Insistencia

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El tiempo había pasado dejando atrás la niñez y dando paso a la adolescencia, una época difícil de grandes cambios y sobretodo muchas inseguridades.

—Oh vamos Helga, siempre lo dices—aseguró una chica con rasgos orientales firmemente marcados y muy orgullosa de que así sea si se lo preguntaban.

—Está vez hablo totalmente en serio—aseguró la nombrada Helga, sus rasgos habían madurado con el tiempo, y de la niña ruda y poco agraciada solo quedaba un recuerdo.

—Siempre sueles decir que es en serio—volvió a insistir Phoebe mientras miraba el techo divertida, ¿Cuántas veces este mes no lo había escuchado ya?

—Phoebe, mírame a los ojos. —pidió Helga y Phoebe así lo hizo, allí lo notó, vaya si hablaba enserio esta ocasión, en sus pupilas vio reflejado el cansancio, y decepción, mucha decepción.

—Phoebe siempre creí que siendo una buena persona podía ganarme su corazón, no lo decía pero lo pensaba—comenzó su monólogo Helga mientras se sentaba en la orilla de aquel enorme ventanal con vista a la ciudad. —Pero no funcionó, tú misma lo viste, he sido amable y mejor persona estos últimos tres años, pero aun así no logré llamar su atención, develé la persona que habitaba en mi interior; la de sentimientos nobles, la de corazón blando, y ¿de qué ha servido? Él se sigue fijando en rostros bonitos y cuerpos espectaculares, creí que con el tiempo maduraría y se daría cuenta que eso no es importante, pero no fue así, sigue siendo superficial y ya no encuentro más motivos para seguir amándolo de la manera en lo que lo hago, sé que en el corazón no se manda, pero me niego a seguir tratándolo de manera diferente, me doy por vencida.—exclamó ella mientras fijaba su vista en la ciudad, ruidosa y fría ciudad si se lo preguntan.

—Vaya Helga no creí que pensaras eso, entonces ¿Ya no más mantecado?—preguntó ella para asegurarse, para estar segura de lo que sus oídos habían escuchado.

—No, ya no más—aseveró ella, Phoebe vio determinación en sus ojos y lo supo, Helga hablaba completamente enserio.

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Al principio fueron pequeños cambios los notados por Phoebe, por ejemplo ella ya no buscaba excusas para acercarse a Arnold, y si las circunstancias se daban y por algún motivo los colocaban juntos para hacer un trabajo ella buscaba hacer el trabajo lo más pronto posible, incluso evitaba quedar con Arnold para terminarlo en su casa, se sorprendió enormemente cuando Helga había dicho: "No quiero reunirme para terminarlo, si quieres te mando mi parte y los juntas." Ella sonaba muy segura cuando lo dijo.

Luego con el pasar de las semanas había sido más notorio el cambio de Helga, la que ahora tan solo cruzaba las palabras necesarias con Arnold, y claro él lo notó, lo que había dado vía a lo que acontecía.

—Vamos Phoebe, necesito saberlo, ¿hice algo malo?—preguntó Arnold preocupado, pues no era ciego y había notado la actitud de Helga hacia él en las últimas semanas.

—No, realmente no has hecho nada malo—aseguró Phoebe con una sonrisa

—Entonces ¿por qué me evita?—preguntó él preocupado de haber hecho algo indebido.

—Por si no lo has notado ella es así con todos— nuevamente sonrió Phoebe, pues puede que ese par fueran muy distraídos pero no lo era ella, para nada, ella había notado que Helga llamaba la atención de Arnold claro que él no lo admitiría.

—Pero conmigo no era así—aseguró mientras fruncía el ceño en señal de confusión, por alguna razón se sentía raro que Helga lo ignorara.

—Entonces no lo sé—dijo ella mientras se alejó del lugar.

Ahora la situación era más bien cómica, si le preguntaban a Phoebe, pues Helga seguía ignorando a Arnold y ahora era él quien se esforzaba en llamar su atención, si ella decía que no quería reunirse él alegaba que el trabajo tenían que hacerlo los dos, si ella no le saludaba en el pasillo él esbozaba un "Buenos días Helga" muy alto y claro llamando la atención de todos y logrando poner a la rubia un tanto nerviosa, y si ella no le dirigía la palabra en todo el día él le mandaba bolitas de papel en clase, curiosamente parecidas a las que ella le lanzaba cuando eran niños, con la diferencia que estas contenían mensajes como "Helga ¿estás ahí?" o "Háblame por favor" incluso hubo en la que decía: "Perdóname" y junto a ella una carita triste y un signo de interrogación, vaya si el mundo da la vuelta se repetía Phoebe.

Helga por su parte siempre que pasaba eso iba a quejarse con Phoebe.

—No lo entiendo Phoebs, él siempre me ignora y cuando yo lo hago ahora quiere llamar mi atención, no entiendo ¿qué quiere de mí? ¡Criminal!—repetía ella mientras caminaba de un lado a otro en la habitación.

—Tal vez te extrañe Helga—lanzó esperanzada Phoebe, esperando que eso convenciera a su rubia amiga, claro está que no lo logró.

—No me extraña, para extrañar algo primero debes quererlo y tú sabes muy bien que esto no es así. —bufó esta mientras caminaba de un lado a la habitación, pensando.—Debe ser algo más—repetía, a lo que Phoebe solo entornó los ojos para proseguir con una lluvia de ideas, que seguramente desecharía Helga para escoger la más descabellada, con esa idea en mente rio para sus adentros, su amiga jamás cambiaría.

—Tal vez muy en el fondo a él le gustas—dijo ella rezando para que ella acepte esa teoría.

