Título: Amor, amistad, las malditas palabras con ''a''.

Claim: Kentin/Sucrette + Alexy.

Disclaimer: Amour Sucré no es de mi propiedad, todo le pertenece a Chinomiko y compañía. Esto lo hago sin fines de lucro y miau miau.

Advertencias: ¿Un poco de ooc? Alexy siendo rechazado es bastante advertencia.

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A veces me preguntaba qué era, exactamente, la amistad.

Ese sentimiento parecido al amor, pero que dolía menos, que se disfrutaba más y que, según los dichos populares, duraba para toda la vida (la verdadera amistad, claro). Nunca estuve seguro, pero, irónicamente, siempre fui una persona ''amigable'', quizás era mi personalidad libre, divertida e infantil, que había cultivado todos esos años junto a mi hermano. O quizás era, simplemente, el hecho de que nunca fui demasiado selectivo.

Quién sabe, pero incluso cuando entramos a nuestro instituto actual, junto a mi gemelo, me fue fácil entablar conversaciones con los alumnos, y a las pocas semanas ya tenía bastantes ''amigos''. Me llevaba bien con la mayoría – exceptuando a Ámber y su grupito – pero había una que resaltaba entre los demás, la primera en hablarme, la primera en ser agradable sin esperar nada a cambio, la primera en acompañarme en un día de compras. Ella, que contrario a todo lo que esperé, terminó convirtiéndose en una amiga especial. En esos momentos pensaba que la amistad era algo maravilloso.

Pero uno de los contras de aquella palabra llamada amistad, era que solía mal interpretarse constantemente e incluso, transformarse en amor. La primera víctima fue la pobre Violeta; una chica adorable y extremadamente tímida, pero eso le daba aún más encanto; que a los pocos días terminó confesando su enamoramiento hacia mí. Una lástima, que no me gusten las chicas.

Y como la vida es una maldita bruja, peor que Ámber y Debrah juntas, al poco tiempo también me convertí en una víctima más de la evolución de los sentimientos en el ser humano. Intenté negarlo por semanas, tratando de fijar mis ojos en alguien más, pero me fue imposible, día y noche solo tenía a una persona en mi mente:

Kentin.

Debe ser el karma, porque para mí malísima suerte, mi adorado amigo Kentin estaba perdidamente enamorado de mi adorada amiga Sucrette. Para empeorar las cosas, y porque, al parecer la mala suerte viene de familia, Armin, quien nunca estuvo interesando en ninguna chica real, comenzó a fijar sus ojos en ella. Es un asco, aquello que llaman amor.

Podría llamarlo un cuadrado amoroso, pero siendo sincero, nunca tuve una verdadera oportunidad con Kentin, a pesar que lo intenté con todas mis fuerzas. No pude esconderlo demasiado tiempo de Sucrette, a pesar de aquella cara inocente, la chica era jodidamente perceptiva con respecto a su entorno (lo cual se me hacía sumamente divertido, en especial porque, hasta el día de hoy, es ignorante de los sentimiento que mucho tiempo albergó mi hermano por ella). En ese momento pude ver como su sonrisa flaqueaba ante mis palabras, y con tristeza trataba de animarme, porque siempre fue una amiga genial y aunque ambos estuviéramos enamorados de la misma persona, nuestra amistad estaba primero. El pacto fue claro: Él tiene que elegir.

La elección estaba hecha hace tiempo. Y por mucho que me doliera, era algo que ya tenía aceptado desde mucho. Armin ni siquiera lo intentó, a diferencia de mí, no fue capaz de competir en una carrera ya perdida.

Y es que si uno los ve, se da cuenta de inmediato de que están hechos el uno para el otro. Como ahora, que bajo la sombra del árbol más grande en el patio, apoyados en él, Kentin lucha por conseguir un beso, aunque Sucrette no parece oponerse demasiado. Ella es la primera en verme, por lo que se separa abruptamente de su… novio. Sucrette es buena, demasiado buena, la verdad. A veces quería odiarla, pero me era imposible, la adoraba demasiado. Ahora fue Kentin el que fijó sus orbes verdes en mí, sonriéndome, aunque sentía como se había puesto incómodo ante la negativa de la chica.

— Siento molestar a los tortolos, pero el calor me está matando y este es el lugar más fresco — Me senté a un lado de Sucrette, que se había movido para darme un espacio.

— Nunca eres una molestia, Alexy — Sucrette habló, sonriendo de una forma casi luminosa ¿Lo ven? Es una dulzura. Si fuera hétero, esta chica sería mía.

— Al parecer Kentin no comparte tu opinión — No pude evitarlo, molestarlo era mi perdición, él era mi perdición. Ken frunció el ceño ante mis palabras, siempre era tan susceptible a las bromas.

— Es solo que, cuando tú estás, mi novia deja de ponerme atención — Al terminar la oración, noté como Sucrette le mandó una mirada reprobatoria y Kentin, siempre preocupado de complacer a la chica, desvió su propia mirada, un poco descolocado.

Era mejor fingir ignorancia y seguir intentando mantener una conversación fluida con ellos. Kentin sabía sobre mis sentimientos y a pesar de que siempre dejó claro que no tenía oportunidad, de una forma u otra, hacía lo posible de no hacerme sentir mal. Pero Kentin era medio bruto, se dejaba llevar rápidamente por sus instintos y sentimientos, por lo que hacer esa clase de comentarios era normal en él, a pesar del pacto silencioso entre él y Sucrette, que los pobres ilusos pensaban, mantenían escondido de mí; sobre no demostrar su amor en frente mío.

Lo agradecía, pero eso no disminuía el dolor. Aunque no podía quejarme del todo, porque con el tiempo, pude darme cuenta que la amistad es también el ser feliz cuando tu amigo es feliz. Y ellos eran felices, por lo que yo también lo estaba intentando.

Había que seguir adelante, solo tuve la mala suerte de tener un pésimo primer amor.

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N/A: Son siglos sin escribir algo decente.

Bueno, este fandom me ha ido consumiendo de a poquito, así que empecé a escribir cosas sueltas y espero poder, por alguna vez en mi vida, terminar un proyecto de escritos. La verdad es que tengo muchas ships y espero poder escribirlas a todas, pero la mayoría son con Sucrette (No me culpen, es fácil encariñarse con la despistada, metiche y linda Su) así que no esperen mucha variedad.

Adoro a Alexy con todo mi corazón, pero tengo un insano gusto por verlo rechazado por Kentin.

Los comentarios son bien recibidos, al igual que las críticas constructivas *hearts* Son el alimento del escritor, y a veces, la inspiración. ¡Muchas gracias por leer!