Capítulo I : El Sueño de Hermione

La Orden del Fénix al completo se encontraba en el número 12 de Grimauld Place. Eran unos duros momentos para todos ellos, el final del verano se aproximaba y el principio de un duro invierno era inminente. La desaparición de Albus Dumbledore había sido un gran golpe, pero sobre todo para Harry Potter quien ahora era el centro de todas las discusiones con el objetivo de trazar el mejor plan para acabar con los horcruxes y con Voldemort.

Mientras una hermosa joven encapuchada paseaba con el semblante triste por el callejón Nocturm, solo ella sabía lo que buscaba, solo ella, sabia porque estaba allí. Desde que terminara el curso con la fatídica muerte del director del colegio, su vida había ido peor vertiginosamente hasta el punto de no querer vivir. Sus padres habían sido atacados y asesinados hacia solo un mes, ella milagrosamente había sobrevivido al ataque, nadie se lo explicaba. Había sido un asesinato planeado como mensaje a Harry Potter y a todos aquellos que le ayudaban. Desde aquel día Hermione Granger había perdido la alegría de vivir, pero viviría, solo para encontrar la forma de destruir a Voldemort. Desde hacia ya un mes, Hermione iba todas las semana al callejón Nocturm, allí había encontrado una pequeña biblioteca atendida por una anciana chiflada donde se encontraban la mayoría de los volúmenes escritos de magia negra, la anciana la había confundido con un pariente y se los había mostrado todos.

Había descubierto mucha información sobre los horcruxes y precisamente era esa información que había descubierto lo que la tenia muy preocupada. Destruir un horcruxes era una tarea muy complicada, casi se podría decir imposible, los horcruxes encerraban en sí mismos tanta maldad que solo un mago muy poderoso podría hacerlo, también había descubierto los síntomas que presentaba una persona que había conseguido destruir un horcruxe pero que a cambio había recibido un impacto mágico que le llevaría a la muerte. Cuando vio aquel dibujo muchas cosas empezaron a clarificarse en su mente, aquellos síntomas aquellas marcas de quemaduras en la piel, Dumbledore estaba muerto antes de que Snape le matara y el lo sabia, ambos lo sabían, todo había sido un plan pero que todavía no lo entendía muy bien.

Aparte de todo esto, al descubrir la imposibilidad de destruir un horcruxe, comenzó a buscar alguna magia, algún objeto, algo, que le permitiese a un mago multiplicar su poder, sin tener en cuenta crear mas horcruxes, y también lo descubrió, existía un lugar, un castillo, habitado por los dioses de la magia, aquellos magos que habían sido en su momento extremadamente poderosos llegando incluso a ser elegidos para controlar el mundo mágico, allí los dioses ponían a prueba a los magos mortales que así lo solicitaran y si conseguía pasar todas y cada una de las pruebas, lograban que se les otorgara el poder absoluto, nadie lo había conseguido, ni si quiera Voldemort, que estaba escrito que lo había intentado. El poder que otorgaban los dioses era ilimitado, como el suyo, la persona que lo consiguiese se convertiría en un ser inmortal.

Y ese día se dirigía a la biblioteca para hacer una copia de todo lo que había encontrado para llevarlo a la Orden, su investigación había concluido y ellos tenia que tomar decisiones ya.

En el 12 de Grimauld Place la Orden seguía discutiendo. Harry se empeñaba en ir solo en busca de los horcruxes, no quería perder a nadie más por su culpa, pero desde luego nadie estaba dispuesto a dejarlo ir solo. También estaba el problema de que no sabía como destruirlos.

En esa discusión se encontraban cuando se fue la luz en la sala, todo quedo en silencio, cuando la luz volvió un encapuchado estaba presente en la ya muy abarrotada sala.

Todos sacaron las varitas, los encapuchados también.

- Quien eres y que haces aquí, estas en inferioridad de condiciones, no intentes nada o estarás muertos en un suspiro.- dijo Remus Lupin.

El encapuchado llevo sus manos a la capucha y descubrió su rostro. Todos los presentes se quedaron bloqueados al descubrir la identidad del encapuchado. Delante de todos ellos estaba nada más y nada menos que Severus Snape.

En cuanto Harry salio de shock se abalanzo sobre el mortifago que el creía el asesino de su querido director y el delator de sus padres, pero una voz lo detuvo.