—No es cierto Phoebe—replicó Helga frunciendo más el ceño.

—Tal vez no soporta que seas tan cortante con él—dijo automáticamente, empezando a decir ideas al azar.

—Piensa Phoebe ¿Por qué no lo soportaría? Siempre lo saludo y le respondo educadamente, debe ser algo más—dijo mientras seguía dando vueltas, por un momento la de rasgos asiáticos pensó que podría hacer un agujero en el piso.

—En psicología si le quitas un juguete a un niño este llorará e intentará recuperarlo, a pesar de que no haya estado jugando con él, simplemente lo ve en manos de otra persona e intenta recuperarlo, puede que esto ocurra—bromeó Phoebe, no creyendo que su muy inteligente amiga lo tomase enserio, pero lo malo de "creer" es que a veces puedes errar.

—Eso es, el zopenco me considera un juguete, y ahora que el juguete no está, busca recuperarlo, es obvio, ¿Por qué no lo vi antes? Gracias Phoebs—dijo ella antes de correr hacia su casa maquinando planes extraños en su cabeza, en cuanto Phoebe se dio cuenta de la situación solo suspiró y se recostó en su cama, imaginando el desastre que se generaría a causa de un simple comentario.

—Olvidé que estaba hablando con Helga G. Pataki—murmuró mientras con su mano tapó su rostro en son de frustración.

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Al día siguiente todo fue más normal, Helga siguió con su trato hacia Arnold muy cordial y amable, además ya no lo dejaba de lado, comenzó a tratarlo como un amigo y nada más, justo como debió hacerlo desde un principio, esto hizo que Arnold no pudiera seguir insistiéndole más con los papelitos o con sus tácticas para que Helga repare en él, sin embargo a pesar de esto él se sentía triste, sentía que Helga estaba siendo diferente, pero de una manera que no le agradó, de una manera que hizo agitar a su corazón, así que no sabiendo qué hacer regresó a preguntarle a Phoebe, para mal augurio de ella.

—Vamos Phoebe, yo sé que le pasa algo a Helga—dijo él angustiado, ya no sabía qué hacer, quería que las cosas volvieran a ser como antes, extrañaba a Helga, a la verdadera, la grosera y extraña niña, pero a la vez carismática y alegre, además de amable, extrañaba a Helga y eso no cambiaría.

—Pero no le pasa nada Arnold, ella te habla, no te hace de lado, es amable contigo además de eso siempre que te ve te saluda—argumentó Phoebe con una sonrisa irónica, sabiendo que todo lo que decía es verdad

—Sí, pero la siento diferente, no me gusta cómo me trata—trataba de explicar inútilmente Arnold a lo que Phoebe extendió mucho más su sonrisa y dijo las palabras que seguro darían el empujón final a ese circo de malos entendidos, promesas absurdas y ciegos totales.

—Ella te trata como un amigo, no le veo el problema— dijo y se marchó, dejando desatada la tormenta de emociones en el interior de Arnold.

Amigo, amigo, amigo, amigo, amigo… esa palabra se repetía mil y un veces en el interior de Arnold, a él no le gustaba el trato que estaba recibiendo, y antes cuando lo trataba como a un desconocido le gustaba aún menos el trato, entonces ¿qué quería? Estaba confundido, muy confundido, él siempre creyó que Helga y él serían muy buenos amigos, pero y luego. ¿Qué sería en el futuro? Quiso imaginarse a él y Helga en el futuro como amigos y no pudo, no lo logro, le dolió el corazón solo de pensarlo, tal vez a Helga le pasaba lo mismo, ellos eran tan incompatibles que no podía imaginar que ellos continuaran siendo amigos, tal vez saber eso hizo que Helga lo tratara distinto, porque quería que en el futuro no doliera tanto el dejar de ser amigos; pero él no podía siquiera pensar de eso modo, porque dolía, ser su amigo dolía, ser desconocidos dolía, entonces ¿qué debería hacer? Entonces una idea loca le atravesó aún más el corazón, si continuaba siendo su amigo vería lo que todo buen amigo ve, a Helga enamorándose, Helga con el corazón roto, incluso llorando por un amor no correspondido, y él tendría que estar allí, consolándola, sintiéndose triste con ella y dándole apoyo para que pueda volver a levantarse y poder volver a amar a otro, y eso sin lugar a dudas lo entristeció y lo enojó a partes iguales.

Y allí su cabeza lo entendió, él no se veía a futuro como su amigo sino como algo más, porque sí, le gustaba Helga G. Pataki y allí comprendió lo obvio, era un completo idiota por no notarlo antes. Un completo y total idiota.

N/a: He estado viendo mucho esta serie últimamente, lo que explica que cree este pequeño two-shot xD se siente tan extraño que asegure que habrá una continuación.

Para los que me siguen pues lamento mucho mi ausencia por este tiempo, no tiene justificación, detesto las excusas, solo diré que lo siento y que me tendrán muy pronto con una historia de Ranma.

Es mi primera historia que escribo para Hey Arnold y francamente me gustó como quedó, detesto que Helga no se valore a sí misma, todo es en función de Arnold y en esta pequeña historia quise que las cosas cambien aunque sea solo un poco, si en el futuro volviera a escribir una historia de Hey Arnold la cambiaría y la ubicaría cuando ellos fueran adultos y cambiaría mucho las cosas, por el momento me conformaré con este intento.

Lamento de todo corazón si encuentran faltas de ortografía o redacción, normalmente suelo editar cada cosa que escribo, pero no tengo mucho tiempo, y si pospongo más la publicación seguro esta historia jamás vería la luz.

De nuevo mis disculpas mi desaparición.

Lunaduct.