Declaración: No poseo ninguno de los personajes de Underworld o las situaciones derivadas de la película, este es un simple préstamo para satisfacer mis humildes ambiciones de escritor.

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Anterior a Underworld Evolution, todo el contenido de Underworld es valido, ubicado varios meses después de la muerte de Víktor.

Él

"Quien bien te quiere te hará llorar" – Refrán Popular.

Ella nunca lo pensó dos veces, decidió quedarse en ese cuarto de hotel simplemente porque era un sitio seguro por el momento, no tenía sentido salir corriendo únicamente porque estaba sola; no tuvo necesidad de preocuparse por su paradero, no tuvo tiempo de acongojarse cuando se despertó en una cama vacía, en horas en las que el sol estaba todavía presente, no tenía lógica salir a buscarlo, porque no habría podido pasar de la puerta antes de convertirse en una pila de cenizas en el suelo, no tuvo tiempo de preguntarse en donde podría estar, la nota que encontró en la almohada lo dejaba todo muy claro, que buen tipo Michael, le escribió para que no se preocupara, simplemente le informó que se iba, que considerado de su parte.

Para que darle más vueltas en la cabeza a la situación, no es que ella se sienta traicionada, decepcionada, sobrecogida, para nada, ninguna de esas sensaciones ha sido parte alguna de su ser y no empezaran a serlo ahora, simplemente se siente un poco extrañada, fue una movida rápida por parte de él, la mejor para los dos claro está, pero ella esperaba ser quien decidiera irse, y tal ves la ocasión que él tomó para marcharse no fue la más cordial, precisamente la mañana después de su primera noche juntos, ¿Acaso lo habían pasado tan mal?

Cuando el sol comienza a descender es ya claro que no hay sentido en salir a buscarlo, para que desgastarse en rastrear a alguien que no quiere ser encontrado, ni imaginar que su primera impresión al levantarse hubiera sido un vacío inmenso al otro lado de la cama, que su primera urgencia hubiera sido encontrarlo, que un carrusel de imágenes pasara frente a sus ojos, él rodeado de licántropos mientras salía a buscar el desayuno en uno de sus típicos arranques románticos, no para nada, es mejor que fuera su propia decisión la de marcharse y dejarla dormida, en la cama que poco antes habían compartido, con una escueta nota de despedida a su lado, todo un caballero.

Es simple explicar la razón que la mantiene en el mismo cuarto, en la misma cama después de una semana de su huida, es claro que el hotel es seguro y además la mitad de sus problemas se fueron por esa puerta junto a él, mejor así, pero es evidente que no es necesario salir a buscar otro resguardo o sangre extra, aunque sus existencias actuales están terminándose, o dejar de mirar hacia la puerta, para que si no hay nada que esperar por esa puerta, nadie a quien esperar; alguien que no la conociera pensaría que esta quedándose en el cuarto por la posibilidad de que él regrese, ese es un error, no hay razón para esperarlo, él se fue y es lo mejor para los dos, ella no espera por nadie, ni siquiera por él.

No se le puede culpar por repasar los momentos que pasaron juntos, es normal recordar a una persona con la que se ha pasado por situaciones tan excepcionales, ella hace lo mismo por Khan, incluso Víktor, porque es normal rememorar a las personas con las que se ha vivido, para ella es normal recordar cada palabra que él dijo, cada brillo que la luna producía en sus ojos, cada roce, y la noche que pasaron juntos, es normal recordar a una persona con la que se han pasado tantas situaciones excepcionales.

No es adecuado indagar en las razones que la llevaron a pasar esa noche con él, a iniciar la cadena de eventos que llevaron a su huida, a su traición, no a ella, claro esta, ella no se siente traicionada, sino a la causa, al plan; no hay nada irregular en que bajo ciertos influjos externos, heridas, situaciones de vida y muerte, hubiera permitido una mayor cercanía, un roce a sus mejillas para verificar la ausencia de heridas, un abrazo para constatar que su respiración era normal, y los besos, pues los besos son simples inconsistencias probabilísticas, eventos aislados que no ameritan tomarse como indicios de nada. No hay necesidad de profundizar en el comportamiento que tuvo él durante el tiempo juntos, él es un tipo predecible, talvez no tanto como creía, pero es fácil deducir que constantemente intentaba acercarse, tocarla, besarla, y en la mayoría de las ocasiones, una mirada o una palabra detenían sus intentos, era imprescindible mantener la distancia, pero debe aceptar que en algunas ocasiones el cansancio la vencía y dejaba que él se saliera con la suya, aceptaba sus gestos sin retornarlos, claro, pero todo debido al cansancio, a causa del cansancio. No hay lugar para proclamar la injusticia de su relación, el desequilibrio, cuando él se acercaba era inmediatamente rechazado, a menos que el cansancio influenciara, y ha de admitir que cada vez era más recurrente ceder, el agotamiento hacia presa de ella más frecuentemente, pero no es ese el punto, si él se hubiera negado a alguno de los avances dados por ella, no hubiera habido problema, ella no se hubiera ofendido o resentido, pero él nunca se negaba, incapaz de desdeñar sus acercamientos, pero eso no era culpa de ella, es interesante cuan segura se sintió de conocerlo en toda su extensión, honesto en todo, fue cuestión de tiempo deducir su modo de ser, y por tanto era fácil augurar que nunca rechazaría su compañía, nunca la dejaría sola después de una noche juntos, bueno, se equivoco un poco, pero ya le ha pasado antes con otras personas, no hay razón para alarmarse, para enojarse, para molestarse en odiarlo, ella no se rebaja a emociones primarias, por nadie, ni siquiera por él.

