Hace muuucho tiempo que no publicaba algo, pero no he podido resistir dejar un drabble acerca de Hisoka, uno de mis personajes favoritos.

El drabble contiene un ¿pequeño? spoiler con respecto al final de la saga de las Hormigas Quimera.

Les recomiendo huir en caso de que los pensamientos pervertidos/sádicos (¿y pedófilos?) sean muy fuertes para sus ojos.

Aclaración obvia de siempre: Hunter x Hunter no me pertenece. Lamentablemente.

Ese sentimiento sin nombre

Las palabras de Illumi lo golpearon como la brisa fría en una mañana de invierno.

Recordó las miles de veces en que observó a su "fruta" en el examen del cazador. Esa voz dulce y aniñada que lo distraía a cada segundo, esas piernas firmes que podría quebrar en cualquier instante, esos brazos que deseaba desgarrar y saborear, ese cuello que ansiaba cortar con una de sus cartas… y esos labios que había besado al término del examen del cazador, luego de que todos los combates finalizaran, mientras Gon se hallaba dormido a causa de su extenuante pelea con Hanzo. Hisoka se escabulló hasta dar con su habitación. Aún recordaba lo angelical que se veía dormido, rodeado de ese aroma a sangre y huesos rotos. Por primera vez en su vida tuvo una batalla moral. "Es demasiado pronto, demasiado pronto, demasiado…" y juntó sus labios con los foráneos antes de resolver su batalla.

Nuevamente se enfrentó a esos ojos inocentes en el coliseo, deseando acabar con esa esperanza que los iluminaba, doblegar ese espíritu que lo estremecía, arrollar ese potencial abrumador. Se excitaba con sólo verlo. Pero el recuerdo del contacto suave de sus labios le indicaba que esa "fruta" aún necesitaba madurar. Sería un desperdicio aniquilar al jovencito dueño de sus sueños más húmedos tan pronto.

Ver a Gon entrometido en el nido de las arañas no fue la mejor experiencia de su vida. Llevaba más de tres años postergando su pelea con Kuroro, pero nada de eso importaba si Gon estaba en peligro. Kuroro podía ser el oponente por el que había esperado toda su vida, pero Gon era SUYO. Por eso mismo sentía cierta responsabilidad. Así que se alegraba de que su aura asesina fuese dirigida hacia Killua. Y, sobretodo, se alegraba de la capacidad que tenía Gon para aligerar los ambientes… De lo contrario, su cuartada como miembro del Genei Ryodan hubiese acabado en ese preciso instante.

Nunca negaría su lado masoquista. Pero herirse en un juego de dodgeball era otra cosa. Sin embargo, era incapaz de negarse a ayudar a Gon. ¿Ayudar? ¿Desde cuándo ayudaba a los demás? Pensándolo bien no era la primera vez que ayudaba a Gon… ¿y por qué eso no le desagradaba? Contra todo pronóstico estaba disfrutando ese estúpido juego. O, mejor dicho, gozaba ver a Gon involucrado en ese juego y quería ganar para… ¿verlo feliz? No. Sólo quería observar cómo mejoraban sus habilidades... ¿Verdad?

¿Y ahora Illumi le decía que Gon estaba muriendo?

Su palpitar se aceleró por unos breves segundos y la comisura de sus labios parecía arder.

No podía perder a Gon.

No a Gon.

Haría lo que fuera por mantener a Gon con vida, porque Gon era a quien más deseaba destruir… ¿O porque Gon era el único capaz de provocarle un extraño y misterioso cosquilleo en el estómago?