Cap 1.

Una joven de largo y lacio cabello castaño caminaba bajo su paraguas que la cubría de la densa lluvia que caía ese día en la ciudad, en la cual había vivido toda su vida; la joven se veía triste, su novio se había ido el día anterior a un viaje de mas de un mes, no todo estaba yendo también con su pareja desde hace mas de tres años; se habían conocido en la escuela y siempre fueron amigos, y luego empezaron a salir. Lo amaba mas que a nada en el mundo, pero últimamente lo sentía distante, su tristeza no solo era porque lo iba a extrañar, si no por miedo a que ese viaje lo hiciera querer alejarse de ella.

Se encontraba para en una esquina esperando para poder cruzar, cuando sintió que algo la empujaba hacía la calle, justo en el momento en el que un auto doblaba, el chico que manejaba intento parar pero el empapado suelo hizo que los neumáticos resbalaran y fuera inevitable chocar a la joven, la cual rodó sobre el capo y luego sobre el auto, el paraguas color rojo de la chica voló por los aires cuando la chica quedo tirada en el piso mojándose por la lluvia, la cual hacia que la sangre no se notara. Cuando el auto al fin se detuvo, el joven conductor de cabello negro y unos hermosos ojos celestes color cielo, en los que se reflejaban una gran preocupación, rápidamente se acerco a la chica que se encontraba en el piso inconsciente al estar a su lado le tomo el pulso y se tranquilizo un poco al percibir que estaba viva, pero no fue lo único que percibió se percato de que era una joven de no mas de 21 años, muy hermosa y de muy buena figura al mirarla detenidamente vio que de su cabeza emanaba una gran cantidad de sangre.

—¡Que alguien llame a una ambulancia! —Grito exaltado mirando a la gente a su alrededor. A lo lejos oyó el sonido de las sirenas, por lo visto alguien ya lo había echo.

Al llegar los predicamentos subieron a la chica y rápidamente se dirigieron al hospital, el joven los siguió, quería asegurarse que la chica estuviera a salvo. Cuando entro al hospital pregunto por la chica, le dijeron que estaba siendo atendida y era lo único que le podían decir.

Salio un momento afuera, resguardandoce de la lluvia, miro el bolso de la chica que todavía estaba en su mano, lo había recogido antes de salir tras la ambulancia, saco su billetera y busco alguna identificación, Elena Gilbert, 20 años, indicaba el permiso de conducir. Volvió a guardar las cosas y saco el teléfono busco en los contactos a alguien para avisarle, no tenía agendados a sus padres, raro, por lo cual decidió llamar al primer contacto, que era el mas utilizado, por suerte la joven tenia un celular tecnológico pensó, Matt era el primero, quizás era su novio.

—Hola. — Respondió una voz después de tres tonos.

—Hola. — Respondió el joven pelinegro. — ¿Tu eres matt?

—Si, ¿Quién habla? —Interrogo el joven preocupado.

—Soy Damon. Elena tubo un accidente.

— ¿Qué? ¿Como? ¿Y tu que tienes que ver?

— Alguien paso corriendo y la empujo haciendo que cayera a la calle y la choco un auto, el mio para ser mas preciso. —Explico con culpa. —Ahora esta en el hospital, no sabia a quien avisarle así que te llame a ti porque eras el primero de la lista, espero no te moleste. —Agrego preocupado.

—Sisi. — Respondió nervio, —En cuanto pueda voy para haya, espero que este bien gracias por avisar —al terminar corto, Damon se quedo mirando el teléfono que diablos le pasaba a esa, se quedo pensando unos segundos en lo que le dijo el chico y decidió llamar a alguien mas, no confiaba en él. El siguiente contacto era Jenna por lo cual decidió llamar a esta, la conversación fue parecida, solo que la mujer dijo que enseguida salia para haya y lucia mas preocupada. Después de unos cinco minutos la mujer llego, se le acerco lentamente y lo miro con preocupación.