- Harry no lo hagas, Snape es inocente.

Todo aquel que estaba en la sala, incluso el encapuchado se giró para ver quien era la persona que había dicho semejante idiotez para unos y la pura verdad para otros.

- Hermione que estas diciendo, acaso este asesino te lanzo un imperios antes de aparecer aquí.

- No Harry, nadie me ha hecho nada, si he dicho que Snape es inocente es porque lo sé y porque tengo pruebas para demostrarlo, aunque habrá cosas profesor Snape que tendrá que aclarar.

- Srta. Granger, siempre dije que usted era una sabelotodo, pero me alegro y hoy más que nunca, estoy aquí para explicar todo lo que pasó aquella noche, yo también tengo pruebas para demostrar mi inocencia.

Todos en la sala quedaron en silencio, eran demasiadas cosas las que tenían en la cabeza y aún quedaba por descubrir al otro encapuchado que seguía oculto entre las sombras.

El silencio y la tensión de la sala se podían cortar con cuchillo. Pero Hermione estaba tranquila, por extraño que pareciese sabia que aquellos dos Slytherin -si ella ya había descubierto al otro encapuchado y por supuesto sabia quien era, aunque no se lo explicaba tampoco- eran de confiar.

Últimamente a Hermione le pasaban cosas sumamente extrañas, su vida parecía ser mas fácil, no tenia accidentes, puesto que sabia con anterioridad lo que iba a pasar y también porque ahora poseía unos reflejos sobrenaturales y sobre todo porque aquellas cosas pequeñas, esas cosas que solo uno disfruta o aprovecha para una buena causa, esas cosas las deseaba y parecía que todo se precipitaba escandalosamente para que saliera con buenos resultados. Por eso mientras todos callaban en la sala y pensaban en el siguiente paso, ella estaba tranquila, observando desde las sombras a Draco Malfoy quien todavía se encontraba en el pasillo.

Remus Lupin tomo la palabra el interrogatorio de Snape, empezaba y por supuesto Hermione tenia que abandonar la sala, luego compararían versiones. Por supuesto Snape tendría que beber veritaserum aunque todos sabían que poco afectaría eso a Severus Snape.

Hermione salió al pasillo que también estaba oscuro y encendió la luz.

- No es educado llegar a una casa y no saludar, no crees Malfoy.- Una cosa era que confiara en ellos, -por extraño que pareciese- pero no iba a desaprovechar esa oportunidad para jugar un rato con Malfoy, ahora ella mandaba.

-Sabes Granger…No me apetece discutir contigo ahora.- dijo Draco que se veía bastante desmejorado y que presentaba un rostro aun mas pálido de lo normal, además del aspecto que sus ropas presentaba.

Hermione impresionada por la respuesta, el viejo Malfoy nunca hubiese desperdiciado la ocasión, observó mas detenidamente al rubio que tenia delante.

-Malfoy te encuentras bien?

-No te preocupes Granger, estaré bien.

Pero Hermione no le había creído y se acercó a él para tomarle la temperatura.

-Draco Malfoy estas ardiendo!!!! Vamos ahora mismo a que te metas en la cama!!!!

-Tan pronto y ya haciendo proposiciones Granger…..

-Y a que te metas en la ducha, apestas!!!!.-había vuelto el Draco Malfoy de siempre, aunque solo había sido un segundo y eso había tranquilizado un poco a Hermione, no se estaba muriendo, por eso le respondió así.

Con cuidado ya que Draco estaba bastante débil subieron las escaleras y Hermione le condujo hasta su habitación que contaba con un pequeño baño completo.

-Podrás ducharte solo? y no digas lo que estas pensando Draco Malfoy!!!

-Quien ha dicho nada? Si, no te preocupes no estoy tan mal. Pero no tengo nada que ponerme.

Hermione pensó en ese momento sin darse cuenta en que le favorecería a Malfoy y de la nada apareció en sus manos un conjunto completo masculino en sus brazos perfectamente doblado y colocado prenda por prenda. Sin más y sorprendida como últimamente le sonrió como quién no quiere la cosa y le entrego la ropa limpia.

