N/A: Hola a todos y bienvenidos a mi nuevo fic: "Vuelta al pasado" . Tal y como os prometí, secuela de Chibi Papá situada once años después de lo ocurrido en este fic. Para los que no hayan leído el primero lo único especial que deben saber es que ahora Radizt y otro Vegeta más pequeño viven en Capsule Corp y que quedó una "villana" con vida.
Si tienen alguna duda sobre el fic o sobre lo transcurrido en estos once años pueden preguntarme, les contestaré por mensaje a no ser que sean Guest, en cuyo caso les responderé en notas de autor o que lo que me pregunten ya lo tenga pensado responder en un capitulo posterior, en cuyo caso, también os lo haré saber.
Además de la pareja del summary y el triángulo amoroso tengo pensado incluir a algunas parejas secundarias. Si tienen alguna sugerencia más estoy abierta a oírla e incluso dejaré el final de estas en sus manos.
Me gustaría que si ven algún fallo en el fic me lo hagan saber: tanto de redacción como algún dato mal dado o si se me va la personalidad de los personajes. Espero que disfruten del fic y me den su apoyo para terminarlo :)
Derechos de autor válidos para este y todos los capítulos. DB le pertenece a Akira Toriyama. Yo sólo escribo por entretenimiento y para mejorar mi escritura.
Les dejo con la historia:
Era una nubosa tarde de primavera, hacía bastante frío para la fecha y el cielo presagiaba lluvia. Aún así, las calles de la capital eran transitadas por una gran cantidad de gente como de costumbre. Entre ellas, se encontraba un ya no tan chibi Vegeta de unos diecisiete años. Vestía una sudadera a rayas azul y gris con unos vaqueros anchos .Cargaba una pequeña bolsa negra en las manos y maldecía su suerte por ello, o más concretamente, maldecía a Bra y a su estúpido amante de tercera.
Normalmente era él el que chantajeaba a su futura hija: No decía nada a sus padres sobre su relación con el de clase baja y ella a cambio le hacía favores tipo terminar un trabajo, ir a comprar algo o darle dinero si no necesitaba nada en especial. Pero esta vez había sido ella la que había conseguido hacerle chantaje: Tenía que ir a recoger el regalo de su madre que la peliazul anteriormente había escogido por Internet mientras que ella, con la escusa de recoger el regalo, se iba a fornicar con el tercera a algún lugar perdido del mundo. Y todo aquello por pillarle mientras tenía sexo con dos chicas. Y no, no dos veces cada vez con una chica: una vez con dos chicas juntas.
¿Y él qué culpa tenía? En el instituto todas las chicas tonteaban con él , eran ellas las que se lo querían llevar a la cama, él ni siquiera se ponía a hablar con ellas. El caso fue que la profesora de química les mandó hacer un trabajo, una especie de experimento, en grupos de tres ya hechos por ella, y como en todos esos grupos que hacen los profesores siempre había quien no hacía nada, el estudiante del montón y el alumno sobresaliente. Él, por supuesto, era este último.
Normalmente, a las alturas del último año de instituto no suele haber alumnos de los que no hacen nada. Pero él había tenido la "suerte" de coincidir con Blanca Leona, una chica de unos tres años más que él y que sólo continuaba el bachillerato por la voluntad de sus padres de que algún día llegase a ser médica, lo cual por notas tendría imposible, aunque con todo lo que debía saber esa chica no dudaría que fuese una buena ginecóloga.
La otra chica, Sandra Samazas era el caso contrario: Alumna del montón, menos agraciada y la típica "última amiga del grupo por perder la virginidad"
La cuestión fue que quedaron en Capsule Corp y ese día, como de costumbre, Trunks se encontraba trabajando y eso creía que haría Bulma. Pero justo aquel día a la peliazul tenía día libre y se llevó a su contraparte. Como era de esperar, Bra y Radizt no desperdiciaron la ocasión y le dejaron a él solo con aquellas dos chicas que se habían anteriormente puesto de acuerdo para hacer "otro tipo de experimento" muy distinto al que tenía pensado.
Se sintió cómo Kami mientras lo hacía con las dos chicas, el problema era que Kami vivía en las nubes y ahí fue donde quedó él: sin mirar la hora, sin comprobar los ki de alrededor y sin darse cuenta de que su "querida" futura hija les había echado una bonita "foto de recuerdo" que posteriormente le enseñó después de cenar.
