Este es mi primer fic. Fue escrito 6 meses antes que saliera el libro Harry Potter y la Orden del Fénix de J.K. Rowling. Tal vez no tiene diálogos desarrollados completamente, pero la idea inicial fue hacer de Harry Potter el héroe (como siempre lo ha sido), pero luego volteé la tortilla.
Un
día de cumpleaños extraño
Se escuchaban
los pájaros cantar y los rayos del sol iluminaban las
ventanas de las pequeñas casas de muggles. Era un hermoso
amanecer en el número 4 de Privet Drive, pero para Harry
había sido una horrible noche. Se acababa de levantar con un
sudor frío y un fuerte dolor en su cicatriz. Harry Potter no
había tenido ningún suceso extraño desde su
última estancia en el colegio Hogwarts, en el Torneo de los
Tres Magos. Harry pensó que quizá el sueño
había tenido algo que ver con esto, pero dentro de sí
mismo no se convencía del todo. Intentó acomodarse
para seguir durmiendo pero un ruido lo hizo desistir de esa
idea.
-¡Vamos niño del demonio levántate,
que esperas! ¡O te levantas o no desayunas! - gritó tía
Petunia.
-En un segundo bajo tía. - dijo Harry casi
sin percatarse de que ya había amanecido.
Harry tan
pronto como terminó de levantarse y arreglarse bajó al
comedor, donde se encontraban sus horrendos tíos. Estos se le
quedaron mirando como si estuviera entrando por esa puerta un
pordiosero. A Harry esto ya lo tenía sin cuidado, se había
acostumbrado siempre a esa clase de tratos.
-¿Dónde
está Dudley? - preguntó Harry sentándose en una
silla y un poco asombrado de no ver a su enorme primo en la cocina.
(Su lugar preferido)
-¿Cómo que donde está?
Pues en... - inmediatamente tía Petunia hizo un gesto de
horror al no encontrar a Dudley en su rincón comiendo sus
vegetales.
-¡¡¿¿Vernon??!! ¿Dónde
está Dudley? - siguió diciendo desesperada tía
Petunia mientras los dos buscaban a Dudley.
-De seguro está
en el baño atragantándose con comida. - dijo Harry
casi aguantando los deseos de reír. Con una mirada fulminante
de tío Vernon Harry terminó diciendo - Lo siento, solo
lo digo porque dudo que Dudley soporte otro día más de
dieta.
-¡Vernon! ¡El niño! - siguió
gritando la señora Dursley.
-¡Mamá!
¡Ayúdame! - gimió Dudley desde el agujero donde
se encontraba.
Dudley
se encontraba en un gran hoyo en el patio de los Dursley. El hoyo
parecía como si quisieran hacer una enorme piscina. Lo
extraño era, que los Dursley no tienen o quieren una
piscina.
-¿Qué demonios pasó aquí?
- preguntó un poco confundido el Sr. Dursley mientras dirigía
su mirada hacia Harry. - ¿Tú pequeño insecto
fuiste capaz de dañar a tu primo?
-No, yo les juro que
no he hecho nada. - dijo Harry asombradísimo con lo que veía.
No se explicaba que hacía un hoyo tan grande en el patio de
sus tíos. De un día para otro no se hacen hoyos tan
grandes en un patio tan pequeño.
-¡Petunia,
Petunia! - gritaba una vecina de los Dursley.
Las sirenas y
los gritos llamaron su atención y corrieron a la parte del
frente de la casa. Su hijo Dudley estaba saliendo ya del hoyo
gracias a su padre, así que Petunia fue de inmediato tras el
llamado de la vecina. La curiosidad la estaba matando.
-
¿Qué pasa Luna? - preguntó Petunia.
-La
casa de la señora Figg fue encontrada con todas las ventanas
rotas, las puertas abiertas y un desorden tremendo. Además, la
señora no aparece por ninguna parte. No hay rastros de ella.
La policía no entiende que pudo haber sucedido. Nadie vio ni
oyó nada. ¿Tú vista algo extraño?
-No yo no vi nada. Incluso mi hijo calló en un hoyo que nosotros ni siquiera hicimos.
-Que
extraño. Luego nos vemos Voy a ver que más puedo
averiguar. - terminó diciendo Luna.
Con estas palabras
Harry subió a su habitación. Como siempre, ninguno de
sus tíos se acordó que ese día Harry cumplía
15 años. Al llegar a su habitación comenzó
nuevamente a tratar de recordar lo que había pasado en su
extraño sueño. A pesar de sus deseos de no pensar en
ese tema, cada vez que tenía esos extraños sueños
y despertaba con un dolor fuerte en la cicatriz, algo malo le
sucedía.
