero era de esperarse... no por nada se encontraba en "Perro colgado", en otras palabras el nivel 8... desde el nivel 7 en adelante les estaba prohibido bajar al patio y comedor, por lo que los alimentos se los hacían llegar hasta la celda, para lo único que podían salir es cuando iban al baño, además las visitas eran sumamente restringidas pudiendo recibir una cada 2 meses... era el sitio perfecto para volverse loco, sin embargo Rukia era una joven independiente y en esos 2 años de permanecer encerrada se había vuelto lo suficientemente fuerte como para necesitar la compañía o amistad de los demás reclusos... de repente pudo identificar el sonido de un par de pasos acercándose a su celda, para posteriormente abrir la puerta de su celda.
— Aquí está la cena— informaba un policía dejando una bandeja con comida en el suelo— espero que sea de tu agrado "princesa"— menciono lo último con sorna para luego romper en carcajadas y volver a cerrar la puerta, desapareciendo así como llego. La joven se dirigió dónde estaba la bandeja y se dispuso a recogerla, encontrando en ella una putrefacta sopa y tortilla con hongos, y a pesar del asco que le causaba se dispuso a comer— "solo 3 días más y al fin saldré de este infierno"— pensaba la muchacha comiendo en compañía con el mayor de los silencios.
Un nuevo día se asomaba en la ciudad de Karakura, el sol ya había hecho presencia mostrándose tan imponente como de costumbre, y un par de aves se observaban surcando el cielo; las personas comenzaban con su rutina acostumbrada generando el típico bullicio de la ciudad, un bullicio que no era capaz de alcanzar ni perturbar la paz de las instalaciones del escuadrón 1. En esos momentos el "capitán en jefe" del Gotei 13 se encontraba en su despacho revisando unos informes a la vez que tomaba una taza de té, el silencio del lugar era placido y reconfortante, pero lastimosamente fue interrumpido por un par de toques provenientes de la puerta.
— Adelante...— dio su aprobación para pasar el anciano.
— Capitán...— menciono una voz varonil procedente de un joven de peculiar cabello naranja y ceño asombrosamente fruncido, que cerró la puerta situada detrás de él.
— Kurosaki, ¿Qué te trae por aquí?.
— Kensei me mando, porque me postulaba para llevar a cabo la tarea de vigilar a un reo.
— Ya veo... con que te eligió a ti... no me extraña su decisión, todos sabemos que eres un joven muy eficiente y con enorme potencial; es una lástima que lo que tienes de talentoso también lo poseas de maleducado, ya que aún no has aprendido a referirte correctamente de tus superiores ni a respetar a tu capitán— dijo el comandante logrando acongojar un poco al hombre de ojos avellanas— pero volviendo al tema... me imagino que ya sabes quién se te ha encomendado custodiar, ¿o no?...
— No sé quién es, Ken... mi capitán no me menciono quien era el recluso...
— Es Rukia Kuchiki.
— ¿Kuchiki?— preguntó un poco asombrado, pues ese apellido le era demasiado conocido.
— La hermana de Byakuya, a lo mejor tú la conozcas como "La princesa del Rukongai", me imagino que ya has de saber quién es.
— Nunca la he visto, pero si he escuchado sobre ella... y de su "gran hazaña"— dijo lo último con cierta apatía en su voz y haciendo referencia al crimen del que se le acusaba a la joven.
— Bueno, entonces la conocerás dentro de 2 días, ya que una vez culminado ese tiempo será liberada. La vigilaras por 10 meses, y cuando te digo vigilar me refiero a que no le quites la vista de encima en la medida de lo posible, por lo menos el primer mes si debe estar bajo estricta vigilancia; ella es peligrosa y su liberación generara caos en la ciudad, es por ese motivo que no debemos dejarla completamente libre, y si ves que actúa sospechosamente deberás tomar cartas en el asunto... ¿crees que podrás llevar a cabo esta tarea?— termino por preguntar el capitán. El joven de ojos castaños se quedó analizando la situación por un momento, y no es que tuviera miedo de esa chica, sino que el repudiaba a los criminales, más sabiendo el motivo por el que esa mujer fue encarcelada... pero el anciano tenía razón, si no había nadie que la custodiara, los habitantes se sentirían desprotegidos e inseguros, por lo que alguien tenía que llevar a cabo la tarea dicha por el comandante.
