La risa melodiosa de Ladybug viajaba por los oídos de Chat Noir ocasionando que su rostro sea más rojo que antes. Sintiéndose avergonzado que su bichito se ría de él. Sin mal intención, por supuesto.
"No te atreverías"
Esas palabras dichas por su amada vuelven a resurgir en su cabeza. Aprieta los puños y con un valor que antes no poseía. Infla el pecho y la encara.
— ¡Me atrevo! —Espetó seguro— ¿Quieres que te de una prueba?
Sonriendo de forma ladeada. Ella lo miro y sonrió confiada.
— No podrás —Ella clavó su azul mirada. Y repuso— No te atreverías —Pulsándole con el dedo el pecho. El gatito retrocedió y Ladybug rió suavemente mientras Chat se avergonzaba.
Otra vez.
Sus orejas negras bajaron por tal humillación. Resopló y la miró. Al rato, ella también poso su mirada en la de él. Al provocarse el contacto visual, su mano enguantada con el cuero negro toco suavemente su mejilla con una seriedad muy inusual en el rostro del gatito.
— Ch...
Antes de que su Lady pudiera llamarlo, los labios del minino habían ha cortado toda distancia con el bichito. Haciéndose dueño de su boca y de su respiración que quitaba a cada segundo. Cuando sus labios se separaron y sus alientos chocaron a solo centímetros para que sus labios se vuelvan a unir. Sonrojados y colorados. El gatito miro fijamente a Ladybug que estaba más roja que el traje.
— ¿Viste? Pude atreverme a besarte —Le declaró sintiéndose dueño del mundo por esa hazaña— ¿Y tú te atreves a decirme que te enamoraste de mí? —Agregó juguetonamente en tono de broma al ver que su Lady le había correspondido el beso.
Ladybug lo miro sorprendida con la cara roja y caliente. Las palabras empezaron a atorarse en la garganta antes de que sean dichas.
— No tengo problema si dudas de mis habilidades y quieres que te de otra demostración —Continuó.
El gatito sonrió traviesamente. Su Lady intentaba hablar: Y-yo...Y-yo
Sin embargo ella no le permitió al minino decir algo sobre la conducta extraña que estaba optando. En cambio, el bichito lanzo sus brazos alrededor de su cuello y lo beso con euforia, dejándolo sonrojado y a punto de darle un infarto.
"No te atreverías"
Esas palabras que dijo Ladybug a Chat Noir se repiten en su cabeza, quien con los ojos cerrados moviendo torpemente los labios, ríe internamente porque al final ella era la que no se atrevía decirle que amaba al felino.
No obstante esperaba que se dé cuenta con ese beso.
