¿Cómo había llegado a aquello? ¿en qué momento las cosas se habían vuelto en su contra? Ahora tenia frente a ella a sus tres querido amigos mirándola acusadoramente. Cierto era por ellos que había terminado en aquella decisión que tan cara le costaría, todo por que no resultaran lastimados, se degrado hasta el punto mas bajo imaginable, sin embargo se le había salido de las manos, ahora parecía una simple prostituta que había sido descubierta a medio trabajo. No encontraba como explicar aquello ¿por que? ¿Por qué le había pasado eso?

— chicos… y-yo— por mas que lo intentaba las palabras simplemente se negaban a salir de su boca — yo… no se que decir… e-esto no es lo que piensan.

— ¿entonces de que carajo se trata? Ilustrame por favor — interrumpio de golpe el zorro pelirrojo. Aquella situación lo volvia loco, por un momento creyo que la rubia realmente correspondia sus sentimientos, después se había encontrado con aquello — te creía diferente Chica, jamas espere algo asi de ti —

Hubo un silencio sepulcral por parte de todos los presentes, la pobre rubia solo atino a bajr la cabeza y apretar los ojos para impedir que que las lagrimas abandonaran sus ojos, no se atrevia a mirar al frente, no podía.

Por su parte el conejo pelimorado solo miraba al suelo mientras negaba con desaprobación, no lo creía, ¿Por qué esa traición de parte de ella? Era su mejor amiga y eso que pasaba le dolia, el oso ojiazul se encontraba golpeando uno de los muros de aquella habitación, aquello le había dejado impactado, no lo entendia pero no pretendía quedarse para escuchar excusas, aquello no tenia perdón, se dio vuelta y salio de aquel cuarto mientras el zorro aun hablaba.

—Ahora me doy cuenta de que no eres mas que una puta, pareces un Angel pero eres todo lo contrario, por un momento estuve a punto de caer en tu trampa… fue mi error.

Dicho aquello imito a su líder y salio echo una furia de la habitación, quedando solo el conejo y la pollita, el mayor no soportaba eso, no quería insultarla o agredirla pues no tenia cara para reclamarle pero no sabia que decirle.

—Chica, no se que decirte… seguro tus motivos has de tener, me gustaría escucharlos pero…— en ese momento se encontraba casi en estado de shock —tal vez hablemos mas tarde, ahora no me siento bien con esto.

Al culminar sus palabras se retiro también dejando a la pobre chica sola, ya no podía aguantarlo, por mas que había tratado de impedirlo ya las lagrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, abrazo sus piernas con ambos brazos, dejo de contenerse, desahogo su tristeza en un fuerte lamento seguido de un largo llanto para después susurrar a un volumen apenas audible

—lo hice por ustedes, para mantenerlos a salvo—

Ahí se quedo, llorando, lamentándose en la oscuridad de aquellas cuatro paredes, recordando los acontecimientos que la habían llevado a parar a esa horrible situación.