Draco indicó con la mano la dirección del baño para que desapareciera. Este aún mas sorprendido que ella por su puesto, se adentró en el baño con un convencimiento pocas veces visto en él, aquella bruja era la mejor que había conocido, sin lugar a dudas Voldemort estaba muy equivocado, ella y gente como ella merecían ser magos igual que el. Aunque esto lo había tenido que aprender a la fuerza, de golpe y con muertes a sus espaldas.

Mientras abajo, nadie se había dado cuenta de la presencia de un segundo mortifago y mucho menos de que Hermione se había ido con él nada menos que a su habitación. Estaban demasiado entretenidos interrogando a Severus Snape, quien como siempre parecía imperturbable, pero claro él sabia que era poseedor de la verdad y que tenía pruebas. Había pasado ya media hora desde que había empezado y las cosas sólo comenzaban a calmarse y a aclararse ahora.

- Severus- prosiguió tomando aire- nos conocemos hace muchos años, bien es verdad que nunca nos apreciamos, pero últimamente y digo solo últimamente nos respetábamos- repitió levantando los ojos como si esas palabras fueran difíciles de pronunciar- Pero después de lo que has hecho, después de matar a la persona que te sacó del infierno en el que estabas que te tendió la mano y te dio un trabajo, después de eso te odio, como jamás he odiado a nadie y tú sabes que antes tuve motivos para hacerlo. ¿Cómo pudiste????

- No os ha quedado claro todavía.T-o-d-o-f-u-e-p-l-a-n-e-a-d-o-d-e-s-d-e-e-l-p-r-i-n-c-i-p-i-o-a-v-e-r-s-i-o-s-e-n-t-e-r-a-i-s-d-e-u-n-a-v-e-z.- dijo utilizando su tono más arrastrado y enfadado, pero siempre sin perder la calma.- Todo, no lo entendéis, desde el principio, desde que yo diera clases de DCAO, hasta la mismísima muerte de Albus.

- No te atrevas a llamarle por su nombre!!!!!.- grito Harry desde un sitio, bastante separado de Snape.

- Harry por favor calmate, necesitamos saber la verdad y a este paso nunca lo haremos.- dijo McGonagall.

- Gracias Minerva.- contesto Snape, a lo que nadie puso muy buena cara, después de todo él no tenia derecho de tomarse esas confianzas.- Si me dejáis os contare todo.-