Y ahí se encontraba él: haciendo un recado para su hija…Miró la hora en su IPhone, todavía quedaba un cuarto de hora hasta las seis, hora en la que había quedado con Bra para volver a casa. Decidió ponerse a jugar con el móvil mientras tanto, cuando lo desbloqueó se encontró con un whatsapp de una "conocida"
Blanca :
Hola Veggie ¿Te gustaría repetir lo del otro día?
Vegeta hubiese matado a esa terrícola hace tiempo de no ser por que le hacían reír sus estupideces "Que zorras pueden llegar a ser algunas" se dijo mentalmente y a continuación decidió ponerla a prueba
Vegeta:
Ok, pero sólo si encuentras a otras cinco chicas más para que se unan a nosotros. Por cierto, ni se te ocurra volver a molestarme antes de encontrarlas y no me vuelvas a llamar Veggie si no quieres que le diga a la de química que el trabajo lo terminé haciendo yo sólo.
Esperaba que tardase en contestar, dudaba que pudiese encontrar a otras cinco chicas tan zorras cómo ella. Aunque a los pocos segundos volvió a sonar el pitido del Whatsapp. El saiyajin quedó impresionado ¿Tanto furor causaba entre las terrícolas
Comprobó el mensaje y soltó una especie de suspiro al comprobar que no era de Blanca. Él iba en broma con lo de las cinco chicas, sólo lo había hecho para que le dejara en paz, pero esa chica era capaz de buscarlas de verdad. Leyó el mensaje:
Maron:
Hola Vegeta, he sentido tu ki aquí por la ciudad y me preguntaba si podría ir a hablar contigo sobre…bueno, quién tú ya sabes.
No, no era Blanca, pero era peor: Era la chica rubia hija del calvo bajito y de la mujer androide que estaba loca por su futuro hijo. No sabía por qué le pedía permiso para hablar con él. Total, le dijese lo que le dijese iba a venir a hablar de todos modos. Le contestó un "Ok" rápido y guardó el móvil. No tenía ganas de responder más mensajitos, de hecho no le gustaban los mensajitos pero entre Bulma, Bra, Trunks y las chicas del instituto prácticamente le forzaron a descargarse el WhatsApp.
A penas unos minutos y ya podía visualizar a la rubia en la otra punta de la calle acercándose a él. Llevaba unos vaqueros de pitillo color claro y un abrigo rosa chicle. Parecía contenta, pero para desgracia de ella no tardaría en darle una mala noticia.
—Buenos días, Vegeta—saludó la rubia con una sonrisa
—Hola—le devolvió el saludo sin mucha emoción
—¿Te acuerdas que te conté que me presenté para trabajar como secretaría de Trunks en Capsule Corp?
—De las veces que me lo has contado, cómo para no acordarme
—¡Pues me han admitido!—gritó emocionada sin fijarse en que estaba en una de las principales plazas de la capital—Ahora podré pasar más tiempo con él…
—Dudo que te sirva de algo—la interrumpió Vegeta
—¿Por qué?—preguntó la rubia saliendo de su estado de ensoñación
—Tiene novia—respondió sin ninguna delicadeza—Bueno, no sé si novia o amante. Pero lleva unas semanas teniendo lío con Pan
—¡Qué!—gritó por la impresión—¿Te refieres a Pan, mi amiga y la de tu hermana? ¿La hija del señor Gohan?
—Sí, esa Pan
Maron estaba sintiendo todo su cielo caerse encima—Pe-pero ¿Estás seguro?—preguntó al borde del llanto
—Completamente—afirmó pasando olímpicamente del estado de ánimo de la que tenía al lado
—No me lo puedo creer—suspiró ya llorando—Te juró que como me encuentre por la calle a esa…esa…¡LA MATÓ!—gritó con furia, de nuevo ignorando el lugar en el que se encontraban y todas aquellas miradas de desconcierto de la gente, después hundió la cabeza y comenzó a llorar con más fuerza.
—¿La matarás? Sería divertido verlo…—rió el saiyajin
Maron levantó la cabeza un momento para dirigir una mirada de enfado hacía Vegeta ¿Cómo se atrevía a reírse de ella en un momento como este?
