Era de mañana, y como todos los días el caballero Géminis se encontraba custodiando su respectivo templo.
-Buen día, ¿cómo te va géminis?-dice Mu parado afuera de la casa de géminis
-Pues bien ¿y a ti?- se encontraba parado en la entrada de su templo
-pues también me va bien.
-¿y qué te trae por aquí Mu?
-pues voy a ir a ver el patriarca.
-a pues no te quito más tu tiempo Mu.
-bueno géminis, gusto en verte con permiso- dice Mu siguiendo su camino.
El caballero géminis de nombre Saga, se queda admirando la mañana y todo lo que le rodeaba.
En las afueras del santuario, se encontraba una mujer delgada, de cabellos negros y ojos azules quien llevaba de la mano a una pequeña niña de cabellos azules.
-vaya, veo que el santuario se ve exactamente igual a la última vez que lo vi- dice la mujer-pues vamos, entremos-
La mujer y la niña comienzan a subir los primeros escalones que correspondían a la casa de Aries.
-Mami, ya me cansé son muchos escalones- se queja la niña.
-descuida hija ya llegamos- contesta la mujer regalándole una sonrisa a su hija-hola, ¿Hay alguien ahí?
Pero nadie contestó.
-Creo que no hay nadie, bueno pues entremos-la mujer de nuevo toma de la mano a su hija y continúan su camino.
Desde su templo, Aldebarán siente que alguien ha entrado al santuario.
-¿Pero quién habrá podido entrar al santuario?- se pregunta Aldebarán.
Por el otro lado la madre y su hija caminaban.
-Mami, este lugar es extraño ¿Por qué me trajiste?
-Ya lo veras mi niña.
Terminan de recorrer la casa de Aries y siguen su recorrido por los escalones hasta que llegan a la casa de Tauro, en la entrada de dicha casa se encontraba Aldebarán.
-Mami, ¿Cuánto falta?-dice la niña
-¿Quiénes son? ¿Cómo entraron al santuario?- Pregunta Aldebarán.
- Hola Aldebarán- dice la mujer contenta- creo que ya no te acuerdas de mí ¿cierto?
-Pues, lo siento pero, creo que no-responde Aldebarán mientras miraba el rostro de la mujer para ver si podía reconocerla.
-¿Enserio no lo recuerdas?
De repente Aldebarán recuerda aquel rostro.
-Oh sí, ya te recordé, eres tú-sonríe Aldebarán- ¿pero qué te trae por aquí?
De repente Aldebarán se percata de la presencia de la niña quien se encontraba escondida detrás de su madre.
-Pero ¿Quién es ella?-pregunta Aldebarán.
-Bueno ella es mi hija-contesta-Vamos hija no temas él no te hará daño-le dice a la niña.
La niña deja de esconderse y mira a Aldebarán con sus grandes y lindos ojos azules.
-Entonces ella es la hija de….- dice Aldebarán.
Sin decir nada, la mujer acierta con la cabeza.
-pues ya sabes donde se encuentra, puedes pasar- una vez más sonríe Aldebarán.
-pues gracias Aldebarán.
Las dos siguen su camino dirigiéndose a la casa de Géminis.
-¿Mami podemos descansar un poco?- pregunta la niña.
-No, hija-
-¿Pero por qué?- dice la niña poniendo carita triste.
-Porque este es el lugar- le sonríe.
-¿Enserio?- se ilumina la mirada de la niña.