Gracias.- dijo al ver que le cedían la palabra.- Albus Dumbledore ya estaba muerto antes de comenzar el curso. Sobrevivió ese tiempo gracias a un poco de elixir de vida de la Piedra Filosofal que el mismo guardó para sí por si algo así sucedía, para poder poner las cosas en orden o lo suficiente para que tú.- dijo mirando a Harry.- Obtuvieses la mayor información posible.- Yo nunca he estado en el bando de Voldemort, no de verás y menos desde que Albus me acogiera. Siempre y quiero que lo sepáis siempre he estado de vuestro lado y jamás os traicionaría, porque cada cosa buena que he hecho por vosotros, por alguien, ha logrado aunque solo un poco compensar el mal que hice cuando era joven, cuando estaba cegado por todo lo que me habían contado, impuesto, inculcado y obligado a creer. Después de esta aclaración continuó. Albus sabia que estaba muerto, al intentar destruir el anillo de Sorvolo Gaunt, unos de los horcruxes, una maldición recayó sobre él. Voldemort nunca ha sido un tonto y mucho menos confiado. Hechizó todos lo Horcruxes o por lo menos los seis últimos, el diario fue demasiado fácil de destruir, pero era demasiado joven entonces, fue el primero que creó. Esa maldición te mata lentamente, te consume, pese a haber tomado elixir de la vida, al comenzar el curso ya tenía claros síntomas de ello, la mano negra, como podrida y por su puesto estaba mucho mas débil. A la vez que yo me enteraba de esto, una noche recibí una visita inesperada en casa. Narcisa Malfoy llego histérica a mi casa junto con Bellatrix. Voldemort había llamado a Draco y le había impuesto la marca, bajo amenaza de matarla a ella y a su padre, que estaba en Azkaban, sin no le obedecía. Voldemort le ordenó a Draco Malfoy a un Joven de todavía 16 años que acabara con la vida de Dumbledore. En ese momento, cuando el mismo Voldemort me contó entre risas que había enviado al joven Malfoy a una misión suicida, me di cuenta de que le quería utilizar igual que me utilizo a mi, que nuevamente sacrificaría lo que fuese y a quien fuese con tal de obtener lo que quería y decidí que no lo consentiría, que no consentiría que una persona que no quería ser mortifago tuviese que verse obligada a matar en su nombre. Lo importante es que aquella noche le hice una Promesa Inquebrantable a Narcisa Malfoy, terminaría lo que fuese que Draco tuviese que hacer, ella no sabia cual era la misión, si el no lo conseguía, ya que si fallaba Voldemort lo mataría o porque también sabia que la misión era suicida, a pesar de que no sabía cual era. Por supuesto todo esto estaba planeado desde que me enterara de la noticia. Albus y yo a la vista de cómo estaban sucediendo las cosas planeamos paso a paso cada parte del plan, teniendo alternativas y planes B por como fueran pasando la cosas. La finalidad era saber lo más posible sobre esos objetos capaces de matar a uno de los magos más poderosos. El primer paso era localizar a Slughorn e invitarle a Hogwarts a dar clase. De eso se encargó contigo.- dijo mirando a Harry de nuevo.-Por eso tuve que ocupar el puesto de DCAO, porque aunque nadie se lo crea y a pesar de lo rumores nunca he querido ese puesto, porque la verdad es que no me gusta y si que está hechizado, aunque esa es otra historia. El caso es que Slughorn solo vendría si ocupaba mi puesto de profesor de pociones, algo que si que me gusta, pero todo era por el plan, además así evitábamos que volviera a entrometerse alguien de fuera, como paso en 5º. A partir de ahí solo había que esperar, esperar a averiguar mas cosas de los horcruxes, de su naturaleza, de su poder, de su forma, de su localización, todo y por otro lado ver las piezas que iba moviendo Voldemort. Yo comencé a seguir todos y cada uno de los pasos de Draco, muchas veces no sabia lo que se proponía, y fallé, pero logre descubrir su plan, el plan de Voldemort, atacar desde dentro, por esos días no confiaba tanto en mi, se lo conté a Albus y en cuanto supe la fecha exacta, finalmente me la comunicó, planeamos su muerte como he dicho antes paso a paso, todo estuvo perfectamente planeado, hasta que tú- volvió a mirar a Harry.- lo presenciaras todo. Mataríamos unos cuantos pájaros de un tiro, salvaríamos a Draco, salivaríamos a Harry Potter, yo me ganaría la confianza de Voldemort para siempre y podría preguntarle con libertad sobre los horcruxes, gracias a un recuerdo que habíamos implantado anteriormente en mi cabeza y en el que Albus me hablaba de ellos y me preguntaba si sabía algo. Pero llegado el momento dudé, dudé después de haber planeado cada milímetro de este, yo nunca quise ser un asesino y menos aún matar al único padre que he tenido, a la única persona que me ha querido, me ha comprendido y nunca jamás me ha juzgado y condenado. A pesar de saber que ya estaba muerto, que había llegado la hora de marchar, de empezar otra gran aventura como solía decir él, a pesar de todo no podía matarle-tomó aire y prosiguió- pero Albus tenia para mí la autoridad de un padre y cuando vio que no lo haría me lo ordenó y me hizo recordar que había hecho dos promesas Inquebrantables, la primera proteger y terminar el trabajo que Draco Malfoy sin duda no seria capaz de hacer por razones obvias y otra la mas importante, le había hecho la Promesa Inquebrantable a Albus Dumbledore de que llegado el momento pondría fin a su vida como había debido pasar hacia ya meses y por el bien de la causa.

Para ese entonces nadie de los que estaban en la sala, de la Orden del Fénix al completo y de sus jóvenes integrantes -solo faltaba Hermione-, pudo articular palabra. La historia era plausible, pero lo más impresionante de todo fue ver como Severus Snape el profesor imperturbable, el frío y malvado profesor, comenzaba a llorar al recodar los últimos acontecimientos vividos. Jamás nadie había visto ni un solo cambio en el semblante de ese hombre, ni para bien ni para mal, solo una persona, Albus Dumbledore.

Por una vez Harry sintió pena por Severus Snape, más que pena, empatía, comprensión. Voldemort era el culpable de todo.

Severus Snape puso sobre la mesa su as bajo la manga, su prueba irrefutable de que todo aquello que había contado era cierto. Cuando apartó la mano sobre la tabla de madera se encontraban dos cartas, una dirigida a la Orden del Fénix y otra a Harry Potter.

