Regreso (3x09)

Han pasado varios meses desde que se había ido de Starling a aquella montaña para salvar a su hermana Thea, del destino cruel que su propio padre, Malcolm Merlyn, le había creado. Ahora, volviendo a caminar por esas calles, las sentía tan distintas ¿o era él, el que se sentía diferente? Sus pasos instintivamente lo llevaban a un solo lugar, junto a una sola persona…pero ¿ella seguiría pensando en mí? ¿creería que había muerto, cómo lo hacían todos, y habría pasado página? ¿con Ray Palmer? Él no la culparía, si ella era feliz, eso es lo que importaba; pero necesitaba verla, quería saber si su oportunidad con ella aún existía, y si fuese así, esta vez no la dejaría escapar…en esa montaña descubrió lo que era importante para él y que no podía separar a Oliver Queen de Arrow, no había que elegir entre los dos; él era ambos, y sabía que para proteger a los que quería tenía que hacerlo creyendo en sí mismo y aceptando la vida, no escondiéndose de lo que sentía por ella.

Eran altas horas de la noche y Oliver imaginaba que Felicity estaría en su apartamento y ahí se dirigía…estaba nerviosísimo, sus respiraciones eran rápidas y cortas a cada paso que daba acercándose a su destino y miles de imágenes invadían su mente.

Allí estaba, delante de la puerta, temblando, no imaginaba que esa situación le fuese a imponer tanto…acercó su mano al timbre para llamar, le costó muchísimo hacerlo ya que, en algún punto se sentía como que no tenía derecho a volver a su vida, y quizás volver a hacerle daño…pero cómo podría no verla, la amaba tanto y reconocía que su comportamiento era un tanto egoísta (si quizás ella había encontrado la felicidad).

Ding, dong! Ding dong!

La puerta tardó en abrirse, para Oliver pareció una eternidad…y cuando lo hizo, al otro lado vio a una Felicity con el pelo rubio, suelto con una camiseta sin mangas y un pantalón cortito a juego, restregándose los ojos una y otra vez diciendo:

-No es posible!, no eres real! Esto es un sueño, Oliver no puedes estar aquí…tú estás muerto! acabó gritando, mientras empezaban a asomarse en sus ojos las lágrimas.

Oliver estaba paralizado en su puerta, no sólo por lo que estaba escuchando y cómo se expresaba ella sino porque nunca creyó que la volvería a ver…y ahora estaba a tan poca distancia, podía oler ese perfume, su perfume que tanto había deseado mientras estaba en esa montaña…le hacía sentir vivo y le daba fuerzas el recordarlo.

Oliver no sabía cómo conseguir convencerla de que realmente estaba allí así que no dudó en acercarse a ella y abrazarla…imaginó que no podría negar que el contacto entre ellos se sentiría real.

Cuando estaban por fin abrazados, al principio él, la notó tensa, sus músculos estaban duros pero poco a poco ella comenzó a relajarse y acomodarse a su cuerpo, su cabeza estaba apoyada en su hombro y escuchó su nombre –Felicity, soy yo!

Ella al oír eso, instintivamente se apartó de su cuerpo, cogió entre sus manos su cara, lo miró intensamente a los ojos durante un buen rato, en silencio se mantuvieron así ambos.

-¿Crees que soy yo, qué estoy aquí?

Con lágrimas en los ojos, Felicity le contestó, mientras le acariciaba la mejilla –He vivido muchas veces este momento en sueños, pero me despertaba antes de notarte tan cerca como ahora…sí Oliver, creo que eres real, que por fin has vuelto a mí!

Al oír esas palabras no lo dudó, Oliver la tuvo que besar, no podía resistirse a tener ese contacto con ella, deseaba tanto besar sus labios, tan carnosos, se sentían suaves y esa sensación comenzó a elevarse entre los dos, surgió la pasión de estos años, ella respondió al beso sin dudarlo, se buscaban sus lenguas sin cesar, las manos de Felicity tocaban su cuello y su pelo, él no podía dejar de tocar su cintura y su espalda…así estuvieron durante varios minutos hasta que casi se quedaban sin respiración y dejaron de besarse para apoyar Felicity su frente en la barbilla de Oliver, mientras continuaban abrazados, ninguno quería separarse ni un centímetro, eso les dolía tanto, después de lo que habían pasado.

-Tendremos que cerrar la puerta del apartamento, ¿no crees?, le dice Oliver a Felicity con una sonrisa en la cara, ella lo miró y no pudo evitar reírse también.

Cerraron la puerta tras de sí sin dejar de estar unidos con sus manos, ella le guió hasta el sofá y ambos se sentaron, tan pegados el uno al otro como podían, no querían dejar de sentirse.

-Y cómo es posible, Oliver ¿qué estés aquí…vivo? Nysa nos dijo que su padre te mató y así vengó la muerte de Sara por fin… ¿cómo sobreviviste?

-Es una larga historia, Fel…y te la contaré entera pero contéstame a algo tú primero, por favor.

-Si tenías la noticia de que había muerto, ¿pasaste página? ¿estás con Ray Palmer? Yo no te voy a reclamar nada, lo entiendo perfectamente y estoy feliz por ti, si has conseguido la felicidad que yo no te pude dar…

-Calla, cállate ya, Oliver! Dijo en tono enfadado y un poco alterada.

-Jamás creí en tu muerte, te lo pueden decir Diggle, Roy, Thea nunca dejé de buscar pistas, de algo que se nos hubiese escapado. No te voy a mentir, Ray si intentó tener algo conmigo y en un momento dado, me apoyé en él, pero sólo lo he podido ver como amigo, y un buen jefe (y lo necesitaba, tenía que estar ocupada, sino me moriría de pena) Puedes estar orgulloso, te me has metido tan adentro que ni tu supuesta muerte te arrancó de mí!

Oliver estaba con los ojos llorosos, mirándola, cogiéndola de las manos –Ahora nunca jamás podrás apartarte de mí, Te amo Feliciy Smoak!

-Te amo, Oliver Queen!

Y sellaron ese hermoso momento con un beso, que ambos sabían que significaba, por fin un comienzo entre ambos, algo que podrían descubrir y saber cómo desarrollar… juntos!