Parte Primera
Nuestros héroes se adentraban al Monte Corona en busca de Misty, secuestrada por el Equipo Galáctico depende de Ash, Dawn y Brock para detener los malévolos planes de Helio y escapar con vida.
—¡Esperen! — exclamó la oficial Jenny deteniendo su motocicleta con un elegante derrape —…los acompañaré, esto es muy peligroso, mejor será si lo hacemos juntos— añadió.
—Bien, no perdamos más tiempo, rescatemos a Misty— expresó Ash con mucha confianza alzando su puño.
En tanto Misty, presenciaba los planes del grupo criminal desde una celda custodiada por un Tentacruel y un Tentacool; Helio había mandado a sus rufianes a descubrir los poderes ocultos de una rara gema pokemon capaz de revivir muertos forzando un flujo de energía entre la "Dimension de Humanos" y otra recientemente hallada en los laboratorios del científico Plutón.
—¡No se saldrán con la suya delincuentes! — profirió con ímpetu la pelinaranja luchando por liberar sus extremidades de los tentáculos de esos pokemon carceleros.
—Misty, niña tontuela, nadie nos puede detener, estamos en lo profundo del monte en medio de engañosos laberintos de roca, tierra y oscuridad; así que deja de soñar porque tu futuro termina aquí— Ceres responde con cinismo dándole la señal a sus cefalópodos para que comenzaran a toturarla. Tentacruel y Tentacool despojaron a Misty de su ropa para comenzar a penetrar en los orificios íntimos de la chica, esos grandes y húmedos brazos de pulpo colocaban el cuerpo de la indefensa en posiciones que facilitaran introducirse dentro de ella. Los pies de Misty, las rodillas, intentaban evitar la entrada de tan gruesos miembros que coaccionando exigentes la enrojecían de dolor y vergüenza; inerme y ruborizada rompió en llantos mientras gimoteaba clamando piedad aunque también su boca era penetrada por una extremidad.
—Amo ver a las chicas fuertes como tú romperse pedazo por pedazo desde su cuerpo hasta su autoestima— dijo con descaro la segunda al mando —Trata de no llorar demasiado, te secarás si además de sangrar no dejas tus lágrimas de lado.
Ceres activó el artefacto de Plutón para liberar el poder de la gema, pero algo falló. Se liberó una energía tal que produjo temblores en todo el vasto monte, las luces se apagaban y prendían por fallas eléctricas que comenzaban a invadir las instalaciones; de pronto todo volvió a la normalidad con estabilidad en cada función de la base secreta…
—Aquí Ceres, responde Plutón…— por radio intentaba comunicarse Ceres con el científico —Estamos sufriendo fallas con el artefacto Galag-IV, no surte efecto en la gema pokemon ¿Me escuchas Plutón?
Pero nadie respondía y la líder se enojó —¡¿Qué rayos sucede con las comunicaciones!
—No lo sabemos Señora Ceres, todo aparece persistente en la gráfica— le respondió un recluta asustado por el gesto de la gruñona.
—¡Señora Ceres! — otro recluta se presenta —las cámaras de seguridad han detectado la presencia de visita indeseable dirigiéndose aquí.
—¡¿Qué! Muéstralo en pantalla recluta.
La pantalla grande mostraba a Ash y sus amigos siendo guiados por el growlite de la oficial de policía Jenny, el olfato de ese pokemon de fuego ayudaría a encontrar a Misty.
Ceres notó una sonrisa en el rostro afligido de Misty y su paciencia se colmó:
—Así que creen que pueden llegar así como así a intrometerse en mis asuntos ¿no? pues bueno, llegó la hora de activar las trampas letales, y tú mocosa verás como son masacrados tus amiguitos de pacotilla.
Pero antes de que la líder pudiera dar una orden tres Kabutops y cuatro Scythers rompieron el techo de la habitación haciendo aparición:
—Ya suficiente hemos soportado el desacato de los humanos en nuestras tierras, ¡conozcan nuestra venganza!
—¡Un Kabutops que habla! — expresó un recluta
—Y lidera a esos Scythers— complementó su camarada.
Los Scythers se avalanzaron como ninjas tajando la carne de los integrantes del Equipo Galáctico con gran velocidad, seccionaban en pedazos a sus oponentes mientras Ceres retrocedía estremecida para huir sin ánimos de enfrentarse, pero en ello el Kabutops parlante la acorraló contra una esquina… ella rogaba con una voz trepidante pero el pokemon de piedra no se detuvo, apuñaló con sus extremidades afiladas el delicado abdomen de Ceres perforando repetidas veces sin mucha profundidad a propósito para generarle un horripilante dolor al rasgarle la piel, la carne, las tripas. Hasta que muere.
Los pokemon cefalópodos cuando vieron todo eso se quedaron en un rincón de la celda abrazando a Misty, tenían miedo y además la estaban cubriendo de ser otra víctima de esos monstruosos con hoz en sus brazos. Los reclutas recurrieron a sus pokemon para defenderse ya quedando unos pocos, Murkrows atacando con picotazos y alas así como Crophish haciendo ataques de surf y cortes que eran inútiles ante los falsos clones de los Scythers y ágiles movimientos de alta velocidad; la dureza de los Kabutops era la trampa ideal para recibir ataques cuerpo-a-cuerpo y así atrapar en contraataque con sus afiladas guadañas a los rivales, absorviendo la fuerza vital de esos pokemon siniestros, los reclutas iban quedándose sin recursos y cayendo varios a la vez. Eran tan sádicos adversarios los seguidores del Kabutops que no se limitaban a enfrentar pokemons sino a dejarlos sin entrenador que los guíe ¡Iban directo al grano y sin misericordia!
Ya sin nada que lesionar los Scythers se voltean a interpretar las órdenes del Kabutops, las paredes aderezadas de sangre humana y pokemon combinada a tantos trozos desmembrados así como de moribundos amputados, decoraban el inicio de una nueva forma de relacionamiento liderada por ese Kabutops subversivo.
—Mirad la pantalla hermanos míos, hay más humanos en nuestro hogar y traen consigo pokemons traidores— dice con rabia el escamoso cabecilla y se marchan coordinadamente para la cazería. Mientras, Misty se abría paso entre los horripilados Tentacruel y Tentacool para echar un vistazo a la tétrica escena; podía dejar que el pánico la asfixiara ahí mismo, pero no podía darse esa limitación sabiendo que Ash y los otros corrían peligro…
—¡Tenta! Tentacool, tenta— dice Tentacool
—Cruel, cruel— adiciona Tentacruel, pero la pelinaranja los perdonaba y virándose a verlos a la cara con tono afable les expone:
—No, es peligroso, ustedes busquen como salir con vida, déjenme ésto a mí.
—Tenta ¡Cruel!
—No están bien entrenados para algo así, créanme, yo los perdono— aún agotada de resistirse a los cefalópodos se pronuncia con vigor. Toma la única pokebola que encuentra de su propiedad y se marcha; era raro para ella sostener la pokebola que encerraba a Togepi, jamás lo había tenido dentro de una pero parecía ser que los métodos crueles del E. Galáctico se enfocaban en no atender los métodos sino los fines.
