El cielo de Konoha lució despejado a esas horas de la noche. Era un hecho bastante inusual en aquellos días, ya que el pronóstico climático había anunciado cielos nublados durante toda esa semana.

Esta condición metereológica era pasaba como desapercibida para la mayoría de los habitantes de la aldea, quienes a las 11 de la noche ya se encontraban dormidos o desvelándose en internet.

Sin embargo había un chico quien se encontraba deleitado con las condiciones del firmamento aquella noche. Se encontraba sentado junto a su ventana y tenía a su lado su computadora y su telescopio, el cual tenía apuntando hacia el cielo.

El chico miraba ocasionalmente por el telescopio mientras que anotaba en su computadora algunas notas y tomaba algunas fotografías de los astros.

"Sirius, la estrella azul, a pesar de su color frío, esta estrella es más caliente que nuestro sol..." el chico musitó para si mismo mientras escribía en su computadora con dedicación. Llevaba un par de anteojos que cubrían sus amarillos ojos, los cuales desentonaban un poco de sus oscuros cabellos azulados y de sus extrañas marcas en las mejillas.

"Toc toc" el sonido de los golpes en la puerta le hizo levantar la cabeza de su computadora "Adelante..." dijo el.

Una mujer de cabellos del mismo color del chico hasta los hombros y de ojos azules entro a la habitación "Saisei, creo que ya es hora de que te vayas a dormir, ya son las 11 de la noche hijo."

"Lo haré madre, solo déjame terminar algunas notas..." le dijo volviendo a escribir en su computadora.

Su madre se acercó hasta su mesa y fijó su mirada en la pantalla de la computadora de su hijo. En ella se podían apreciar una presentación con diapositivas acerca del espacio y los astros.

"Tu padre estará orgulloso de ver esto" Himawari puso sus manos en los hombros de su hijo.

"No es para el" contestó el chico sin dejar de mirar la pantalla.

"¿En serio?" preguntó ella algo sorprendida. Era inusual que su hijo compartiese sus hallazgos con alguien más que Mitsuki, ya que aunque ella quisiese entender por completo el interés de su esposo e hijos, el lenguaje científico que usaban la dejaba confundida.

"Cuando este en la academia se lo mostraré a los demás" le dijo el con seguridad.

Himawari sonrió ante el gesto de su hijo. Algo que le enorgullecía de él era el hecho de que Saisei pudiese expresar sus ideas sin miedo a que se burlasen de él.

"Me parece excelente, pero creo que ya deberías ir a la cama, mañana es el primer día de clases y no sería apropiado que te duermas en la ceremonia de bienvenida" le dijo ella con una expresión algo severa al imaginarse a su hijo ante tal bochorno.

"Ya esta" dijo el cerrando su computadora y quitándose las gafas "Ya tengo todo listo para mañana por si te lo preguntabas..." el chico señaló su mochila en una esquina.

"Que más habría de esperarse de ti" Himawari le sonrió de manera aprobatoria, lo tomó en sus brazos y lo llevó a su cama donde lo arropó y le dio un beso en la frente. Luego se dirigió a la puerta y apagó las luces.

"Buenas noches hijo..." le dijo ella desde la puerta.

"..." Himawari no recibió respuesta ya que el había caído dormido al instante que ella había apagado las luces. Fue entonces cuando Himawari aprovechó y se dirigió hacia allá computadora de su hijo y se puso a revisar algunas de las fotografías que su hijo había tomado del cielo. Era un ritual que tenía ella en sus días de estudio, ya que de esa manera ella intentaba aprender más acerca de la pasión de su esposo e hijo.

Viendo de foto en foto, Himawari sonrió con ternura al toparse con un dibujo que su hijo había hecho de ella, Mitsuki y el, siendo cada uno de ellos representados por el sol, la luna y la tierra. Lo que le llamo aun más su atención fue la leyenda que su hijo había puesto bajo el dibujo "Aunque la luna no tiene su propia luz, es el sol el que le da el don de brillar por la noche, y cuando la tierra no es iluminada por el sol, la luna es quien la guía durante la oscuridad" Himawari le tomó una fotografía con su teléfono al escrito de su hijo. Seguramente le serviría para presumirle a Sarada sobre el talento de su retoño.

Estaba a punto de cerrar la computadora cuando dio con un archivo más reciente; no era ni un dibujo ni una fotografía, esta vez era un video. Al reproducirlo Himawari pudo observar unas estelas que se movían a gran velocidad por el cielo, mientras que su hijo hacía comentarios para si mismo acerca de de las características de las estrellas fugaces.

"Que raro..." Himawari puso un dedo en su mentón "No se mucho de estrellas, pero no recordaba que viajasen juntas."


Temprano esa misma noche...

"¡Ha sido una gran misión! ¿no creen chicos?" la emocionada voz de un muchacho de inusuales cabellos rosas y verdes ojos rompió el silencio del bosque de Konoha.

"Tienes razón, pero creo que la hubiésemos completado más fácil si no hubieses estado coqueteando con la hija del jefe de la villa..." una chica de cabellos cafés y ojos negros le reclamo con una expresión algo irritada.

