Dis: Nada me pertenece, todo es propiedad de Marvel.
Hola amigos, aquí vengo yo hoy con una trilogía de pequeñas historias que fueron escritas como rgalo para mi hermosa Luna Asami porque hoy es su ¡Cumpleaños! :3 Y como has sido una amiguis genial, y además la persona que me hizo llegar al bello foro "La Torre Stark", he sentido la necesidad de agradecerte con algunos de tus pedidos.
Eso si, debo decirte que no logré hacerte algo angst, lo siento de verdad u.u Es sólo que no me salió, ni siquiera con una pareja que yo veo en angst...todo es culpa de los estupidos y bellos fan-vids *n*
Aun así espero que sea de tu agrado Luna de mi vida, lo hice con cariño nwn
Sin más demoras ¡a la leer mis amores! nwn
Bucky no la comprende…no comprende como esa chiquilla puede verse tan serena y calmada habiendo padecido tanto en la vida. Él la oye llorar en las noches, hasta su habitación llegan los sollozos ahogados contra la almohada, ecos claros de su pena…pero paradójicamente nunca la ve triste, durante el día Wanda es una mezcla de silencios, miradas fijas y comentarios repentinos.
Tampoco puede entender porque ella insiste en pasar pegada a él, desde la mañana hasta la noche la castaña siempre encuentra la manera de estar cerca de él; a veces le habla tranquilamente sobre cualquier tema mientras el soldado la escucha, haciendo breves acotaciones, otras veces sólo se le queda mirando con los ojos bien abiertos, como los de una niña pequeña. Esto lo perturba ¿no se supone que debe temerle o algo? Pero al parecer Wanda lo encuentra fascinante.
—Eres rara—le suelta un día de la nada, los dos están solos en la sala de la base, él sentado de espaldas a la ventana, ella en el sofá al frente, abrazándose las piernas. Una persona normalmente no diría esto tan directamente, pero Bucky hace mucho que perdió la delicadeza para hablar, además sus palabras tampoco tienen la intención de herir, sólo son una observación.
—Lo sé…—responde ella alzando el mentón y sonriendo levemente, como si le hubiese dicho una especie de cumplido—. ¿Por qué lo dices? —pregunta ladeando un poco la cabeza.
—Porque siempre me acosas…creo que una chica joven podría usar mejor su tiempo—dice encogiéndose de hombros.
Ella ríe suavemente, haciendo que Bucky alce una ceja y espere con curiosidad su respuesta.
—Estar cerca de ti es reconfortante—admite algo apenada—. Veras…cuando has sufrido tanto en la vida…a veces sólo quieres a alguien a tu lado que te comprenda—dice mirando sus manos con una suave sonrisa en sus labios—. Creo que nadie en este lugar ha sufrido tanto como tú—alza la mirada y sus ojos achocolatados chocan con los de Barnes.
Él alza ambas cejas con asombro, verdaderamente esas palabras lo han tomado por sorpresa…son intensas, llenas de honestidad, bellas.
—No sé cómo sentirme ante eso…—musita bajando la mirada—. Supongo que gracias…y de nada—dice sonriendo levemente mientras se levanta de su lugar y se acerca a ella, sentándose a su lado—. ¿Alguna vez has leído mi mente? —pregunta poniéndose serio y mirándola fijamente.
—No…la verdad he querido, pero no siento que sea correcto, aprendí mi lección…a veces hay cosas que no queremos recordar—admite devolviéndole la mirada, aunque por una leve fracción de segundo sus ojos bajan hacia el brazo metálico de él.
—Es mejor así…podrías ver cosas que no te gustarían—susurra desviando la mirada mientras toca su extremidad sintética.
—Comprendo perfectamente—murmura, y Bucky sabe que en serio lo hace. Maximoff le causa, entre otras cosas, un respeto absoluto, porque de verdad parece ser la única en ese lugar que conoció lo que era el infierno…su infierno al menos.
Cuando él vuelve a posar la vista en su rostro se quedan en silencio por un rato, simplemente contemplando el rostro ajeno y delineando sus facciones, como si se trataran de una obra de arte que acaban de encontrarse.
—Me gustan tus ojos—comenta ella de repente.
—¿Siempre eres tan ocurrente para hablar? —pregunta él sonriendo, es raro que sonría con tanta sinceridad, Wanda tiene un buen efecto en él.
—Si—dice ella casi con orgullo.
—Me agrada, es parte de tu peculiaridad—la castaña se le hace rara en extremo, incluso un poco loca, pero no puede dejar de mirarla y pensar que es como una estrella entre la oscuridad de sus pensamientos.
—Entonces creo que empezaré a ser más peculiar para gustarte más—dice de buen humor.
—Si lo haces, los demás pensarán seriamente en mandarte al manicomio—bromea recuperando por un segundo la actitud que tuvo en sus mejores años.
—No me llevaran sola…así que empaca tu camisa de fuerza—una sonrisa traviesa adoran su linda cara.
Ambos ríen con júbilo, y la risa acaricia sus gargantas como un tónico contra el dolor que los ha atormentado durante años. La vida ha sido injusta con ellos, por no decir cruel…pero al menos tiene la bondad de juntarlos, porque sin darse cuenta, estos dos seres rotos han aprendido a arreglarse mutuamente, con cada sonrisa, una cicatriz desaparece de su alma.
Espero te gustara Lunis :3
