CORAZÓN DE SAN VALENTÍN

14 de Febrero, día de San Valentín, la tradición es que las chicas le regalen al chico que aman un chocolate que simbolice el sentimiento que albergan sus corazones.

Ella salió de la tienda con un pequeño paquete en sus brazos, no contaba con mucho dinero así que no podía darse el lujo de comprar uno más grande y bonito, pero el tamaño del chocolate no tiene que ver con el tamaño de su amor, ya que de ser así el chocolate sería más extenso que el océano Pacifico.

Ella esperaba recibir un abrazo o algo así a cambio de ese regalo

Luego de caminar un buen rato, de cara al intenso viento que se deslizaba por las calles, llegó a su destino: una casa de dos pisos muy bonita tanto por fuera como por dentro

La puerta de entrada estaba abierta, así que no dudó en colarse por ella.

Inmediatamente supuso que él se encontraría en su habitacion así que se encaminó a ese lugar y se ocultó tras la puerta de entrada al oír voces provenientes del interior. Miró discretamente la estancia y ahí estaba él, Brick

Lamentablemente no estaba solo, Momoko estaba a su lado, platicando con el, así que una mueca de desagrado apareció en su rostro ¡No iba a entregarle su regalo de amor enfrente de Momoko! Maldijo mentalmente que a él no se le hubiera ocurrido estar solo ¿Qué tenía que hacer Momoko ahí? En eso notó la mirada de Momoko sobre ella y…

- Vaya que eres Don Juan Ya ha venido una chica a darte chocolates… Nunca cambiaras! – exclamó Momoko con una sonrisa en sus labios

- ¿Pero de qué hablas? – preguntó Brick extrañado, rascándose la cabeza.

- Eres incorregible, nunca dejarás de coquetear con otras – se quejó Momoko riendo, Brick estaba ya empezando a enojarse, miró hacia la puerta y la vio, lanzó un suspiro y sonrió con petulancia.

- Momoko ¿es mi culpa ser tan atractivo, varonil, fuerte y gentil? Es que simplemente soy todo un imán para las chicas lindas y admítelo, atraigo a las chicas más lindas.

- Pedazo de idiota – murmuró Momoko– te dejo a solas con tu nueva novia – y dicho eso, se dirigió a la sala

Ella que había estado calladita viéndolos discutir, sonrió al ver que Momoko se marchaba para dejarla a solas con Brick. Antes de marcharse, Momoko le hizo un gesto de desprecio a Brick, pasó por su lado y ella estaba segura de que Momoko le había guiñado un ojo. Una vez que se perdió de vista, ella entró .

Brick la miró fijamente y luego le sonrío.

- ¿Ese paquete es para mi? – preguntó

- Etto… sip… es para ti – murmuró ella tímidamente, sonrojándose. Él recibió el paquete y lo abrió cuidadosamente, eso la alegró, sabía bien que Brick es bastante brusco, así que el hecho de que le dedicara tanto cuidado a abrir su obsequio significaba mucho. El finalmente extrajo un pequeño chocolate en forma de corazón – Ese chocolate simboliza todo el amor que siento por ti – dijo ella sin poder contenerse - ¿Te lo comerás verdad? – preguntó con cierto temor ¿y si resultaba que él no la correspondía, que quería más a Momoko que a ella? Por respuesta, Brick de un bocado se comió el chocolate, eso la puso muy feliz.

- Yo también te amo – murmuró Brick estrechándola entre sus brazos - eres la chica a la que más amo en el mundo… No se qué haré el día en que quieras a otro hombre más que a mi – musitó.

- Eso nunca, nunca pasará – negó ella categóricamente – Yo siempre voy a amarte papá… siempre.

- Y yo a ti Akari– dijo Brick con ternura mientras acariciaba el enmarañado cabello Pelirrojo de la niñita de cinco años que sostenía entre sus brazos.

Afuera del cuarto, Momoko sonrió dulcemente al ver a su esposo e hija.

FIN

Y que tal les parecio?