Edit: 05 de Junio, 2018

¡Hola! Han pasado 5 años desde que no entraba a FanFiction, y desde que claramente, dejé abandonada esta historia.

Un poco más resuelta, con todas las ganas de crear Dramiones, he decidido terminar este FanFic y seguir escribiendo.

Comenzaré con editar los 9 capítulos que alcancé a publicar, y proseguiré con la historia. Quizás no como mi yo de hace 5 años quisiera que continuara, pero si con mucho más drama y emoción para entregarles en esta lectura.

La edición sólo constará de un par de errores de redacción, puntuación y acentuación que sin querer, cometí hace unos años. Y agregué un par de diálogos más para hacerlos coincidir con las recomendaciones musicales que iré dejando. Tendrá una lista de reproducción en Spotify, con el mismo nombre del FanFic, por si quieren buscarla.

La recomendación musical para este capítulo: To Build a Home - The Cinematic Orchestra

Espero les guste cómo va a culminar todo esto c:


- ¡Estoy sola! ¡No tengo a nadie junto a mí! - le gritó la castaña, rompiendo en llanto – Yo… Yo jamás estaría con otro – continúo argumentando débilmente a través de sollozos, quebrándose cada vez más en el llanto, dando paso a palabras incomprensibles entre cada uno de sus gimoteos

El pelirrojo no logró comprender lo que su Herms le decía a través del aparato muggle, que le obsequió al cumplir los 3 meses de relación: Sólo entendía que había alguien más arruinando lo que tenían, sin percatarse de que sus inseguridades sin sentido, habían ido dinamitado cada momento entre ellos.

- ¡Herms, no lo ocultes! ¡Sé que estas con alguien en tu casa, e iré ahora mismo para corroborarlo! – gritó Ron aún más fuerte, aventando el celular hacia la chimenea de la Madriguera. Tomó un chaleco y se dirigió a la misma para ir donde Hermione desde el Callejón Diagon

Mientras tanto Hermione seguía hablando sola, acurrucada en su cama cubierta de lágrimas, creyendo que Ronald la seguía escuchando. Su llanto fue tal, que sus padres golpearon infinitamente la puerta, mas ella no respondió. Seguía sollozando estruendosamente, mientras intentaba hilar palabras sin sentido a través del celular.

No pasaron más de dos minutos cuando sus padres ingresaron en su dormitorio, gracias a una copia de la llave que conservaban, para ser usada en estos casos. Al verla de esa forma, tan destrozada y mal, intuyendo quién sería el culpable, sólo decidieron acercarse mutuamente y abrazarla con dulzura y amor.

- Hija querida ¿Qué te ha pasado? ¿Ha sido ese proyecto de hombre otra vez? – decía su madre con cautela, mientras acariciaba su cabeza suavemente

- Hmm R-ron – no alcanzó a articular una sola palabra, solo lloraba y lloraba

- Esta fue la gota que rebalsó el vaso. Querida, este año no irás a Hogwarts y comenzarás tu vida universitaria aquí en Londres. No te tomará mucho ponerte al día con lo inteligente que eres – dijo su padre subiéndose las mangas hasta los codos, para luego seguir abrazando a su hija

- N…no – gimió ella en un leve intento por oponerse a la realidad

- ¿No que amor? – cuestionó su madre, poniendo atención en cada uno de los movimientos de su hija

- No, me niego a no ir a Hogwarts este año madre – dijo ella entre sollozos, reincorporándose en su cama y viendo la pantalla del celular, percatándose que ya hace mucho Ron había colgado la llamada

- ¡Pero qué cosas dices hija! ¡Mira cómo estás! Ese pelirrojo hará de tu vida un infierno en ese colegio – contrargumento su padre, secando una de las lágrimas de su mejilla, que amenazaba unirse al resto esparcidas en su cuello

- Eso no es cierto, padre – le miró, con agradecimiento en sus ojos por el gesto – Tras la batalla que tuvimos con Voldemort en Hogwarts, el Ministerio de Magia ofreció a quienes ayudamos heroicamente en ella, trabajar de inmediato en el Mundo Mágico en los puestos a los que pretendíamos aspirar tras realizar nuestros exámenes finales ¿No se los comenté?