Remus abrió la carta que iba dirigida a la Orden, mientras Harry guardaba la suya para un momento más privado.

La carta estaba escrita de puño y letra por Dumbledore, sin duda, y contenía complicados hechizos hechos por el mismo para que ellos supieran que era verdaderamente de él. La carta contaba lo mismo que Snape les había relatado y les pedía comprensión y confianza, la misma que el siempre había querido y por la que Snape nunca le había fallado. Aparte de esto y de una emotiva despedida para todos y cada uno de ellos, el sobre contenía multitud de pergaminos, encantados a primera vista ya que no dejaban leer nada.

Remus, se los mostró a Snape con cara de duda.

-Dijo que solo un merodeador sabría como sacar la información.

Remus saco la varita y dijo "Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas" y en ese momento los pergaminos comenzaron a llenarse de tinta. Aquellos pergaminos contenían una información valiosísima para ellos, para la guerra, información sobre Voldemort, sobre los Horcruxes.

Mientras en la habitación de Hermione, Draco Malfoy salía del baño después de haberse descontaminado completamente. Aquellos días en las mazmorras de Voldemort habían sido los peores de su vida. Voldemort le había torturado, torturado por fallar y por permitir que Snape delatara su papel de espía en la orden. Le torturó por ser un cobarde, pero sobre todo le torturó por placer. La marca en su brazo aún le escocia todas las noches, desde que Voldemort se la impusiera junto con la misión imposible de matar a Dumbledore. En ese momento y sobre todo aquella noche se dio cuenta de que él no era más que un peón en aquella estupida guerra, igual que lo había sido su padre pese a que el nunca se diera cuenta. Pero Voldemort no sólo le torturo el cuerpo, sino también el alma. Un anoche llevo delante de él a sus padres. Lucius presentaba un aspecto lamentable, le habían sacado de Azkaban pero como castigo a su torpeza le había torturado también casi hasta la locura. Narcisa en cambio se veía que acababa de salir de casa, aunque su expresión era de profundo terror. Y si como castigo al error y la cobardía de Draco se tratase, mató a sus padres delante de él y sin ninguna compasión, a pesar de los años que los Malfoy le habían servido. Lo mató también porque le estorbaban y aunque para Draco sus padres habían hecho y desecho su vida a su antojo, les quería y eso le destrozó, en aquel instante odió a Voldemort y se juró a si mismo que haría todo con tal de destruirle incluso unirse a Potter y cuando Snape acudió a rescatarlo de una muerte segura no lo dudo ni dos veces. Después el le contó toda la historia y Draco decidió ayudarlo. Todo esto había pasado en las ultimas 48 horas y todavía estaba agobiado con todo, solo quería dormir.

Al salir del baño encontró a Hermione dormida en el sillón. Soñaba o más bien parecía que tuviese una pesadilla. La chica se revolvía y tenía cara de angustia.

Hermione estaba recordando, reviviendo un momento de su vida que hasta aquél instante había olvidado, pero había llegado la hora de recordar, de comenzar la misión.

--------------------Flash back o sueño de Hermione----------------------------------

Hermione había vuelto a su casa como todos los veranos, sólo que esta vez un poco antes debido a todos los acontecimientos ocurridos, la muerte de Albus Dumbledore, la invasión de Hogwarts, el regreso oficial de Voldemort. Dentro de si misma sabía que el tiempo que permanecería en su casa sería corto, la historia recién comenzaba y ella debía acompañar a Harry en su misión.

Cenaba con sus padres tranquilamente, aunque en su interior la preocupación y por qué no, el miedo le recorría el cuerpo y llenaban hasta su último poro. La guerra había comenzado y con ella el horror. No sabía a ciencia cierta lo que podía pasar, pero si sabia que ella seria un objetivo de Voldemort por su estrecha relación de amistad con Harry Potter. Y eso la asustaba, no por ella, si no por sus padres. Ellos no tenían nada que ver con su mundo pero tenia claro que llegado el momento los mortifagos no dudarían en hacerles daño, por venganza o por estar en el momento equivocado.

