Adventencias: Fic completa y enteramente Luffy x Nami, si no te agrada, pues no leas. Y como el titulo bien lo indica, idioteces al por mayor, asi que lean advertidos.
Disclaimer: One piece no me pertenece, ya que es de Eiichiro Oda, aunque estoy pensando seriamente en disputarme la custodia legal de Trafalgar Law.
+o+
+o+o+o+o+o+o+o+
+o+
El amor es idiota
X
T-Annita
+o+
+o+o+o+o+o+o+o+
Capitulo 1
Preludio de una catástrofe
+o+o+o+o+o+o+o+
+o+
+o+
De verdad que ya les estaba preocupando la situación.
Siendo francos, al principio no le habían prestando mucha atención a su anómala conducta, y bueno, ¿quien les culpaba? Formaban parte de una las de tripulaciones más raras que surcaban el océano, (sino es que la más rara de todas) y como tal tenían de capitán al más extraño e idiota de todos: Mokey D. Luffy. Que si bien lo normal en él fuera un comportamiento anómalo, últimamente los hechos habían sobrepasado sus habituales rarezas.
Haciendo un recuento breve de las recientes semanas, el morocho se había estado comportando con inusual calma; si bien aun continuaba creando disturbios entre su tripulación interrumpiendo las actividades de cada uno, estas habían disminuido para ser remplazadas por largas horas de contemplación hacia el mar y derroche de suspiros que no venían al caso. También habían aminorado sus deseos de aventuras suicidas, no en gran medida, pero sí se había podido apreciar el aumento de interés en lo que la navegante, el francotirador y su doctor tuvieran que decir a la hora de escoger el rumbo menos turbulento hacia el One Piece. Y cabía destacar, que en los pasados encuentros con la marina y demás enemigos, el capitán había tenido la sutileza de alejarse del barco para no destruirlo, no podían decir lo mismo de los bosques, aldeas y arrecifes que atravesaron, pero el Sunny estaba intacto.
Existían otros indicios, como una disminución en la cantidad de horas que dormía o el extraño color rojizo que había comenzado a formar parte de la tez de Luffy; Chopper ya se había dedicado tardes enteras a descartar fiebres o infecciones virales, pero sin éxito.
Y como no se había encontrado indicios de nada realmente grave, no le habían prestado mayor atención, más que nada por comodidad; secretamente, cada uno de los Mugiwara rogaba por algo de paz para enfocarse en su propio proyecto individual, mismos que solían dejar de lado cada que se les atravesaba una nueva encomienda. Así que con el reciente aletargamiento del capitán, egoístamente se habían enfrascado en sus propios asuntos. Pero seria mentir si no admitieran que con el paso de la tranquilidad, también habían dado paso al aburrimiento. Como Franky, que ya no hallaba que otra cosa reparar o mejorar en el barco, así que había optado por colocar armaduras con láseres a las gaviotas con la esperanza de que provocaran daños en su nave, y por ende, tener con que entretenerse. Sí, las gaviotas causaron destrucción, pero en el pobre navío contrincante que de casualidad pasaba por allí; Zoro estuvo a punto de rebanarlo por haberle quitado al primer adversario que tenía en semanas.
Como fuera, debían de hacer algo. ¿Qué caso tenia ser pirata si no se causaban disturbios de vez en cuando? Sin embargo, nadie hizo nada hasta aquella fatídica mañana…
Quizás decir fatídica era exagerar, pero si que había revolucionado a los Sombrero de Paja.
Ese día el sol brillaba en todo su esplendor y según Nami, no existía amenaza de tormenta u otro evento meteorológico más allá de una briza cálida. Y ya saben, las aves cantando, el mar cristalino y otras tantas ridiculeces que se suponen conformaban un día perfecto.
Era hora de desayunar, y con un grito de Sanji todos se habían dirigido a la cocina para almorzar. Este transcurrió más o menos con el habitual alboroto de siempre. Los Mugiwara comían y bebían como solían hacerlo aparentando normalidad; nadie lo mencionaba, pero era palpable que algo les incomodaba. No podían describirlo, pero ese día podían sentir que algo extraño ocurriría.
El cocinero, tratando de ignorar esa sensación, se había enfocado en preparar alimentos dignos de un dios. Sanji siempre trataba de mantener contentos a sus compañeros añadiendo o quitando esto o aquello a cada platillo para que cada uno se deleitara con su comida. Incluso complacía al marimo de vez en cuando. Él único que solía quejarse era Luffy. No porque su culinaria supiera mal ni porque tuviera muchas verduras aun para un carnívoro consumado como su capitán.
Las quejas solían referirse a las porciones. Mínimas, según el chico. Y aunque el blondo tendía a ignorar a Luffy o a patearle lejos de su cocina, siempre preparaba mucho más de la cuenta para que el mencionado quedara satisfecho (por lo menos un par de horas) antes de la siguiente comida. Si hasta inclusive le dejaba un bocadillo nocturno con tal de que no saqueara las reservas. Y para no hacer excepciones, ese día reposaban seis porciones extras de panqueques con miel y guarnición de frutas a la espera del apetito voraz del aspirante a rey de los piratas. Lástima que estos se quedaron a enfriarse.
Ya cuando la mayoría había terminado de comer, Luffy, Ussop y Zoro se habían enfrascado en una pelea para conseguir el último hot cake en la mesa. En ocasiones Franky o Brook se les unían, pero sólo para armar jaleo.
