Hold my hand.
Esta idea surgió, de las muchas teorías que se dieron sobre la nueva alumna que se presentará en el juego.
Yo me imagine algo muy bonito y… jodidamente raro con eso.
Así que plasmaré esa loca idea aquí.
¡Advertencia!
Yuri.
(Mujer x mujer)
Y también shojo.
(Hombre x mujer)
[Inspirado en la canción "Hold my hand" de Jess Glynne]
(I)
—Si te recogieras el fleco, dejarías que todos vieran lo bonita que eres, porque eres bonita… ¡y todo el mundo debe saberlo!
La recordaba, cada palabra, oración… como si la persona que se las decía estuviera susurrando al oído, esa voz, retumbaba una y otra vez en su cabeza. Su imaginación le hacía una mala jugada cada que cerraba los ojos y creía que ahí estaba, para abrazarle, besarle… hacerle todo tipo de cosas que una vez deseo.
Imaginaba, que ella estaba ahí.
—Adeline…
-.-
Su mirada estaba perdida, parecía completamente ida en sus pensamientos, pero, ¿Qué clase de pensamientos? Debían ser muy importantes para que estuviera así siendo que ella no se distraía con cualquier cosa, pero si ahora o hacia, era porque era algo muy importante.
Un suspiro escapo de sus labios, uno largo y no tan ruidoso, pero solo alguien pudo darse cuenta de ello si le prestaba mucha atención a Adeline.
—Vaya, vaya, ¿a qué se debe tal suspiro?
La repentina aparición de su amiga y compañera: Rosalya, que no hizo más que hacer que se sobresaltara, y diera un leve salto de su asiento.
— ¿Acaso una chica no puede suspirar sin que tenga una razón? — solo un idiota responde con otra pregunta, pero tenía la cabeza llena de pensamientos, que pensar en algo más haría que le explotara; por muy exagerado que eso se escuchara.
Rosalya después de esa respuesta, la observo de forma inquieta. La chica delante de ella actuaba de una forma rara, no había duda alguna de eso, Adeline nunca era así, diario respondía con algún comentario de buen un gusto o simplemente recostaba la cabeza en el pupitre y le dedicaba una mirada simple, que le decía todo.
Esta vez no fue así.
—Lo siento, Rosalya— se disculpo en voz baja, aunque no había nada de que disculparse, fue lo primero que pensó Rosalya.
—No hace falta que te disculpes— contesto la de cabellos plateados, esta vez tomando asiento en el pupitre que había en el lado izquierdo. —pero dime, ¿pasa algo malo? —
Adeline soltó un nuevo suspiro, salvo que este fue corto y no representaba nada en particular.
—No, para nada es algo malo— contesto la fémina, ahora buscando en uno de los bolsillos de su pequeño short denegro con volados hacia lucir bastante bien sus piernas, más con esa camisa blanca holgada con el estampado de un conejo, su animal favorito se podría decir. Hasta que encontró lo que buscaba, lo dejo en las manos de Rosalya.
— ¿Una foto? — emitió Rosalya, contemplando lo que Adeline le había entregado, era una fotografía de eso no había duda; y en ella estaban un grupo de niños, de preescolar se notaba por lo pequeños que eran. — ¿Esta eres tú, Line? — pregunto llena de curiosidad, al mismo tiempo que señalaba a la pequeña de cabellos negros, que más sonreía en la foto; esa sonrisa y esos ojos no podían ser de nadie más, que Adeline.
La azabache asintió enseguida, sonriendo de la misma manera que en la fotografía. Rosalya de inmediato soltó una leve risilla ya que seguía siendo la misma, solo… que más alta.
—Vaya, no has cambiado mucho que digamos.
— ¡Ah! Eso no es cierto, claro que he cambiado — se defendió, porque estaba en lo cierto. Había cambiado mucho.
Rosalya la observo un par de segundos, solo para volver la mirada nuevamente a la fotografía, observando cada detalle de ella, además de Line habían otros tres niños, unos niños que sonreían también, y… ¿una niña? A simple vista no lo notaba, pero… entrecerró los ojos, acerco más la foto pero simplemente no podía decir si era una niña o un niño.
—Es una chica…— dijo, notando como Rosalya tenía la fotografía completamente pegada al rostro.
—Lo siento, pero es muy difícil se distinguir con todo ese cabello en el rostro y una ropa tan…— no encontraba palabra para describir lo que la niña vestía en esa fotografía.