—Oye, yo te diría que lo siento. Te lo diría, pero mentiría—se sinceró Vegeta a su manera
—Gracias por tu sinceridad—agradeció la rubia con un evidente tono de sarcasmo
—No te preocupes, queda otro Trunks. Pero está en otra línea temporal
—¿Mirai Trunks?—preguntó sin alzar la cabeza—Mi padre me habló de él. Debe de ser un chico fantástico, con el mismo físico de Trunks y que nunca conoceré en la vida
—Exactamente—afirmó el príncipe con descaro—Y ahora me voy a buscar a Bra—se despidió tras mirar la hora en el móvil.
Vegeta dejó a la rubia llorando en el banco y buscó un callejón en el que no hubiese nadie para poder salir volando hacia donde se encontraba Bra. Esperaba que al menos ella y el tercera tuviesen el detalle de estar vestidos…
Se encontraban a una distancia bastante considerable pero, debido a su gran velocidad, no tardó apenas diez minutos en recorrer lo que un humano en unas cuantas horas de coche. Como su hija le había prometido, le habían esperado vestidos. Radizt se encontraba apoyado en un árbol y Bra justo enfrente. Parecía que estaban discutiendo por algo. Se acercó hacía donde se encontraban para poder escuchar con más nitidez la conversación.
—Oye, que tampoco es para tanto—se quejaba el saiyajin
—¿En serio crees que no es para tanto?—replicó la peliazul—¿Cómo le digo yo esto a mi padre?
—Podrías haber empezado contándole desde nuestra primera vez, hace unos siete años, y no aceptando los chantajes de ese crío
—¡Oye que ese crío sigue siendo mi padre! Y de todos modos, tú también fuiste partidario de mantenerlo en secreto
—Sí, pero hace ya al menos un año desde que te estoy diciendo que deberíamos contárselo
—Él no lo hubiese aceptado
—Él no acepta a ningún hombre para ti. No sé que lo quiere, pero sabes que tú padre no es tan tonto como para pensar que sigues siendo virgen a los veinticuatro años…
—Lo sé, pero para esto sí que soy joven
—Y yo también lo soy, pero esto es algo impredecible a la vez que inevitable e ineludible después del tiempo que llevamos haciendo…bueno, ya sabes
—Tú lo dices así porque no eres el que tiene el marrón encima y tampoco eres el que se lo tiene que decir a mi padre
—No, no soy el que se lo tiene que decir a tu padre pero soy el que morirá cuando se entere
Vegeta les escuchaba atentamente detrás de un árbol ocultando su ki para que no le detectasen. No es que estuviese muy escondido, pero aquellos dos iban a lo suyo así que hasta se llegó a plantear que el ocultar su ki fuese un esfuerzo innecesario aún así decidió seguir por precaución. No estaba seguro del tema de la conversación. Por lo que había oído supuso que los jóvenes estaban planteándose hacer "oficial" su particular relación.
—Deberíamos decírselo—continuó insistiendo el de tercera
—Yo…no sé. Dame tiempo para pensarlo—la peliazul se llevó las manos a la frente para limpiarse un poco el sudor—No sé cómo se lo voy a decir
—Yo te doy tiempo. Pero dentro de poco empezará a sentir su ki…
Se hizo el silencio…
¿Ki? ¿Qué ki? Esa última afirmación había dejado totalmente desconcertado al joven Vegeta. ¿Estaría Bra…?
—Hola, Vegeta—el tercera le sacó de sus pensamiento
—Eh…hola—respondió el príncipe mientras su cabeza volvía a la Tierra
—¿Llevas mucho tiempo aquí?—preguntó la peliazul en un tono aparentemente sereno pero que no llegaba a ocultar lo nerviosa que estaba por dentro
—No, acabo de llegar—mintió—¿Nos vamos?—sugirió para evadir más preguntas
El trayecto de vuelta a casa no duró mucho. Ninguno de los tres jóvenes medió palabra.
Cuando llegaron Bulma y el mayor de los Vegeta no habían vuelto a casa. Así que dio tiempo de sobra para esconder el regalo, aunque no tardaron más de unos veinte minutos en llegar a la mansión junto con Trunks.
