DISCLAIMER: Naruto ni sus personajes me pertenecen ambos son del gran Masashi Kishimoto, yo no hago esto por dinero solo lo hago para el disfrute de ustedes y el mío.
Titulo: Cerezo Pervertido.
Summary: Sakura se tiene que mudar gracias a los problemas de su ebria madre Tsunade, pero que hará cuando piense su vecino que es una pervertida, y todo por un mal entendido.
Pareja: ItaSaku .
Autor: Girlycard
Advertencias: Este es un universo alterno, por lo tanto no hay ninjas, todos son personas normales como ustedes y su humilde servidora.
Nota autora: Se que esta pareja es muy rara, a mi me gusta, pero en fin, tenia la idea rondando varios días, y se me ocurrió poner a estos dos , pero sobre todo tratare de mantener las respectivas personalidades que les dio Kishimoto-Sama. Creo que es raro de mí, ya que soy una fan del MadaDei o El TobiDei, pero quise dar un giro diferente. Cualquier comentario o sugerencia será bienvenida, creo que eso es todo agregar, espero no haberlos aburrido con el largo discurso, pero en fin, vallamos al fic que es lo importante de esto.
Chapter 1
En un día nublado de sábado, cierta chica de ojos jade se encontraba empaquetando... de nuevo, y es que no era su decisión, aunque ya estaba bastante acostumbrada a eso, y es que su querida progenitora había armado un revuelo del tamaño del Everest y todo por que no le habían querido hacer valido un cupón caduco de sake. Si, eso sonaba estúpido y patético, pero para cualquiera que conociera bien a Tsunade-Sama sabia que decirle no a ella, aun si carecía de razón, era un gran error. Pero ahí estaba el detalle, el buen mozo que la atendió le dijo que no había nada que hacer, que no podía validar dicho descuento en la compra de sake, ella como buena seguidora del sake, pensaba que era un sacrilegio decirle que el cupón estaba caduco, pero sobre todo por que llevaba lo exacto para comprar su tan querida y preciada botella.
Ella no negociaba lo que decía siempre era la ley, el dependiente no quería sonar maleducado ni nada por el estilo, mas aparte por que había una larga fila de espera, gente que como todo mundo tiene una vida, y el estar ahí parado aminoraba ese preciado tiempo que tenían. Estar mas de diez tratando de convencerla que estaba equivocada, el maldito calor que hacia en aquellos días de verano, los reclamos de la gente, uno que otro insulto o recordada de madre, fue lo que derramo el vaso, en un arranque de ira, la rubia tomo al cajero del cuello de la camisa y lo estampo contra el mostrador, pero ahí no acabo la cosa, tomo la botella de sake y la estrello contra el pulcro cristal que nada tenia que ver en el asunto, haciendo que este se rompiera en pequeños trozos. Causando que Tsunade-Sama fuera arrestada.
Ese día Sakura llegaba como todos los días de la semana a su casa, se extraño ya que cuando aviso que había llegado nadie respondió, subió hacia su habitación, se quito el uniforme de la escuela, con el fin de encontrar a su mama, fue hacia la habitación de esta, hizo lo mismo con todas las habitaciones de la casa, pero ni seña de ella. Ya había caído la tarde cuando recibió una llamada del departamento de policía informándole que Tsunade-Sama estaba arrestada bajo los cargos de agresión y daños a propiedad ajena. Colgó y solo suspiro, sabia lo que pasaría después del juicio, se tendrían que mudar, y es que con la fama que tenia Tsunade-Sama por esos rumbos no era nada buena, Sakura sabia que su carácter explosivo era hereditario, pero ella no se sacaba de quicio como ella o al menos en lo que iba de su corta vida, no de esa manera.
Y así fue como paso todo, recordando no oyó los gritos de la autora de sus días, que le avisaba que la cena estaba servida, echando un pequeño vistazo a lo recién empacado giro y se fue rumbo hacia las escaleras, al bajar tuvo que esquivar, brincar y quitar cajas, ya que la sala y el comedor casi estaban juntos, el comedor era una simple barra divisoria entre este y la sala. Tomo un banco y se sentó.
La prominente rubia puso enfrente de Sakura un emparedado que no tenia buena facha, pero con la hambre que tenia sin duda lo devoraría, después Tsunade tomo otro emparedado y se sentó, ambas comían en pleno silencio, una que otra mirada de Sakura hacia su madre, y es que la verdad ambas no podían decirse nada, Sakura ya no estaba enojada con ella como al principio, solo por ese estúpido incidente, tendría que dejar a sus recientes amistades que tenia, que solo era una chica llamada Michiru-Chan y Lucy-chan, ambas eran buenas mozas, humildes pero sobre todo buenas amigas sinceras, para Sakura era un poco difícil entablar amistades, y no es que se sintiera poca cosa o algo por el estilo, el problema ahí era quien era su madre. Todos los chicos temían que si le hacían algo a Sakura, ella podría ir con su madre y ahí si se verían en graves problemas, y que hablar de su vida amorosa, el caso es que era lo mismo.
Tsunade por su parte estaba un poco apenada con su hija, y es que sobre todo por la recomendación de su abogado, era mejor mudarse a un pueblo lejos de la gran ciudad, y comenzar desde cero. Aunque Sakura lo veía como una oportunidad de comenzar en un lugar donde nadie supiera que si te metes con Tsunade estas en problemas. Ambas pensaban esto en sus mentes.
— ¡Creo que será bueno un cambio! — Hablo la rubia mirando fijamente a su hija.
— Tienes razón... y creo... creo que podemos cambiar ciertas cosas — Respondió la de pupilas verdes.
