Título: Envidia.
Paring: NejiHina.
Categoría: One-Shot.
Género: Romance.
Disclaimer: Todos los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto.
Resumen: Hinata siempre ha sentido una cierta envidia por su primo Neji, pero lo que él siente por ella va mucho más allá que una simple envidia…
Envidia
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Porque tras esa fachada de inocencia y dulzura, se oculta un ser humano que sabe pecar…
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Hinata se encontraba paseando por el patio principal de la mansión Hyuuga, cuando de pronto unos ruidos le obligaron a desviar mirada hacia el doujo. Alguien estaba entrenando.
Consciente de lo que iba a encontrar, se acercó al recinto, y pronto escuchó en él una serie de pasos y golpes firmes, acompañados de unos jadeos y una voz masculina bastante agitada, una voz que rápidamente pudo reconocer.
Sí, se trataba de él, de su primo Neji. Como cada mañana, el bouke se encontraba en el mismo lugar de siempre, entrenando, esforzándose por ser cada vez más fuerte de lo que ya era. Como si en verdad lo necesitara.
Respiró hondo, y se quedó parada tras la puerta del lugar, observándolo.
No sabía decir desde cuando exactamente había adquirido la insana costumbre de espiarlo. Lo observaba mientras entrenaba a diario con su padre, y su corazón se estremecía al ver la facilidad con la que aprendía las técnicas que éste le enseñaba, técnicas que ella nunca lograría aprender. Revisaba los reportes que sus superiores redactaban luego de cada misión, y no dejaba de sorprenderse con lo bien que hablaban de él y de sus cualidades como shinobi. También solía prestar atención a los comentarios que los miembros de su clan emitían sobre él, siempre llenos de orgullo y admiración, y siempre acompañados de comentarios despectivos sobre ella.
Su primo reunía por naturaleza todas las cualidades que un Hyuuga debía poseer: firmeza, seguridad, confianza, orgullo, poder; virtudes que, por más que ella se esforzara, tal vez nunca los podría alcanzar.
De pronto, sintió un fuerte dolor en su pecho. Ella admiraba a su primo Neji, y mucho. Pero también tenía que admitir que le tenía envidia. Una envidia que solo la hacía sentirse sucia y culpable.
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Sin embargo, y a pesar de lo culpable que se sentía, no podía dejar de espiarlo. Algo en su interior le obligaba a continuar observándolo…
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—Buenos días, Hinata-sama.
El saludo de su primo pronto la hizo despertar de su trance.
—Buenos días… oniisan. — contestó al saludo, agachando la mirada y clavándola en el suelo. No podía observarlo a los ojos, no luego de admitir que una parte de ella le envidiaba tanto.
Continuó en dicha posición, hasta que de pronto sintió unos pasos acercarse hacia ella. Su corazón comenzó a latir acelerado, y pronto sintió sus mejillas arder del pánico.
—¿Puedo saber qué se le ofrece? — preguntó él, con cierto tono de intriga en su voz.
Ante la pregunta de su primo, Hinata levanto la mirada para contestar, y terminó encontrándose con los ojos de él clavados en ella. Nerviosa, retrocedió torpemente, para terminar topándose con la pared a sus espaldas. ¿En qué momento había terminado ingresando al doujo? Se preguntó. Al no obtener una respuesta decente, solo pudo culparse a sí misma por su torpeza. De seguro algo así jamás le pasaría a Neji, él siempre sabía donde pisaban sus pies.
—Yo… solo quería saber si… si se te ofrecía un poco de té. — contestó.
—Agradezco el gesto, Hinata-sama. — contestó él, con la voz agitada
Al instante, la joven se giró hacia la puerta para ir por la bebida, pero pronto su intento se vio frustrado.
Un fuerte brazo se interpuso en su camino.
—Antes de que se vaya, por favor contésteme… —su rostro se acercó al de ella peligrosamente, antes de preguntar. —¿Para qué "realmente" entró al doujo?
En ese momento, Hinata no supo qué responder. Se obligó a regresar a la realidad, para terminar con la mirada perdida en el rostro de su primo, quien continuaba observándola, a escasos centímetros de ella. De pronto, se perdió en él. Su rostro era perfecto, con facciones delicadas pero a la vez masculinas; y su cuerpo, estaba tan bien esculpido gracias a las tantas horas de entrenamiento, que prácticamenten lo convertían en un objeto de tentación. Una tentación capaz de hacer caer a cualquiera.
Tragó saliva antes de contestar.
—Yo… solo quería ver si habías acabado de entrenar, oniisan. — dijo en un tono de voz apenas audible. — para poder traerte el té.
Neji resopló hondo ante la respuesta de su prima, y pronto se hizo a un lado para darle paso libre, y permitirle huir de él.
Apenas se quedó a solas, se sentó en el suelo y respiró hondo, dispuesto a esperarla...
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En el fondo, y aunque le costara admitirlo, Neji también sentía envidia por Hinata. Pero lo suyo era un caso totalmente diferente. Su envidia era mucho menos sana de la que ella sentía por él.
Su envidia llevaba años forjándose dentro de él, desde que apenas eran unos niños.
Él siempre la había estado observando, siempre en las sombras… siempre expectante. La observaba en la academia, en los entrenamientos, durante sus exámenes chunnin. Siempre envidiándola, siempre deseando todo lo que ella tenía, y que él no podía tener.
Y desde que se había mudado a su casa, aquella persecución casi se había vuelto enfermiza.
Ella era una persona importante para todos, era la heredera del clan más poderoso de la aldea de la Hoja; mientras que él era solo su protector, un ser sometido a los designios de la rama principal. Ella aún conservaba a sus seres queridos a su lado, mientras que él lo había perdido todo cuando apenas era un niño. Ella estaba rodeada de amigos que la apreciaban y cuidaban siempre de ella, mientras que él siempre había estado rodeado de personas interesadas, que solo buscaban algún provecho de él. Ella era amada por todos, mientras que por él solo sentían lástima o temor, o ambos.
Si, envidiaba a Hinata, y mucho. Ella era todo lo que él nunca había sido, y lo que nunca llegaría a ser.
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Sin embargo, y a pesar de todo, no podía evitar excitarse al verla sonrojada bajo su mirada, atrapada entre sus brazos. Aquello le daba una dulce sensación de poder, de verla sometida ante él, y eso era algo que disfrutaba demasiado.
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Y si bajo su mirada se veía así de deseable, bajo su cuerpo debía verse mucho mejor…
-Fin-
Comentario de la autora: Aquíles traigo el primero de lo que serán siete oneshots pecaminosos. Los siete pecados capitales al estilo Hyuuga.
Como siempre, abierta a críticas y comentarios.