- No nos lo habías contado ¿Y eso qué significa? ¿Qué tu aceptaste? – preguntó su madre, un tanto curiosa por aquella revelación

- Yo no acepté, madre – respondió, poniendo su pelo en orden detrás de sus orejas – Pero Ronald fue uno de los pocos en aceptar, ya que sabía que no podría rendir óptimamente los exámenes para ser Auror, que es lo que ha deseado toda su vida

- Hasta para eso es un mediocre, no como mi leoncita, que terminará sus estudios mágicos como corresponde - decía su padre, apretando las mejillas de Hermione

- Padre para, me lastimas – decía ella siguiéndole el juego, sonriendo un poco siquiera

- Al menos ya estás un poco más feliz – concluyó su madre, dándole una cariñosa caricia en su cabellera rebelde

- Si, gracias a ustedes dos, madre. No sé qué haría si ustedes no estuvieran aquí – mientras la familia Granger se abrazaba, en el marco de la puerta del dormitorio de Hermione apareció un sorprendido Ron, algo rojo de ira y un tanto confundido por la escena

- Herms… – susurró apenas, algo agitado por correr las calles de Londres

- ¡TÚ! ¿CÓMO TE ATREVES A ENTRAR A MI CASA? – gritó inesperadamente el padre de Hermione, levantándose de la cama y acercándose peligrosamente hacia el chico

- ¡Padre, detente! – Hermione se levantó rápidamente y se interpuso entre ambos, bloqueándole el paso a su padre justo en el umbral de la puerta – Detente por favor. Sé que estás preocupado por mí, pero este es un asunto entre Ron y yo. Gracias por todo, pero debo concluir este tema por mi propia cuenta

- ¿Concluir? ¿A qué te refieres Hermione? – le preguntó confundido, lanzándole una mirada llena de rabia a la cabeza de ella

- Tu silencio Ronald – replicó Hermione mirándolo por sobre su hombro, ignorando la punzada de dolor al ver su mirada – Padre, madre, por favor, déjennos a solas. Debo hablar con él

- Vamos Robert, dejemos a nuestra pequeña solucionar sus cosas – dijo comprensivamente Jean, tomando a su esposo por el brazo derecho, para luego guiarlo fuera del dormitorio de su hija

Antes de salir, Robert no pudo evitar mirar con furia al pelirrojo, hasta que su esposa siguió guiándolo fuera del perímetro. Tras ello, Hermione se giró mirando a Ron, indicándole con un gesto que entrara en la habitación, cerrando la puerta tras de sí y apoyándose en ella para mirarlo detenidamente

- ¿Qué ha sido toda esa explosiva bienvenida? – comentó en tono burlón, mirándola con un poco de incredulidad y desconfianza, pero persistiendo en algún lugar de sus iris un destello de ira

- Bienvenida… Qué irónico eres Ronald – dijo ella, acercándose a su cama y sentándose en la orilla cercana a su mesita de noche

- Oh vamos Herms, ¿No me digas que tu padre está furioso por una pelea pequeña más que tuvimos? – comenzó a replicar el pecoso, acercándose y sentándose al lado de ella, mirándola con ojos entornados – Además, ya sabes, es mi culpa y todo, así que vine a pedirte perdón personalmente, no a través de ese pequeño aparato que sin querer aventé antes de irme y bueno, creo que se rompió – decía mientras sacaba de su bolsillo lo que quedaba del pequeño Samsung, tendiéndoselo entre sus manos