— ¿Tu eres Damon? —Pregunto, el joven solo asintió ella a cambio le sonrió Damon esperaba otra cosa, gritos y cosas por el estilo. —Gracias. —dijo sorpendiendo lo aun a cambio —Soy Jenna, la tía de Elena. —Damon le sonrió y acepto la mano que le estaba ofreciendo, no parecía una tía era muy joven, aunque eso no tiene nada que ver, Jenna, era delgada, no muy alta con cabello castaño claro y ojos marrones, de cara si se la miraba detenidamente se podía ver algunos detalles parecidos a su sobrina como la nariz y la forma de los labio, aunque para Damon la boca de Elena era mucho mas apetecible, labios finos y carnosos se imaginaba besándolos, debían de ser suaves y exquisitos.

—Es un gusto. —Respondió educadamente charlaron durante un rato, Damon le contó como fue todo lo que paso y ella le agradeció nuevamente por hacerse cargo de su sobrina, haciendo referencia a la cantidad de conductores que en los accidentes se dan a la fuga, dejaron de hablar cuando Jenna llamo a Jeremy el hermano de Elena para avisarle de lo sucedido.

— ¿Es usted pariente de la señorita Gilbert? —Pregunto una mujer de bata, de unos cincuenta y tantos. Damon miro a Jenna que se acercaba a ellos.

—Yo soy su tía y su tutora legal. —Dijo seriamente, el joven pensó que actuando de esa manera parecía un poco mas responsable, no se imaginaba a esa mujer como responsable de nadie, aunque no la conociera era lo que aparentaba, parecía una de esas mujeres que aun siendo grandes siguen disfrutando de la vida, aunque Jenna no era muy grande, tenía 35 años.

—Elena esta bien. — Empezó la doctora. —Tiene un fuerte en la cabeza pero pudimos descartar un conmoción cerebral, tiene un esguince en la muñeca y se quebró la rodilla en dos partes, son heridas que con el tiempo se curaran, en este momento ya se encuentra en la habitación, cuando quieran pueden pasar, solo no la despierten tiene que descansar. —Al finalizar se dio medio vuelta y se fue por donde había llegado.

—No es nada. —Dijo sarcásticamente Damon, se sentía culpable, aunque dentro de todo podría haber sido peor, Jenna rió. —Te molesta si me quedo hasta que despierte, quiero pedirle disculpas.

—Por su puesto. —Respondió con una sonrisa, juntos fuero hacia la habitación que le indico la enfermera.

Elena tardo tres dias en despertar, Damon ya se estaba empezando a preocupar, en un principio no tenia buen aspecto estaba pálida y tenia golpes por todos lados, tenia un suero que le daba medicamento y cosas que necesitaba, en el otro brazo tenia la mano lastima envuelta en una venda. La pierna rota se encontraba suspendida en el aire totalmente cubierta por un yeso que iba desde medio muslo para abajo . Y por ultimo tenia la cabeza con un vendaje bastante grande.

En el tiempo en el que la joven estuvo inconsciente Damon no se movió de su lado, realmente quería pedirle disculpas, en esos tres días conoció a Jeremy, el hermano de la joven y a Bonnie, la mejor amiga; y recibió tres llamadas de Matt, el novio, preguntando por ella.

Elena comenzó a abrir los ojos lentamente y sintió dolor por todo le cuerpo intento moverse y el dolor fue peor, miro su al rededor y reconoció el lugar, sabia que estaba en un hospital , era el único lugar que olía de esa manera ese olor entre desinfectante y remedio, miro por la ventana que tenia las cortinas corridas, era de noche, intentaba recordar porque estaba allí, hizo memoria y recordó cuando fue empujada y que vio como un auto se acercaba a ella, pero nada mas, seguramente el auto la golpeó y así termino en el hospital, sintió que alguien abrió la puerta y giró la cabeza lentamente, si los movimientos eran bruscos hacían que le doliera todo el cuerpo, cuando su mirada quedo dirigida a la puerta vio que un joven entraba con un enorme ramo de flores, en un principio pensó que era Matt, pero luego recordó que su novio estaba en Europa, lo mataría si se volvía por ella.

