Descargo de responsabilidad: The Vampire Diaries no me pertenece, tampoco sus personajes. Estos le pertenecen a L. J. Smith y Julie Plec. (Lamentablemente -suspira.)
Prólogo
Abrí la puerta y salí. Me arrepentí al instante.
Mis brazos estaban desnudos, expuestos al viento que ya comenzaba a azotar mi piel. Me encontraba demasiado desabrigada como para estar en el exterior. No tan solo eso, sino que mi vestido no era para nada apropiado para la fecha.
Nos estábamos acercando al invierno, por el amor de Dios. Y aquí estaba yo, en plena calle con un vestido de un intenso azul oscuro que termina más arriba de la rodilla y para rematar, sin mangas. Por no mencionar mis zapatos, que debían de tener por lo menos diez centímetros de puro tacón.
Mis pisadas repiqueteaban contra el pavimento. Rodeé mis brazos alrededor de mis pechos y cintura como si estos pudiesen evitar que el frío cubriese mi piel. Me estremecí.
No era la primera vez en esa noche que me reproché a mí misma por no haber traído una chaqueta.
Para ser el centro mismo del pueblo de Mystic Falls, la calle se encontraba pobremente iluminada salvo por la gigantesca luna llena que bañaba a los árboles y edificios con una hermosa luz que variaba entre tonos dorados y platinados.
Ya había llegado a la orilla de la vereda cuando algo húmedo se deslizó por mi hombro derecho. Me aparté instintivamente y miré en esa dirección. Me sorprendí al ver la copiosa niebla que se estaba formando a mí alrededor. Qué extraño. Estaba segura de que no estaba cuando había salido.
La niebla se hacía cada vez más densa y me pregunté cómo era esto posible si hace unos minutos el viento llegaba a inclinar las copas de los árboles. Por alguna extraña razón ahora todo estaba en calma. El viento se había detenido y todo parecía estar completamente silencioso salvo por el música que provenía del bar del cual acababa de salir.
Escalofríos recorrieron mi columna cuando me di cuenta de cuan sola me encontraba. Lo cual era sumamente raro, considerando que ésta era la zona más concurrida del pueblo. Las tiendas parecían estar cerradas y el parque estaba deshabitado. Alcé mi muñeca y miré la hora en mi reloj de bolsillo. 12:30 a.m.
Bueno, eso explicaba la ausencia de transeúntes.
Me encogí al escuchar el potente graznido de un ave sobre mi cabeza. Al alzar la vista, vi que el graznido le pertenecía a un majestuoso cuervo negro que sobrevolaba a un par de metros de distancia hasta aterrizar en un poste de luz. El foco estaba quemado, por lo que al no estar a contraluz, pude ver con claridad como su plumaje destellaba bajo la luz de la luna, en sus plumas se reflejaban todos los colores del arcoíris.
Me inquieté cuando el cuervo posó sus ojos en mí. Aquella mirada penetrante no era la que uno solía ver en un animal. No. Sólo los humanos eran capaces de sostener la mirada de ese modo. Era como si el cuervo tuviese mente propia.
Recordé historias de terror que solían contar mis amigos en las fogatas, de cómo la aparición de un cuervo era la premonición de una muerte inminente.
Detente, Elena. Estás siendo paranoica. Es sólo un animal.
-Hola, pájaro –le saludé como si este pudiese entenderme.
El cuervo sólo inclinó la cabeza y acomodó sus pies en el pilar. Sus ojos seguían en mí.
Sabía que si intentaba espantarlo él sólo se quedaría ahí, o peor aún, quizás comenzaría a atacarme. Por lo que lo único que hice fue no despegarle la vista de encima. El ave volvió a graznar.
Había estado tan concentrada en el animal que no me había dado cuenta de cómo la niebla había cubierto todo mi campo de visión. No podía ver las cosas que estuviesen a un par de metros de distancia. Una vez más mi mente vagó hacia las historias que había escuchado cuando pequeña.
Como si hubiese invocado a un poder superior o algo así. Una mancha a mi lado llamó mi atención. Más allá de la niebla había un hombre de pie, con las manos en los bolsillos, mirando en mi dirección.
No podía ver su rostro, tampoco como estaba vestido. Lo único que podía distinguir era el contraste que formaba su piel clara y ropa oscura. Pero la niebla difuminaba todo, por lo que no podía determinar el color. Solo era una silueta formada por distintos tonos grisáceos. La neblina hacía que todo pareciera tan irreal. No podía estar segura de si lo que estaba viendo era real o no. Por un momento pensé que podría deberse a los efectos del alcohol, pero luego recordé que no había bebido nada hasta ahora. Y tampoco creía que el alcohol fuera capaz de crear imágenes como ésta. ¿Drogas? Probablemente. ¿Alcohol? No.
Por lo que no me lo estaba imaginando. El hombre estaba ahí. Mi mente continuaba exclamando que quizás se trataba de un acosador y que debía arrancar lo antes posible. Traté de recordar todos los movimientos de autodefensa que mi activo cerebro pudiese recordar, fracasando instantáneamente. Estaba jodida.
Pensé en gritar pero no parecía encontrar mi voz, tampoco podía mover mis piernas. Estaba paralizada, mirándolo directamente mientras él me miraba a mí. Debieron haber pasado segundos en los cuales ninguno de los dos se movió, pero a mí me parecieron siglos. Traté de que el pánico no me dominara. Si aquel extraño quisiese matarme o secuestrarme, ya lo habría hecho, ¿no?
Sentí que la puerta del bar se abría a mis espaldas. Mis ojos finalmente se despegaron del extraño y solté el aire que no sabía que había estado conteniendo. Si había alguien presente, no se atrevería a hacerme daño. Mis ojos recorrieron la zona y noté como la niebla había desaparecido.
La ensordecedora música que provenía del interior volvió a retumbar en mis oídos. El volumen decreció tan pronto como la puerta volvió a cerrarse.
Busqué al hombre con la vista, pero no había nadie allí. Confundida, alcé mi mirada hacia el cuervo. Este emprendió su vuelo y desapareció, dejando que el sonido del aleteo de sus alas fuese la única prueba de su existencia.
El taconeo de unos zapatos me hizo voltear nuevamente. Deseé no haberlo hecho.
Caroline parecía echa una furia.
NA: ¿Debería continuarlo? Esta es una idea que he tenido pegada en la cabeza desde hace meses. Primero iba a escribir un capítulo, pero luego opté por escribir este prólogo y luego continuar la historia de manera oficial. ¿Qué les parece? Espero sus opiniones y sugerencias.
Soy nueva en esto. Así que apreciaría un montón si apretaran review y me dejaran un pequeño comentario, por muy pequeño que sea. Enserio, los amaría con mi alma. De todo modos, ¡GRACIAS POR LEER! Besos y abrazos para todos.
P.D.: Planeo actualizar esto lo antes posible. Hoy no podré seguir escribiendo, pero tengo toda la semana por delante.