— Si podre trabajar en ello...— contestaba el pelinaranja al anterior cuestionamiento.
— Bien... entonces cuento contigo, te espero el viernes en la sala de visitas del Rukongai a las 1:00 pm, ese día acaba su condena por lo que la tendrás que conocer, se puntual... ya puedes retirarte.
— De acuerdo...— y tras finalizar esas palabras se retiró de la oficina con un objetivo en mente... haría pagar a la famosa "Princesa del Runkongai" por el crimen que llevo a cabo... o si... le haría la vida imposible...
El viernes por fin hizo acto de presencia, lo que provocaría el desenlace de cierto evento... esperado por unas pocas personas, pero odiado por la mayoría de ciudadanos...
En la sala de visitas de "El Rukongai" podía apreciarse a una pequeña mujer ocupando un asiento en una de las pocas mesas desocupadas del salón; había dejado la típica ropa de la prisión para así portar un sencillo pero bello vestido amarillo de mangas cortas y unas bonitas zapatillas blancas; la noche anterior un hombre pelirrojo amigo de ella había ido a verla para entregarle esa ropa y para ofrecerle una disculpa porque no podría ir a recogerla ese día ya que tenía otros asuntos que resolver, por lo que la mencionada le respondió que no se preocupara. Los minutos pasaban y la mujer ya comenzaba a impacientarse, ese día seria liberada pero antes de realizarse tal acto le informaron que debía charlas sobre unos asuntos con el capitán del escuadrón 1, la joven poso su vista en un reloj situado en la pared a la vez que tamborileaba sus dedos en la superficie de la mesa... 12:30 pm... esa era la hora que reflejaba el reloj; no supo cuánto tiempo paso exactamente pero imaginaba que no fueron más de 2 minutos para que el comandante del "Gotei 13" al fin hiciera acto de presencia.
— Felicidades Rukia Kuchiki, pudiste soportar vivir en el encierro por 2 años y ahora por fin serás liberada, espero que hayas aprendido la lección— hablaba el viejo hombre mientras tomaba asiento frente a la pelinegra.
— Yamamoto-sama... ¿qué es lo que quiere resolver conmigo?— preguntaba Rukia con un tono de impaciencia, lo que más deseaba era largarse ya de ese lugar.
— Mira... dentro de un par de minutos abandonaras este lugar, lo que significa 2 cosas: la alegría para ti y tus amigos, y el miedo por parte de los ciudadanos... el que salgas este día de la prisión no significa que dejaras de ser una mujer peligrosa— Rukia no pudo evitar fruncir el entrecejo tras escuchar es última parte— nosotros no podemos permitir que cunda el pánico en la ciudad, pero no puedo retenerte por más tiempo en este sitio, así que he tomado una decisión... Rukia Kuchiki este día viernes 22 de abril serás liberada, sin embargo te verás sometida a estar bajo una extenuante vigilancia por 10 meses— término de dictaminar Yamamoto ocasionando la evidente sorpresa y disgusto en la joven mujer.
— ¡Pero!... ¡eso es injusto!, cuando el juez Sasakibe impuso su decisión, me sentencio a 2 años de encarcelamiento, pero nunca menciono que al cumplir mi condena y fuera liberada, lo haría bajo custodia.
— Se muy bien lo que él dijo Kuchiki, no tienes por qué recordármelo... sin embargo como comandante general puedo tomar decisiones en el asunto, mientras no te prolongue más tu estadía en este lugar, así que no estoy irrespetando ningún acuerdo y solamente estoy tomando las medidas que considere necesarias para tu situación— explicaba el capitán a la joven que por más que hubiera querido contradecirlo debía admitir que el capitán no estaba rompiendo ningún acuerdo. El hombre hubiera seguido con sus explicaciones, pero cuando se dispuso a seguir con su charla se vio interrumpido por una voz conocida para él.