En ese momento mientras todas aquellas cosas pasaban por su cabeza un mal presentimiento inundó su cuerpo. Algo no iba bien. Palpó sus bolsillos para comprobar que llevaba la varita con ella. De repente la luz se apagó y todo quedó a oscuras. Solo fue capaz de ver tres rayos verdes que se dirigían a ella y a sus padres. Después de eso todo se volvió negro, negro para siempre…….

Hermione abrió los ojos asustada, recordaba todo lo que había pasado. Entonces porque no estaba muerte, ¿O si lo estaba? Comenzó a escuchar una voz que la llamaba, que la obligaba a salir del trance en el que todavía estaba y despertara del todo.

-Hermione, Hermione, abre los ojos!!!!!

Hermione enfocó su vista hacia la figura que le hablaba. No lo podía creer era nada mas y nada menos, que…

-Dumbledore!!!!. Entonces es cierto, estoy muerta!!!!

-En cierto modo si, Hermione. Pero eso es algo que vengo a remediar.

-No le entiendo profesor.

-Hermione, esta noche tú y tus padres habéis perecido en un ataque mortifago.- Hermione notó como una inmensa pena la recorría al recordarlo nuevamente.- Pero tú no deberías haber estado allí, no era ni tu día ni tu hora, por eso los dioses han decidido darte una segunda oportunidad.. Hermione siempre haz sido una persona excepcional a la par que inteligente. Una guerra se avecina y no podemos dejar que una de las piezas claves del bien se vaya antes de tiempo. Aquí arriba tengo algo de mano y no solo te devolveremos a la vida, sino que también volverás con algunas habilidades y poderes de más - Dumbledore la miró con aspecto paternal-.- Esto te será suficiente para llevar a cabo una misión muy importante para ayudar a Harry. Deberás ir al castillo donde habitan los dioses y pasar una serie de pruebas que ellos mismo te pondrán, si al terminar creen que eres digna, cosa que estoy seguro que sucederá, te otorgaran un poder mayor, superior y ese poder será el encargado de destruir los horcruxes, para que Harry pueda acabar con Voldemort. ¿Lo has entendido?

-Si profesor, pero porque dejó que le mataran, porque dejo solo a Harry.

-Porque yo ya estaba muerto, todo fue un plan, pero de eso te enteraras en su debido momento. Sólo una cosa más, a esa misión no irás sola. Alguien te acompañara, deberás confiar en él, nunca dudes de él, pues esa persona llegara a ti con enormes heridas en el alma y unas tremendas ganas de luchar en contra del mal. Confía en él, te ayudará en todo incluso llegado el momento daría la vida por ti.

-Quien será? Lo conozco.

-Lo conoces y sabrás quien es en cuando despiertes. Ahora abre los ojos Hermione Vuelva a la vida. Abre los ojos!!!!

------------------Fin Flash back o sueño de Hermione.---------------------

-Granger, abre los ojos, despierta. Hermione, solo ha sido un mal sueño!!!.- Draco intentaba despertar a Hermione sin obtener resultado, parecía que el sueño o pesadilla era muy vivido.

Cuando Draco estaba apunto de bajar a pedir ayuda, Hermione despertó inhalando una gran bocanada de aire, como si acabara de revivir. Al darse cuenta de con quién estaba y dónde estaba no pudo mas que comenzar a llorar, lo había recordado todo, hasta entonces sólo sabía que sus padres habían muerto pero no recordaba como y mucho menos que ella había muerto también, todo el mundo creía que había sobrevivido. Todo aquello era demasiado para ella. Pero ahora todo encajaba, por eso había averiguado casi sin dificultad todo aquello sobre los horcruxes y el castillo, sus nuevos poderes, suponía que los dioses le habían ido dando pistas hasta que llegara el momento.

Draco Malfoy la miraba y no sabia que hacer, lloraba destrozada y no sabia la razón y por extraño que pareciera intuía el porque de aquellas lagrimas eran muy parecidas a las que el había derramado 24 horas antes. Sin saber por qué la abrazó.

En ese mismo instante la habitación se iluminó, una extraña luz blanca salía de sus cuerpos y bañaba todo a su alrededor. Sus almas se habían conectado, Hermione había encontrado a su compañero en la aventura que le tocaría vivir. Draco y Hermione sintieron como sus mentes también conectaban haciendo conocedor al otro de sus sentimiento, secretos, sucesos. Estaban destinados a una misión muy importante y necesitaban conocerse. Lo dioses así lo habían decidido.