Dicen que solemos aceptar el amor que nos creamos que merecemos. Pero eso es mentira. ¿Quién en su santo juicio dijo esa frase? Entonces supongo que no me conocen. Porque yo no me merezco a nadie en absoluto.
Inspiro. Espiro. Trato de mantener la calma. Actuar como sí nada me dañara. Poner una sonrisa de que me la suda y tratar de buscar una respuesta ingeniosa. Así es mi vida. Simple. Por fuera aparento algo que no soy. Preguntadle a cualquiera. Cínico, desvergonzado, Don Juan, follador…Hay más adjetivos hechos a mi medida, ninguno de los cuales es en absoluto agradables, pero no sería conveniente decirlo aquí. Nadie sabe nada de mi pasado, ni nada de lo que pasa por mi mente. Eso murió junto con mi antiguo yo. Ahora soy alguien totalmente diferente. El problema cae en que me he vuelto a enamorar y no debo enamorarme.
-¡Kaer!- Me llaman. Miro en dirección de esa llamada y la veo. Pelos revueltos como recién salida de la cama, ojos celestes y pecas. Apenas se notan pero me gusta fijarme en esos pequeños detalles.
-Hola hermanita, ¿Y esa sonrisa qué llevas puesta?- Pregunto, sonriendole a su vez. ¿Quién puede no sonreirle cuando la ve con esa sonrisa?
-Buenas noticias, esta semana iremos de patrulla y se han apuntado nuevos voluntarios para los Nuevos Dragones, ¿No es genial?- Dice. Le doy una vuelta con el brazo, como sí estuviéramos bailando. Ríe.
-Claro que es genial, entonces...¿Mataremos sheks este fin de semana?- Pregunto. Ella sonríe oscuramente.
-Obvio, Fagnor destrozará a más de los que Uska ha hecho.- Me dice con una sonrisa provocándome.
-Lo dices como sí fueras de los rastreadores, todos sabemos que soy el mejor rastreador y por supuesto, mejor que tú.- Le digo sonriendo. Ella me pega un puñetazo.
-Imbécil.- Masculla.
-Gracias, forma parte de mi encanto natural.- Le digo con una media sonrisa. Ella aprieta los puños. Se frustra muy fácilmente. Adoro eso. No soporta que nunca me enfade, que nunca reaccione. Hace tiempo que eso se perdió, esa parte de mí ya no existe.
- Tanto encanto tienes como un swanit muerto.- Me dice molesta. Sonrío.
-Gracias, siempre me gusta que me halaguen.- Sonrío de nuevo. Ella resopla y se aparta los mechones de pelo de la frente. Oh es tan hermosa. Pero no debo enamorarme. No puedo. Esto no está bien.
-Es un placer.- Responde ella con una sonrisa mordaz. Me acaricio levemente la barbilla. No. Tengo que irme. No puedo.
-Me voy a dar una vuelta en Uska que hace tiempo que no vuelo ¿Vale?- Digo mientras me sacudo el pelo. Ella me mira con una interrogación en los ojos, pero no pregunta nada. Me marcho.
¿Porqué todo es tan difícil? Yo no debía enamorarme. No después de lo que pasó con Eline. No debo atarme a nadie. La muerte es una antigua compañera que va detrás mía pero algún día me alcanzará. Lo sé. Pero antes de eso alcanzará a todos mis amigos, familia y amores.
Como ya hizo antes.