Recordó a dos personas conversando. El lugar era demasiado parecido a las mazmorras de Hogwarts y la conversación giraba a planes para que Lord Voldemort pudiera ejercerse como el mejor mago de los tiempos. Y encima de todo eso, ¿dónde estará la señora Figg? ¿Por qué había desaparecido? ¿Y Dudley que haría en ese hueco? Se acordaba que Dudley había explicado que unos encapuchados habían tratado de matarlo cuando se encontraba en el patio a escondidas comiéndose varios bocadillos. Éste se había salvado cuando empezó a correr para escapar de aquellos horribles monstruos y calló en un hoyo que no se había dado cuenta que estaba allí. Era extraño que nadie viera u oyera los gritos de su primo. ¿Y esos encapuchados..., podrían ser mortífagos? - pensó Harry.
–
No, lo dudo, ...debieron ser
ladrones. Los mortífagos nunca habían ido Privet Drive
y menos a buscar a Dudley. En todo caso lo irían a buscar a
él. - prosiguió pensando Harry.
Entre un
pensamiento y otro Harry no se había percatado que habían
tres lechuzas en su ventana queriendo entrar. Una de ellas era
Hedwig. Inmediatamente de que Harry se despertara de sus pensamientos
les abrió para que pudieran pasar. Agarró a Hedwig y le
soltó el paquete y la nota que llevaba en la pata. Así
hizo con Pig y luego con una lechuza que Harry pensó sería
la de Hermione.
Harry comenzó con la carta de Sirius
que decía:
Querido Harry:
¡Feliz
Cumpleaños! Espero de corazón que te encuentres bien y
que no hayas tenido ningún sueño extraño, si es
así te pido que me lo hagas saber. Yo me encuentro bien, ya
sabes dónde estoy desde el año pasado. Aquí te
envío mi regalo, estoy seguro que te servirá de
mucho.
Cuídate siempre y ALERTA
PERMANENTE,
Sirius
PD. La esfera te servirá para
saber cuando las personas te están diciendo la verdad o te
están mintiendo.
Harry abrió un pequeño
paquete de donde sacó una esfera de cristal con un extraño
líquido viscoso.
-¿Cómo funcionará?
¿Tendré que colocárselo a las personas como
micrófono? - pensó Harry empezando a leer la próxima
carta que era de Ron.
Querido Harry
¡Felicidades
en tu cumpleaños! ¿Cómo te ha ido? Espero que no
tan mal. Aún así, te tengo una sorpresa. Dumbledore le
ha dado permiso a mi papá para que te vayamos a buscar a tu
casa mañana a las 5 p.m. ¿No es genial? Bueno espero
estés listo y no haya ningún problema.
Aquí
te envío mi regalo, espero te guste tanto como a mí.
Hasta
pronto,
Ron
Inmediatamente Harry abrió el
paquete y como lo había pensado había un libro sobre
Quiddich que se titulaba. Los mejores momentos del mejor deporte
del mundo mágico. Harry le pareció sensacional la
noticia de que pasaría lo que quedaba de verano en la
Madriguera, (su lugar preferido después de Hogwarts) y su
nuevo libro. Sólo quedaba la carta y el paquete de
Hermione.
Querido Harry
¡Joyeux Anniversaire!
Espero que te encuentres bien. Te sorprenderá mi saludo pero
es que he pasado mis vacaciones con Krum y pues me he acostumbrado a
hablar francés. Espero poder verte a ti y a Ron en el Callejón
Diagon. ¿Cuándo irán ustedes, espero poder ir
juntos? Me avisas.
Aquí te envío un regalo, y
espero que te guste.
Besos
Hermione
De momento
Harry recordó el beso que le había dado Hermione al
salir del expreso de Hogwarts el año pasado. Se ruborizó
un poco pero rápido pensó que quizá lo había
hecho por todo lo que le había sucedido a éste en el
Torneo. Abrió el paquete de Hermione y sacó un libro
titulado: Cómo conocer las debilidades de tus enemigos.
-¡Excelente!
- pensó Harry. Otra lechuza marrón entró por la
ventana haciendo que Harry se cayera de la cama del susto. Dejó
un paquete con una carta incluida y salió del cuarto.
-Ya
me extrañaba no saber nada de Hagrid. - dijo en voz baja. La
carta de Hagrid decía así:
HOLA HARRY
FELIZ
CUMPLEAÑOS. ESPERO QUE TE ENCUENTRES BIEN. YO ESTOY UN POCO
ATAREADO CON LAS COSAS DE HOGWARTS PERO NO ME OLVIDÉ DE TU
CUMPLEAÑOS. ES UN DETALLE SENCILLO PERO VA DE CORAZÓN.
CON
CARIÑO
Hagrid
Harry intrigado del regalo de
Hagrid abrió el paquete y allí encontró una
túnica negra con bordados rojos y dorados.
-¡Wao,
te la comiste Hagrid! - dijo Harry asombrado por la belleza de la
túnica. – Ya tengo una túnica nueva para todas las
fiestas del Colegio.
A pesar de todos los regalos de sus amigos y saber que pasará lo que queda de vacaciones con los Weasley, algo en Harry no estaba bien. Ese sueño, el dolor en su cicatriz, la desaparición de la Sra. Figg y el incidente de Dudley llenaron la cabeza del chico. Un ligero presentimiento de que Voldemort está planeando algo que tal vez él no podría evitar, sumieron de angustia al niño que vivió.