— Si... sobre todo para mi, prometo no meterme en mas problemas — Dijo mientras le dedicaba una sonrisa sincera a su hija.
Después de la cena, ambas se fueron a dormir, pensando en la que seria su nueva vida o como ellas lo nombraron un nuevo comienzo.
Domingo por la mañana, un camión de mudanzas, una Sakura con unas enormes ojeras y una Tsunade enojada por que los incompetentes de la mudanza llegaron tarde. Así se paso la mañana, cargando cajas, limpiándose el sudor de la frente, unos cuantos descansos y al fin todo estaba a bordo del gran camión alquilado, incluso muchos curiosos miraban... sobre todos los vecinos agradecían que al fin se desharían de ella, y solo dos personas se lamentaban esta partida, las dos amigas que Sakura había hecho, después de una emotiva despedida, una Sakura llorosa subió a bordo del automóvil color rojo. Este arranco y seguido de este el camión se puso en camino. Tsunade estaba mas calmada, Sakura se la pasaba viendo el paisaje, solo sabia que se mudarían a un lugar llamado Konoha, según el abogado de Tsunade, este era un pueblo pacifico con personas trabajadoras, y sin duda no seria difícil para Tsunade conseguir una plaza vacante en el hospital, con todas esas recomendaciones, títulos honoríficos, pero sobre todo la entrega que ponía en cada uno de sus pacientes, sin duda seria pan comido o en este caso como solía decir ella "sake servido y tomado".
Después de varias horas de conducción, Sakura fue despertando y frente a ella se apreciaba un paisaje por demás encantador, la limpieza de sus calles, la forma amistosa en que se veía que se saludaba la gente, los niños jugando en el parque, los chicos y chicas de su edad platicando amenamente en unas canchas deportivas, todo esto y mas admiraba mientras el coche se dirigía a lo que seria su nuevo hogar.
El auto se detuvo y frente a ella pudo ver una casa, que si bien no era muy lujosa era hogareña, o eso pensaba la oji jade, ya que tenia una cerca de madera que separaba el patio de los patios vecinos, el pasto se veía un poco descuidado, pero una buena podada y estaría bien, las ventanas estaban limpias y al parecer toda la casa estaba reluciente ya que así lo requirió Tsunade-Sama. Sakura subió a inspeccionar la parte de arriba de la casa, había dos puertas al lado izquierdo, una al fondo de pasillo y otra al lado derecho, la puerta de lado derecho era una habitación, sin duda esa seria su recamara, además a su mama no le importaría cual fuera su habitación. El cuarto si bien no era la gran cosa pero una buena decoración y quedaría bien, lo que mas llamo la atención de la chica fue la ventana que daba hacia la casa vecina, en ella se podían apreciar dos ventanas, una con cortinas claras y la otra con unas persianas color hueso. Observaba con detenimiento la casa de al lado, y es que a quien no le da curiosidad ver las casas de las demás personas.
Pero como ella no era una chismosa, mejor bajo a ayudar con lo que faltaba de bajar del camión. Como a eso de las 4:30:00 p.m. terminaron de descargar, la rubia ya estaba hambrienta al igual que Sakura, así que madre e hija salieron a ver que podrían encontrar de comer. Al salir, vieron que todo estaba tranquilo demasiado pensaron ambas, y es que cuando se vive en la gran urbe es cosa de todos los días escuchar ruido, bocinas de coches, gritos de vendedores de diarios, reclamos de la gente por que hay transito en fin creo que comprenden a lo que me refiero. Después de caminar unas cuantas cuadras, vieron un pequeño restaurante, así que decidieron no seguir buscando mas, al entrar una campana anuncio su llegada, de la nada salió una chica con dos chonguitos a cada lado de la cabeza, tenia un típico traje chino, con una sonrisa les dio la bienvenida a ambas, las ubico en una mesa y les mostro el menú. Despues de decidir cada una, llamaron de nuevo a la chica para pedir sus respectivos platillos, después de tomar el postre y pagar la cuenta, se retiraron.
Cuando llegaron a su casa, cada una se fue a su habitación para acomodar un poco, ya lo demás vendría siendo en la semana. Al caer la noche, Sakura tomo una ducha, fue directo a su habitación, al llegar, noto que ambas ventanas vecinas tenían luz, pero eso no le llamo la atención, si no que en la ventana que tenia persianas estaba un chico con cabello color azabache, su cabello estaba atado en una coleta, según los cálculos de Sakura el chico no pasaría de los veinte años, se quedo embobada y es que el chico no estaba nada mal, al contrario era muy atractivo, el azabache se estaba arreglando la camisa, al parecer tenia planeado salir. Sakura seguía tan ensimismada viendo como se cambiaba la camisa, debía admitir que tenia un muy buen físico, pero no contaba con que la suerte la traicionaría, y es que el chico se dio cuenta de que estaba siendo espiado, en el espejo de su habitación se podía divisar una figura femenina embobada, esto lo enfureció, ya que volteo se dirigió a la ventana y con una mirada de enojo miro directamente a su observadora, Sakura se erizo ante esa mirada amenazadora, el chico no se inmuto y cerro la persiana y la ventana de manera brusca. Y que decir de la pobre Sakura, la chica estaba mas roja que un tomate, ahora que haría si se lo encontraba cara a cara, de seguro le diría que era una morbosa, una pervertida. Estaba apenada, lo bueno era que había tenido los mejores 45 segundos de su vida, pero como todo lo bueno termina y a veces tiene consecuencias, sin duda alguna para ella mirar al vecino a la cara seria una cosa espantosa, penosa y bochornosa.