—Extraña— Line completo la frase de la peli plateada, y exactamente, esa era la palabra que le describía completamente. —no te preocupes, yo tuve mis dudas cuando la conocí—
La de cabellos plata le entrego la foto una vez que termino de verla, Line volvió a guardarla en su bolsillo, una sonrisa triste se dibujo en su rostro cuando le dio una mirada a su fotografía.
— ¿Y qué fue de ellos? — no podía negar que sentía curiosidad sobre el paradero de los que alguna vez fueron compañeros de su "mejor amiga".
La azabache se quedo en silencio por unos segundos, un silencio que hizo sentir incomoda a Rosalya, pensando que hubiera sido mejor no haber preguntado. Tal vez era lo que afligía a Line.
—Ellos dos estuvieron conmigo en el mismo colegio, eran una pesadilla— de solo recordarlo, venían bueno y malos recuerdos, así como travesuras que había hecho con ellos; pero todo había sido divertido, de eso no tenía la menor duda.
— ¿Y la chica?
—Ella…— hizo una corta pausa, en la cual una nueva sonrisa, pero esta con una expresión de tristeza, Rosalya lo sabía bien.
Prefirió no hacer más preguntas, y dejar que la azabache hablara cuando se sintiera segura o si no quería hablar, diría algo.
—Era Charlie, era una buena amiga; siempre lucía así porque detestaba que la gente le mirara a los ojos, le daba cierto miedo— mientras hablaba, no podía evitar recordar todos los buenos momentos que había tenido con ella, con Charlie.
Rosalya la escucho atentamente, como siempre hacía.
—Un día se burlaron de ella por haber chocado en una pared debido a que su fleco le cubría totalmente la vista, así que yo la defendí, después nos volvimos buenas amigas, pero… dos semanas después, ella tuvo que transferirse a otra escuela— así como terminaba sus palabras, su cabeza se agachaba y terminaba postrada totalmente en la nada, en su mente pasaba cada cosa que había vivido junto a sus amigos, y por mucho.
A quien había sido su mejor amiga.
Una de las manos de la costurera se poso en el hombro de la contraria, brindándole una caricia reconfortante, más una sonrisa amable que hizo sentir a Line mucho mejor.
— ¡No te pongas triste ya! Mejor cuéntame algo más "nuevo" — exclamo Rosalya, y de inmediato Line noto ese énfasis en la palabra: nuevo. Sabiendo bien a que refería, pero no lo soltaría tan fácilmente.
—No se dé que hablas, Rosalya— dijo, y obviamente estaba fingiendo demencia cosa que a Rosalya solo hizo que en sus ojos un brillo curioso deslumbrara de ellos.
—No me hagas decirlo, Line— advirtió la peli plateada, poniéndose delante de la azabache. — ¿Cómo van las cosas con…?— su pregunta quedo completamente inconclusa tras el sonido de la puerta del salón siendo abierta completamente.
— ¡Chicas vengan! — un muy energético Alexy entró al salón, con una sonrisa de oreja a oreja, la respiración agitada pero lucía jodidamente feliz.
Ambas chicas se alarmaron, y enseguida Line se puso de pie, Rosalya ya lo estaba así que solo se aproximaron a toda prisa a Alexy.
— ¿Qué está pasando? — pregunto completamente confundida la chica de vestido, pero Alexy no dijo nada, ni siquiera dejo que Line preguntara también cuando saco a ambas del salón casi a arrastrar y las llevo hasta la planta baja del instituto, el pasillo principal era adonde tenían que ir.
— ¡¿Nos dirás que está pasando?! — interrogo Adeline, y Alexy volvió a negar inmediatamente.
— ¡Es mejor que lo vean!
Esa fue su respuesta la que hizo que en ambas chicas surgieran una mayor duda, debía ser demasiado genial para que Alexy estuviera así, o muy sorprendente que elegía mejor que ambas lo vieran por su cuenta en lugar de poner sea describirlo, lo sabría en segundos, y sería en pocos.
Habían llegado, y Alexy parecía que no era el único emocionado, había una gran multitud rodeando a alguien, pero… ¿Quién era? ¿Alguien famoso?
Sus dudas se despejarían al acercarse a alguien que sabían, sabía todo lo que ocurría en el instituto antes de que si quiera sucediera.
— ¿Qué está pasando, Peggy? — pregunto Adeline a la reportera, que mantenía su vista pegada en la bola de personas que rodeaban al desconocido, o… ¿desconocida?
—Es la nueva alumna—
— ¿Nueva alumna? — esta vez fue Rosalya la que hablo en un tono curioso, sabía que una nueva alumna llegaría pero no sabía el porqué se armaba tanto alboroto. — ¿y porque tanto alboroto? —
—Viene de Alemania— contesto Alexy, y todas las dudas de Rosalya y Adeline fueran respondidas, así que era una estudiante del extranjero… ¡era maravilloso! Fue lo primero que Adeline pensó.
