Disclaimer: The story doesn't belong to us, the characters are property of S. Meyer and the plot belongs to beegurl13. We just translate with her permission.
Disclaimer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S. Meyer y la trama de beegurl13, solo nos adjudicamos la traducción.
The Christmas Present
By: beegurl13
Traducción: Yanina Barboza
Beta: Sol Kim
Summary:
Edward es el mejor amigo de Bella. También está perdidamente enamorado de ella. Cuando Bella encuentra el trabajo de sus sueños... en California... ¿finalmente le dirá cómo se siente, o la dejará ir y esperará que algún día ella regrese a él? ¿Tomará la abuela de Edward el control y los obligará a ver lo que se han estado perdiendo? Una historia de Navidad sobre un amor secreto, grandes sueños y corazones rotos.
Capítulo 1
~*~O~*~
—Edward, ¡lo conseguí! —gritó Bella a través del teléfono—. ¿Puedes creerlo? ¡Yo! ¡Conseguí el trabajo!
Edward suspiró tan silenciosamente como pudo, empujando a un lado las emociones que rápidamente lo estaban consumiendo. Tenía que estar feliz por ella. Había trabajado tan duro durante el último par de años, y este era su sueño. No era nada como el sueño de Edward, pero Bella no sabía eso. Él nunca le había dicho. Era algo que mantenía para sí mismo.
—Eso es genial, estoy muy orgulloso de ti.
Él estaba orgulloso de ella y por el momento eligió enfocarse en esa emoción en lugar de en el dolor que estaba estrechando su pecho, rompiendo su corazón.
—Me voy la próxima semana. Tengo tango que empacar, no puedo creerlo. ¡California, Edward! Supongo que no seré capaz de pasar el rato este fin de semana, a menos que quieras ayudarme a empacar en cajas mi departamento.
—Seguro, sabes que lo haré.
Bella rió.
—Estoy tan emocionada, Edward. Finalmente voy a largarme de este pueblo sin futuro. Voy a ser alguien. ¡No puedo esperar!
Edward murmuró en acuerdo, aunque sabía que Bella ya era algo. Ella era su algo, su todo. Qué lástima que nunca se lo hubiera dicho, y ahora era demasiado tarde. Ella se estaba yendo y él no podía hacerla elegir entre su sueño y él. Estaba hecho, y su corazón se rompió cuando ella dijo adiós y colgó el teléfono.
~*~O~*~
—Bueno, ¿por qué no vas con ella? —preguntó la abuela Masen cuando Edward andaba deprimido por la casa de sus padres.
—Sabes que no puedo ir, abue. Tengo demasiadas responsabilidades aquí, ayudando a papá en el trabajo. Y quién te va a llevar a todas tus citas si no estoy aquí, ¿eh?
Su abuela le dio una sonrisa triste. Ella sabía que él tenía razón, que tenía demasiadas responsabilidades para su propio bien. Eso era parte de lo que lo hacía maravilloso. Ella nunca había estado completamente segura de lo que mantenía a Bella y Edward de estar juntos. Habían sido mejores amigos desde la secundaria, y cualquiera a menos de seis metros de ellos podía ver la forma en que gravitaban hacia el otro. La forma en que se adoraban entre sí. La forma en que sostenían conversaciones silenciosas entre ellos mismos. Eso le recordaba demasiado a ella y a su Anthony, que Dios lo tenga en su gloria.
—Edward, sabes que puedo llamar a ese servicio para ancianos. Tienen esa camioneta que lleva a las personas a sus citas. No me importa llamarlos si eso significa que tú estás feliz y enamorado.
—Abue, sobre mi cadáver usarás ese servicio. Tú sabes cómo son esos conductores.
—Lo sé, pe...
—No, fin de la discusión. Bella hizo su elección y no fui yo. Así es cómo es. Me voy a quedar aquí y ayudarlos a ti y a papá. No hay nada más que hablar al respecto.
Una tristeza brilló a través de los ojos de él y su cabeza bajó mientras salía de la habitación. Si solo Bella supiera que había tenido una opción, tal vez las cosas serían diferentes. Tal vez su nieto sería feliz. Tal vez finalmente ella tendría su primer bisnieto en camino. Tal vez ya no tendría que preocuparse tanto por su nieto favorito.
Había un montón de tal vez atravesando su mente. Qué lástima que ya no importaran.
~*~O~*~
—Tengo un largo viaje. Lo tracé, y si me apuro, entonces puedo hacerlo en dos días —dijo Bella mientras Edward cargaba otra caja en el asiento trasero de su auto.
—Bueno, no te apures demasiado. Si te cansas, necesitas parar y descansar. ¿Promesa?
Ella sonrió.
—Mírate, siempre cuidándome.
—Sí, alguien tiene que hacerlo.