La cena fue rápida, la familia no habló mucho entre sí, cosa que últimamente se estaba volviendo un hábito para los Vegeta-Briefs.
Al día siguiente
Bra despertó a causa del ruido. Eran las doce de la mañana y el cumpleaños de Bulma acababa de comenzar. Normalmente, las fiestas del cumpleaños de Bulma duraban días enteros. En estos últimos años duraban algo menos debido a la edad de los guerrero la de la cumpleañera que ya no le hacía tanta gracia cumplir años…
La peliazul se levantó algo aturdida. Después enterarse ayer de "aquello" no pudo dormir mucho, menos en teniendo en cuenta que la familia no pasa por su mejor momento;
La empresa Capsule llevaba una larga etapa de época de vacas flacas, concretamente desde que Trunks asumió el mando, lo que generó dudas en su madre que ahora solo trabaja a tiempo parcial debido a su elevada edad y que pronto pedirá la jubilación. Su padre, también debido a su edad, dejó de entrenar hace más de un año y desde aquel momento se le vio más apagado. El otro Vegeta, es decir su mini-padre, llevaba chantajeándola desde hace siete años y ella intentando devolvérselos. Y por si todo eso fuera poco, el bombazo de ayer que no sabía cómo afectaría su relación con Radizt …
Recogió su largo cabello celeste en una coleta y se puso la primera sudadera y los primeros vaqueros que encontró. Ella era del tipo de chicas que podían llegar a pasar horas delante del armario decidiendo qué ponerse, pero hoy no estaba de humor.
Cogió el la bolsa con el collar y bajó corriendo al gran jardín en el que se encontraban casi todos los invitados previstos. Miró a su alrededor; Muten Roshi, Mr Satán y Oolong se encontraban jugando al póker como de costumbre aunque esta vez Yamcha también se les había unido a la partida. Los otros guerreros Z charlaban entre sí, Chi-chí y Videl conversaban con su madre, su padre aislado del resto del mundo mientras engullía todo lo que podía, Trunks charlando y riendo con Pan, el Vegeta adolescente y Radizt sentados uno al lado del otro y sin decir nada y…
Si hubo un detalle que le llamó la atención fue ver a su amiga Maron con sus padres. Lo normal hubiese sido que la rubia estuviese charlando con Pan o tonteando con Trunks y Goten. Bueno, Goten aún no había llegado pero Trunks…Cayó en la cuenta, Trunks empezó a salir con Pan hace poco y a Maron le gustaba Trunks. De ahí esas miradas fulminantes que lanzaba a la pareja. No tardaría en ir a consolar a su amiga, así al menos tendría algo en lo que entretenerse, pero primero decidió darle prioridad al regalo de su madre.
Se acercó a los dos saiyajin, Radizt se encontraba inmóvil, mirando a todos los que se encontraban a su alrededor y el joven Vegeta reía por algo, parecía estar leyendo un WhatsApp, lo raro fue que lo contestó.
—Vamos—dijo Bra sin apenas saludar
Los dos saiyajines asintieron con la cabeza sin mediar palabra. Se dirigían hacía Bulma cuando de repente…
¡BUUUUUUUUUUUUUUUUUM!
Un fuerte estruendo resonó por toda la mansión
—¿Qué pasa?
—¿Qué ha sido eso?
Algunos empezaban a alarmarse, especialmente Bulma y Chi-chí que no tenían la capacidad de sentir los ki
—No os preocupéis, es Mirai Trunks—exclamó Vegeta, más que porque le importase, por el escándalo que montaban los terrícolas
¿Mirai Trunks? Los ojos de Maron se abrieron como platos. No lo podía creer, el destino le estaba dando una segunda oportunidad para conquistar a Trunks. No podía renunciar a su puesto en Capsule Corp, necesitaba el trabajo. Pero si ese Mirai se quedaba unos días podría ir a verlo con la escusa de ver a Bra.
