Regreso
Ya habían pasado 3 años, 3 años en los cuales ella había dejado de ser la misma persona, ya no era esa castaña dulce, comprensiva y explosiva que vivía enamorada de su amigo pelirrojo.
Ya no vivía en Inglaterra, su vida estaba en Australia con sus padres y su hija, sì, su hija Rose Granger, ella era tan parecida a su padre en tantas maneras su pelo era rojo fuego como el de el, había heredado sus hermosos ojos azules y tenía su personalidad, solo había sacado de ella sus rizos, su inteligencia y alguno que otro detalla en su forma de ser.
Ella lo sabía y lo sabía muy bien, tenía que regresar, llevaba demasiado tiempo guardando ese secreto, tenía que regresar y dar la cara y decirle a Ron y a su familia que ese, ese pequeño ser había sido el fruto de su amor.
Y es que solo pensar en ron se le revolvía el corazón, el lo había sido todo en su vida, llevaba enamorada de el demasiado tiempo, desde que estaba en 3 año en Howarts y es que con solo recordar lo mucho que lo amaba le llenaba los ojos de lagrimas aun 3 años después de su huida, el la había engañado de la manera más ruin que encontró, como podía perdonarle eso el, la había lastimado y mucho esta fue la razón por la que se fue y seguiría en Australia si no fuera por su hija, si no fuera porque toda las noches Rose pedía a su papa y a ella Hermione le tocaba contarle historias sobre ellos dos aunque casi todas eran inventadas porque lo único que había vivido con Ron fue un beso que ella inicio y una noche de pasión solo eso nada más.
-Mami, ¿ya vamos a llegar?- preguntó ella
-Ya casi mi amor-dijo ella mientras le acariciaba el cachete
-Entonces, pronto conoceré a mi papi y los 3 vamos a ser una familia como la abuelita Granger- dijo mientras agitaba sus manitos emocionada
A ella Hermione Granger, se le cayó la mandíbula ¿Cómo Rose podía creer eso?- No lo sé, mi vida, pero si te aseguro que tu papito te va a querer mucho- dijo mientras secaba la lagrima que estaba cayendo por su mejilla.
-Entonces, ¿tú y mi papá nunca se quisieron?- preguntó
¿Cómo podía responderle eso a una niña de 3 años cuando ni siquiera ella sabia la respuesta- Mami ¿Mi papi te quiso?- no pudo más y se echo a llorar en las piernas de su hija
-No llores, no llores, no me gusta verte llorar-dijo mientras le acariciaba el cabello a su madre
-Yo debería consolarte no tu a mi- dijo con las lagrimas aún cayendo de sus ojos
-No, yo te puedo consolar soy una niña grande- Dijo orgullosa
-Lo sé, pero ya alístate que vamos a bajarnos del avión- dijo mientras recogía su bolso que estaba tirado en el piso
-Bueno mama pero y ¿A dónde vamos a llegar?- interrogó
-Pues… te presentare a un viejo amigo- Dijo mientras le espichaba un cachete a la pequeña Rose
-Si Un amigo- Dijo saltando
Aterrizo en el aeropuerto de Londres y contemplo el lugar al que alguna vez había pertenecido, todo seguía igual a como ella lo recordaba con su frio invernal y la cantidad de gente que transitaba a diario este lugar, pero a pesar de esto se sintió en casa.
Y ahí llevaba de la mano por las transitadas calles del Londres muggle a la razón de su vida a la razón por la que decidió salir adelante.
Aunque ella también había sido la razón por la que había estado alejada de todo y es que la afectaba el simple hecho de que iba encontrarse con la magia y con Ron después de tanto tiempo.
-Mami tengo mucha hambre-Dijo rose tocándose el estomago
-No te preocupes Rosie ya pronto vamos a llegar y te preparare un poco de comida-Dijo mientas llamaba un taxi.
A pesar de que sabía la cantidad de inconvenientes y problemas que volver a Londres le iba a traer estaba extremadamente feliz.