Edward suspiró mientras volvía hacia el departamento de ella. Estaba bastante vacío, todos sus muebles ya cargados en el pequeño tráiler enganchado a la parte trasera de su pequeña SUV. Algunas cosas estaban guardadas en la casa de sus padres, pero su nuevo lugar en Los Ángeles no estaba amueblado, así que ella necesitaba la mayoría de sus cosas. No que hubiera demasiado, de todas formas.
—Creo que Alice va a venir más tarde y ayudarme a limpiar el resto de la cocina. ¿Quieres pasar el rato? Dice que Jasper también viene.
Edward asintió, sabiendo que pasaría tanto tiempo con Bella como pudiera antes de que ella finalmente se fuera. Sintió una pequeña punzada en su vientre... un pequeño empujón. Su instinto le estaba diciendo que le dijera, que le hablara, que se asegurara que ella supiera que tenía opciones, pero su cabeza no estaba escuchando. Su cabeza estaba anteponiéndose a cada parte de su cuerpo, incluyendo su corazón. No importa cuánto deseaba que Bella cambiara de parecer, se negaba a permitirse ser la razón por la que se quedara. Sabía que si ella no se iba, algún día lo culparía. Y la única cosa peor que perderla ahora, de esta forma, sería perderla con el tiempo, después de que hicieran una vida juntos, tal vez tuvieran algunos niños. No sería capaz de soportar el dolor de amarla públicamente, y tenerla alejándose de él.
Alice y Jasper vinieron, riéndose y bromeando toda la tarde. Todos habían estado en el mismo grupo de amigos en la secundaria. No fue hasta después de la graduación que Jasper finalmente consiguió el valor para pedirle a Alice salir. Por supuesto que ella dijo sí. Después de eso, Edward y Bella se acercaron aún más, aunque él nunca siguió los mismo pasos que Jasper. Mientras Alice y Jasper se enamoraban, Edward observaba a Bella salir con perdedor tras perdedor, consiguiendo su corazón roto una y otra vez. Si solo él hubiera sido más valiente, más fuerte. Pero no lo fue y eso pesaba mucho en su corazón mientras los observaba a los tres interactuar.
—¿Estás bien? —preguntó Jasper en voz baja. Él sabía cómo Edward suspiraba por Bella. Nunca pudo entender por qué Edward simplemente no se rendía a sus deseos.
—Sí. ¿En realidad importa? Se va a ir sin importar si estoy bien o no.
—No tiene que irse, sabes. Siempre podrías pedirle que se quede.
Edward miró a su amigo.
—Sabes que no puedo.
No hubo más discusión después de eso. El futuro estaba puesto en marcha y no había vuelta atrás.
~*~O~*~
Edward envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Bella y apretó el cuerpo de ella contra el suyo. No podía dejarla ir, no podía hacer que sus brazos la soltaran. Pero ella tampoco lo dejaba ir.
—Te llamaré todo el tiempo, lo juro. Y estaré en casa para las vacaciones. Y tal vez puedes venir a visitarme, ¿sabes? Te puedo mostrar todas las mejores playas y discotecas —murmuró Bella contra la piel del cuello de Edward. Era casi como si lo estuviera besando allí. Al menos en la mente de Edward lo era.
—Sí, está bien.
Él finalmente la dejó ir, retrocediendo y viendo sus ojos llenos de lágrimas. Ella no había llorado cuando sus padres se fueron la noche anterior. No había llorado cuando Alice y Jasper se habían ido la tarde anterior. Pero ahora con Edward, era todo lo que ella podía hacer para contenerlas.
—No llores, Bella. Este es tu sueño, ¿recuerdas? Lo que siempre has querido. Y no voy a ir a ningún lado. Estaré aquí si cambias de parecer y estaré aquí cuando mires atrás desde tu nueva vida. Ve a ser quien se supone que debes ser y estaré esperando aquí si me necesitas.
—¿Lo prometes? —preguntó, sus voz temblando por la emoción mientras dejaba que una lágrima se deslizara por su mejilla.
—Lo prometo.
Él se inclinó hacia adelante, presionando sus labios contra la frente de ella una última vez, escuchándola reprimir un sollozo mientras su cuerpo se sacudía muy ligeramente. Él memorizó el olor de su piel, cuán suave era su cabello, la forma en que sus dedos se envolvían alrededor de la nuca de ella.
—Te quiero, Bell.
Ella estuvo en silencio por un momento, apartándose de él con los ojos cerrados con fuerza.
—También te quiero —susurró mientras se giraba y se subía a su auto.
Ella se alejó, dejando a Edward observándola desde atrás. Nunca miró atrás.
~*~O~*~
Y empezamos con el tercer short fic que vamos a compartir con ustedes durante diciembre... ¿Qué les ha parecido este capítulo? Pobre Edward, con este amor que mantiene en secreto. ¿Cómo creen que se sentirá con la separación?
Nos encantaría que nos cuenten en un comentario qué les parece el principio de esta historia, ¡recuerden que dejar un review no cuesta nada y a nosotras nos hacen muy felices y nos dan más ganas de seguir!
¡Nos leemos en el próximo capítulo!