—Elena. —La llamo una voz que no reconoció el chico que le trajo las flores la miraba sonriente, era muy guapo, pensó tenía un hermosa sonrisa y unos llamativos ojos celestes que resaltaban aun mas con su obscuro pelo. —Al fin despiertas. —La joven lo miro confundida. —Lo siento debes pensar que soy un loco, —dijo sonriente, —aunque... -bromeo meneando la cabeza, Elena sonrió, pero eso hizo que le doliera todo produciendo una mueca. — ¿Estas bien? —Pregunto el chico preocupado.

—No, me duele todo. —Admitió hablando con un poco de dificultad, Damon se acerco a ella dejando las flores en una mesa, cuando estuvo junto a ella toco un botón para que alguien viniera a revisarla. — ¿Quien eres?

—Soy Damon Salvatore, por mi culpa estas así. —Admitió bajando la vista. Elena lo miro seriamente quería insultarlo por sus dolores, pero no pudo. —Lo siento, realmente lo siento. —Dijo mirándola a los ojos, realmente tenia unos hermosos ojos, cuando la miro se perdió en ellos, eran marrones, grandes y profundos.

—Hola, buenas noches. —Saludo la doctora mientras entraba al cuarto. —Al fin despiertas dormilona. —Dijo mirando a su paciente con una sonrisa. —Joven espere afuera un momento por favor. — Pidió mirando a Damon, este la miro y asintió al instante obedeció saliendo a fuera dejando a Elena sola con la doctora. —Muy bien como te sientes. —Dijo mientras empezaba a hacer un control de rutina.

—Mal, me duele todo, quiero matar a este chico. —Dijo seria hizo una mueca cuando la doctora le pincho el brazo para una muestra de sangre.

—Pobre chico, estuvo aquí los tres días que estuviste inconsciente, en un principio pensé que habías dejado a Matt, por ese chico, bueno Elena, cuando tenga el resultado de esto sabre cuando te puedes ir, pero calculo que en dos días —Elena le sonrió preocupada, se quería ir, pero la tomo por sorpresa que el joven se hubiese quedado todos ese tiempo, realmente se sentía mal, el había sido muy atento y ella había sido descortés con el.

Cuando la doctora se fue Damon volvió a entrar, ambos se quedaron mirando por unos segundos hasta que ella corrió la vista avergonzada.

—Gracias por ser tan atento. —Dijo Elena mirando lo a la cara pero evitando su profunda miranda. Damon sonrió.

—Es lo menos que puedo hacer después de dejarte así. —Ambos rieron por el comentario. —Toma. —Dijo dando le el celular. —Deberías llamar a tu novio, parecía preocupado, aunque nunca apareció, yo ya le avise a Jenna. —Elena asintió confundida por la familiaridad con la que Damon llamo a su tía, pero seguramente en esos tres días habían hablado. Tomo el teléfono dándole un leve gracias y marco el tan conocido numero de su novio.

—Elena. —Exclamo alegre cuando escucho la voz de su novia. —Estaba muy preocupado, estuve los tres días llamando al aeropuerto para cambiar la fecha de vuelta.

—Matt, no, quédate te esforzaste mucho por ese viaje, cualquier cosa te llamare. —Le dijo, pero deseando que se tomara el siguiente avión y estuviera con ella, aunque en ese momento no se sentía sola.

Después de unos minutos mas hablando y algunas cursiladas terminaron la llamada, la joven dejo el teléfono en la mesa de luz y lo miro a Damon que estaba sentado en una silla junto ella mirándola atentamente.

— ¿Y por que no esta tu novio aquí? —Pregunto sin dejar de mirarla.

—Por que esta de viaje por Europa. —Respondió triste.

— ¿Y? si fueras mi novia me tomaría el primer avión de vuelta. -Comento fastidiado, que tipo de novio era dejando la sola.