La contienda estaba reñida, tanto, que llegó a niveles ridículos. El espadachín, haciendo honor a su titulo, dejó de lado su tenedor para utilizar una de sus katanas logrando intimidar a Ussop, pero no a Luffy, que extendiendo sus brazos, contratacó a Zoro haciéndolo retroceder; mientras tanto, el de nariz larga sacó su resortera con la intención de sacar una enredadera que entretuviera ambos para él hacerse de la panqueca. Para su desgracia, se equivocó con la munición y en su lugar hizo crecer una planta carnívora que lo confundió con su objetivo. Con Ussop fuera de la contienda, Luffy aprovechó un desliz de Zoro para mandarlo a volar justo con el resto de sus camaradas, afortunadamente Robin lo atrapó antes de causar daño a los demás. Extasiado, el capitán se dio el impulso para sujetar el tesoro de sabor maple y justo cuando sentía que ya era suyo, una mano desconocida entró en su campo de visión arrebatándole la gloria. En cámara lenta, el chico pudo ver como una molesta Nami se apoderaba del redondo premio para después caer con gracia provocando que su cabello se moviera un poco de su coleta, por el contrario, él aterrizó aparatosamente con su trasero.
—¡Déjense de tonterías! ¡Miren el desastre que han provocado!—Los participantes de la pelea observaron el cataclismo antes conocido como cocina, aunque la verdad no podría importarles menos. —Y para que paren de una buena vez, YO me comeré el hot cake.
En realidad Nami no tenia ganas de comérselo, pero si lo hacía terminaría con la estúpida pelea ya que nadie en su sano juicio se metería con ella, aunque ya se esperaba las replicas infantiles del joven de cabello negro.
—Vale. Tú lo tomaste primero—soltó Luffy sin darle importancia, lo que logró descolocar a Nami de su postura.
—¿Ya no lo quieres? —preguntó incrédula asegurándose de haber escuchado bien.
—Tú lo ganaste, así que es tuyo—el joven se levantó del piso sacudiéndose la tierra mientras era observado por una extrañada navegante.
—Ya para Luffy, deja en paz a Nami-swan—Sanji se interpuso entre los dos con ambos brazos llenos de los panqueques previamente preparados. —Aquí tengo más, lárgate a comételos en la mesa de la proa. Tengo que revisar que queda del comedor.
—No gracias—el primer al mando del Sunny quería retirarse a descansar o a tirarse por ahí, que le estaba dando malestar en el estomago.
—¡No seas cabeza dura! ¡Que no te los puedes comer aquí si no hay mesa!—y la famosa pierna negra estuvo a punto de ser incrustada en el pecho de Luffy de no ser porque este fue más rápido.
—¡Joder Sanji! ¡Que carajos te pasa! ¡Ya dije que no quiero!
—¡Y una mierda donde te los comas, pero aquí no!
—¡Dije que no quiero!—Luffy aspiró todo el aire que pudo para gritar: —¡No tengo hambre!
Y el tiempo se detuvo en el Thousand Sunny. Todos los que no fueran Monkey D. se encontraban en estado de estupefacción, incapaces de moverse por temor de saberse en una dimensión desconocida. La ultima frase pronunciada les hacia eco en sus mentes, pero ninguno lograba procesarla. La primera en atreverse a hablar fue la de cabello anaranjado, pensando que quizás había hecho enojar a su capitán.
—No es para tanto Luffy. Si tanto lo quieres es tuyo—Nami le tendió el pan magullado de tanto ajetreo.
—¡Que no lo quiero! Además, me duele el estómago—y para hacer énfasis se frotó el abdomen.
Los Mugiwara sentían como el aire volvía a sus pulmones. Seguramente su malestar se debía a una indigestión.
—Bien, que Chopper te revise. Que prepararé la res marina que encontraste el otro día. Saldrán unos magníficos cortes—dijo Sanji creyendo que todo volvía a la normalidad.
—Como quieras, de todos modos no me hables para la comida. No tengo ganas de comer carne.
Y así fue como el verdadero pánico se inició.
—¡Un doctor! ¡Por todos lo cielos, necesitamos un doctor!—el reno corría en círculos entre los escombros.
—¡Tú eres el doctor Chopper!
—¡Cierto!—el medico se detuvo para hacer frente al estado de emergencia: —¡Franky!—el aludido, que hasta el momento seguía estupefacto asintió comprendiendo el pedido del doctor.
—Sorry captain. Es por tu súper bien—el ciborg se acercó a un desprevenido Luffy y con un movimiento rápido le golpeó el estómago para dejarle inconsciente y poder cargarlo sin que protestara.
—¡Franky!—gritaron escandalizados Ussop y Chopper.
—¿Qué?—el aludido volteó en una abrupto movimiento que golpeó al chico que cargaba con el marco de la puerta.
—¿Por qué lo golpeaste en el estómago? ¡Luffy se siente mal del estómago!
Comprendiendo su error, Franky trató de hacer reaccionar a su capitán, pero este estaba completamente flojo cual goma.
—Ahorita lo reparas Chopper.
—¡Él no es un robot!—volvieron a gritar Ussop y Choper mientras seguían a al ciborg a la enfermería.
El resto de la tripulación seguía aturdida, sin estar muy seguros de que estaba pasando; se miraron unos a otros en busca de la respuesta a la pregunta que todos se venían formulando desde semanas atrás: ¿Qué carajos le pasaba a su capitán?
+o+
+o+
+o+o+o+o+o+o+o+
Hello boys and girls!
Pues yo aquí dándome a conocer por este fandom con una propuesta, que si bien no nueva, si cargada de humor al estilo Mugiwara. Digamos que es mi versión de como este par terminaría junto xD Si todo sale bien, publicare cada dos semanas. Asi que nos veremos dentro de dos semanas.
Espero que se rían tanto como yo al escribirlo, y cualquier duda comentario sugerencia, donación, tomatazo sera bien recibida en un precioso review.
Nos leemos, Chao!
+o+o+o+o+o+o+o+
+o+