— Capitán, aquí estoy como me ordeno— hablaba un guapo hombre de naranja cabellera y ojos miel, el recién llegado se encontraba con su inseparable ceño fruncido mientras tenia puesta su vista sobre el viejo capitán; pero el punto de enfoque de su mirada cambio para luego posarse sobre una mujer que estaba acompañando al anciano, y debía admitir que lo que vio lo sorprendió. Sin poder evitarlo comenzó a estudiar con la mirada a la mujer que les acompañaba, a pesar de permanecer sentada pudo identificar que era de baja estatura; poseía una piel muy blanca y deslumbrante, parecía como si nunca la hubieran tocado los rayos del sol y por un momento se preguntó si dicha piel era tan suavecita como lo aparentaba; tenía una larga y lacia cabellera azabache apresada en una coleta alta, pero un delgado mechón de este escapaba de la coleta para situarse en medio de sus ojos; la mujer era de complexión delgada y frágil a su vista; pero lo que sin duda lo dejo cautivado fueron esos enigmáticos ojos violetas que lo observaban en esos instantes... debía admitir que era una joven muy hermosa y se le pidieran describirla el primer adjetivo que se le venía a la mente era "delicada".
— Kurosaki... has venido justo a tiempo— comentaba Yamamoto sacando de su momentánea ensoñación al joven policía— ella es Rukia Kuchiki la joven a quien te he encomendado vigilar. Y Kuchiki él es Ichigo Kurosaki, el policía que te custodiara por 10 meses— finalizaba de presentarlos el respetado capitán. Ichigo no pudo evitar asombrarse debido a las palabras dichas por el hombre mayor, ella era la famosa "Princesa del Rukongai", no comprendía como alguien tan linda y de buena reputación por su conocido apellido fuera la protagonista de tan atroz acto llevado a cabo 2 años atrás, ella era el vivo ejemplo que las apariencias engañan. Rukia por otro lado se limitó a observarlo fríamente y sin ninguna emoción plasmada en su rostro.
— Kurosaki, desde el lunes comenzaras con tu trabajo de vigilancia, ya que hoy le daremos lo que resta del día, libre a Kuchiki, en lo que se acomoda a su viejo estilo de vida, mañana también tendrá el día libre para que así se adecue a su nuevo hogar, y el domingo es tu día libre, así que no tendrás que trabajar. Tu por otro lado Kuchiki, te espero mañana en mi escuadrón a las 2:00 pm, es para que me brindes la dirección de tu nueva vivienda o si sigue siendo la misma, también para que me des otros datos necesarios... y sé que te dije que mañana estarías libre, pero el brindarme esa información no te tomara más de 10 minutos— decía el comandante al darse cuenta de la disconformidad de la chica— así que espero que colabores en la medida de lo posible.
— ¡Rukia!— gritaba un apuesto hombre de cabellos negros y ojos esmeraldas acercándose a la mencionada, y así rompiendo la tensión y el incómodo silencio que se formó después de la charla de Yamamoto.
— ¡Kaien-dono!...— apenas pudo hablar la joven pues inmediatamente fue levantada de su asiento, para posteriormente ser estrechada entre los brazos del recién llegado de una manera poco delicada. El hombre pareció darse cuenta de los demás presentes un par de minutos después, por lo que deshizo su abrazo y así soltó a Rukia quien parecía que estuvo a punto de morir asfixiada.
— Yamamoto- taicho es un placer verlo— hablaba mientras hacia una pequeña reverencia— ¡Hola Ichigo!— saludo al otro hombre pero esta vez de manera informal y con una alegre sonrisa, siendo respondido de manera seria por parte del pelinaranaja.
— Kaien-dono, ¿Qué vino hacer a este lugar?.
— Vine a recogerte... Abarai me comento ayer que él no podría hacerlo así que decidí tomarme la tarea para así llevarte a tu nuevo hogar, es muy lindo y sé que te gustara mucho, luego tendrás tiempo de darte una vuelta por la ciudad— explicaba el pelinegro— Yamamoto-taicho, no quiero sonar impertinente, pero... ¿Rukia y yo ya nos podemos retirar?, creo que es mejor marcharnos cuanto antes.
— Por mí no hay problema, lárguense ya de una buena vez— y luego que el comandante diera su aprobación, tan solo se limitó a ver junto al joven de ojos castaños como los 2 pelinegros abandonaban el lugar, despareciendo así de sus vistas— Yo también me retiro ya Kurosaki y te aconsejo que hagas lo mismo, todo lo que tenía que decir ya fue acordado.