El muchacho del futuro, ya convertido en todo un hombre de treinta y cinco años entró por la puerta de salida de la casa hacia el jardín. Todos se quedaron mirando con cara de asombro. Todos excepto los dos Vegeta que, como de costumbre, ocultaban sus emociones y Maron que le miraba como un animal que acaba de avistar su próxima presa…
—Siento el ruido—se disculpó Mirai—es que…
—No pasa nada—le excusó la cumpleañera—¡Menuda sorpresa teneros aquí! Hacía mucho tiempo que no volvíais
—¿Pasa algo?—preguntó el Trunks de esta línea temporal algo alarmado por si la visita de sus huéspedes no era solo de cortesía
—No, nada—respondió Mirai—Queríamos volver y no encontramos mejor día que el cumpleaños de mi madre. Por cierto—dijo dirigiéndose a Bulma—La máquina de tiempo está en el laboratorio, no hemos causado ningún destrozo
—Bueno, pues quedaos y divertíos—invitó la anfitriona
Los nuevos invitados se quedaron al cumpleaños. La fiesta siguió su curso normal: Bra, Radizt y el joven Vegeta le regalaron el collar a Bulma, los del póker a lo suyo, las mujeres hablando entre ellas y con Mirai Bulma…
Eran las cinco de la tarde y todo seguía cómo había empezado. El joven Vegeta pasó al interior de la mansión. No sabía que hacía su contraparte para no aburrirse en esas estúpidas fiestas terrícolas. Llevaba ya once años viviendo en la Tierra y todavía no acababa de hacerse a la vida del planeta: Ir al instituto todos los días, comer, deberes, merendar, más deberes y estudiar, chantajear a Bra, cenar, dormir y todo eso sin matar a nadie. Era muy aburrido. Lo único que le entretenía eran los entrenamientos con su contraparte del futuro, pero desde que había dejado de entrenar la rutina se había hecho todavía más monótona y ahora le tocaba entretenerse riéndose de las terrícolas locas que harían lo que fuese por acostarse con él. De hecho, Blanca ya le había encontrado otras cinco candidatas para lo que le propuso ayer…
Si pudiese cambiar de una vez toda esa rutina: un viaje en el espacio e incluso un viaje en el tiempo como cuando conoció a Bra, ese sí que supuso un buen cambio de rutina… Pero no podía hacer nada de eso…O sí podía…
Rastreó por si había algún ki alrededor del laboratorio. Paso despejado. Se metió en la máquina del tiempo de Mirai y comenzó a pensar destino.
"Haber, esta máquina del tiempo creo que no tiene para marcar coordenadas espaciales, así que tendré que viajar a la Tierrra…
¡Hmpf! Vaya rollo, o no, si viajo a la Tierra podré encontrar las bolas de dragón y viajar a otro planeta e incluso podré resucitar Vegetasei… No tengo radar, sé que está por aquí, pero si me pusiese a buscarlo haría demasiado ruido. De todos modos se más o menos donde están. Ya las busqué con Bra y al año siguiente de la batalla con Freezer Mirai Bulma y mi otro yo regresaron al pasado para colocarlas donde estaban y alterar lo menos posible la historia. Menuda tontería, la historia ya estaba cambiada de todos modos…
Ahora al marcar las coordenadas cuidado con no equivocarme como Bra. Volveré al año equivalente al que viviría si hubiese continuado viviendo en mi línea temporal. Han pasado once años, 739 + 11=750. ¡Allá voy!"
Otro fuerte estruendo volvió a resonar por toda Capsule Corp
Año 750, línea temporal de Vegeta y Radizt*
Una Bulma de dieciséis años bajaba corriendo a toda velocidad al viejo sótano de su casa en el que su padre había comenzado la construcción de un pequeño laboratorio. Ahí se encontraba el radar de dragón que sus padres le habían regalado por su cumpleaños.
Hace unos años encontró unas bolas de color naranja con estrellitas en su sótano. Buscando información descubrió que eran unas bolas mágicas llamadas "Bolas de dragón" De las que al reunir siete, aparecía un dragón mágico y te concedía un deseo.
Apenas acababa de bajar el último escalón cuando…
¡PUUUUUUUUUM!
Una extraña nave apareció de repente en el sótano…
* Especifico que es la línea temporal de la que vienen Vegeta joven y Radizt porque en esta han sucedido bastantes cambios con respecto a la "normal"
N/A: ¿Qué les ha parecido? Espero su opinión. Acepto consejos y críticas siempre que no sean destructivas. Ojalá y hayan disfrutado el capitulo :)
Besos ^.^
Lady SSJ