—Vaya… en cuanto Amber y sus secuaces dejen que respire, deberíamos presentarnos— sugirió Alexy, pero ese no era el estilo de Adeline.
— ¿Por qué tanto alboroto? — la llegada de Castiel y Lysandro sorprendió ligeramente al grupo que estaba alegado de todo el ajetreo de la nueva alumna, y preferían estar así. Fuera de peligro mejor dicho.
— ¿Acaso alguien está vendiendo algo? — esta vez fue Kentin quien hacia acto de presencia junto con Armin y Nathaniel, que miraban confundidos al grupo de chicas echas una completa masa de grititos.
Nathaniel incluso se sorprendió de ver a su hermana en ello, solo se ponía así cuando se verdad algo le emocionaba y mucho.
—La nueva alumna llego, y al parecer ya es popular— dijo Adeline, las miradas que antes se dirigieron a ella se posaron nuevamente en ese grupo, solo hasta que la propia persona que estaba en medio de todo eso empezó a esparcir a las personas a su alrededor, por fin podrían darle un vistazo pero antes la voz de Nathaniel se hizo presente.
—La directora me entrego su expediente, se transfirió aquí por el trabajo de su madre su nombre es…— el rubio leía el documento que tenía en sus manos, diría su nombre pero alguien se le había adelantado.
—Charlie— era una voz desconocida para todos, para todos menos para Adeline.
En seguida que la escucho sintió que su corazón le dio un vuelco total, que sus pelos se le ponían de punta y especialmente, que en sus orejas podía escuchar claramente el palpitar de aquel órgano que le daba total vida. La conocía.
— ¿Uh? — fue un unisonó sonido por parte de todos los presentes, de todos menos de alguien; ese alguien era: Adeline.
De entre la multitud, se asomo una extraña cabellera, de color oscura con mechones rojo, era un largo fleco estilo emo del lado derecho mientras que el izquierdo estaba completamente rapado. Los recién llegados parpadearon algo sorprendidos, como si fuera la primera vez que veían a alguien con ese estilo de cabello.
Más en una chica.
—Soy Charlie, un gusto— con más seguridad, y totalmente fuera de las garras de esas personas se dejo ver aquella persona de la cual hacían tanto escándalo, era una chica de la cual se daba daría de que hablar; vestía con un short con diferentes accesorios metálicos, bajo de ellas unas panty medias estilo enrejado, una blusa oscura, unas botas de tacón bajo así como por ultimo diferentes perforaciones tanto en labio, ceja y ambas orejas.
El ambiente quedo completamente en silencio, pero no era uno incomodo ni nada por el estilo. Era uno, en el cual ninguno sabía que decir. Las chicas que antes le rodeaban seguían observándola de pies a cabeza, podría decirse que era un estilo gótico, pero era uno… jodidamente genial.
—Charlie… ¿eres tú? — la voz de Adeline por fin rompió aquel silencio fúnebre en el cual se había sumido todo el ambiente.
La nueva alumna despego su mirada de las personas que antes le miraban con cierta duda y curiosidad de conocerla, y la poso en la única persona que la había llamado por su nombre, pero la llamo con una voz que… ella sabía había escuchado antes, y la recordaba, como un bebé recuerda la voz de su madre para siempre.
Miro fijamente a Line, de pies a cabeza, y llegando hasta toparse en su mirada, supo quién era.
Fue como si el tiempo se detuviera, se frenara completamente, su cuerpo parecía moverse por inercia, acercándose a la contraría y deslizando su diestra por la larga cabellera oscura, y después en aquel rostro que era tan suave… era ella.
—Line…— susurro la chica del tupe, y aquella mano que antes se posaba en la mejilla de Adeline, bajo y tomo entre sus dedos la izquierda de la más baja.
—Charlie… eres tú, ¿de verdad? — tenía miedo de que su pregunta se escuchara extraña, pero tenía que hacerla.
No hubo respuesta por parte de la que aun era desconocida para los demás, solo conocían su nombre, pero al parecer Line la conocía, la escena que todos estaban contemplando no decía nada más que eso, y que era extraña. Verdaderamente lo era, tal vez eran amigas.
Pero verlas así, mirándose la una a la otra, con leves sonrojos en las mejillas de ambas, decía algo más…
—Soy yo…—
-.-
La historia será corta,
máximo de dos o tres capítulos más.
Espero y les guste.
¿Algún review?