Tanto Ichigo como el capitán se retiraron de la prisión y al salir pudieron observar como Rukia y Kaien abordaban una camioneta negra, perteneciente al hombre, que posteriormente fue arrancada perdiéndose así al final de la inmensa calle. Ichigo al recordar la culpable de su nueva tarea y su crimen cometido, no pudo evitar que la imagen de su madre cruzara su mente por una fracción de segundo, por lo que atino a apretar sus puños fieramente a la vez que rechinaba sus dientes; ahora su misión de hacerle la vida imposible a esa mujer se volvió más clara y concisa... ¡ohh!, ¡como esperaba que llegara el lunes!...
Notas del autor:
¡ Yei! ya está el capítulo 1! :3 , Pues solo les diré que me encuentro súper emocionada con este nuevo proyecto :) , así que espero cumplir con sus expectativas y brindarles una historia que sea merecedora de su tiempo! La verdad le tengo fe a esta historia y espero no regarla en el transcurso de esta xD ... también les invito a leer mis otras 2 historias para quienes no las han leído y se encuentren interesados, las pueden encontrar entre mis obras xD... de antemano les doy mil gracias a las personas que se tomen el tiempo de leer esta historia :') .. espero sus bellos comentarios, cualquier crítica es válida: positiva, negativa, constructiva, destructiva, etc. xD ... así sabré si he comenzado con buen ritmo o si no les agrado y necesito mejorar :p ... por favor díganme como les pareció este capítulo, sus comentarios me motivaría muchísimo! Y les deseo hermoso día a todos! :D
Notas del capítulo:
Aquí les dejara unas cuantas aclaraciones del capítulo :D...
1-Cuando mencione Kempachi es el "alcaide" del Rukongai, me refería a que era la máxima autoridad de ahí (la palabra alcaide si existe xD, lo digo por si pensaron que me equivoque y quise poner "alcalde" xD)
2- Por si no me di a explicar cómo describía el Gotei 13, se los diré de nuevo... me refería a que hay un gran número de escuadrones policiales en todo Japón, pero estos son "derivados" y dependientes de los 13 escuadrones que todos conocemos... los 13 escuadrones están en Karakura y estos mandan a los "escuadrones inferiores" que son los que están en otras partes del país.
3- No pensaba poner la descripción de la cárcel... pero lo termine haciendo para que entendieran mejor "el infierno" donde estaba Rukia (me refiero a que la puse en el nivel 8, siendo este de los peores de la cárcel)
4- A cada nivel de la prisión le di un sobrenombre (donde estaban las celdas), pero el de "Perro colgado" no lo invente yo xD, en el anime dicen que el distrito 78 (donde vivan Rukia y Reji) se le llamaba así.
5- Ichigo tiene un particular rencor y apatía por el crimen que cometió Rukia, y tiene sus razones que más tarde explicare.
6- En un principio pensé poner a Renji como el que iba a recoger a Rukia, pero termine decidiéndome por Kaien xD... es más... dude mucho sobre si meterlo en la historia o no xD, pero al final si decide meterlo (es que me enamore de ese personaje *-* y me encanta verlo en los fanfics xD)
Ahora la pregunta del millón es: ¿Qué fue lo que hizo Rukia, para ser tan odiada y temida?, eso lo sabrán al avanzar la historia :D ¡!
Datos del autor:
Esto ya lo publique en una de mis historias xD ... pero lo hare aquí también para que me conozcan un poquito más... solo por si están interesados xD ... es que me gusta identificarme con las personas xD asi que les dejare un par de datos sobre mí:
1- Mi nombre completo es: Natalie Isabelle Castillo Escalante.
2- Tengo 19 años (recién cumplidos) :)
3- Color favorito: Rosado (si ya se ...soy muy aniñada :v)
4- Amor platónico: Jon Bon Jovi *.* ¡! (el único hombre real que amo xD)
5- Cantantes o grupos preferidos: Como ya mencione Bon Jovi xD y también la hermosa Adele *.*
6- Cancion favorita: tengo 2... una de Bon Jovi que es: "These Days" (la letra y ritmo me fascina) y de Adele: "Love in the Dark" x3
Gracias por leer! x3 ... espero sus comentarios ;)