La rabia es una consecuencia lógica de la situación por la que está pasando, después de todo ella pasó por muchos inconvenientes para mantenerlos a salvo y lo mínimo que se merecía era una despedida en persona, un apretón de manos y un hasta nunca; es normal que esté molesta ya que se pasó mucho tiempo haciendo planes futuros para su huida, manteniéndose juntos podría ser lo mejor para aumentar sus posibilidades de sobrevivir, no que ella lo necesite, para nada, pero la estrategia que se había planteado se derrumba y la exaspera tener que empezar a trabajar en otra, una en la cual todo depende de ella, así es como le gusta, no necesitar a nadie, no confiar en nadie, ni siquiera en él.

Es normal que cada vez que recuerde las ultimas palabras que él le dirigió la sangre le hierva y un eventual golpe a la pared despierte a los vecinos, es perfectamente usual que ella recuerde las exactas palabras que él usó, después de todo escuchar con atención es una cualidad indispensable de un guerrero, y es habitual que se tomara en serio la promesa que él le hizo, en el momento exacto en que su pasión llegaba al limite, al clímax, en esa ocasión no había precedentes que permitieran vislumbrar una posible traición, no que él la hubiera traicionado, pero en ese momento era natural creer en lo que dijo.

Seguramente es debido a su naturaleza desconfiada que se siente un poco irritada al darse cuenta que él la engañó en cierta forma, no es que le importe mucho, pero es interesante notar que le creyó cuando le hizo aquella promesa, es innegable que la tomó por sorpresa, tal vez el estar concentrada en otras cuestiones más placenteras la distrajo un poco, pero en el mismo instante que lo escuchó se dio cuenta que eran tonterías románticas e inocentes, aunque aun así le tomó la palabra, después de todo él se la ofrecía. No la intriga el hecho de que él incumpliera lo prometido, casi inmediatamente, simplemente siente curiosidad por la forma como se lo dijo, al parecer el muchacho tenia más astucia de la que creía, y era una buen mentiroso también, muy convincente.

Es atribuible al cansancio de los siglos que en estos precisos momentos la guerra no le importe demasiado, es normal que después de tanto tiempo preocupándose por el combate en este preciso instante no le interese nada, ni la posible cercanía de las patrullas de vampiros o la búsqueda ansiosa y desorganizada de las bestias, no hay que caer en la banalidad de asociar su falta de preocupación con él, con su partida, seria una equivocación pensar que su huida pueda afectarla de tal manera como para hacerla olvidar del riesgo que corre, ella no es una novata y nunca cayó en sentimentalismos que pudieran perjudicar su concentración, y no hay razón para empezar ahora, ni siquiera por él; no es excéntrico que la única arma que desea empuñar sea una que apunte a la cabeza de él.

No la inquieta su incapacidad de llamarlo por su nombre desde su partida, ha de deberse a la falta de familiaridad con esta situación, una consecuencia normal es que no quiera pensar en él como Michael, es mas fácil definirlo como abominación, hibrido, traidor, farsante, no es que ella tenga alguna razón para llamarlo así, pero no hay que descontar que al final él demostró cualidades para el engaño, es algo para tener en cuenta.

No hay que apresurarse a juzgarla por la reacción de su cuerpo, la instantánea sensación en su estomago, la tensión en sus músculos, la expresión en su rostro, rápidamente borrada. El mantenerse en ese cuarto por una semana no tenia razón en especial, simple cuestión de estrategia, pero se puede caer en el error de interpretarlo como la búsqueda de este momento, ella no cambia por nadie, no aguarda por nadie y menos por él, ella no esperaba verlo cruzar la puerta, a él, a Michael.