El pelirosa solo se encogió de hombros "Que puedo decir, no hay chica que se resista al encanto Uchiha" le dijo el poniendo sus dedos bajo su mentón mientras cerraba los ojos en una pose presumida.

"'Shizuka tiene razón, creo que deberías tomarte estas cosas un poco más en serio, agradece que el jefe de la villa no era muy listo que digamos o sino nos hubiese corrido de ahí" le dijo un pelirrojo quien bebía de una botella.

"Tu siempre tan aburrido Hagetsu, si sigues con esa actitud posiblemente mueras virgen" le dijo Uchiha con un gesto burlón.

Hagetsu se molesto ante el comentario de su amigo y le dio un golpe en la parte trasera de la cabeza.

"¡Auch! ¡Eso me dolió idiota!" el ojijade le reclamó enojado y trato de regresarle el golpe, solo para que su mano traspasara el cuerpo de su amigo "Maldicion, siempre se me olvida tu estúpida habilidad..." masculló el enojado.

"Sadao, Hagetsu, paren los dos" una voz algo cansada los reprendió. Desde el interior de una tienda de campaña salió un hombre rubio, con un solo ojo azul visible y con el otro cerrado debido a la enorme cicatriz que portaba "¡No ven que necesito dormir! ¡Mañana veré a mis pequeños y no quiero pasar el día con ellos somnoliento!"

"Lo siento Boruto-sensei, es solo que Sadao empezó a molestarme y..."

"¡Mentira! ¡Yo no estaba haciendo nada y el me pego por puro gusto!"

"Ya, ya, no se que hizo y no me importa solo déjenme—" la voz de Boruto se cortó de repente y su ojo se abrió ampliamente "N-no puede ser acaso son... No debo estar soñando despierto" pensó el al sentir aquella presencia en el cielo.

"¿Sucede algo sensei?" Shizuka le preguntó entre curiosa y un poco preocupada. Tras varios años bajo su comando ella sabía que su sensei rara vez perdía la compostura de esa manera, no lo veía de esa forma desde su primera misión como equipo 14.

"N-no, yo estoy bien, creo que me iré a dormir, solo no hagan ruido chicos..." sin más que decir Boruto se metió de nuevo a su tienda.

"Boruto-sensei nunca se pone de mi lado" Sadao cruzo los brazos haciendo un puchero.

"Del mío tampoco" Hagetsu le respondió simplemente "Creo que es mejor que las cosas sean así"

"Supongo que tienes razón" Sadao le asintió y trato de hablarle a su compañera "¿Tu que opinas Shizuka? ¿Shizuka?" su compañera no estaba prestándoles atención y en su lugar ella solo miraba el cielo.

"¡Que suerte tenemos! ¡Rara vez se pueden ver las estrellas fugaces!" exclamó ella al ver como unas luces se movían en el cielo.

"Bah, eso ni es tan impresionante, yo estoy desarrollando una técnica que opaca hasta las mismas estrellas..."

"Ya cállate y observa, que esto solo se ve pocas veces cada ciertas décadas" Hagetsu le dijo mientras miraba hacia el cielo "Aunque no recuerdo haber leído acerca de múltiples estrellas fugaces..."


La tranquilidad de un prado cercano a la aldea fue interrumpido cuando unos haces de luz impactaron repentinamente contra el suelo en el centro de dicho lugar.

Al apartarse la cortina de polvo que dicho explosión había causado, lo que se miraba en el cráter era lo más extraño: había un grupo de personas de apariencia bastante inusual con ropas blancas y de piel pálida.

Uno de los sujetos un tipo de piel pelo erizado con una pequeña cola de caballo y portando un extraña caña fue el primero en hablar "Nunca pensé que este pedazo de roca cambiara tanto en tan poco tiempo, sin duda a Momo-chan le hubiera tomado años el explotar completamente los recursos de este planeta"

"Otou-san, creo que siento una presencia bastante poderosa al sur, puedo ir a averiguarlo" un sujeto joven, alto y de aspecto fornido le dijo a quien parecía ser su padre.

"Adelante Atsui, solo procura no pasarte con ellos, recuerdas el plan no?"

"Lo recuerdo bien" el joven miró a otro de los miembros de su grupo, una chica que parecía ser la más joven de ellos " deberías ponerte en marcha tú sabes el plan de memoria no?"

"En lo absoluto Onii-san" la chica se dio la vuelta y empezó a dirigirse hacia el bosque, luego se dio media vuelta y encaró al grupo "Otou-san..." dijo ella con un tono un poco dolido.

"Ya márchate, nos darás actualizaciónes a mi aviso, me entiendes" su padre le dijo severamente.

La chica solo cabeceó y desapareció en las ramas. El sujeto se dio la vuelta y se dirigió a sus otros colegas "Mis amigos, ¿ven que no mentía cuando se los dije no?"

Antes de que ellos pudiesen responder el hablo de nuevo "El trazo que dejó Kaguya nos lo puso fácil..." se elevó en el aire y levantó sus brazos " Contemplen nuestro nuevo planeta..."


Acá esta el primer capítulo de lo que sería esta nueva historia. Quise introducir a los nuevos personajes, así como el primer evento importante que que dará inició a la trama del fic.