Aloooooooha gente bonita! :D
Me presento, mi ser Noemi :) ser Argentina a mucha honra y estoy aquí esta noche (en mi caso) con ustedes presentando eso que quedo finalmente como… "introducción" de este dichoso fic xD
Como regla parece que debo señalar que:
Eins-Se desarrolla en un UA :O y que gran imaginación la mía que es justo en nuestro mundo -cuando podría haber sido en otro planeta, galaxia o dimensión vieron…-
Sucede que, nada es tan crudo como la realidad ;) jajaja
Zwei-El protagonista de esta historia es Lavi pese a que los hechos giren en torno a su nono como notaran y…;
Drei-No hay personajes míos por lo que la totalidad de derechos sobre ellos pertence a "Katsura Hoshino", autora de DGM que aparentemente busca que le lleguen cartas-bomba anónimas desde Sudamérica J
Bueno ya pueden leer tranquilos ^_^ y desde ya aclaro; Subo seguido el capítulo 1 ya que deberían haber estado juntos pero no me convencía como quedaba xD
Kissu!
-Preludio.
Que uno a los ochenta y pico de años comience a tener pequeños pequeños problemas para recodar es generalmente natural, que te desorientes lo mismo, y ni hablar del decaimiento de tus aptitudes físicas. Las décadas que soporto tu cuerpo no pasan solas y no podes seguir esperando que todo sea como antes, no sos más un pendejo.
Ahora, si la vida que siempre llevaste fue agitada; corriendo de un lado para otro, trabajando siempre sin parar y incluso en tus ratos de ocio andando por aquí y por allá. Y todo eso, ejercitando constantemente la memoria, es preocupante que notes como día a día, progresivamente la aptitud que siempre fue tu mejor arma comience a decaer. Y precisamente eso le pasaba al viejo Bookman.
Cualquier otro anciano hubiera tardado años en alarmarse; el anciano, su familia, todos. Probablemente recién hubieran sospechado de una enfermedad cuando deambulara perdido por su barrio o no reconociera a uno de sus hijos. Pero no en su caso. Menos con su profesión.
Después de todo, Bookman, era uno de los más grandes historiadores e investigadores de su tiempo. Único por la subjetividad de sus trabajos, y el detalle de los mismos que era imposible de conseguir para alguien que no experimentó, como el, en carne propia los grandes acontecimientos de su siglo. A lo largo de toda su vida, adrede había vivido desde dentro cada episodio de la historia, pese a todos los riesgos que eso representara o sacrificios que conllevara. Y luego con una profesionalidad innata se había encargado siempre de explicarlos para la posteridad.
Por eso seguramente fue que con solo los primeros síntomas que se sucedieron supo que le sucedía.
Obviamente tuvo miedo. Pero no por él, cuando se es viejo uno se da cuenta que camina lenta pero indefectiblemente hacía la muerte y si tenés la tranquilidad y satisfacción de no arrepentirte de lo que hiciste en vida no hay por que temer. Tampoco tenía más ambiciones en su carrera profesional. No había mucho más que pudiera lograr. Era mundialmente reconocido, y estaba orgulloso de todo lo que había hecho. El plano económico estaba de por si solventado con creces. Únicamente le preocupaban dos cosas en su futuro cercano:
Primero, aquellas personas que conoció en sus viajes. Con el fin de resguardar la historia tantas veces había excluido personajes que lo impactaron de sus escritos. Ahora que no colaboraría más a ella, quería retratarlos. Que no acaben en el olvido una vez que el muriera, o los olvidara.
Segundo, pero no por eso menos importante, Lavi. Su nieto tenía apenas catorce años y si bien era alguien maduro para su edad, cosa que había demostrado en los últimos años que lo acompaño, era muy pequeño para quedarse solo. El viejo era, después de todo, la única familia que poseía. Y para empeorar, con su enfermedad tarde o temprano terminaría siendo una carga para él. Eso le aterraba más que ninguna otra cosa.