- Okey – comenzó a hablar la castaña, impulsada por los sentimientos encontrados hacia Ron por la declaración, parándose frente de él y dejando los restos del celular en su mesita de noche – Puede que seas un gran bruto, no piensas las cosas antes de actuar, un violento, despistado y volátil con las cosas que me importan. Te he perdonado cada una de las cosas que me has hecho desde que comenzamos a tener problemas, que eso es a partir del segundo mes de relación. No problemas cualquieras: problemas graves, y sabes a qué me refiero – lo miró con un dejo de miedo en sus ojos – Se suponía que, tras iniciar mis clases en Hogwarts, cumpliríamos cuatro meses, pero ya no. Ya estoy harta de ti, tus impulsos violentos, tu poca preocupación por mi persona y…

- A ver Hermione, alto, detente ahí – interrumpió, levantándose y posando su dedo índice en su boca para que guardara silencio – ¿Cómo puedes llenarte la boca de esa manera? Yo si me preocupo por ti. Te voy a buscar para ir a comprar libros y… Y… Bueno, te acompaño en tus cosas. No puedes decir esa zarza de cosas sobre mi persona – concluyó el pelirrojo, cruzándose de brazos y mirándola ofendido

- Entonces, si no puedo decir esas cosas, dime ¿Cuántas veces has terminado conmigo por alguna tontera que solo ha estado tu mente? – cuestionó Hermione, con un leve tono de incredulidad en su voz – Más de tres veces has terminado conmigo – lo fulminó con la mirada al darse cuenta que intentaría interrumpirla una vez más – Créeme Ronald, las he contado todas, y esta vez ni siquiera serás tú quién le dé un final. Me cansé de tu inmadurez, falta de criterio al enojarte o impedirme el hacer algo y de esa violencia desmedida e injustificada que tienes conmigo

- Eso quiere decir ¿Qué no me perdonarás esta vez?

- No Ronald, ya fue suficiente. Estoy demasiado dañada, y no lo has notado

- Pero Herms, por favor, créeme que cambiaré esta vez

- ¡He dicho no! Ya no creo en la volatilidad de tus palabras, solo necesito hechos, los cuales no llegaran de tu persona. Ahora, te pediría que por favor, salgas de mi habitación y de mi casa. Mañana debo ir al Callejón Diagon a comprar las cosas para este nuevo año en Hogwarts – decía mientras lo empujaba suavemente fuera de su dormitorio y de su casa. Al dejarlo en el pórtico de la puerta principal, se enfrentó a él por última vez – ¿Y sabes una cosa más?

- No, sólo se, que he perdido algo muy valioso para mí - respondió mirándola con suplica en sus ojos, arma que antes le había funcionado, pero no se daba cuenta que el mismo hizo que la leona cambiara abruptamente de parecer – Por favor Herms, sé que puedo cambiar. Sólo que… Eres lo que me falta en mis días, lo que siempre me ha complementado y… ¡Ahh, maldición! No sé qué otra cosa más debería saber sobre ti

- No, no es eso lo que deberías saber

- ¿Entonces qué?

- Me alegro mucho de que este año no asistas a Hogwarts y que hayas aceptado la oferta mediocre del Ministerio, encaja muy bien con tu personalidad

Antes de que Ron pudiese decir una frase más, Hermione cerró la puerta y permitió que su cuerpo se deslizara, hasta caer sentada y rendida en el suelo, apoyada contra la puerta, quebrándose en llanto por última vez, mientras escuchaba los últimos estruendosos golpes de Ron contra la puerta. Hasta que todo paro. No debía preocuparse de ningún otro golpe por parte de él.


Hola chico/as! Bueno, este es el primer fic que escribo, y me di los ánimos en escribirlo por un par de situaciones que me han acontecido en mi vida últimamente, como medio de desahogo. Espero les guste este primer capítulo. Pronto se viene la aparición de Draco. Mientras tanto ¿Qué les pareció este primer capítulo? ¿Quieren saber más? Ah, y una cosas más: en este fic, no ha muerto nadie como pasó en el 6to libro. Luego en los Flashback que tendrá Herms se sabrá el porqué. ¡Gracias por leer!