¡Holitas a todos! Pues como esta idea ha venido rondando por mi cabeza hace ya bastante tiempo, pues la pongo en papel. Espero que les agrade, o que de perdis les despierte curiosidad… ¡He aquí mi muy personal versión de la ya mítica saga de Zeus! Ojalá de que, a pesar de que el tema ya ha sido sobre-explotado, encuentren este relato interesante. ¡Disfrútenlo!

Zeus Saga: Olympus

Capítulo 1:

La mansión Kido estaba sumergida en un silencio tenso. Y así había estado desde las últimas semanas, las semanas desde que los caballeros de Atena regresaron del Inframundo. Pero la victoria contra Hades tenía más bien un sabor amargo: habían perdido a muchos valiosos caballeros. Entre ellos, a Seiya de Pegaso. Y Saori estaba afectada por su muerte. Aunque solía estar algunos ratos con sus caballeros, por lo general estaba encerrada en su cuarto, con su cosmo energía haciéndose más y más tenue a momentos. Y los caballeros de bronce no sabían que hacer por ella.

El único que parecía tan deprimido como Saori era Shun, sintiendo, o más bien dejando, caer todo el peso de la muerte de Seiya sobre sus hombros. Estaba triste y pálido, y no parecía querer escuchar los ánimos de los demás, que le aseguraban que él no hubiera podido hacer nada para evitarlo.

Hyoga y Shiryu habían decidido permanecer en Japón, en parte para apoyar ahí, donde los necesitaban… y sobre todo, porque Shiryu consideraba que, a pesar de que Sunrei le esperaba, era demasiado pronto para que él pudiera contemplar los Cinco Antiguos Picos sin la presencia de su maestro… Saori podría revivirlos si lo deseara, pero ahora estaba tan débil y deprimida que apenas y consentía en comer, así que ¿cómo pedirle que trajera de nuevo a los doce caballeros de Oro, y aún, a Seiya?

Otro habitante se había sumado a la casa. Kiki, a la falta de su maestro, había quedado al cuidado de Saori, pero ella apenas tenía fuerzas para dirigirle una que otra sonrisa amable, y Tatsumi se limitaba a darle de comer, así que el pequeño, entre la muerte de Mu, su propia tristeza, y la de los demás, parecía un fantasmita de cabello naranja rondando por la casa, tratando de animar a los mayores, sin éxito. Pero no fue el único que se quedó en la mansión. Incluso Ikki, para sorpresa de todos, había decidido quedarse por un tiempo al lado de su hermano pequeño. Pasaba casi todo el rato con él en silencio… pero era un silencio tan elocuente… casi se podía palpar en amor fraterno y el apoyo… y aun así, la tristeza seguía flotando en la enorme casa… quizá todo hubiera seguido así, un fin demasiado trágico para los Santos de Atena… de no ser por una sorpresa…

Saori miraba por la ventana de su cuarto, con la mirada perdida entre el follaje, pensando… todo rastro de la poderosa Atenea había desaparecido en ese momento de su rostro… sólo quedaba una asustada y triste muchacha de 15 años… hubiera podido pasar por una estatua si no fuera porque constantes suspiros inflaban su pecho de vez en cuando… el silencio era profundo, pero aún así, parecía que nadie quería quebrarlo, pues no se escuchaba ni un solo ruido. Y por eso, precisamente, se espantó cuando sintió tres presencias atrás suyo.

-¿Quién- se levantó y se volteó, sobresaltada-, quienes… son ustedes…?

-Tranquila- respondió una de las figuras con tomo amable, pero majestuoso- venimos a anunciarte algo, Saori Kido, reencarnación de Atena…

Saori, a pesar de que el temor aún embargaba sus sentidos, serenó su expresión lo más que pudo y se enderezó.

-Las escucho

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