—Yo le dije que no volviera, el estaba llamando al aeropuerto intentando conseguir un lugar. —Intento defender lo inútilmente porque sabia que Damon tenia razón.

—Vamos Elena, no vuelve porque no quiere, si va hasta el aeropuerto puede tomarse cualquier avión que salga. —Elena lo miro, el tenia razón, pero no quería pensar en Matt así, el siempre había sido muy atento con ella. —Dejemos el tema así. —Sanjo al ver la cara de Elena, el sabía que ella sabia que el tenia razón. —Tengo una duda. —menciono y ella lo miro. —Cuando tome tu teléfono para avisarle a alguien busque a tus padres y no los tenias agendados y luego tu tía dijo que era tu tutora, ¿Paso algo con ellos? espero no te molesto. —Elena sonrió, al pensar en sus padres los extrañaba pero en su memoria los mantenía vivos, en sus mejores momentos vivos.

—Murieron en un accidente, su auto callo por el puente. —Damon bajo la cabeza preocupado. —Esta bien, no te preocupes.

—No tendría que haber preguntado soy un curioso. —Susurro con culpa no quería hacer que Elena se sintiera mal.

—Esta bien, de verdad... —Iba a continuar pero el sonido de que alguien llamaba a la puerta la corto. —Adelante. —Cuando la puerta se abrió una joven que Elena no conocía entro, era una rubia alta, de ojos celestes y rostro perfecto al igual que su cuerpo.

—Diooos, ¡Por fin te encuentro! —Dijo con cara de enojo hacia Damon, este sonreía mirándola con dulzura, Elena sintió un poco de celos, sin saber porque, era razonable que un hombre como el tuviera novia.

—Hola, ¿no? ¿Como estas, hermoso y sexy Damon? Maleducada. —La joven lo miro y le saco la lengua.

—Hola bomba sexual. No me vas a presentar. -Indico mirando a Elena. —Después yo soy la maleducada. —bromeo guiñando le un ojo a Elena.

—Así me gustas mas. Si este ser insoportable es Caroline Forbes mi asistente. —Dijo mirando a Elena quien trataba de no reír por la presentación.

—Y su mejor amiga y lo mejor que le paso en la vida. —Elena largo una carcajada, pero se detuvo en seco cuando le dolió todo el cuerpo.

— ¿Estas bien? —pregunto Damon preocupado.

—Deja de preguntarme si estoy bien, creo que en una hora me preguntaste treinta veces. —Respondió bromeando, le encantaba que fuera tan atento con ella. Damon la miro con una sonrisa de lado. —Un gusto Caroline, soy Elena Gilbert.

—El gusto es mio Elena y Damon deja de molestarla. —Este se auto señalo con cara de yo no hice nada Elena trataba de aguantar la risa, no quería reírse porque sabia que luego le dolería todo. —Damon yo se que no te gusta trabajar, pero tu presencia es necesaria, a veces. —Damon la miro y le saco la lengua, Elena los miro y pensó que se veían como dos niños. —Pero como soy muy eficiente te trajee todo lo que tenes que firmar. —Explico sacando algunos papeles de su bolso.

—Por eso te quiero. —Dijo tomando los papeles y empezando a leerlos.

Tres días después a Elena le dieron el alta, durante esos días Damon iba temprano y se quedaba con ella hasta tarde, realmente se llevaban bien, hablaban de muchas cosas y bromeaban y se contaban cosas como si se conocieran de toda la vida. el estaba con ella durante toda la tarde solo se iba si recibía alguna llamada de trabajo, pero a los minutos volvía, en esos tres días Matt a diferencia de el la había llamado una vez y durante unos minutos, pero tenia que confesar, con vergüenza que no había pensado en el. Ahora que volvía a su casa tenia miedo de que Damon ya no la visitara, si no lo hacia esperaría un tiempo y le mandaría un mensaje, o no. Estaba empezando a disfrutar de la compañía de Damon.