Confesiones
Era un atardecer en pleno invierno y estaba nublado. Rei estaba sentado al borde de un arroyo, pensando en su próximo viaje. Había regresado a su pueblo a visitar a todos sus compañeros y pronto tendría que marcharse. Extrañaría a todos, a Mariah, con su linda sonrisa, a Lee, su gran amigo, a los demás White Tigres, y a todos los aldeanos… Pero era inevitable, si quería seguir siendo uno de los mejores jugadores de beyblade, debería seguir viajando. Se estremeció al sentir una mano en su hombro, era Maríah que al parecer por su cara llevaba horas buscándolo.
Llevo horas buscándote, pensé que te habías ido como la última vez- Le dijo tristemente
Sabes que tendré que partir- Le contesto Rei sin levantar la vista y sonriendo irónicamente
¿Te encuentras bien? – y ante una afirmación por parte de su compañero le volvió a decir – Pues tu cara no dice lo mismo que ti
Mariah, esto no tiene que ver contigo, no tienes porque…
Te equivocas, es que simplemente… no puedo verte mal Rei, eres muy importante para mí y lo sabes.
Mariah…
Rei… La última vez, te fuiste sin decir nada, y me rompiste el corazón… Solo prométeme que eso no volverá a pasar, prométeme que esta vez te despedirás de todos nosotros- Le dijo Mariah mientras bajaba la vista y una lágrima caía de sus ojos- Yo… Yo… Debería decirte algo
Shhh... No digas nada- Rei la había estado contemplando mientras hablaba. Siempre le había parecido hermosa, siempre le había parecido tierna, pero ahora que lloraba, parecía aun más bella. Toda su vida había sentido algo que no sabía explicar hacia la pelirrosada y ahora por fin, cuando Mariah había hablado lo entendió- Sabes te ves linda cuando lloras
Rei… Mariah lo miró sorprendida y se abalanzó sobre él y lo abrazó- Lo siento no quería que me vieras así.
Rei, tomándola por los hombros la separó de él, y ante una mirada sorprendida de Mariah le dijo- Déjame hacer algo antes de que me valla- Entonces se acerco, le tomo el mentón y suavemente deposito sus labios sobre los de ella. Si, este era su primer beso, el de los dos. Lo profundizaron, lo disfrutaron, esta era su despedida, no se volverían a ver hasta dentro de mucho tiempo y los dos estaban a la tanta aquella dolorosa situación. Pero aquel detalle, ahora no importaba, para ellos solo existía el otro, y sabían que se esperarían, el tiempo que fuera necesario, para volver a juntarse y por fin no separare más.
FIN
